¿Derecho al voto para los niños?

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Antes de 1870, hubiera sido impensable que una persona de color tuviera derecho a votar en Estados Unidos, o que una mujer, dondequiera que estuviera, pudiera participar en la vida política de su país. Hoy en día, la idea de que un individuo sea considerado incapaz o indigno de pronunciarse respecto al destino político de su país basándose únicamente en el color de su piel o en su género nos parece absurda y discriminatoria. Al igual que las leyes, la concepción moderna de democracia otorga a cada ciudadano una voz que tiene el mismo valor, independientemente de su etnia, su género, su entorno social o su capacidad intelectual.

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Sin embargo, a pesar de la voluntad de nuestra sociedad de reconocerle a cada individuo sus derechos a participar libre de toda discriminación, sigue habiendo una parte de la población que queda irremediablemente apartada de la toma de decisiones políticas: los niños.

¿Qué razón se suele admitir para justificar esta diferencia de trato? Los niños, debido a su temprana edad, no serían capaces de pronunciarse respecto a cuestiones de índole política. Sin embargo, basarse en la edad para decidir si una persona puede o no hacer uso de sus derechos como ciudadano es tan hipócrita como fundamentarse en argumentos como la etnia o el género. De hecho, ni la edad, ni el color de la piel ni el género son indicadores de madurez política; una madurez que, por otro lado, la democracia moderna no exige en absoluto. Por lo tanto, nada apunta a que el voto de una persona de 45 o de 80 años sea de mayor calidad que el de una persona de 18 o de 14. Al contrario, considerando que todas las opiniones tienen el mismo valor, parece injusto imponer una frontera artificial basada en la edad para limitar los derechos políticos de una parte de la población.

En Alemania, la Fundación para los derechos de las generaciones futuras (Stiftung für die Rechte zukünftiger Generationen) lanzó, en 2013, la idea de un derecho a voto sin límite de edad. En la petición promovida por la Fundación, que recibió el título de “Queremos elegir” (Wir wollen wählen), jóvenes de entre 9 y 17 años expresan las razones que les llevan a querer ejercer este derecho civil. Básicamente, estos jóvenes critican el hecho de que, aunque se ven afectados por las decisiones políticas tanto como el resto de la población, no se tiene en cuenta su opinión. Y lo que es peor, la generación que decide el futuro del mundo no es la que tendrá que vivir en él y sufrir las consecuencias de las decisiones tomadas.

Es cierto que, para permitir que los niños voten cuando todavía carecen de experiencia en ciertas áreas, sería necesario dotarles previamente de las herramientas de reflexión adecuadas para una educación cívica en la escuela y a través de campañas informativas adaptadas y objetivas. Además, habría que impedir que sean utilizados por su entorno, puesto que algunas personas podrían querer garantizar más votos para el candidato de su elección. Sin embargo, nada hace pensar que estas medidas sean inalcanzables.

Evidentemente, cuando consideramos los desafíos que aún quedan por superar en el terreno de las libertades civiles en todo el mundo, la cuestión del derecho a voto para los niños parece verdaderamente secundaria. Es más, en demasiados países, las mujeres todavía no tienen la posibilidad de ejercer libremente sus derechos políticos, las minorías étnicas o lingüísticas a veces son dejadas de lado, a menudo a los no residentes se les priva durante mucho tiempo de participar en la vida política de su país de acogida y muchas dictaduras se mofan del derecho que los ciudadanos tienen de pronunciarse respecto a su futuro.

Es evidente que la política de hoy influye en la política del mañana y, por lo tanto, en los niños de este mundo. Por ello, la idea de dejarles participar en política puede que no sea tan descabellada como podría parecer en un principio. Requiere que al menos reflexionemos al respecto.

Escrito por: Valentine Delarze
Revisado por: Pierre Bourgeois
Traducido por: Nieves Carazo
Revisado por: Elena Parral

Fuentes:
Jörg Tremmel, Für ein alterunabhängiges Recht, sich in die Wählerliste einzutragen
http://www.generationengerechtigkeit.de/images/stories/Publikationen/positionspapie/20130919_policypaper_wahlrecht.pdf
http://womensuffrage.org/?page_id=69
http://www.loc.gov/rr/program/bib/ourdocs/15thamendment.html