Enfrentando las enfermedades abandonadas, “los socios de la pobreza”

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Aunque ha habido alucinantes avances en la medicina, la mayoría de la población mundial todavía carece de acceso a la asistencia médica básica. Aunque este problema es más común en los países más pobres, como en los de África, Asia y América Latina, también puede existir dentro de ciertos sectores de la sociedad en países que supuestamente son ricos.

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Las enfermedades que afectan principalmente a los pueblos más pobres del mundo se denominan a menudo “enfermedades abandonadas” ya que reciben poca atención. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que aproximadamente mil millones de personas sufren de una o más enfermedades abandonadas. Alrededor del 85 % de estas dolencias resultan de infecciones parasitarias. Esto es un problema particularmente para los niños en edad escolar, ya que estas enfermedades pueden afectar el desarrollo intelectual de los niños, interferir con la asistencia a clases y limitar sus logros educativos. El resultado es un aumento en la pobreza a largo plazo ya que los niños representan el futuro de un país.

La ironía es que existen muchas estrategias de asistencia sanitaria altamente rentables y sencillas que permiten combatir las enfermedades abandonadas. Sin embargo, una planificación deficiente, la inestabilidad política y la corrupción han dificultado la implementación de estas estrategias donde se las necesitan. Por ejemplo, un estudio indica que una inversión de apenas cincuenta centavos de dólar por persona por año en África permitiría que las infecciones parasitarias se tratasen efectivamente. Otro estudio en Asia señala que el costo puede ser incluso menor: entre doce y tres centavos de dólar por persona por año.

Las estrategias de asistencia sanitaria efectivas, junto con una inversión modesta, podrían marcar una gran diferencia al combatir las enfermedades abandonadas y asegurar a los niños de todo el mundo un futuro mejor. Llegó el momento de finalmente tomar cartas en el asunto para lograr un progreso real.

Escrito por: Faiz Kermani
Traducido por: Fernando Nicolás Wierna
Revisado por: Paola Müller