A pesar de ser una de las naciones más ricas del mundo, Estados Unidos todavía lucha contra los altos niveles de pobreza, especialmente entre los niños y jóvenes. Los casos extremos de pobreza, así como una variedad de otros factores, pueden conducir que estos se queden sin hogar. Aunque las estimaciones varían, se cree que de 1,7 a 1,9 millones de jóvenes y niños en los Estados Unidos experimentaron el año pasado al menos una noche sin un techo.
¿Quiénes son los jóvenes sin hogar?
Mientras que 1,3 millones de casi dos millones de niños y jóvenes que experimentaron la falta de un techo volvieron a sus hogares en una semana; 530.000 experimentaron este desamparo por más de una semana. Esta cifra incluye 60.000 jóvenes madres (menores de 24 años) con sus hijos, así como 24.000 niños menores de 18 años y que están experimentando problemas de abuso de sustancias y salud mental.
Se estima que 1 de cada 5 niños en los Estados Unidos huirá de su casa por lo menos una vez. Las razones más citadas son agresiones físicas, sexuales y/o abuso emocional por parte de los padres o guardianes. Un gran número de niños y jóvenes sin un techo provienen de hogares de cuidado temporal o del sistema de justicia de menores; luego de cumplida la edad en que tienen que salir del sistema carecen de educación, habilidades, y orientación para vivir de forma independiente y tener una vivienda y un ingreso.
Existen disparidades raciales entre los jóvenes desamparados. Esto es debido a que los afroamericanos en zonas urbanas y los nativos americanos en las zonas rurales constituyen una proporción excesiva entre la población sin hogar. El 75% de las personas que huyen son niñas. La población de jóvenes LGBTI también está sobrerrepresentada entre la población que se fuga de la casa, con frecuencia, debido al rechazo de la familia por su orientación sexual. Ellos también son víctimas durante su vida de 7,4 actos de violencia sexual, más que sus pares heterosexuales.
Efectos del desamparo
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Los riesgos de asalto físico, violación, trastornos de salud mental, y el secuestro con fines de tráfico humano aumentan en la medida que la juventud permanece sin un techo. Casi el 60% de los niños sin techo pasan al menos un día al mes sin comida. El tráfico de niños y el abuso de sustancias son dos de las consecuencias más peligrosas del desamparo. Cada año, al menos 20.000 estadounidenses son obligados a prostituirse por las redes de tráfico humano. Por otra parte, muchos niños sin hogar, que están en edad obligatoria de ir a la escuela, pudieran no asistir debido a la falta de transporte, de historia médica, y de una prueba de residencia.
Desafortunadamente muchos jóvenes sin casa y que huyeron del hogar, son encarcelados en vez de que se les ofrezca asistencia. Ya sea por necesidad de un refugio, alimentos o ropa, el tráfico de drogas y la prostitución aparentemente se convierten en necesidad para estos jóvenes, y a menudo conducen a su detención y encarcelamiento. Los jóvenes desamparados también son más propensos a tener relaciones sexuales sin protección, a tener múltiples parejas sexuales, al uso de drogas intravenosas; además, sufrir de ansiedad severa, depresión, pensamientos suicidas, mala salud, malnutrición y baja autoestima.
¿Qué se puede hacer?
El gobierno de los Estados Unidos se ha comprometido a poner fin al desamparo de los jóvenes para el año 2020. Sin embargo, en una sola noche, más de 45.200 niños y jóvenes que se encuentran solos están sin un techo y más de la mitad de ellos sin ningún tipo de refugio. El gobierno federal gasta actualmente $114 millones de dólares en refugios, vivienda y servicios para jóvenes desamparados; pero, por muchas razones, estos servicios no alcanzan a todos los necesitados. A nivel nacional, se proporcionan menos de 4.200 camas para estos niños vulnerables, lo que significa que más del 90% de los jóvenes se quedan sin refugio.
Con el fin de mejorar la vida de los niños y jóvenes que se encuentran sin un techo en la actualidad ,y encontrarles hogares permanentes y evitar que más niños se queden sin un techo, los gobiernos locales, estatales y federales tienen que tomar muchas medidas para poder proveer a estos niños. La red de protección del bienestar debe ser ampliada; se deben abrir más centros de acogida y hogares de vivienda de transición y se debe poner a disposición entrenamiento para los empleados. Organizaciones sin fines de lucro, escuelas y organizaciones privadas deben trabajar juntas para proporcionar asesoramiento, servicios de salud mental y programas de familia para prevenir el desamparo. Ningún niño merece crecer sin un hogar seguro.
Escrito por: Katie Krakow Revisado por: Verónica Cobo Carpio Traducido por Marcela Valdivia |
https://www.covenanthouse.org/homeless-teen-issues/statistics
https://www.dosomething.org/us/facts/11-facts-about-homeless-teens
http://www.nn4youth.org/wp-content/uploads/NN4Y-Youth-Homelessness-in-America-2014.pdf
http://www.ncsl.org/research/human-services/homeless-and-runaway-youth.aspx
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https://www.usich.gov/goals/youth
http://www.huffingtonpost.com/2015/03/31/lost-in-america-documentary_n_6979772.html
http://www.huffingtonpost.com/jeanmichel-giraud/elusive-and-unsettling-ch_b_7443750.html
http://www.theatlantic.com/education/archive/2015/02/young-homelessand-invisible/385355/
http://www.voaut.org/homeless-teen-service
