Niños de Mauritania

Niños de Mauritania

Descubriendo los Derechos del Niño en Mauritania

La situación de los derechos de los niños en Mauritania está lejos de ser satisfactoria. Inmersos en un mundo de trabajo, racismo, pobreza y violencia, los niños de este país están lejos de vivir con la alegría y la inocencia que les tocaría por su edad. Muchos de ellos cargan con responsabilidades que no les permiten disfrutar de asueto alguno, ni divertirse sin sufrir graves consecuencias.

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Índice de Cumplimiento de los Derechos del Niño : 5,43 / 10
Nivel negro: Situación muy grave

Población: 3,4 millones
Pob. de 0-14 años: 39,8%

Esperanza de vida: 61,6 años
Mortalidad – de 5 años: 65‰

Principales problemas que afectan a los niños en Mauritania :

Pobreza

El 40 % de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y la RNB (Renta Nacional Bruta) por habitante figura entre las más bajas del mundo. En los pueblos más apartados, la pobreza adquiere tintes alarmantes y alcanza a toda la población, sin omitir a nadie.

Derecho a la salud

El índice de mortalidad infantil es particularmente elevado en Mauritania y el número de recién nacidos con bajo peso es alarmante, ya que alcanza el 34 %. Asimismo, a pesar de las últimas campañas de vacunación, el tétanos maternal y neonatal sigue estando presente en los establecimientos hospitalarios, lo que agrava los problemas de salud de los bebés. Por otra parte, la población mauritana está empezando a aceptar los beneficios de las vacunas, en claro contraste con su actitud hasta un pasado reciente, cuando consideraba que las vacunas eran una ofensa para los creyentes.

En cuanto a los niños con enfermedades mentales, no se les tiene en cuenta; carecen de seguimiento, no se les incorpora en ninguna estructura, ni les atiende personal de ningún tipo, por lo que quedan totalmente abandonados a su suerte.

Derecho al agua

La falta de agua es fuente de numerosas enfermedades que, en ocasiones, pueden llegar a ser muy graves: diarreas, fiebres, dolores agudos… Por otra parte, la higiene pasa a un segundo plano debido a la escasez de agua en las instalaciones higiénicas y los lavabos. A menudo, el agua potable se destina exclusivamente a hidratarse. En general, el saneamiento del agua potable ha mejorado, aunque, en algunas zonas del país, la situación sigue siendo crítica.

Maltrato a la infancia

En algunas escuelas se siguen empleando métodos brutales y violentos. De hecho, numerosos niños sufren castigos físicos y los profesores no escatiman imaginación a la hora de encontrar castigos a cual más cruel.

En determinados círculos de este país, los castigos corporales siguen formando parte de las costumbres. Así, tanto en la escuela como en el hogar, es normal que a un niño se le castigue físicamente cuando comete una falta. Para cambiar esta actitud, se ha creado un grupo de estudios del Corán. Dicho grupo ha presentado un informe en el que se concluye que el Corán no aboga a favor de la la violencia en el trato con el niño. Desde la publicación de dicho informe, se ha redactado un edicto religioso por el que se prohíbe la violencia en el entorno familiar y en la escuela.

Sin embargo, millares de niños siguen sufriendo maltrato en Mauritania, en clara contradicción con la Convención sobre los Derechos del Niño.

Derecho a la educación

En Mauritania, en torno a 1 de cada 6 niños no está escolarizado. La mayoría de los establecimientos destinados a la educación de los niños se encuentran en mal estado y están infraequipados. En muy raras ocasiones disponen de espacios libres o de patios para el recreo. Así, la salud mental y física de los niños se resiente, ya que carecen de la posibilidad de acceder al ocio.

Por otra parte, todavía existen familias que siguen mostrándose reacias a escolarizar a sus hijos. No son conscientes de los beneficios de la educación escolar y prefieren que sus hijos trabajen y contribuyan a atender las necesidades de la familia.

Mutilaciones genitales

En Mauritania, el problema de las mutilaciones genitales es grave. Alrededor del 66 % de las niñas del país se ven afectadas. Las condiciones de precariedad y falta de higiene en las que se practican las ablaciones tienen a menudo graves consecuencias sobre la salud de las niñas. Con frecuencia, padecen infecciones, hemorragias y otros problemas ligados a esta operación.

Trabajo infantil

En Mauritania, alrededor de 1 de cada 6 niños se ve obligado a trabajar. A menudo se envía a los niños a trabajar en la agricultura, la ganadería o en talleres mecánicos. En lo que respecta a las niñas, estas suelen trabajar en el servicio doméstico y sus condiciones de vida son más que precarias.

Por su parte, algunas familias pobres confían a sus hijos, a edades muy tempranas, a morabitos, una especie de habitantes de ermitas para musulmanes. Estos niños, denominados «almuudo», viven en condiciones deplorables. Habitan en lugares oscuros y totalmente insalubres y, a menudo, son víctimas de abusos y maltrato. El morabito se encarga de proporcionar al niño una educación religiosa, aunque en realidad, el niño recita sin cesar las líneas del Corán, no siempre comprendiéndolas y, si se equivoca, recibe palizas. Los niños almuudo se ven obligados a mendigar durante el día, bajo un sol de justicia, para alimentarse y contribuir a pagar al morabito por su atención.

Algunos de estos institutos respetan los derechos de los niños, aunque una gran mayoría violan gravemente sus derechos y atentan cruelmente contra su vida, su educación y su salud.

Derecho a la no discriminación

Mauritania está realizando verdaderos esfuerzos en materia de no discriminación. Desgraciadamente, este progreso, visible en la legislación, sigue sin plasmarse en la calle. Así, la comunidad negra del país sigue siendo objeto de racismo, aunque la sociedad en general, tanto en medios políticos, como económicos y sociales, niegue con frecuencia que dicho problema exista. Por otra parte, todo avance jurídico carece de efecto, si las personas víctimas de discriminación no se atreven a recurrir a los tribunales.

La discriminación también afecta a los niños con discapacidades. Las escuelas no disponen de estructuras ni de personal adecuado para acogerlos, lo que impide que realmente puedan disfrutar de las mismas oportunidades que los demás niños, en clara contradicción con lo dispuesto en la Convención sobre los Derechos del Niño.

Por último, existe otra categoría de niño que sufre una discriminación cruel: los niños nacidos fuera del matrimonio. La legislación que rige su caso es muy restrictiva y no gozan de los mismos derechos que los niños denominados «legítimos».

Libertad de expresión

La corrupción es endémica en Mauritania. Las prisiones están superpobladas y la policía sigue arrestando. La libertad de expresión se paga caro: manifestantes o, simplemente, defensores de derechos humanos son objeto de detenciones ilegales, torturas e intimidaciones. Por otra parte, las fuerzas de seguridad solo entienden el lenguaje de la violencia y la gran mayoría de las manifestaciones acaban en baños de sangre en los que llegan a producirse muertos. Las víctimas son tanto hombres como mujeres, aunque éstas últimas además son violadas antes de que las autoridades públicas las apaleen cruelmente; incluso, en algunos casos, sus hijos han caído víctimas de esa masacre.

Las autoridades no tienen en cuenta la opinión de los niños; su posición está estrictamente definida y no se les permite desviarse del pensamiento oficial.

Matrimonios infantiles

En Mauritania, más de un tercio de las jóvenes se ven obligadas a casarse antes de cumplir los 18 años. Por otra parte, desde edades muy tempranas se las prepara para su futuro papel de esposas. A menudo, estos matrimonios precoces tienen graves consecuencias para la salud de las jóvenes, ya que estas no son conscientes de lo que entraña el matrimonio.

Derecho a la identidad

En Mauritania, el 56 % de los nacimientos no se declaran, por lo que estos niños no tienen ni identidad oficial ni nacionalidad. En el futuro, esto les acarreará graves dificultades, ya que no podrán gozar de sus derechos y, a ojos de la sociedad, serán invisibles.