Un viaje incierto: los menores migrantes no acompañados en Centroamérica

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Entre octubre de 2013 y agosto del 2015, 102.327 niños no acompañados provenientes de Centroamérica – 76.572 provenientes del Triángulo Norte de Centroamérica y 25.755 de México – llegaron a la frontera entre Estados Unidos y México (Sarah Pierce, MPI – 2015).  Lo anterior, provocó el endurecimiento de las medidas policiales y judiciales en Estados Unidos y México, lo que resultó en la deportación de un gran número de menores, a pesar de su derecho a solicitar asilo.

En el primer semestre del 2016, 26.000 niños no acompañados llegaron a la frontera (UNICEF 2016), lo que muestra que el problema aún persiste y que, por lo tanto, las políticas de protección implementadas por los Estados – tanto receptores como de origen – son todavía necesarias.

¿Por qué los niños emprenden el viaje hacia el norte?

Los niños en su mayoría provienen de El Salvador, Guatemala y Honduras – lo que es conocido como el Triángulo Norte de Centroamérica- en donde se registran las tasas de violencia más altas del mundo (UNICEF 2016). Ellos escapan de contextos difíciles de violencia y pobreza generalizada.

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Muchos de los niños y adolescentes que emprenden el viaje hacia el norte escapan de las llamadas “Maras”, pandillas latinoamericanas que se formaron en los años 70 en California (EE. UU) y que en la década de los 80 se expandieron debido al alto número de centroamericanos que llegaron a territorio estadounidense escapando de las guerras civiles que azotaban la región en esta época.  Una vez finalizadas las guerras civiles en Salvador, Guatemala y Honduras, Estados Unidos dio inicio a una política de deportación masiva de pandilleros centroamericanos a sus países de origen, en donde no hubo medidas adecuadas de reinserción social, lo que resultó en la consolidación y proliferación de pandillas que pelean entre sí por el control territorial de zonas urbanas, el tráfico de drogas y armas, y practican el sicariato y la extorsión (Rivera 2011). Estas pandillas reclutan menores de edad, quienes debido a la difícil situación de pobreza e inseguridad que enfrentan día a día, ven en ellas una solución a sus problemas; o simplemente hay quienes no tienen más remedio que unirse ya que son amenazados de muerte si no lo hacen. Los integrantes de estas pandillas están entre los 9 y 25 años de edad (Rivera 2011).

Los menores también emprenden este viaje para escapar de la difícil situación de pobreza, muchas veces extrema, y la falta de oportunidades de educación y empleo. Estos países presentan altas tasas de maltrato infantil y violencia familiar lo que empeora la situación de estos niños. Así mismo, otros viajan a reencontrarse con algunos de sus familiares que ya se encuentran en Estados Unidos (UNICEF 2016). Dado este contexto, los niños encuentran en esta travesía su boleto hacia el “sueño americano”.  

La ruta hacia el norte: un viaje peligroso

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Las condiciones del viaje hacia Estados Unidos, conocida como la ruta hacia el norte, está llena de peligros, sobre todo para los niños no acompañados. Además de las difíciles condiciones de viaje – horas caminando, difíciles trayectos en tren, botes o camiones; altas temperaturas y poca alimentación – estos niños y niñas muchas veces son víctimas de maltrato físico, abuso sexual, tráfico, secuestro y extorsión no solo por parte de los traficantes de personas, sino también por redes de tráfico de drogas y armas presentes en las rutas migrantes, las cuales aprovechan la vulnerabilidad de los menores y los obligan a llevar drogas y armas a lo largo de la ruta (ACNUR 2014).

No todos los menores que emprenden el viaje llegan a Estados Unidos, muchos son deportados desde México, en donde sus demandas de asilo no son procesadas y solo a muy pocos se les concede protección internacional- en 2015 se le concedió protección internacional a menos del 1 % de los niños que llegaron a México.  En muchos otros casos, los niños desaparecen o mueren en el camino (UNICEF 2016).

Una inadecuada respuesta para resolver el problema en la frontera

Por un lado, la llegada de estos menores, puso en evidencia los vacíos del sistema migratorio en Estados Unidos, en donde el procesamiento de demandas de asilo y la otorgación de protección son lentos y da muestra de la falta de capacidad – o voluntad – de emprender los trámites necesarios y obligatorios bajo el Derecho Internacional. En algunos casos, los menores no acompañados tienen que esperar hasta dos años para comparecer ante un juez migratorio, quién es responsable de otorgar o no el estatus de refugio, o de ordenar su deportación. En otros casos, los menores no saben cuáles son los procedimientos a seguir y al no tener un abogado que los asesore, su posibilidad de quedarse en Estados Unidos es más baja (Marc R. Rosenblum – MPI, 2015).  Según el Instituto de Políticas de Migración (MPI, por sus siglas en inglés) entre 2010 y 2014 , 40.000 menores provenientes de Centroamérica fueron deportados a sus países de origen (Domínguez y Rietig,  MPI – 2015) ; sin embargo, el número puede ser mayor debido a la inconsistencia que rodea a esta cifra.

Por otro lado, una de las soluciones por parte de los gobiernos estadounidense y mexicano fue el fortalecimiento de los controles policiales en la frontera, lo que resultó en la creación de centros de detención, cuyo acceso a servicios es totalmente inadecuado para los menores quienes requieren atención y protección especial (Marc R. Rosenblum – MPI, 2015).  Asimismo, esta medida desembocó en deportaciones masivas y detenciones, aumentando las violaciones a los derechos de los migrantes, incluyendo los de los niños no acompañados. (Ximena Suarez et al. – 2016)

El camino a seguir : algunas recomendaciones

Los derechos a la vida, a la supervivencia y a la protección de los niños y adolescentes que deciden viajar a Estados Unidos con la idea de tener una vida mejor, son continuamente vulnerados y violados. Teniendo en cuenta esta realidad, es esencial garantizar su protección integral y efectiva durante todas las etapas del desplazamiento. En primera medida, los países de origen deben tener la capacidad de proveerles servicios básicos y garantizar su seguridad, para que no tengan que huir. Segundo, los traficantes de personas son un factor de riesgo que debe ser enfrentado de manera adecuada por las autoridades competentes; es esencial que se investiguen los crímenes cometidos en contra de estos niños en su ruta – y en general en contra de todos los migrantes -.  En tercer lugar, los sistemas de migración y de refugio de los países de tránsito y de llegada deben atender de manera eficaz y apropiada las necesidades de protección internacional de los niños. Y finalmente, se debe evitar a toda costa la creación de centros de detención, y encontrar alternativas reales y adaptadas a las necesidades de atención y protección de los menores.

 

Written by : Paula Trujillo González
Proofread by : Gina Montoya

Sources

 

 

Sarah Pierce. Unaccompanied Child Migrants in U.S. Communities, Immigration Court, and Schools. Migration Policy Institute -MPI.  Washington, D.C. October 2015. http://www.migrationpolicy.org/research/unaccompanied-child-migrants-us-communities-immigration-court-and-schools

Marc R. Rosenblum. Unaccompanied Child Migration to the United States: The Tension between Protection and Prevention. Migration Policy Institute – MPI. Washington, D.C, Abril 2015. http://www.migrationpolicy.org/research/unaccompanied-child-migration-united-states-tension-between-protection-and-prevention

Lic. Julio Rivera Claveira. Las Maras: el fenómeno criminal del S. XXI.  Ensayo, 2011. http://www.galileo.edu/ies/files/2011/04/LAS-MARAS.-El-Fen%C3%B3meno-criminal-de

Ximena Suárez, José Knippen, and Maureen Meyer. A TRAIL OF IMPUNITY: Thousands of Migrants in Transit Face Abuses amid Mexico’s Crackdown. by WOLA, Fundar: Centro de Análisis e Investigación, la Casa del Migrante “Frontera con Justicia”.  Septiembre, 2016. https://www.wola.org/analysis/a-trail-of-impunity/l-siglo-XXI.-Ensayo.pdf

Rodrigo Dominguez Villegas and Victoria Rietig. Migrants Deported from the United States and Mexico to the Northern Triangle: A Statistical and Socio Economic Profile, Migration Policy Institute – MPI. Washington, D.C,  Septiembre, 2015 http://www.migrationpolicy.org/research/migrants-deported-united-states-and-mexico-northern-triangle-statistical-and-socioeconomic

UNICEF. La infancia en peligro. Sueños rotos: el peligroso viaje de los niños centroamericanos a los Estados Unidos. Agosto, 2016.  https://www.unicef.org/honduras/sue_os_rotos.pdf

ACNUR. Arrancados de raíz. Causas que originan el desplazamiento transfronterizo de niños, niñas y adolescentes no acompañados y/o separados de Centroamérica y su necesidad de protección internacional. Agosto 2014. http://www.acnur.org/fileadmin/scripts/doc.php?file=fileadmin/Documentos/Publicaciones/2014/9828

Human Rights Watch. US: Children Face Deportation Without Lawyers International Law Requires Legal Counsel for Child Migrants.Marzo 2014. https://www.hrw.org/news/2016/03/14/us-children-face-deportation-without-lawyers