Los niños soldados son inducidos a cometer crímenes internacionales, lo que en el plano jurídico no acaba sin consecuencias. Los responsables de crímenes internacionales deben ser condenados, pero ¿qué ocurre con la culpabilidad de los niños soldados en derecho penal internacional?
Muchos niños son víctimas de los conflictos armados, no sólo como civiles, sino también como soldados. A la vista del crecimiento del número de niños implicados en los conflictos armados, han aparecido normas jurídicas para protegerlos y enmarcar su participación. A pesar de estos esfuerzos, los textos de derecho no enmarcan de manera clara el reconocimiento de la culpabilidad de los niños soldados.
Cuando los niños se convierten en soldados, por elección propia o externa, sufren muy a menudo malos tratos por parte del reclutador. Con frecuencia se les intimida, droga, etc., con el objetivo de alterar su capacidad de discernimiento en el momento de cometer el crimen. Además, la edad de la responsabilidad penal internacional no está claramente definida, lo que deja un margen de interpretación a los países y tribunales. Sin embargo, la Declaración de los Derechos del Niño de 1959 reconoce mundialmente la falta de madurez y desarrollo personal de los niños.
Por lo tanto se trata de una confusión total en la que los tribunales deben ejercer su función y juzgar a los responsables de crímenes internacionales. Es por ello que existen grandes diferencias. Por ejemplo, la Corte Penal Internacional (CPI) no tiene competencia para juzgar los niños. El estatuto del Tribunal Especial para Sierra Leona (con competencia para juzgar los crímenes cometidos durante la «guerra de diamantes»), tiene competencia para juzgar a niños de entre 15 y 18 años en el momento de los hechos. De estos ejemplos se desprende por lo tanto que la responsabilidad de los niños soldados que hayan cometido crímenes de derecho internacional difiere según el tribunal.
A pesar de los medios desplegados por el mundo para erradicar el fenómeno de los niños soldados, aún quedan muchas cuestiones por resolver.
