Niños de Somalia

Descubriendo los Derechos del Niño en Somalia

Los niños en Somalia son constantemente incapaces de disfrutar el cumplimiento de sus derechos debido al contexto severamente difícil en el que viven. Los niños son vulnerables a riesgos graves que socavan su protección, incluidos: desplazamiento forzado, acceso a la educación, reclutamiento como niños soldados, abuso sexual, matrimonio y trabajo infantil.

Índice de los Derechos del Niño: 3,60 / 10
Nivel negro: Situación muy grave

Población: 15,8 millones
Pob. de 0 a 14 años: 42 %

Esperanza de vida: 57,50 años
Mortalidad en menores de 5 años: 104 ‰

Somalia a grandes rasgos

Crisis Humanitaria

Somalia es uno de los estados más frágiles del mundo. La crisis humanitaria en Somalia que perdura décadas es una emergencia compleja prolongada que consiste en sequías devastadoras, inundaciones, desnutrición, inseguridad alimentaria, enfermedades, guerra y el desplazamiento interno de más de 2.6 millones de personas.

Las necesidades más urgentes de las personas afectadas – identificadas por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) – incluyen el acceso a servicios básicos, la protección de los grupos vulnerables de desplazados internos contra el abuso, incluida la violencia sexual y de género, el brindar oportunidades de sustento, mayor resiliencia y cubrir las necesidades de las poblaciones ‘difíciles de alcanzar’ que se ven afectadas de manera desproporcionada (OCHA, 2017).

Somalia es uno de los 10 países más pobres del mundo, con aproximadamente el 43% de su población viviendo en pobreza extrema (con menos de 1 USD por día). La población joven de Somalia está largamente formada por niños (el 42% de la población son niños entre 0-14 años) y por pastores nómadas que representan más de una cuarta parte de las personas en el país.

La era Postcolonial  

Históricamente, Somalia ha sufrido más de 100 años de violento colonialismo británico e italiano, que terminó tan recientemente como 1960, después de lo cual Somalia acumuló rápidamente una montaña de deudas, en parte debido a préstamos imprudentes. En consecuencia, el FMI continúa bloqueando el acceso de la nación a ciertos fondos de urgencia (Guardian, 2017). ]

Aunque el movimiento derviche en Somalia repelió con éxito a las fuerzas coloniales británicas en cuatro distintas ocasiones, últimamente, más de un siglo de brutal colonialismo europeo contribuyó en gran medida a las divisiones internas actuales en Somalia y a los diversos problemas que el país continúa enfrentando. Los Derechos del Niño en Somalia se desarrollan así en el complejo contexto del nuevo poscolonialismo, post genocidio (de personas del clan Isaaq), la emergencia climática, la guerra y el orden internacional neoliberal.

Somalia puede ser un lugar profundamente difícil para vivir para los niños; particularmente niñas, minorías y niños desplazados. La nación ha tomado muchas medidas en los últimos años para mejorar el marco de protección infantil, pero aún persisten inmensos desafíos cotidianos y estructurales impactando la vida de los niños.

Estado de los Derechos del Niño [1]

Somalia fue felicitada por la ONU por ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño en 2015, siendo la Convención la principal herramienta legal internacional para la protección de los derechos del niño (UN News, 2015). Subsecuentemente, en 2019, Somalia anunció su primer informe sobre los derechos del niño en la nación (Goobjoog News, 2019). Además, el Código Penal somalí podría cambiar pronto en tanto que el “Proyecto de Ley sobre Delitos Sexuales” se encuentra ante el parlamento, con violencia sexual siendo actualmente solo una “ofensa contra la modestia y el honor sexual” de acuerdo con la ley somalí.

Desafortunadamente, las autoridades somalíes continúan actuando ilegalmente mediante la detención de cientos de chicos jóvenes con vínculos con al-Shabab y enjuiciando niños en tribunales militares por delitos de terrorismo, poniéndolos en alto riesgo de abuso (HRW, 2018). Parte de la razón para ello es que la Ley de Justicia Juvenil de Puntlandia define a un niño como cualquier persona menor de 14 años, dejando a los mayores de 14 años vulnerables al enjuiciamiento. El gobierno ha hecho ciertos esfuerzos para rescatar a niños soldado, perdonar a los delincuentes juveniles y rehabilitarlos, pero debe hacerse mucho más (Bureau of International Labour Affairs, 2018).

En cuanto al trabajo infantil, el código laboral somalí estipula que la edad mínima para trabajar son los 15 años, y 18 años para la realización de ‘trabajos peligroso’, proporcionando un marco de protección legal contra el trabajo infantil. A pesar de ello, según UNICEF, el 49% de los niños en Somalia trabaja – viéndose las niñas afectadas desproporcionalmente (UNICEF, 2015).

Además, la trata infantil, la explotación sexual comercial, y el reclutamiento militar obligatorio estatal o no estatal no está prohibido por la legislación nacional. La educación pública gratuita se recoge en el artículo 14 de la Ley de Educación General desde 2011, aunque el estado tiene dificultades para pagar el mantenimiento de los profesores. A pesar de ello, se han tomado medidas alentadoras con la aprobación de un proyecto de ley que penaliza la trata de personas para la esclavitud sexual en 2018, y la redacción de una ley sobre la trata de personas en 2017 (Bureau of International Labour Affairs, 2018).

Abordando las Necesidades de los Niños

Derecho a la educación

La educación en Somalia a menudo es informal y está llena de desigualdad de género. Las niñas y niños que viven en áreas rurales tienen significativamente reducido el acceso a la educación pública (la mayoría de las escuelas están ubicadas en ciudades). Los problemas de seguridad, las normas sociales, la mutilación genital femenina (MGF), la baja disponibilidad de baños en la escuela y la falta de maestras contribuyen a esta compleja disparidad.

Muchas niñas dejan la escuela cuando llegan a su primer período o cuando se casan, lo que a menudo ocurre antes de los 15 años. En 2015, UNICEF reportó una tasa de matriculación del 30% en las escuelas somalíes, siendo solo niñas el 40% de las matriculadas. Aunque estas tasas de participación son bajas, la educación ‘informal’ es frecuente y se lleva a cabo dentro de algunas comunidades. Las iniciativas lideradas a nivel local por la comunidad, como los comités de educación y los clubes de niños, juegan un papel clave en la escolarización en Somalia (UNICEF, 2015).

Además, la mayoría de los trabajos de las mujeres – particularmente en las zonas rurales del sur de Somalia – son trabajos cruciales que no requieren educación formal, por ejemplo, la ganadería y la agricultura. Sin embargo, existe una gran disparidad en la tasa de alfabetización entre hombres y mujeres (UNICEF, 2015). La última encuesta completa sobre educación en Somalia fue en 2006, y la información disponible es insuficiente (UNICEF, 2016).

Derecho a la salud

La tasa de mortalidad infantil en Somalia es alrededor de 63 muertes por cada 1000 infantes y la tasa de mortalidad de menores de 5 años (U5MR, por sus siglas en inglés) se estima en 104 muertes por cada 1000; el tercer peor país del mundo en 2015 (UN Data, 2019). Los niños somalíes mueren normalmente por enfermedades respiratorias y prevenibles por vacunación, como la malaria y la neumonía, así como por diarrea (con epidemias de cólera que ocurren casi todos los años). Al menos 400,000 niños somalíes sufren desnutrición aguda (Guardian, 2017).

Además, el impacto de la emergencia climática en la producción de cultivos ha sido devastador, y casi un tercio de los recién nacidos sufren de bajo peso al nacer, en parte debido a la falta de atención prenatal y educación para las madres. De hecho, solo el 9% de los bebés son amamantados exclusivamente, y las campañas para promover la lactancia materna son importantes, ya que la lactancia materna aporta nutrientes esenciales al bebé y reduce el riesgo de enfermedades graves. El acceso a la atención médica también es un gran obstáculo para la buena salud, particularmente para las poblaciones rurales and desplazadas.

Derecho al agua y un medio ambiente sano

Las inundaciones y las sequías frecuentes contribuyen a aumentar la forma en que las personas somalíes se ven afectadas por los factores de vulnerabilidad, con la ONU declarando que 2,1 millones de somalíes enfrentan una inseguridad alimentaria aguda – muchos de los cuales son niños. Siendo el manejo del ganado la principal fuente de sustento en la nación, esto tiene efectos devastadores (UNICEF, 2015). El clima naturalmente cálido y árido de Somalia ha sido fuertemente distorsionado por la emergencia climática y el aumento de las sequías provocadas por el cambio climático.

El acceso al agua entonces es vital, pero solo el norte y el sur tienden a recibir precipitaciones adecuadas. La escasez de agua es común. Algunos niños pasan la mayor parte del día buscando agua y luego llevando la pesada carga durante muchos kilómetros hasta casa. La diarrea es común ya que el agua utilizada no siempre es limpia, y esto puede ser peligroso para los niños, especialmente para los niños pequeños.

Derecho a la identidad

En Somalia, solo el 4% de los nacimientos se registran, a pesar de la importancia fundamental de registrar los nacimientos para garantizar los derechos de los niños, incluido su derecho a la identidad. Además, no existe un marco legal o político para el registro de nacimientos (UNICEF, 2014). En 2016, UNICEF estaba apoyando al Ministerio del Interior en Somalilandia para desarrollar un sistema práctico de registro de nacimientos y Puntlandia también expresó interés. Sin embargo, la falta de registro de nacimientos puede poner en peligro los derechos del niño al impedir el reconocimiento formal de su existencia en la sociedad, incluido su nombre, nacionalidad y su capacidad para acceder a los servicios.

Factores de riesgo → Desafíos específicos del país

Guerra y Niños Soldado

Casi 30 años de guerra civil en Somalia han destruido gran parte de la infraestructura y las instituciones de la nación y han causado innumerables muertes. Los niños son víctimas de asesinato y abusos graves por parte de todas las partes en conflicto, de hecho, en 2018, la ONU documentó más casos de niños reclutados y usados como soldados en Somalia que en ningún otro país del mundo. Durante 2019, esta tendencia continuó con al-Shabab reclutando niños soldado y promulgando represalias contra las comunidades que se negaron a cumplir.

Niños de hasta 9 años pueden alistarse en las fuerzas armadas somalíes, y los niños a menudo son secuestrados con este fin. Según Unicef, la situación está empeorando ya que las milicias han transformado escuelas en centros de reclutamiento. Temiendo el reclutamiento y la seguridad de sus hijos, algunos padres incluso prefieren separarse de sus hijos y enviarlos a campamentos de refugiados en la frontera del país (UNICEF Somalia, 2016).

El ejército de los Estados Unidos de América (EE.UU.) continúa realizando bombardeos aéreos en Somalia, y otras operaciones militares que han demostrado matar civiles y es probable que maten y lesionen a niños. Igualmente, al-Shabab continúa llevando a cabo ataques indiscriminados contra civiles que, en 2019, causaron más de 750 muertes civiles y lesiones. La guerra ha afectado en gran medida a las escuelas y hospitales, con muchos edificios dañados o destruidos, y su acceso se ve obstaculizado en parte por factores de conflicto.

Derechos de las Niñas y Niños Desplazados

Hay 2.6 millones de personas desplazadas internamente (PDI) en Somalia, y se informó que 302,000 personas fueron desplazadas solo en 2019, en gran parte debido a conflictos y sequías (NRC, 2019). La gente también continúa dejando la crisis en Somalia y refugiándose en Kenia y Yemen. Las niñas y mujeres que han sido desplazadas forzosamente corren un gran riesgo de sufrir violencia sexual y de género, lo cual es muy común.

La ONU documentó más de 100 casos de violencia sexual contra niñas el año pasado, con los notorios casos de Aisha Ilyas Adan y Najmo Abdikadir Hassan, de 12 años, recibiendo especial atención. Las niñas de los grupos minoritarios marginados y las niñas con discapacidad corren el mayor riesgo de violencia sexual, ya que a menudo son invisibilizadas, inaccesibles y no tienen ningún lugar para denunciar estos delitos (UN, 2019).

La violación es generalizada y los enjuiciamientos por asalto sexual son extremadamente raros, creando una cultura de impunidad. Además, Somalia también alberga a 35,000 refugiados registrados y solicitantes de asilo de Etiopía y Yemen, con 38,000 refugiados somalíes que huyeron a Yemen y que regresaron a Somalia desde 2015, todos los cuales están muy afectados por la inseguridad del país (NRC, 2019).

Mutilación Genital Femenina (MGF) y Matrimonio Infantil

El reporte de 2016 de UNICEF The State of the World’s Children recopila datos de 2009-2015 y indica que existe un 37% de niños casados entre 15 y 18 años en Somalia. Igualmente, el 46% de las niñas son citadas por pasar a través de la MGF (que está en declive), con un 33% de las personas en el país informando que creen que esta práctica debería terminar.

Sin embargo, en 2016 la tasa de MGF para mujeres y niñas fue la más alta del mundo, con un 98% (UNICEF, 2016). El peligroso procedimiento a menudo se lleva a cabo sin el uso de anestesia, con una cuchilla de afeitar o un cuchillo no esterilizado. Aproximadamente una de cada diez niñas muere como resultado de la pérdida de sangre o infecciones causadas por esta operación.

En Somalia, no hay leyes nacionales que prohíban esta práctica, a pesar del extremo detrimento para la salud de las niñas. Sin embargo, las autoridades Regionales están elaborando una legislación para el abandono del MGF, y en 2016 el Ministerio de Asuntos Religiosos de Puntlandia emitió una fatua contra la MGF (UNICEF, 2016).

Actores Humanitarios

Los actores humanitarios juegan un rol vital en Somalia, aunque problemático. Alrededor de un tercio de la población del país depende de la ayuda humanitaria para su supervivencia. Las organizaciones humanitarias no alcanzan a los 2 millones de personas más gravemente afectadas por la crisis humanitaria de Somalia, ya que se consideran ‘inaccesibles’ (OCHA, 2018).

Esto se debe en gran parte a los obstáculos políticos y financieros que impiden el trabajo de ayuda en áreas de ocupación de al-Shabaab (designado como grupo terrorista). Las regiones de Jubbada Dhexe y Shabeellaha Hoose carecen por completo de organizaciones humanitarias (OCHA, 2018) que se concentran desproporcionadamente en áreas urbanas controladas por el gobierno como Mogadishu (Stoddard et. al., 2016).

La falta de negociación humanitaria con actores armados no estatales juega un papel en este fracaso para acceder a vastas poblaciones con necesidades urgentes. De las más de 262 organizaciones humanitarias que trabajan en Somalia, solo 1 mantiene consultas constantes con al-Shabaab para acceder a los 2 millones de personas que viven en crisis (Harver, 2016). Cuando se consultaron directamente, las comunidades somalíes identificaron serios fallos entre los cientos de actores Humanitarios que han intervenido en su país. Destacaron sus necesidades no abordadas de encontrar soluciones duraderas de generación de capacidades, muchas de las cuales no estaban presentes en los análisis de necesidades de la ONGI y la ONU.

La educación fue identificada por los participantes como la segunda necesidad más importante. El sector educativo recibe menos del uno por ciento del financiamiento Humanitario (Ground Truth Solutions, 2018). Un tercio de los participantes sintió que la ayuda que recibieron no los preparó para vivir sin apoyo en el futuro (Ground Truth Solutions, 2018). Los sistemas de retroalimentación son totalmente inadecuados, y los trabajadores humanitarios expresaron su rechazo a compartir comentarios negativos de los somalíes por temor a las repercusiones financieras de los donantes (SAVE, 2016). La ayuda humanitaria sigue siendo, sin embargo, crítica para la supervivencia de una gran parte de los niños en el país.

Escrito por Josie Thum

Traducido por Susana Ibarz De La Torre

Última actualización el 25 de abril de 2020

Referencias:

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BUFALINI, Alessandro (2017), ‘Italian Colonialism in Somalia: issues of reparation for the crimes committed’, Sequência (Florianópolis)  no.76 Florianópolis May/Aug. 2017.

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HARVER, K. and W.Carter (2016), What It Takes: Principled pragmatism to enable access and quality humanitarian aid in insecure environments in Secure Access in Volatile Environments (SAVE).

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STODDARD, A., & Jillani, S. with Caccavale, J., Cooke, P., Guillemois, D., & Klimentov, V., The Effects of Insecurity on Humanitarian Coverage (SAVEresearch.net: report from the Secure Access in Volatile Environments research programme, Humanitarian Outcomes, 2016).

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[1] Este artículo de ningún modo pretende dar una cuenta completa o representativa de los derechos del niño en Somalia; de hecho, uno de los tantos desafíos es la escasa información actualizada sobre los niños somalíes, gran parte de la cual no es confiable, no es representativa, está desactualizada o simplemente no existe.