Niños de Bután
Descubriendo los derechos infantiles en Bután
Se trata de un pequeño Estado situado entre dos potencias en pleno desarrollo (India y China), Bután ha demostrado ser muy discreto a nivel internacional. A pesar del progreso indiscutido de este país, los derechos infantiles tienen mucho camino por recorrer antes de ser totalmente reconocidos y efectivos.
Índice de Cumplimiento de los Derechos del Niño : 8,13 / 10 Nivel naranja : Problemas evidentes Población : 725 300 Esperanza de vida : 68,3 años |
Principales problemas que afectan a los niños en Bután:
Pobreza
Casi una cuarta parte de la población de Bután vive por debajo de la línea de pobreza. El Ingreso Nacional Bruto (INB) es extremadamente bajo. Se estima que el INB es 10 veces menor al de Portugal, cifra no confirmada por fuentes oficiales.
Muchos niños sufren las consecuencias de la pobreza, mayormente en lo que respecta a la salud, educación y trabajo. Aquellos que viven en zonas rurales se ven más afectados que los que viven en áreas urbanas.
Discriminación
Niños discapacitados: A pesar de los recientes esfuerzos que el país hace, la situación de los niños discapacitados es frágil. Siguen siendo rezagados por la sociedad y muchos de sus derechos no son reconocidos. Los servicios de las organizaciones especializadas en niños discapacitados son sumamente insuficientes. Sus derechos tampoco son protegidos debidamente y el acceso a los servicios públicos es limitado. Estos niños enfrentan dificultades en las áreas de educación, atención médica, etc.
Niños migrantes: La nacionalidad butanesa es muy dificil de adquirir, ya que requiere que ambos padres sean butaneses. Además, existen muchos niños que nacieron y viven en Bután pero no tienen la nacionalidad. Algunos de ellos son apátridas, lo que implica que presenten muchas dificultades para ejercer sus derechos. Los niños migrantes son discriminados por los butaneses y enfrentan varios obstáculos que no le permiten beneficiarse de los sevicios públicos. Sus derechos a recibir educación, atención sanitaria y nacionalidad no están totalmente garantizados.
El derecho a recibir educación
En Bután,1 de cada 10 niños no recibe educación. Sin embargo los butaneses han implementado ciertos métodos para mejorar la inscripición gratuita en la educación primaria. Sin embargo, los costos y tarifas adicionales propios de la educación informal de los niños son muy elevados. Algunos padres no pueden asegurar económicamente la educación de sus hijos.
La educación no es obligatoria. Las familias más pobres eligen que sus hijos trabajen y generen un ingreso, antes de mandarlos al colegio donde serían económicamente inútiles.
SIDA
En Bután está aumentando el número de personas infectadas con el VIH. Las medidas preventivas y de concientización en el tema no son suficientes. Por lo tanto, las madres al no ser conscientes. continúan transmitiendo el virus a sus hijos.
Además, los métodos de anticoncepción en general no son usados, lo que resulta en la difusión del VIH y en embarazos no deseados en adolescentes.
Trabajo infantil
A pesar de ser 18 la edad legal para trabajar en Bután, casi uno de cada cinco niños necesita trabajar para mantener a sus familias. Algunos enfrentan árduas condiciones laborales en campos y talleres.
La explotación sexual de los niños también es un factor de gran preocupación, al no existir un requerimiento de edad para el consentimiento sexual. Es así que el tráfico infantil es más libre y el comercio sexual resulta muy difícil de erradicar.
Niños de minorías
La garantía y el respeto a los derechos de las minorías protegidos por la CDN son preocupantes en Bután. De hecho, este país no protege lo suficiente a los grupos minoritarios tales como los nepaleses, un grupo extremadamente presente en Bután. Además, los niños son víctimas de discriminación y us derechos para tener y seguir las tradiciones de sus hábitos, religión y lenguaje son constantemente violados. Desafortunadamente, no son integrados apropiadamente al resto de la población y no reciben igualdad de acceso a los servicios públicos.
Maltrato infantil
El castigo corporal no está explícitamente restringido en Bután. Por tanto, muchos niños son castigados a nivel familiar y en el colegio. El Comité sobre los Derechos del Niño ha manifestado su preocupación por la legislación butanesa que no garantiza la protección del niño, de acuerdo a la Convención de los Derechos del Niño. En algunos monasterios castigan físicamente a monjes jóvenes que viven allí.
Dicho esto, es muy común el maltrato y abuso que los niños sufren por parte de familiares. Además, el apoyo y supervisación de estos niños son seriamente precarias.