Niños de Bielorrusia

Niños de Bielorrusia

Descubriendo los derechos infantiles en Bielorrusia

Bielorrusia ha sufrido mucho durante la segunda mitad del siglo XX. Entre la identidad incierta y una de las catástrofes nucleares más violentas (Chernobyl), los derechos de los niños han luchado para encontrar un lugar decisivo en el país.

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Índice de Cumplimiento de los Derechos del Niño : 7,57 / 10
Nivel naranja: Problemas sensibles

Población : 29,6 millones
Pob. de 0 – 14 años : 14,3 %

Esperanza de vida: 69,9 años
Mortalidad en menores de 5 años: 3 ‰

Principales problemas que afectan a los niños en Bielorrusia:

Pobreza

En Bielorrusia, más de una cuarta parte de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Los niños, el sector más vulnerable, no se libran de este infortunio. Por ello, muchos de sus derechos se ven amenazados y las repercusiones sobre su bienestar son numerosas.

Los niños que viven en las regiones más remotas, así como los niños romaníes, son los más afectados.

Salud

Bielorrusia ha progresado en los últimos años, esto ha permitido que la salud de los niños mejorase considerablemente. La tasa de mortalidad infantil, por ejemplo, ha disminuído enormemente.

Sin embargo, el gran problema para la salud de los niños bielorrusos permanece, las repercusiones de la catástrofe de Chernobyl. Esta ha sido una tragedia mortal, pero según algunos miembros de Naciones Unidas: «En relación con la salud humana, lo peor aún está por llegar».

Más de un millón de niños han sido víctimas de este desastre, el cual sigue provocando graves daños a su salud: deformaciones, envejecimiento prematuro, neumonía, etc.

Discriminación

La discriminación es un gran problema en Bielorrusia y afecta a los niños. De hecho, muchos de ellos no son aceptados como deberían por el resto de la población.

Existe una gran discriminación sexual; por ello, una niña no tendrá los mismos derechos y libertades que un niño. De hecho, aunque las leyes no distinguen realmente entre sexos, su aplicación es muy diferente. Además, la mentalidad bielorrusa sigue siendo muy sexista y aún no se ha aceptado de forma generalizada la idea de la mujer moderna.

Los niños romaníes también se enfrentan a ciertas desigualdades. Tienen un acceso limitado a los servicios públicos, como sanidad y educación. También son víctimas de acoso y violencia por parte de la población.

Explotación sexual de los niños

Bielorrusia es, a día de hoy, un país de origen, tránsito y destino para el comercio sexual. El Estado ha hecho de este problema una de sus prioridades.

El país es un verdadero centro para este tipo de tráfico, las víctimas infantiles llegan de países de todo el mundo y los niños bielorrusos son enviados a cualquier parte del mundo.

Este tipo de comercio es extremadamente perjudicial para las vidas de los niños, quienes en ocasiones son sometidos a muchas formas de abuso y explotación sexual, oponiéndose diametralmente a los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN).

Libertad de opinión y expresión

En Bielorrusia, la influencia de los niños, en particular su opinión, es muy débil en todos los sectores.

No se les escucha, ni siquiera cuando se ven afectados de forma directa e individualmente. Las condiciones que les permiten expresarse legalmente son muy exigentes.

La edad mínima para poder solicitar ayuda legal es de 14 años, lo cual es demasiado tarde si se tienen en cuenta ciertas situaciones de emergencia.

A pesar de la nueva legislación que defiende la libertad de expresión de los niños, su puesta en práctica es limitada.

Lo mismo ocurre con las libertades de conciencia y religión, que al igual que con los problemas de discriminación en el país, se desobedecen abiertamente. Esto significa que los niños son influenciados o adoctrinados en su desarrollo moral y cultural. Puede incluso ser peligroso que expresen sus pensamientos abiertamente.

Violencia infantil

El castigo físico es muy común en la sociedad bielorrusa. A  pesar de que se prohíbe en las escuelas, no se prohibe expresamente en los entornos familiares y públicos (el sistema penal, por ejemplo).

Por ello aún se practica, sobre todo por padres que no conocen otras formas de castigo alternativas. Estos castigos físicos pueden acarrear serias repercusiones en la salud tanto física como mental del niño.

Muchos de ellos son además víctimas de violencia y abuso doméstico. A pesar de los esfuerzos realizados en relación con el cuidado postraumático, el país debe encontrar una manera de reforzar la prevención del abuso infantil.