Comedores escolares para combatir la desnutrición y el abandono escolar infantil en Madagascar

Se ha elaborado un proyecto que permitirá a más de 700 niños asistir a la escuela y recibir una comida al día.

Contexto y problemática

La malnutrición crónica afecta a la mitad de los niños menores de 5 años en Madagascar, lo que coloca a la isla entre los 6 países del mundo con un mayor índice de malnutrición. La malnutrición crónica es un problema relacionado con la pobreza que tiene repercusiones en la escolaridad. Las familias con muy bajos ingresos se encuentran en un dilema al tener que elegir entre la educación o la alimentación de sus hijos, por lo que en algunas ocasiones deciden no enviarlos a la escuela para así poder darles de comer. Por este motivo, un millón y medio de niños en Madagascar no asisten a la escuela. Además, más de 2 millones de niños carecen de educación preescolar.

Nuestra solución y su relevancia

Este proyecto responde a una necesidad fundamental de los niños de familias pobres: el poder alimentarse cuando tienen hambre y a la vez ir a la escuela como cualquier otro niño.

Para que los niños puedan nutrirse e ir a la escuela, la asociación Les Enfants du Soleil ha instalado 7 comedores escolares en Madagascar. La asociación se encarga del funcionamiento de los comedores y contribuye a los gastos de escolaridad de los niños. Este proyecto garantiza que puedan acudir a clases y comer diariamente.
Humanium colabora con Les Enfants du Soleil en tres comedores escolares en Toliara: el comedor AMIKA, para 255 niños, el comedor de Tsimenatse, para 225 niños, y el comedor de Mahavatse, que también atiende a 225 niños. El proyecto aspira a responder a las necesidades de estos 705 niños durante dos años con la ayuda del Programa Mundial de Alimentos, ocupándose de la gestión y aportando productos alimenticios como arroz, maíz, aceite, harina, azúcar, etc., productos frescos como verduras o carne, así como otros materiales (hornos, leña, etc.). En este proyecto también contribuyen los padres, que se encargan de preparar y servir la comida.

Un impacto medible y duradero

Al proporcionar la comida en la escuela, las familias ya no tienen que elegir entre alimentar o escolarizar a sus hijos, por lo que están más motivadas para enviarlos a la escuela. Gracias a las 3 escuelas de Toliara, 705 niños tienen por lo menos una comida al día. Con esto se compensan las deficiencias nutricionales de 705 niños, lo que les permite crecer más sanos y estar escolarizados con normalidad.

Los niños estudian, están motivados y atentos en clase. Además, los padres se involucran y están más animados a impulsar la formación escolar de sus hijos. Se crea un lazo social entre los padres y la institución escolar.

De este modo, la iniciativa une el placer de aprender y de compartir una comida con los compañeros de clase, lo que contribuye al desarrollo intelectual y físico de los niños. Logra hacer de la escuela un lugar de convivencia y crea un vínculo social, especialmente con los padres.

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