Las consecuencias se refieren principalmente a niños que han tenido problemas con la ley y que han sido detenidos (para mayor información sobre los efectos de la detención ver el enfoque ‘niños detenidos‘). El procedimiento judicial afecta tanto a niños que son víctimas de un delito como a aquellos que son testigos. Exponer a menores ante la Justicia puede resultar una experiencia traumática para ellos.
A un niño se le puede asustar, incomodar o incluso poner en peligro si el personal del Sistema Judicial no está adecuadamente capacitado para tratarlo en circunstancias adversas. El niño puede sentir que nadie le escucha, o peor aún, que nadie le cree, y esto le puede causar grandes secuelas. Si el menor deja de confiar en la Justicia de su país, es más probable que se convierta en delincuente.
Las decisiones del sistema judicial, sean justas o no, cambiarán sin duda el futuro del niño. Si éste es enviado a prisión y no son atendidas sus necesidades, tendrá consecuencias en su desarrollo. Por otro lado, si al niño no se le presta la atención que necesita, será difícil ayudarle a conseguir una vida mejor.
Otro factor a tener en cuenta es la protección de la identidad de los menores. Si no se protege el anonimato de los niños que han estado involucrados en algún delito (sean culpables o no), terminarán siendo marginados por la sociedad, ya que ésta los considerará siempre delincuentes.
Los niños que son testigos de delitos corren el riesgo de ser víctimas de amenazas por parte de aquellos contra quienes van a testificar.
Traducido por: Marcela Valdivia Corregido por: Clara Belda |