Autor: Arndt Soret
Recientemente, me preguntaron “¿Cómo hace lo que hace?” , mientras hablaba sobre la propuesta de Humanium. “Bueno… ni idea…”, fue lo primero que pensé.
Intuición es lo que quería decir. Pero dudé. ¿Puedo utilizar esa palabra cuando estoy presentándome ante patrocinadores internacionales? ¿A los patrocinadores no les gustan los métodos, los números y los datos sobre por qué Humanium es el destino sensato para donar su dinero? Claro. Pero también quieren saber qué hace de la operativa de Humanium algo tan sostenible y exitoso. Y por eso decidí decir “la intuición” ☺ y explicar después nuestra propuesta a profundidad. Y esta explicación es muy interesante. Por eso me gustaría compartirlo con ustedes.
En Humanium estamos convencidos de que los conocimientos no lo son todo, y de que las técnicas y los métodos no son el alfa y el omega porque, en definitiva, tratamos con individuos.
Los tres pilares de la propuesta de Humanium
Con este convencimiento y los 11 años de experiencia del proyecto, hemos desarrollado una propuesta basada en tres pilares.
El pilar 1 es proteger los derechos humanos, especialmente los relativos a los derechos de la infancia y educar a la gente sobre este tema. El mapa de Humanium sobre los Derechos de la Infancia en el mundo se puede utilizar en las escuelas y nuestro centro de asesoramiento ofrece ayuda a nivel mundial y para defender los derechos de la infancia. Muchos de los empleados de Humanium son abogados, como yo mismo y la Alianza de Abogados por los Derechos Humanos (L´AADH, “Alliance des Avocats pour les Droits de l’Homme), es uno de nuestros socios más importantes.
El pilar 2 es un modelo de modelo de coaching. Consiste en una serie de sesiones “sobre el terreno” que combinan nuestros conocimientos sobre terapia del trauma y psicología para hacer de los Derechos de la Infancia algo tangible, no solo un concepto intelectual. Este proceso cambia la percepción de las personas e influye en su comportamiento. Esto crea un ciclo positivo, porque Humanium está formando a líderes locales con su grupo de trabajo, bajo el modelo “Todos somos líderes”. Su toma de conciencia y fortaleza atrae a otras personas y crea una fuerza motivacional para desarrollar un cambio positivo.
En el pilar 3 es donde aparece la intuición.
Estos pilares son iguales y este hecho es único, ya que los programas de desarrollo occidentales a menudo se basan en la actitud “Sabemos lo que es mejor para ustedes”. Pero muy pocas veces se basan en la intuición. ¿Por qué?
¿Qué es la intuición?
La intuición y el instinto están estrechamente conectados y siempre surgen del inconsciente o del subconsciente, no son discursivos ni metódicos. La acción o toma de decisiones intuitiva se da sin una reflexión profunda. De repente, ahí están, y desarrollan un entendimiento de una situación, o una contrapartida. La intuición es la habilidad de dar a este sentimiento la misma cantidad de espacio en nuestra cabeza. La intuición es más rápida y más situacional que la reflexión, porque ocurre sin sopesar los pros y contras. En lugar de eso, la intuición nos llega de la nada. Nuestro instinto visceral nos sirve, no desde nuestros pensamientos, sino desde nuestro inconsciente tesoro escondido de experiencia.
Cogito, ergo sum
Somos personas muy racionales. Pienso, luego existo. Pero pensar es solo una parte de la verdad. Nuestro pensamiento viene de nuestra mente, de nuestros conocimientos, y está siempre influido por nuestra visión personal e individual del mundo. El pensamiento es experiencia y conocimiento de los hechos. Deja fuera la espontaneidad del instinto. Cuando reflexionamos sobre las cosas, cambiamos nuestro conocimiento y la información que tenemos ante nosotros y lo proyectamos en nuestros pensamientos sobre una nueva situación. De esta manera, el pensamiento es perfecto cuando se le necesita. Por ejemplo, planificando proyectos, organizando y evaluando qué métodos tienen éxito. Además, nuestros conocimientos como abogados, coaches y psicólogos son perfectos, desarrollando estrategias como la terapia contra el trauma en Ruanda. Estos conocimientos son la base de nuestras acciones y decisiones. Pero también hay más.
En el momento en que llegas a Humanium, tienes que cambiar rápidamente la perspectiva, porque nuestra experiencia como occidentales no siempre es importante para nuestro trabajo sobre el terreno. Lo que nos ayuda aquí es la intuición, porque eso es lo que honra la importancia del momento fugaz. La intuición es conectiva. “Entiendo lo que estás sintiendo y puedo cambiar mis acciones de manera apropiada.” Por otro lado, pensar tiene algo de divisivo, distinguiendo entre “tú” y “yo”, entre “nosotros” y “ellos”.
La intuición es un ecualizador. Nos equipara con la gente del lugar. Esta perspectiva cambia, radicalmente, la cooperación para el desarrollo. ¿Quiénes somos cuando estamos frente a frente con otras personas? ¿Ya no somos un colaborador privilegiado, si a veces tenemos que admitir que no tenemos ni idea? ¿Quiénes somos cuando, en mitad de una sesión de coaching pedimos ayuda a nuestros interlocutores? “Simplemente, no sé qué hacer, dime lo que deberíamos hacer ahora.” Entonces somos seres humanos, simplemente personas. Esta aceptación de la humanidad es, creo yo, lo que hace que Humanium tenga tanto éxito. Significa que en nuestras intervenciones, invertimos mucha fe. Las personas, por ejemplo en Ruanda, viajan muchos kilómetros para visitarnos cuando estamos allí. Toman parte de manera regular en las reuniones grupales llevadas a cabo por las organizaciones asociadas con nosotros. Estando al mismo nivel, la gente del lugar realmente tiene en cuenta lo que se dice, incluso cuando se trata de visiones del mundo nuevas, difíciles y retadoras. Al ser un proceso intuitivo, se puede entender de manera intuitiva.
Traducido por Esperanza Escalona
