Los “niños juguetones” afganos: La danza de los bacha bazi

Posted on Posted in Uncategorized

Bacha bazi es un indefenso nombre para designar una triste tradición: el término viene a la vez del iraní y del afgano “jugar con los niños” y, del persa “niños imberbes”. Disfrazados como mujeres, maquillados, con cascabeles en las muñecas y en los tobillos, los bacha bazi son niños afganos, preadolescentes y en condiciones de extrema pobreza, que son comprados por hombres de avanzada edad con la promesa de formarlos en danza y canto, pero también, casi siempre, con fines de explotación sexual.

Estos hombres se aprovechan de la miseria en la que se encuentran los jóvenes y sus familias, para forzarlos a travestirse y sufrir abusos sexuales; pero, también, los niños afghan boy kiteaceptan por miedo a la sociedad, porque si se niegan o se escapan, los hombres que tienen bacha bazi son poderosos e influentes, y a menudo golpean o ejecutan a aquellos que se niegan a bailar. Además de los daños físicos y psíquicos que sufren dichos jóvenes, hay que añadir el tabú y la percepción cultural que se encuentran ligados a esta práctica, los termina encerrando en esta situación.

El bacha bazi viene de una antigua tradición en Afganistán que, sin embargo, había desaparecido, pero que ha vuelto a surgir progresivamente, hasta ser socialmente aceptada en todo el país, especialmente en el norte. El hecho de poseer un “chico-juguete” es señal de poder y éxito social. Los hombres con un estatus de poder se benefician de una especie de inmunidad oficial; tienen un gran número de niños y a veces dejan que sus amigos pasen las noches con ellos. Para encontrarlos, abren tiendas cometas –un tradicional pasatiempo en Afganistán– o recorren las calles en busca de una nueva presa.
Sin embargo, esta práctica está considerada en contra de la Ley afgana y a la Charia, pero, las autoridades cierran los ojos frente al poder de los maestros de los bacha bazi. La Onu y Unicef han denunciado la reaparición de los bacha bazi, pero incluso Nazir Alimy, en misión para Unicef, explica que él “no puede nombrar –los compradores de bacha bazi– porque valora su vida”.

Radhika Coomaraswamy, representante especial del Secretariado General para los niños y los conflictos armados, es una de las pocas personas que está en contra de la tradición de los bacha bazi, pero le han dicho muchas veces que “no son cosas de las que se hable”. También Najibullah Quraishi habló al respecto, en 2010, en un documental, Los chicos danzantes del Afganistán –denunciando esta situación– con el fin de vencer el silencio y el tabú ligados a esta práctica. Este tabú, por cierto, hace que todavía sea más difícil erradicarlo.

Más información sobre el tema : http://www.bbc.co.uk/programmes/p00ff0hh

Escrito por: Manon Moreno
Traducido por: Marta Romero
Revisado por : María Arévalo Pérez