La República Centroafricana vive una crisis política desde su independencia, es decir, ya casi durante 55 años.
Una situación política caótica
En la última década, el reinado de François Bozizé ha estado marcado por el enfrentamiento de la población, incluyendo el movimiento Seleka.
Este movimiento es la unión de cinco grupos de rebeldes que derrocaron al Gobierno en marzo de 2013 y establecieron un nuevo, el cual no tiene control sobre los grupos armados que aterrorizan y abusan de la población.
Una crisis humanitaria que persiste
Teniendo en cuenta este contexto político, la situación humanitaria, que ya era grave antes de la caída de François Bozizé, está empeorando.
El día 30 de junio 2013, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados estima un número de 206.000 desplazados internos y un número de casi 60.000 personas que huyeron a Camerún, Chad y el Congo.
En un comunicado con fecha de 2 de julio de 2013, UNICEF ha manifestado su preocupación por el deterioro de la situación humanitaria que afecta especialmente a los niños. El portavoz de UNICEF afirmó que se ha constatado «un aumento de los casos confirmados de violencia contra las mujeres y también en el número de niños no acompañados, así como de reclutamientos de los mismos«.
La crisis sanitaria ilustrada por el cierre de clínicas se acopla a una crisis alimentaria. De hecho, cada vez más personas exigen recibir ayuda alimentaria, lo que provoca que el suministro de alimentos no sea suficiente.
La preocupación de la comunidad internacional
Inicialmente, la inestabilidad política ha sido considerada por la comunidad internacional como un conflicto resultado de una crisis política en el país de África Central. Sin embargo, la situación política no se estabiliza y la población civil está sufriendo. La ONU ha prometido una contribución de 7.000.000 euros para hacer frente al empeoramiento de esta crisis humanitaria. Esto parece lejos de ser suficiente si tenemos en cuenta que la Unión Europea pagó 330 millones de euros durante la crisis alimentaria en el Sahel en 2012, pero es un primer paso hacia la toma de conciencia internacional. La ayuda humanitaria no puede resolverlo todo: el fin del conflicto político es esencial para que mejore la situación humanitaria.
