Mortalidad infantil, mucho por hacer

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Según un informe de UNICEF, aunque la tasa de mortalidad infantil en el mundo se ha reducido a la mitad desde 1990, todavía hay que hacer muchos esfuerzos

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© UNICEF/BRDA2012-00032/PAWEL KRZYSIEK
Abril 2012. Un niño espera su comida en el centro de UNICEF en el municipio de Matongo, provincia de Kayanza, al norte de Burundi.

El 31 de diciembre de 2015 finaliza el último plazo para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Sin embargo, según un informe de UNICEF publicado en septiembre de 2013, el cuarto objetivo, que aspira a reducir en dos tercios la mortalidad de niños menores de cinco años, probablemente no se alcanzará. No obstante, el mismo informe realizado con las contribuciones del Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organicación de Naciones Unidas (ONU) es esperanzador. De hecho, mientras que en 1990 la mortalidad infantil afectaba a 12,8 millones de niños en el mundo, esta cifra ha pasado a 6,6 millones en 2012.

Los progresos más evidentes afectan a las regiones del sur de Asia, América Latina y el Caribe, mientras que en la región de África Occidental y Central, el índice de mortalidad infantil apenas ha disminuido. De hecho, todavía mueren dos millones de niños al año. Bangladesh, Etiopía, Liberia, Malawi, Nepal, Tanzania y Timor Oriental son los siete países que han logrado reducir en dos tercios su tasa de mortalidad entre la población infantil, lo que demuestra además que unos ingresos nacionales bajos no suponen un obstáculo para conseguir avances en la supervivencia de los niños.

En Bangladesh, donde la tasa ha disminuido un 72 por ciento, la mejora se debe principalmente a varios factures como la cobertura de vacunación, la terapia de rehidratación oral contra la diarrea, la ampliación de la red de profesionales de la salud a nivel local y a la educación de las madres. En cuanto a Brasil, que ha registrado una disminución del 77 por ciento, sus espectaculares resultados son consecuencia de la formación de las madres, el fomento de la lactancia materna y la ampliación de la atención sanitaria en las comunidades.

Anthony Lake, director ejecutivo de UNICEF, destaca estos avances positivos, al tiempo que recuerda que es necesario multiplicar los esfuerzos urgentemente: “Deberíamos alegrarnos de estos progresos. Pero, ¿cómo hacerlo si todavía queda tanto por hacer para alcanzar nuestro objetivo? Podemos acelerar el progreso y sabemos qué hacer para conseguirlo, debemos actuar urgentemente”, declara.

El informe recuerda que entre las causas principales de la mortalidad infantil se encuentran la neumonía, la diarrea y la malaria. Sin embargo, solamente la desnutrición sigue siendo la causa del 50 por ciento de los fallecimientos.