Kumari: la diosa viviente de Nepal

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Nepal, ese pequeño país legendario situado entre China e India, es el cruce entre las rutas de la sal y de la seda. El país inspira belleza por naturaleza. Buda nació en Nepal, y sólo en este país existen las diosas vivientes.

Kumari du Népal

La Kumari (palabra que significa virgen) es una niña de entre dos y cuatro años de edad, que ha sido escogida por su belleza con el fin de encarnar a la divinidad. Desde muy temprana edad, es separada de su familia para que pueda cumplir con este rol.

Estas niñas sólo son diosas por unos años. Son elegidas, a veces, desde la aparición del primer diente de leche, permaneciendo Kumari hasta la pubertad, caracterizada por la aparición de su primera menstruación. Es entonces que, de golpe, son devueltas a la vida normal, lo que a menudo les deja graves secuelas físicas y psicológicas.

La Kumari es seleccionada a temprana edad y debe cumplir con 32 criterios físicos estrictos que van desde el color de los ojos hasta el sonido de la voz. Las condiciones de vida de la Kumari son únicas. Debe seguir ciertas reglas como no caminar sobre el suelo (que se considera impuro), usar un maquillaje muy elaborado, vestirse con ropa fastuosa tradicional de color rojo y llevar puestos pesados adornos ​​de joyería.

Estas niñas son reverenciadas. En sus pocas apariciones públicas, sus reacciones son observadas, pues estarían comunicando mensajes. Por ejemplo, si la Kumari recibe un presente en silencio, es señal de que el favor solicitado durante la ofrenda será cumplido. Por el contrario, si llora o ríe a carcajadas, significa que la muerte o la enfermedad podrían ocurrir… A la Kumari se le priva de la vida normal que todo niño debería tener. Por lo general, no va a la escuela y vive todo el tiempo en la calma absoluta de los templos luego que los rituales de ropa y maquillaje han terminado.

Aunque para los defensores de esta tradición ésta es una vida de «princesa» -el sueño de toda niña-, de lo que en verdad se trata es de un real incumplimiento de sus derechos humanos. En efecto, para los defensores de los derechos, esta práctica es un atentado a la libertad y a la educación.

Una vez devueltas a la vida «mortal», estas niñas que fueron diosas vivientes se enfrentan con muchas dificultades, comenzando por el simple acto de caminar, ya que sus músculos se han atrofiado por haber sido cargadas a cada salida del templo por los servidores. Algunas no soportan ser nuevamente “normales” y ya no ser adoradas. Los efectos psicológicos son bastante comunes. Adicionalmente, las Kumaris a menudo terminan sus vidas solas porque, según la leyenda, quienes se casan con ellas mueren al año siguiente de la boda.

Después de la abolición de la monarquía en Nepal en 2008, la Corte Suprema ordenó una investigación sobre las condiciones de vida de las Kumaris. En su decisión, la Corte dictaminó que las jóvenes Kumaris debían tener más libertades y que se debía acordar darle un mayor espacio a la educación.

A pesar de este progreso, esta tradición sigue siendo muy debatida por los defensores de los derechos humanos, ya que a los ojos de muchos nepaleses que viven en la pobreza, es mejor crecer bajo la piel de una diosa que en la calle…

Esta tradición practicada en Nepal no es más que un ejemplo de tradiciones religiosas y sociológicas perpetradas contra los niños. Al igual que la mutilación genital femenina, este tipo de tradición es difícil de cuestionar, debido a que está enraizada en las costumbres de los pueblos.

Escrito por : Pauline Martinez

Traducido por Marcela Valdivia

Revisado por Ingrid Hernández Garrido