Niños de la calle en la Ciudad de México: un problema estructural

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El 3 de mayo de 2017, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), presentó su Informe Anual 2016, en el que señala que un tercio de la población en México son niños, niñas y adolescentes, de los cuales 21 millones viven en condiciones de pobreza (UNICEF, 2017). A propósito de la publicación de este Informe, vale la pena reflexionar sobre la situación que viven los niños de la calle en la Ciudad de México.

 

Existen 14,322 niños que viven y trabajan en la calle en la Ciudad de México, de acuerdo con una encuesta levantada en el año 2000 por el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Distrito Federal y UNICEF (INEGI, 2004).

La vida en las calles

Los lugares donde se pueden observar a los niños de la calle están principalmente en cruceros y avenidas, mercados y estaciones del metro de la Ciudad de México. Con menor frecuencia, se les encuentra en los parques, corredores comerciales, zonas turísticas, terminales de autobuses, terrenos baldíos y estacionamientos (Daniellle Strickland, 2011).
Las causas por las que viven o trabajan en las calles son diversas, y van desde los flujos migratorios, pobreza, desintegración social, abandono, maltrato y violencia familiar. Su destino con frecuencia llega a ser la discriminación, el consumo de drogas, la explotación laboral, la prostitución, el acoso policial y la delincuencia (Herrera Bautista, 2011).
Los trabajos o actividades que realizan para obtener recursos son muy variados. Algunos de estos niños y jóvenes se organizan en “bandas” para trabajar juntos y compartir las ganancias, obtener dinero, comida, drogas y protección, defender su territorio y posesiones, cuidarse de las autoridades, reafirmar su identidad y para establecer relaciones personales con otros miembros del grupo (Magazine, 2007).

Pese a la labor de las instituciones y organizaciones de la sociedad civil (OSC), el fenómeno sigue en aumento

Hay alrededor de 40 OSC dedicadas a los niños y niñas de la calle en la Ciudad de México (Daniellle Strickland, 2011). Desafortunadamente, en el trabajo que realizan ha predominado una visión asistencialista, sin coordinación ni continuidad, que más que lograr el objetivo de reintegrar a los niños de la calle a su familia o a la sociedad, lo único que ha conseguido es arraigarlos aún más en las calles, pues éstos terminan sirviéndose de los programas asistenciales como un medio más para obtener recursos para sobrevivir (Magazine, 2007).
La experiencia adquirida por parte de las instituciones y organizaciones demostró que pese a sus esfuerzos, el fenómeno estaba en ascenso y cobraba mayor complejidad. Es por ello que resulta necesario traducir este aprendizaje en propuestas de políticas públicas bien articuladas, para lograr un mayor impacto y uso más eficiente de los recursos, así como enfocarse en la prevención y en el desarrollo humano integral, atacando el problema estructural (REDIM, 2003).

Siete criterios mínimos para diseñar políticas públicas adecuadas

Consciente de que no existen soluciones simples a este problema, la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM, 2003) ha identificado siete criterios mínimos que deben seguir las políticas públicas dirigida a los niños de la calle: 1) calidad, para que estén elaboradas por expertos y basadas en estándares internacionales; 2) pertinencia, a fin de que sean sensibles a las necesidades de los niños; 3) relevancia, de modo que se elijan las más significativas; 4) presupuesto, pues deben estar respaldadas por recursos públicos suficientes; 5) marco jurídico, para que tengan adecuado fundamento legal; 6) transparencia, que nos permita evaluar el ejercicio presupuestal, y 7) visión a futuro, con impacto más allá de la administración en turno.

Un buen ejemplo de lo anterior, es la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, misma que regula la política de infancia en México y estableció el “Sistema Nacional de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes”, el cual actúa de manera transversal en los tres niveles de gobierno, creando sistemas estatales y municipales de protección. Creemos que siguiendo estos criterios se puede corregir errores y capitalizar el aprendizaje del siglo pasado. Es tiempo de renovar compromisos para que los derechos de las niñas y niños de la calle sean una realidad.

 

Escrito por : Rael Espin Zamudio

 

Referencias:

Daniellle Strickland, R. (2011). La calle de los jóvenes en la Ciudad de México: territorios y redes de las poblaciones callejeras. Recuperado el 8 de mayo de 2017, de http://revistarayuela.ednica.org.mx/sites/default/files/Art.%20Rebecca%20Danielle%20Strickland.pdf

Herrera Bautista, E. (2011). Infancia y juventud en situación de calle. Recuperado el 8 de mayo de 2017, de http://revistarayuela.ednica.org.mx/sites/default/files/Art.%20Elsa%20Herrera%20Bautista.pdf

INEGI. (2004). El trabajo infantil en México 1995-2002. Recuperado el 8 de mayo de 2017, de https://www.unicef.org/mexico/spanish/mx_resources_trabajo_infantil.pdf

Magazine, R. (2007). Los niños de la calle en la Ciudad de México: un marco alternativo para su estudio. Recuperado el 8 de mayo de 2017, de http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20101011014719/12-RogMagazine.pdf

REDIM. (2003). Red por los Derechos de la Infancia en México. Recuperado el 9 de mayo de 2017, de ¿Son pertinentes las acciones oficiales dirigidas a niños y niñas de la calle?: http://www.derechosinfancia.org.mx/Documentos/matlapa.pdf

UNICEF. (3 de mayo de 2017). Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en México. Recuperado el 7 de mayo de 2017, de Centro de Prensa: https://www.unicef.org/mexico/spanish/noticias_36073.html