escrito por Helmut Welge, Abogado y tesorero alemán de Humanium e.V. Alemania
«El cambio climático unifica el mundo». Así tituló hace poco el famoso periódico alemán «Frankfurter Allgemeine Zeitung» un reportaje sobre los grandes miedos de la humanidad.
Y es que, en efecto, como ha determinado el Centro de Investigaciones Pew de Washington, el cambio del clima global se considera la mayor amenaza para la humanidad en los cinco continentes (junto con la milicia terrorista «Estado Islámico»). La sociedad ha tomado conciencia de este problema sobre todo gracias a los climatólogos de todo el mundo, que llevan muchos años advirtiendo a la población de un «sobrecalentamiento» de la atmósfera terrestre con consecuencias alarmantes e impredecibles, como el ascenso del nivel del mar y cada vez más fenómenos atmosféricos extremos.
Por eso, desde la década de 1990, la comunidad internacional se ha esforzado por limitar el aumento de la temperatura a nivel mundial. El Protocolo de Kyoto y el Acuerdo de París son las medidas para mitigar el calentamiento global y prevenir el cambio climático más conocidas iniciadas por la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
¿Cómo ha podido llegar hasta aquí?
El clima y la temperatura del planeta se han visto afectados por: el aumento del uso de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural), la tala de la selva virgen en los países tropicales del planeta y el incremento de la ganadería para alimentar a una población en constante crecimiento, que empezaron con el comienzo de la industrialización en el siglo XIX.
Como consecuencia, la cantidad de gases de efecto invernadero, presentes en la atmósfera de forma natural, ha aumentado enormemente, lo que intensifica el efecto invernadero y el calentamiento global. Algunos de los gases que se encuentran en la atmósfera terrestre actúan de manera parecida al cristal de un invernadero. Permiten que el calor del sol entre, pero impiden que estas emisiones vuelvan al espacio. Muchos de estos gases son componentes naturales de la atmósfera terrestre.
Debido a la acción humana, sin embargo, la concentración de algunos gases ha aumentado mucho, sobre todo los siguientes: Dióxido de carbono (CO²), Metano y Gases fluorados.
El CO² es el gas de efecto invernadero más generado por la acción humana. Cerca del 63% del calentamiento climático se atribuye a este gas. A día de hoy, la concentración de CO² en la atmósfera es un 40% mayor que a comienzos de la industrialización. Los demás gases de efecto invernadero se emiten en menores cantidades.
¿A qué se debe este aumento de las emisiones?
- Al quemar carbón, petróleo y gas natural, se produce dióxido de carbono (CO²) y óxido nítrico.
- La tala de bosques (deforestación). Los árboles absorben CO², por lo que ayudan a regular el clima. Con la deforestación se pierde este efecto positivo, y el carbono almacenado en los árboles se libera a la atmósfera, donde exacerba el efecto invernadero.
- La intensificación de la ganadería. Las vacas, ovejas y demás ganado generan grandes cantidades de metano al digerir la comida.
- Los gases fluorados producen un efecto invernadero muy marcado, hasta 23.000 veces mayor que el del CO². Por suerte, estos gases se emiten en menores cantidades, y su uso está limitado por el derecho de la UE, al menos en Europa.
Consecuencias del calentamiento global
En la actualidad, la temperatura media global es 0,85 grados Celsius mayor que a finales del siglo XIX. Las tres últimas décadas han sido más cálidas que cualquier otra década desde que comenzaron los registros en el año 1850.
Los climatólogos consideran que un aumento de dos grados Celsius en comparación con la temperatura media de la época preindustrial marca el umbral que, en caso de superarse, aumentará masivamente el riesgo de cambios peligrosos y catastróficos en el medio ambiente global.
Por tanto, la comunidad internacional ha reconocido que se debe contener el calentamiento global por debajo de los dos grados Celsius.
De modo que se ha exigido a todos los países del mundo que tomen medidas legales en los sectores con más emisiones de su economía (generación de energía, transporte aéreo y terrestre, empresa y hogares privados) para mantener estos valores en los próximos años. Ya no nos queda mucho tiempo que perder.
Son los niños de hoy los que más sufrirán las consecuencias del calentamiento global. Entre todos, debemos impedir que esto ocurra. Humanium e.V. aboga por el derecho de los niños a vivir sin las amenazas del cambio climático.
Traducido por Laura Ibarrola