La Organización Internacional del Trabajo (OIT) instituyó en 2002 el Día mundial contra el trabajo infantil con el objetivo de atraer la atención hacia el gran número de niños que trabajan en el mundo y resaltar los esfuerzos para erradicar el trabajo infantil.
Cada 12 de junio, desde entonces, gobiernos, empresas, ciudadanos, miembros de la sociedad civil y organizaciones de trabajadores se unen en la lucha contra el trabajo infantil.
¿Qué es el trabajo infantil?
El trabajo infantil abarca una amplia variedad de actividades. Algunas son difíciles, extenuantes e incluso peligrosas y moralmente reprensibles. El trabajo infantil es aquel que priva a los niños de su infancia, de su dignidad y les impide explotar su potencial, al mismo tiempo que afecta a su escolarización, a su estado de salud y a su desarrollo físico y mental. En los casos más extremos, involucra la esclavitud, la prostitución o la pornografía y otras tareas que ponen en peligro la salud del niño. Otros trabajos no se incluyen dentro de lo que se considera trabajo infantil, como ayudar a los padres, colaborar en el negocio familiar o ganar algún dinero en su tiempo libre o durante las vacaciones.
El hecho de que un trabajo sea considerado como trabajo infantil o no depende de la edad del niño, de la naturaleza de la actividad y de las condiciones en las que se realice.
Un día especial
Desde el 2002, cada año se destaca un tema específico para darlo a conocer y realizar acciones específicas para combatir el trabajo infantil. En el 2013, fue el trabajo doméstico y en el 2012, los derechos humanos y la justicia social. Este día constituye una oportunidad para que socios de la OIT y empresas brinden su apoyo, por ejemplo, a través de la financiación de asociaciones de lucha contra el trabajo infantil.
La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño reivindica la puesta en marcha de una protección efectiva contra la explotación y el trabajo infantil.
Para más información El trabajo infantil