El 20 de noviembre de 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó por unanimidad la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño. ¡Por unanimidad! Era la primera vez en la historia que los Estados aprobaban un texto relativo a los derechos humanos por unanimidad. Estamos todos de acuerdo: tenemos un objetivo común, el de materializar los derechos de todos los niños.
El 20 de noviembre de 2008, fundamos Humanium con ese ideal y esa visión de un mundo mejor y más justo para todos.
El 20 de noviembre de 2018, 10 años después, constatamos una mejora de la situación de los niños en el mundo de la que podemos estar orgullosos. Humanium ha participado en ese esfuerzo global y se ha desarrollado hasta convertirse en una organización internacional profesional reconocida, apreciada y con un singular valor añadido.
Sin embargo, estamos muy lejos de dejar a un lado nuestro empeño y la urgencia de los retos de hoy no pueden esperar. Ya es muy tarde para actuar, es nuestra última oportunidad. Ya no es una cuestión de esperanza, sino una emergencia.
Sí, los derechos del niño son nuestra pasión desde hace ya una década.
En 2018, dijimos SÍ A LA EDUCACIÓN y SÍ A LA SALUD de una forma más firme, más impactante y con unas sólidas bases para su expansión futura.
Nuestros aliados operativos son fuertes. En India, Hand in Hand fue recompensada por el presidente indio por haber escolarizado a 300 000 niños que, de otro modo, probablemente habrían sido obligados a trabajar o a casarse a muy temprana edad. Este cambio en parte es también el de Humanium, gracias al apoyo de nuestros donantes, voluntarios y de todos aquellos que contribuyen a nuestras campañas. En Ruanda, nuestra estrategia única se ha sistematizado y ha demostrado todo su potencial para poner fin a la violencia infantil.
Estamos convencidos de que la base para actuar es una mentalidad positiva y fuerte que fomente la resiliencia de los niños y les permita convertirse en actores de sus comunidades para afrontar mejor los retos actuales y venideros, llegando hasta otros niños y jóvenes gracias al potencial que desarrollan en nuestros talleres.
Como defensores de los derechos humanos, los niños tienen cada vez más que decir y nosotros los apoyamos en todo el mundo incansablemente, porque juntos somos más fuertes.
