Niños de Italia
Descubriendo los Derechos del Niño en Italia
Italia es uno de los países fundadores de la Comunidad Económica Europea, sin embargo, está pasando por una difícil crisis socio-económica. El país ha tenido un avance en materia de derechos infantiles. No obstante, el futuro de los niños de la península se pone a prueba constantemente por un número de problemas que incluye, pero que no está limitado a: la pobreza, el trabajo infantil, la discriminación, y la falta de supervisión y respaldo adecuado para los refugiados en sus fronteras.
Índice de Cumplimiento de los Derechos del Niño : Población : 61 millones Esperanza de vida: 82,4 años |
Principales problemas que afectan a los niños en Italia:
Pobreza
En Italia, uno de cada siete habitantes vive en “relativa pobreza” y uno de cada veinte vive en “pobreza absoluta”. Este último concepto se describe como la incapacidad para obtener los bienes y servicios necesarios y mínimos para poder sobrevivir.
El riesgo de pobreza es extremadamente alto entre los niños de Italia. De hecho, alrededor del 25% de los niños italianos vive bajo amenaza de pobreza, a diferencia de un promedio de 20% en otros países de la Unión Europea. El número de niños por hogar tiene un impacto significativo en el nivel de riesgo. Un hijo único tiene un riesgo de pobreza de 7%, mientras que para un niño que tiene hermanos y hermanas el riesgo asciende a 30%.
En Italia, el riesgo de que un niño sea pobre es 1,5 veces más elevado que para su contraparte en Francia. Por lo tanto, hay una necesidad real de mejorar la situación social, económica y política en Italia para proporcionar a todos los niños una oportunidad verdadera de gozar de sus derechos fundamentales.
Trabajo infantil
En Italia, especialmente en el sur, decenas de miles de niños de las clases sociales menos privilegiadas buscan trabajo para ayudar a sus familias a sobrevivir. Esto constituye una violación al artículo 32 del CRC. Estos niños trabajan varias horas por día después de la escuela (algunos ni siquiera asisten a clases), durante los fines de semana o las vacaciones. En la mayoría de los casos son empleados en el sector gastronómico, pero también en el sector agrícola, comercial y de la construcción. Los horarios son estrictos, y muchas veces deben levantarse muy temprano para trabajar. Este tipo de vida lleva a algunos de ellos a unirse a la mafia.
Los niños y las organizaciones criminales
Las organizaciones criminales reclutan muchos jóvenes que luego son utilizados para realizar actividades ilegales, como el tráfico de drogas. Muchos de estos jóvenes, particularmente en el sur del país, son reclutados en distritos donde el desempleo y la violencia prevalecen.
Estos adolescentes provienen de familias pobres, a menudo abandonan la escuela y sólo conocen “la ley de la selva”. La mafia les proporciona lo que están buscando: identidad, pertenencia a un grupo, respeto y dinero. Gracias al carisma de los líderes de la mafia, los niños adoptan rápidamente a estos hombres como sus modelos de vida y depositan su confianza en ellos. Los niños más pequeños pronto se encuentran robando o mendigando, mientras que las niñas se ven forzadas a prostituirse.
Los niños refugiados
Italia cuenta con una gran ola de inmigrantes que consiste principalmente de personas provenientes de Asia y África. Recientemente, este flujo se vio incrementado por los disturbios en el norte de África. Estos inmigrantes o refugiados llegan en grupos, acompañados de sus hijos.
A menudo llegan en botes y los más jóvenes, así como también los más delicados y vulnerables llegan deshidratados y sufren los efectos de la falta de alimentación. Algunos de ellos terminan incluso muriendo como resultado.
Su situación tampoco mejora necesariamente una vez que llegan a Italia. Muchas veces no cuentan con los documentos de identidad adecuados, lo que dificulta determinar su edad. De hecho, a menudo sucede que los niños refugiados nunca fueron registrados oficialmente en su país de origen. Además, las condiciones de los campos de refugiados en Italia son deplorables. Los niños terminan siendo instalados en centros que no están bien preparados para satisfacer sus necesidades, por lo que sus derechos básicos no son respetados.
El gobierno italiano ha sido muy criticado por la comunidad internacional en su manera de manejar la situación de los refugiados, incluidos los niños, y todavía tiene mucho que hacer para mejorar su salud.
La organización de los derechos humanos Amnistía Internacional está preocupada por el entorno de intolerancia y discriminación en Italia. De hecho, los niños refugiados son invisibles a los ojos de la sociedad. Las autoridades no los ven, aquellos que deberían defender sus derechos tampoco los ven y los medios solo los mencionan para asociarlos a delitos criminales. Pero sí existen. Hay aproximadamente 800.000 de ellos en Italia, y no menos del 60% nació allí, creció en Italia, asiste a la escuela allí y habla el idioma nacional. En términos legales, sin embargo, no son italianos, ya que la ciudadanía por nacimiento no existe en la península.
Estos jóvenes son víctimas de varias formas de discriminación y exclusión. Con respecto a la escolaridad, por ejemplo, 45% de ellos tienen dificultades en sus estudios. Italia necesita mejorar la integración de estos niños en la sociedad y proporcionarles una identidad real.