Los niños de Rumanía se enfrentan a uno de los mayores índices de ciberacoso de Europa

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Ya en 2018, alrededor de cuatro de cada diez adolescentes rumanos afirmaban que habían sufrido ciberacoso. En ese momento Rumanía registraba la tasa de victimización más alta de siete países europeos, muy por encima de Grecia y España. Estudios nacionales más recientes confirman que el acoso en línea continúa estando extendido, con víctimas que sufren ansiedad, abandono escolar y dificultades para mantener relaciones de amistad. A pesar de las nuevas propuestas legales, en Rumanía el ciberacoso todavía se aborda de forma indirecta, dejando que la protección frente al ciberacoso dependa de iniciativas locales en vez de depender de una estrategia nacional continuada. 

Alcance del ciberacoso entre los niños rumanos en comparación con los del resto de Europa 

En 2018 Rumanía registró el índice más elevado de ciberacoso entre adolescentes según un estudio comparativo entre siete países europeos. Más del 37% de los adolescentes afirmaban haber sufrido acoso en línea durante el último año, en comparación con el 27% registrado en Grecia y el índice de tan sólo el 13% registrado en España (Athanasiou et al., 2018).

Estas formas de abuso se manifiestan de diferentes maneras en el día a día de los niños. Entre ellas se encuentran la recepción repetitiva de mensajes dañinos, la exclusión de grupos en línea, ser objeto de burlas mediante rumores o ser objeto de discursos degradantes de odio. En algunos casos, los datos personales de los niños fueron compartidos sin su consentimiento (Universitatea de Medicina si Farmacie «Grigore T. Popa», n.d.).

Los adolescentes más jóvenes tenían más probabilidades de sufrir ciberacoso que los mayores. Los adolescentes rumanos mayores de 16 años tenían casi un 50 % menos de probabilidades de ser victimizados en comparación con sus compañeros más jóvenes, lo que indica que la adolescencia temprana y media, son los periodos más vulnerables, en los que los niños están muy activos en Internet y menos preparados para gestionar conflictos en entornos digitales. 

Los patrones de utilización diaria de Internet también son importantes: quienes pasan más de dos horas al día en redes sociales se enfrentan a un 83% más de posibilidades de sufrir ciberacoso (Athanasiou et al., 2018).

La realidad diaria del ciberacoso para los niños rumanos

El acoso escolar sigue siendo una realidad diaria para muchos niños en Rumanía. En 2021 casi la mitad de los estudiantes afirmaban haber sido víctimas de acoso escolar y más de ocho de cada diez habían visto a sus compañeros pasar por lo mismo. En 2022, un estudio de una universidad de Iași, en Rumanía, mostró que estas experiencias no solo eran habituales, sino que tenían un impacto claro en la salud mental de los niños (Rus et al., 2024).

En 2023 se publicó un informe sociológico nacional sobre el impacto del ciberacoso en los niños y en los adolescentes y se llevó a cabo una campaña de concienciación por todo el país. Ese mismo año la línea telefónica nacional de ayuda para la infancia registró 1.167 llamadas, en las que el ciberacoso fue uno de los motivos más comunes para pedir ayuda (Save the Children Romania, 2023).

Estos datos confirman que, a pesar de los programas preventivos, las agresiones en línea siguen siendo una práctica generalizada en 2023 y muchos niños rumanos se enfrentan a una lucha diaria para sentirse seguros en los entornos digitales que desempeñan un papel clave en su vida social (Save the Children Romania, 2023).

Espacios digitales en los que tiene lugar el ciberacoso

El acoso entre los adolescentes rumanos está estrechamente relacionado con los espacios digitales en los que los niños pasan su tiempo. Tres de cada cuatro víctimas sufrieron acoso en Facebook, dos de cada cinco en Instagram y casi uno de cada cinco a través de los videojuegos. Las chicas fueron acosadas más frecuentemente en Facebook e Instagram, mientras que los chicos lo fueron en los espacios de juego en línea y en YouTube (Balas et al., 2023).

Más de la mitad de las víctimas fueron insultadas mediante mensajes privados, mientras que el 39% fueron arrastrados a peleas en línea y el 35% vio cómo se difundían rumores falsos sobre ellos. Casi una cuarta parte de ellos recibieron mensajes amenazantes y algunos grupos más pequeños sufrieron el acceso ilegal a sus perfiles o el robo de su identidad. Otros sufrieron que se compartieran imágenes confidenciales sin su permiso o fueron contactados en repetidas ocasiones por extraños (Balas et al., 2023).

Los riesgos de estos entornos virtuales quedan claros en un caso que atrajo la atención nacional, en el que un blogger conocido llamado Colo, que contaba con casi un millón de seguidores, subió a la red un video alentando al acoso y a la violencia contra las chicas adolescentes. En él afirmaba que las chicas que se vestían con ropa provocativa merecían ser maltratadas, llegando incluso a ir tan lejos como para describir actos de violencia sexual (Universitatea de Medicina si Farmacie «Grigore T. Popa», n.d.).

Para los niños y adolescentes que ven estos vídeos, dichas afirmaciones desdibujan la línea divisoria entre el entretenimiento y el permiso para dañar a otros. Al menos una chica de 16 años se presentó ante la policía después de verse directamente afectada, admitiendo que ya no se sentía segura al salir de casa o ir a la escuela (Universitatea de Medicina si Farmacie «Grigore T. Popa», n.d.).

Aunque Colo publicó después otro vídeo afirmando que sus comentarios sólo habían sido una “broma”, el impacto en los jóvenes ya había hecho efecto, e incluso algunos siguieron su ejemplo. Este caso muestra la rapidez con la que el odio en las redes puede escalar hasta convertirse en ciberacoso, en el que las palabras dañinas se difunden ampliamente y afectan gravemente a los niños (Universitatea de Medicina si Farmacie «Grigore T. Popa», n.d.).

Factores que aumentan la vulnerabilidad de los niños rumanos

En 2010 tan sólo el 2% de los niños rumanos accedía a Internet desde sus teléfonos móviles, en comparación con el 31% que lo hacía en Noruega. En 2018 la cifra en Rumanía había aumentado hasta el 86%, una de las cifras más altas de Europa. Esta rápida expansión en menos de una década muestra la rapidez con la que los niños rumanos se mueven en línea, a menudo más rápido de lo que los padres o las escuelas se pueden adaptar para poder guiarles, creando así una base para las vulnerabilidades a las que se entrentan hoy en día (Smahel et al., 2020).

A diferencia de lo que ocurre en Europa occidental, donde el crecimiento digital fue más constante y estuvo respaldado por programas escolares, la tardía pero rápida adopción de los medios digitales en Rumanía ha dejado a los niños más expuestos. Los instrumentos de protección legal débiles y una educación limitada en alfabetización digital han hecho que los niños sean todavía más vulnerables al abuso en línea (Athanasiou et al., 2018). 

Al mismo tiempo, los padres de los niños rumanos a menudo son una parte del problema en vez de una fuente de apoyo. Más de uno de cada cuatro niños afirmó que sus padres habían compartido en línea imágenes o información personal de ellos sin pedirles permiso y casi un tercio había pedido que dicho material se retirase de la red (Smahel et al., 2020). 

Un estudio nacional llevado a cabo en 2023 puso de manifiesto que la mayoría de los padres rumanos consideraba el uso de pantallas y la exposición en Internet como los principales peligros a los que se enfrentan los niños, pero, a pesar de ello, menos de cuatro de cada diez afirmaba supervisar de forma activa el uso de Internet por parte de sus hijos o aplicar filtros de contenido. Para muchos niños esto supone pasar largas horas en línea en sus casas sin tener una protección constante (Romania Journal, 2023).

En cambio, en los Países Bajos desde hace tiempo se combinan los programas de formación temprana en alfabetización digital con una supervisión parental activa. Los niños holandeses también crecen en una cultura en la que los ciberacosadores son condenados abiertamente por sus compañeros, lo cual ayuda a entender por qué las tasas de cibervictimización allí se mantienen entre las más bajas de Europa (Athanasiou et al., 2018).

Consecuencias para los niños que sufren ciberacoso 

El impacto del ciberacoso en los niños puede ser grave. De hecho, hay una relación muy clara entre el ciberacoso y la depresión en los adolescentes de Rumanía. Se ha demostrado que participar en una agresión en línea en un momento dado predice niveles más elevados de síntomas depresivos meses después. 

Además, factores como la soledad, la baja autoestima, o el recibir una educación agresiva por parte de los padres están estrechamente relacionados con el ciberacoso, tanto en forma de victimización como de perpetración. Para los niños esto significa que la falta de afecto en sus hogares puede convertirles en objetivos más fáciles, mientras que una educación parental dura puede aumentar el riesgo de que ellos acosen a otros (Iorga et al., 2022). Según explica la psicóloga infantil Dra. Monica Barreto:

“En general, el ciberacoso ocurre a una escala más amplia y omnipresente en comparación con el acoso tradicional. Aunque no implica violencia física, tiene la capacidad de causar un daño significativo a la reputación, al bienestar emocional y a las relaciones sociales de los niños o de los adolescentes.”

– Dra. Monica Barreto, Psicóloga Infantil en el Hospital Infantil Arnold Palmer de Orlando (Suciu, 2021)

La legislación contra el ciberacoso en Rumanía en comparación con la de otros Estados miembros de la UE

Rumanía sigue siendo uno de los pocos países de la UE en los que el ciberacoso no está definido como un delito general. En su lugar, se aborda de forma indirecta a través de otras áreas del derecho. La Ley Nº 106/2020 modificó la legislación existente sobre violencia doméstica para incluir la categoría de “violencia cibernética” (Murphy, 2024).

El ciberacoso en las escuelas está contemplado en la Ley Nacional de Educación Nº 1/2011, en la que se prohíben las acciones que pongan en peligro la salud física o psicológica de los niños y se prevé la formación de los docentes. Una normativa de 2020 definió de forma más precisa el ciberacoso en el contexto escolar, incluyendo acciones como la exclusión de los grupos en línea, el hackeo de cuentas o la difusión de contenido ofensivo (Murphy, 2024).

En cambio, varios países de la UE han establecido marcos más directos y detallados:

  • Irlanda introdujo la ley “Coco’s Law” en 2020, la cual criminaliza las comunicaciones en línea de contenido dañino y el intercambio no consensuado de imágenes íntimas.
  • Francia reconoce el ciberacoso en el Código Penal como un delito específico penado con multas y penas de prisión, con agravantes en el caso de que las vícitimas sean menores de edad.  
  • Italia aprobó la Ley Nº 71/2017, en la cual se recoge una definición exhaustiva del ciberacoso y se permite que los menores o los padres soliciten la eliminación inmediata de contenido digital dañino. 
  • Austria criminalizó el ciberacoso en 2016 y en 2021 introdujo nuevos procedimientos civiles para permitir a las víctimas que soliciten rápidamente la retirada del contenido ilegal, con multas de hasta 10 millones de euros para las plataformas que no cumplan la ley. 
  • Eslovaquia modificó su Código Penal en 2021 para definir el “acoso electrónico peligroso”, criminalizando de forma explícita la repetida intimidación, humillación o diseminación de material personal a través de medios digitales (Murphy, 2024).

Medidas legislativas y políticas para proteger a los niños en Rumanía

Rumanía, como Estado Parte en la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, está obligado legalmente a proteger a los niños frente a todo tipo de violencia, incluida la violencia en los espacios digitales. El Comité de los Derechos del Niño le ha recordado en repetidas ocasiones a Rumanía esta obligación en sus observaciones finales, instando a que se adopten medidas nacionales más firmes para garantizar que las escuelas y las familias proporcionen entornos más seguros para los niños (Refworld, 2003).

Las reformas llevadas a cabo en 2025 sugieren que Rumanía está actualizando lentamente su marco legal para reflejar en él los riesgos a los que se exponen los niños en los entornos digitales, pero la protección frente al acoso escolar y al ciberacoso continúa estando fragmentada. 

A nivel de las políticas implantadas, la implementación en Rumanía de la iniciativa de la UE para una Internet mejor para los niños (BIK+, por sus siglas en inglés) sólo se ha realizado de forma parcial. El informe de seguimiento de políticas de 2025 señaló que los derechos digitales de los niños están implícitos, pero no garantizados explícitamente en la legislación nacional.

Los datos sobre riesgos en la red se recopilan solo de forma esporádica y la responsabilidad se dispersa entre diferentes autoridades. En la práctica, esto significa que las respuestas al ciberacoso a menudo dependen de proyectos temporales o iniciativas de ONGs, en vez de depender de un sistema nacional coordinado (Unión Europea, 2025).

En cuanto al marco legislativo, se intenta proporcionar a los padres herramientas más formales para proteger a los menores de los riesgos digitales mediante la formulación de nuevas propuestas. En junio de 2025, miembros del Partido Nacional Liberal presentaron un proyecto de ley para establecer la edad digital de consentimiento en los 16 años. En caso de ser adoptada, esta ley exigiría que los niños menores de 16 años necesitasen el consentimiento parental para poder abrir cuentas en redes sociales o plataformas de juegos en línea o de entretenimiento (Central Europe Report, 2025).

En julio de 2025, la Dirección Nacional de Ciberseguridad (DNSC) adoptó un reglamento sobre las plataformas de redes sociales con el objetivo de frenar los abusos, a la vez que se equilibra la libertad de expresión. El reglamento identifica los principales riesgos en línea y otorga a las autoridades el poder para exigir la eliminación de contenido manipulador según la Ley Nº 50/2024 (OneTrust DataGuidance, 2025).

Para los niños este es un paso importante, ya que reconoce que en los entornos digitales dañinos en los que con frecuencia se solapan el acoso escolar, la explotación y la desinformación, se requiere una mayor vigilancia de las plataformas. A pesar de ello, el foco principal del reglamento sigue estando dirigido en gran medida a la ciberseguridad más que al acoso en línea al que se enfrentan los adolescentes rumanos. El ciberacoso se menciona solo de forma indirecta, dejando sin aclarar cómo los propios niños pueden denunciar el abuso y recibir a tiempo el apoyo necesario.  

Además de regular las plataformas, Rumanía debe adoptar una estrategia integral que priorice el bienestar de los niños en los entornos digitales: 

  • Procedimientos claros para denunciar y responder ante el ciberacoso tanto a nivel escolar como en las plataformas.
  • Integración en el curriculum de la alfabetización digital y la ciudadanía digital para que los niños aprendan a navegar en los espacios digitales de forma segura. 
  • Financiación destinada específicamente a los servicios de asesoramiento y de salud mental para las víctimas de abuso en línea. 
  • Mecanismos que pongan en valor las opiniones de los niños a la hora de formular las políticas de ciberseguridad, asegurándose de que sus derechos se reconozcan de forma explícita y no sólo implícita. 

Humanium apoya a cada niño afectado por el ciberacoso y trabaja para conseguir un futuro en el que su derecho a la seguridad, dignidad y participación sea completamente respetado. Puedes apoyar nuestra labor colaborando como voluntario, apadrinando a un niño o haciendo un donativo. Juntos podemos mejorar la protección de los niños y crear espacios tanto digitales como presenciales en los que puedan crecer más seguros.

Escrito por Lidija Misic

Traducido por Concepción Ruiz

Revisado por Esperanza Escalona

Bibliografía:

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