Niños en Irlanda
Descubriendo los Derechos del Niño en Irlanda
En general, los niños en Irlanda tienen una muy buena calidad de vida. No obstante, con el fin de atender mejor la Convención Internacional de los Derechos del Niño, Irlanda debe esforzarse más. El respeto de algunos principios como la no discriminación o la prohibición de la violencia contra los niños todavía debe mejorar, y esto, en un difícil contexto económico.
Índice de Cumplimiento de los Derechos del Niño :: Población : 4,670 millones Esperanza de vida: 8,07 años |
Principales problemas a los que se enfrentan los niños en Irlanda:
Las ayudas sociales destinadas a los hogares más pobres no son suficientes y porello sufren los niños más desfavorecidos. Las familias monoparentales son las más afectadas, y la crisis financiera ha acentuado más este fenómeno debido al aumento del desempleo y aún más importante a las restricciones presupuestarias del gobierno.
Existen casos de discriminación hacia la minoría gitana, los viajeros, y los niños discapacitados, principalmente en la admisión a las escuelas, y en el acceso a la vivienda y a los servicios básicos de salud.
Parece que aún existen comportamientos y frases racistas en las escuelas, en la primaria y secundaria, por parte de profesores y de los demás niños.
Los esfuerzos de Irlanda para integrar o familiarizar los niños de las comunidades extranjeras a la cultura irlandesa no son suficientes y su marginalización sigue siendo un problema.
Protección de la infancia
Un informe con mucha acogida mediática ha publicado casos de maltrato en donde se dice que más de 30 000 niños han sido víctimas, quienes el gobierno había ubicado en instituciones católicas entre 1936 y 2000. Por lo general, las denuncias no se registran ni se hacen investigaciones al respecto.
Otro informe señala cientos de casos de abuso sexual y de maltrato cometido por sacerdotes entre 1975 y 2004, aún ocultos por la Iglesia y las autoridades. Los niños no han sido protegidos y algunos de ellos incluso ya murieron sin que los culpables hayan sido castigados.
Estos asuntos reflejan los grandes vacíos del sistema de protección y cuidado de los niños. En los dos casos, se habla de tortura y de actos inadmisibles que han sido cubiertos por la población y por las autoridades en diferentes niveles.
En 2010 debía organizarse un referendo relacionado con la introducción de una nueva disposición sobre los derechos del niño en la Constitución. El objetivo era prevenir tales abusos. No obstante, este proyecto ha sido aplazado, al igual que las directrices para la protección del niño que Irlanda debía incluir en sus leyes nacionales. Por tal motivo se corre el riesgo de que este tipo de violaciones sigan presentándose bajo las mismas condiciones.
Al interior de la familia los castigos corporales no se prohíben explícitamente. Es lamentable la falta de sensibilización de la población en cuanto a las formas no violentas de educación y disciplina, y a los efectos nefastos de los castigos corporales.
Además, es una lástima que Irlanda no luche más contra las mutilaciones de genitales en las mujeres practicadas en su territorio.
Algunas medidas, como el encarcelamiento, todavía se aplican con frecuencia,, cuando deberían utilizarse únicamente como último recurso. La falta de medidas alternativas a la reclusión de menores es igualmente deplorable
Por otra parte, no todos los menores estarían recluidos en celdas separadas de los adultos. Por ejemplo, algunos centros para jóvenes de 18 a 21 años reciben menores de 16 a 17 años y rechazan al acceso de las asociaciones de defensa de los derechos del niño que desean visitar los lugares para verificar las condiciones de encarcelamiento de menores.
Interés superior del niño
La opinión del niño y la noción de interés superior todavía se tienen muy poco en cuenta durante los diferentes procesos legislativos y las decisiones administrativas y judiciales.
Igualmente, la religión católica, muy presente en Irlanda, tiene una gran influencia en el sistema escolar. Los niños que no son católicos no pueden elegir una educación religiosa diferente, o incluso una laica.
Los niños más vulnerables, principalmente los refugiados, tienen grandes dificultades para acceder a cuidados gratuitos. El cuidado de los niños que padecen enfermedades mentales es muy criticable por la falta de estructuras y de servicios adaptados a sus necesidades y a los de sus familias.
Los niños víctimas de problemas psicológicos muchas veces reciben tratamiento con adultos, cuando necesitarían un cuidado especial. Faltan igualmente estructuras y prestaciones sociales destinadas a ayudar a los huérfanos.
Adolescentes
Los jóvenes consumen mucho alcohol y la falta de campañas de sensibilización sobre los efectos nefastos de esta sustancia en la salud es lamentable. Además, la tasa de suicidio de los jóvenes es bastante elevada y parece estar relacionada con este consumo.
A los adolescentes también les falta recibir cursos de educación sexual. La ausencia de información al respecto se refleja en las consecuencias sobre la salud de estos menores. El riesgo de transmisión sexual de enfermedades es más elevado. Además, como la interrupción voluntaria del embarazo es prohibida, las jóvenes que desean abortar deben hacerlo clandestinamente y muchas veces en condiciones de higiene deplorables.