Niños de Mongolia
Descubriendo los Derechos del Niño en Mongolia
Mongolia tiene la densidad poblacional más baja entre todos los países (1.76/sq km), con la mayor parte de su vasto territorio sin explotar o mapeado de forma insuficiente. Es un país donde los niños no son afortunados en comparación con sus pares de otras naciones; la situación de los niños mongoles que viven en las calles es de creciente preocupación al igual que la de aquellos que llevan una vida nómada.
Índice de Cumplimiento de los Derechos del Niño : 7,86 / 10 Nivel naranja: Problemas evidentes Población : 3,2 millones Esperanza de vida : 67,5 años |
Principales problemas que afectan a los niños en Mongolia:
Pobreza
La pobreza es extendida en Mongolia, con un 36% de la población que vive por debajo del umbral de la pobreza. Esta problemática se ve agravada por las preocupantes – y crecientes – disparidades entre las zonas rurales y urbanas. Los niños mongoles sufren directamente las consecuencias devastadoras de la falta de recursos, especialmente con respecto a la salud, la nutrición, la higiene y la educación. La creciente población que vive en los barrios más pobres es la más perjudicada por estas deficiencias.
Salud
La cantidad de problemas de salud que afectan a los adolescentes de Mongolia está en aumento. Los principales problemas son el estrés, la depresión, la anomia y la rápida adicción al tabaco y las drogas. Los niños y niñas de las ciudades, especialmente las niñas, son los más afectados. Los medios de prevención, de información y de ayuda para los adolescentes con problemas son insuficientes tanto en las zonas urbanas como en las zonas rurales más aisladas. En consecuencia, el país tiene una de las tasas de suicidio, tanto infantil como de adultos, más altas del mundo.
Derecho a la educación
Mongolia se ha esforzado por mejorar la cobertura y la calidad de la educación que los niños reciben. Gracias a estos esfuerzos, la educación es hoy gratuita y obligatoria. Sin embargo, aún persisten muchos problemas.
Se ha observado que los niños se ausentan con mucha frecuencia de las escuelas. Abandonan su educación tempranamente lo que refleja una mentalidad tradicional que le resta importancia a la necesidad de que los hombres continúen su educación más allá de la adolescencia. Esto es especialmente endémico en las poblaciones nómadas – 30% del total – donde los niños asumen el papel de pastores a temprana edad.
Otro problema preocupante es el castigo corporal todavía persistente en las escuelas. Esta práctica es aún ampliamente aceptada y utilizada por los profesores – con la aprobación tácita de los padres -. Sus dañinas consecuencias tanto físicas como psicológicas pesan sobre las víctimas por el resto de sus vidas.
A pesar de las mejoras propuestas llevadas a cabo en el ámbito de la educación, los esfuerzos del gobierno de Mongolia no han logrado beneficiar adecuadamente a las poblaciones geográficamente más aisladas. Una cantidad significativa de los niños – los que viven fuera de las ciudades – no han sido favorecidos de los mismos programas que sus pares que viven en las urbes.
Trabajo infantil
Aproximadamente el 18% de los niños de Mongolia son económicamente activos. Muchos de ellos abandonan la escuela a temprana edad para encontrar un trabajo y ayudar a sus familias, esta práctica es especialmente frecuente en las comunidades nómades donde esto es parte de la norma cultural. Los ambientes de trabajo – sobre todo en las zonas urbanas – son a menudo peligrosos para la salud de los niños y muchas veces ponen sus vidas en riesgo.
Los sectores de la minería y la agricultura emplean a un número considerable de niños. Este tipo de trabajo es agotador para jóvenes y niños y al mismo tiempo riesgoso. Las repercusiones para su salud física y mental son numerosas y malignas. Por ejemplo, la extensiva industria del oro de Mongolia plantea serios problemas de salud para los niños trabajadores, quienes se ven expuestos a los nocivos productos químicos que son parte del proceso de producción.
Niños de la calle
El número de niños que viven en las calles de las ciudades de Mongolia está en constante aumento. Huyendo de la pobreza y el abuso en sus regiones de origen, estos niños sueñan con tener un empleo y una vida mejor en las ciudades. Lamentablemente, la realidad dista de ser favorable incluso para sus más modestas expectativas. La lucha por la supervivencia es difícil, plagada de dificultades y frecuentemente destinada al fracaso. Sólo en la capital del país, Ulan-Bator – hogar de un impresionante 45% de la población de 2,75 millones de habitantes del país – el número de niños condenados a esta realidad se estima es de 400.000, es decir, el 14,5% de toda la población.
Las condiciones de vida en estas circunstancias son cercanas a la tragedia. Los jóvenes indigentes luchan día y noche para encontrar refugio y alimento. Los delincuentes organizados se benefician de la precaria situación de estos jóvenes y de un sinnúmero de niños que terminan siendo víctimas de la droga, el tráfico y el comercio sexual. Los niños atrapados en las redes de criminales son explotados sin piedad, abusados económica y sexualmente, enfrentando perspectivas de futuro desalentadoras e inexistentes.
Niños discapacitados
A pesar de los recientes esfuerzos del país por mejorar la realidad de los niños con discapacidades físicas y mentales, aún queda mucho por hacer. Estos niños son marginados por la sociedad y ven sus derechos básicos violados a diario. Desgraciadamente, los servicios y organizaciones que se especializan en ayudar a los niños con discapacidad son inadecuados.
Además de no tener sus derechos plenamente garantizados, el acceso de esos niños a los servicios públicos es muy limitado. Por ejemplo, sigue siendo difícil para ellos recibir la educación o la atención médica necesaria, lo que hace de la discapacidad un problema agobiante para los individuos afectados y la sociedad en su conjunto.