El marketing de «influencers» es uno de los segmentos de más rápido crecimiento en la industria corporativa; la atención de las masas se halla solo a un fácil y accesible clic a distancia (60 Minutes Australia, 2020). Las fuentes de redes personales, como los videos caseros, se han convertido rápidamente en un mercado lucrativo, lo que plantea serias dudas sobre el rol de los padres en la protección de derechos de los niños en este nuevo espacio comercial. La nube oscura que flota sobre este nuevo fenómeno es el hecho de que los padres tienen simultáneamente el poder de beneficiarse de la participación de sus hijos en esta actividad comercial, pero también la responsabilidad de proteger sus derechos humanos (60 Minutes Australia, 2020).
En los últimos años, los niños «influencers», niños con un gran número de seguidores en las redes sociales, han catalizado una industria publicitaria en redes sociales de 8 millones de dólares, con niños altamente ‘exitosos’ que generan hasta 26 millones de dólares al año a través de la publicidad y el intercambio de contenido patrocinado (Masterson, 2020). Los niños se hallan bajo un grave riesgo de explotación porque carecen del derecho legal a los ingresos que generan, o de condiciones de trabajo seguras y protecciones a través de las leyes laborales (Masterson, 2020).
De hecho, muchas jurisdicciones son tan respetuosas con los derechos de los padres para tomar decisiones autónomas al criar a sus hijos que existe poca o ninguna regulación de la producción de contenido de redes sociales que involucre a los niños (Langford, 2020). Hay argumentación sólida para ampliar la legislación existente, que protege a los niños trabajadores y artistas, para incluir la participación de los niños en el contenido de las redes sociales.
¿Quiénes son los niños «influencers»?
Los niños «influencers» o “Kidfluencers” son niños que han sido publicados online en diferentes plataformas de redes sociales generando un gran número de espectadores y seguidores, a menudo ganando dinero por contenido patrocinado (Masterson, 2020). La mayoría de las plataformas de redes sociales como Instagram y YouTube requieren que los usuarios tengan 13 años o más para crear cuentas en sus sitios web. Como resultado, la mayoría de los padres de los niños «influencers» administran sus cuentas para poder mantener su presencia en línea.
Famosos niños «influencers» como Ryan Toys Review en YouTube (una cuenta que actualmente tiene 28 millones de suscriptores) están bajo una presión constante para producir contenido de forma regular (CBS, 2019). Ryan Kaji, de 7 años, siendo el centro del canal, ganó aproximadamente 22 millones de dólares en 2018 (Lambert, 2019). Ryan es uno de los muchos niños en el corazón de la industria en la que las familias de niños «influencers» reciben una compensación por el contenido patrocinado promovido en las plataformas de redes sociales, anuncios digitales y mercadotecnia (Masterson, 2020). Las grandes sumas de dinero invlucradas en la industria proporcionan un fuerte incentivo para los padres y tutores, elevando el nivel de vulnerabilidad infantil.
Los niños «influencers» con un millón de seguidores o más son capaces de ganar 10.000$ o más por publicación patrocinada (CBS, 2019). Quizás lo más preocupante es la ausencia de legislación y política para la protección de los niños envueltos en esta práctica. Aunque los niños actores pueden acceder a numerosos mecanismos de protección, los niños «influencers» son tratados de manera diferente porque su actividad tiene lugar en un escenario casero privado en una plataforma en la que los padres participan consensualmente (Masterson, 2020). Su actividad no puede verse como ‘trabajo’ debido a la ausencia de una relación empleador-empleado y al hecho de que se considera que los niños realizan actividades normales frente a la cámara en lugar de realizar una «actuación» (Masterson, 2020).
A pesar de ello, los mismos daños existen para los niños infuencers así como para los niños actores. La pérdida de privacidad, el trabajo infantil, la explotación infantil y la privación de otras oportunidades (como faltar a la escuela) son riesgos comunes, así como los daños físicos y psicológicos adicionales como las prácticas de explotación debido a la naturaleza no regulada del espacio de las redes sociales (Masterson, 2020). Sin leyes laborales o permisos de trabajo, los niños están expuestos a infinitas horas de trabajo sin regulaciones sobre su bienestar o tiempos de descanso y recreación (Wong, 2019).
También existe el riesgo de que estos niños sean sacados de la educación para ganar dinero al cual tienen algún derecho legal (Wong, 2019). Se puede argumentar que este es un ejemplo de enriquecimiento ilícito y acuerdo propio, ya que los padres están consintiendo el uso de la imagen de sus hijos en la publicidad para ganar dinero (Wong, 2019). A pesar de esto, la práctica sigue siendo común, y se espera que la industria del marketing de «influencers» crezca a 15 mil millones de dólares para 2022 (Mooney, 2019).
Leyes laborales infantiles y la ley Coogan
Aunque existen regulaciones y reglas en la industria del entretenimiento infantil, estas cláusulas rara vez se aplican a los niños «influencers». La Ley Coogan, que se originó en California en 1939, proporciona un modelo para las formas en que los nuevos legisladores podrían actuar para proteger mejor a los niños. La ley fue creada a razón de que Jackie Coogan, un niño actor, descubriera a la edad de 21 años que sus padres habían gastado todas las ganancias de su carrera cinematográfica (Masterson, 2020).
Para protegerse contra esto, la ley garantiza que los padres deben establecer una cuenta fiduciaria protegida para depositar una parte del salario del actor infantil hasta que tenga 18 años (Masterson, 2020). Los legisladores intentaron sin éxito revisar el proyecto de ley para incluir «publicidad en redes sociales» en 2018 (Lambert, 2019). La ley (y otras) existe para proteger a los niños de las grandes corporaciones y salvaguardar contra el riesgo de que los niños puedan ser fácilmente explotados en acuerdos laborales (Whyte, 2019). Convencionalmente, leyes como estas no han fallado en aplicarse a los niños «influencers» que existen en una ‘zona gris’ que difumina la línea entre el trabajo y el hogar (Whyte, 2019).
Más recientemente, en 2020, Francia ha promulgado una nueva legislación (que entrará en vigor en abril de 2021) para responder específicamente al fenómeno de los niños «influencers». En virtud de la nueva disposición – «la explotación de la imagen de los niños en todas las plataformas en línea» – se protegerá todo el dinero que ganen los niños si son menores de 16 años (Cuthbertson, 2020). Esta nueva ley innovadora consagra aún más el «derecho al olvido», lo que significa que las plataformas de redes sociales están obligadas a eliminar el contenido infantil a petición del niño (BBC, 2020).
Si bien la ley no protege a todos los niños, asegura que los niños «influencers» estén suficientemente protegidos (BBC, 2020). Según la ley, los padres están obligados a recibir autorización del gobierno antes de que su hijo participe en actividades en línea que equivalgan a una ‘relación laboral’ (un acuerdo que se asemeja a una experiencia de empleado-empleado). Otras disposiciones como la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Línea (COPPA, por sus siglas en inglés) han considerado extender los permisos de trabajo a los espacios en línea, en un intento por regular el espacio digital (Langford, 2020).
Los niños «influencers» y la explotación infantil: un vínculo inseparable
Muchos padres y tutores se opondrán a la idea de que han «empujado» a sus hijos a las redes sociales, en lugar de ello, éstos sugieren que esta fue una elección – una que sus hijos han tomado porque disfrutan de las plataformas (Mums at the Table, 2020). Normalmente, estos puntos de vista se centrarán en los aspectos positivos de la participación de los niños en el mundo de las redes sociales, como la exposición a las habilidades empresariales y el desarrollo empresarial (Mums at The Table, 2020). Sin embargo, estos padres con frecuencia pasan por alto los daños potenciales de exponer la vida de sus hijos a grandes audiencias que escudriñan su desarrollo e invaden su privacidad (CBS, 2019).
Mejores formas de avanzar
Aunque las empresas de redes sociales como YouTube se han comprometido a tomar medidas para combatir la explotación infantil y proteger la privacidad de los niños en sus plataformas (Cuthbertson, 2020), los mecanismos de responsabilidad siguen siendo escuetos. Hay algunas vías para posibles soluciones:
- Los gobiernos podrían intentar imponer permisos de trabajo a los niños «influencers» para rastrear qué padres y tutores obtienen ganancias de la actividad de sus hijos en las redes sociales (Langford, 2020). Esto permitiría principalmente la recopilación de datos para cuantificar la escala del problema de los niños «influencers» y además nos permitiría comprender mejor algunas de las consecuencias. Por ejemplo, podría ilustrar los vínculos entre el ausentismo escolar y la presencia de los niños en las redes sociales o los vínculos entre la salud mental de los niños y la exposición a las plataformas de las redes sociales (Langford, 2020). Esta información sería vital para informar futuras intervenciones estratégicas y programas de asistencia.
- Las disposiciones legales podrían seguir ejemplos recientes y pasados en Francia y California para exigir que se creen fideicomisos para los niños «influencers» que están involucrados en perfiles de redes sociales que generan ganancias. Esto serviría el doble propósito de asegurar que los niños no sean explotados financieramente y disuadir a los padres y tutores de la actividad si es menos probable que recojan recompensas financieras (Masterson, 2020).
- Los creadores de contenido que publicitan contenido centrado en niños y material dirigido a niños podrían formar pactos conjuntos para asegurar que existan mecanismos comunitarios en línea para la rendición de cuentas y el intercambio de información. Por ejemplo, SafeFam es una comunidad en línea compuesta por más de 200 niños «influencers» que confirman la cantidad de horas que los niños deben trabajar, las condiciones de trabajo, la importancia del equilibrio entre el trabajo y la vida y los riesgos de salud física y mental a los que los niños son expuestos (Whyte, 2019). Estas comunidades servirán para crear conciencia sobre los peligros de los niños «influencers» y facilitarán la vigilancia comunitaria de la actividad.
Los niños pasan muchas horas produciendo contenido económicamente lucrativo bajo la dirección de sus padres y tutores. Estos niños carecen de protección personal, profesional y financiera. Si bien debemos continuar respetando la autonomía de los derechos de los padres, estos siempre deben ejercerse en el interés superior del niño. A medida que avanzamos hacia una nueva era digital, los legisladores y los responsables de políticas deben mantener el ritmo, tanto para proteger a los niños como para crear conciencia sobre los riesgos inherentes a los niños «influencers».
En Humanium, buscamos crear conciencia sobre la importancia de los derechos de los niños a la educación, la vida y la protección. Únase a nosotros para hacer realidad los derechos de los niños a un entorno seguro y una educación accesible apadrinando a un niño, haciendo una donación o convirtiéndose en un voluntario!
Escrito por Vanessa Cezarita Cordeiro
Traducido por Susana Ibarz De La Torre
Para más información:
Ben-Joseph, E.P. (2018). “Internet Safety”.
Child Influencers: Adoption of the Bill (available in French)
Children’s Online Privacy Protection Act of 1998, 15 U.S.C. 6051-6505
Exploitation of the Image of Children on Online Platforms (available in French)
National Assembly. Constitution of October 4, 1958. Fifteenth Legislature (available in French)
SafeFam: Training for family & kids content creators on YouTube.
The National Assembly. (2020). Child Influencers: Adoption of the Bill.
Referencias:
BBC News. (2020, October 7). ¨France passses new law to protect child influencers”.
Berg, M. (2019, December 19). ¨The Highest-Paid YouTube Stars of 2019: The Kids Are Killing It.¨
CBS News. (2019, August 23). ¨Kid Influencers: Few Rules, Big Money.¨
Cuthbertson, A. (2020, October 8). ¨Kid Influencers¨ Classed as Child Labour Under New French Law.
Guzman, N. (2020, March 27). The Children of YouTube: How an Entertainment Industry Goes Around Child Labor Laws. Child and Family Law Journal, 8(1), 4.
Maheshwari, S. (2019, March 1). ¨Online and Making Thousands, at Age 4: Meet the Kidfluencers.¨
Masterson, M.A. (2020, May 11). When Play Becomes Work: Child Labour in the Ear of ¨Kidfluencers¨. University of Pennsylvania Law Review, Forthcoming.
Mums At The Table. (2020, January 21). ¨Kid influencers: Big money, millions of followers¨.
O´Neill, E.E. (2019, December). Influencing the Future Compensating Children in the Age of Social-Media Influencer Marketing. Stanford Law Review, 72.
Rosman, K. (2017, September 27). ¨Why Isn’t Your Toddler Paying the Mortgage?¨.
Shapiro, J. (2018, October 23). ¨We Need New Child Labour Laws for the Digital Age¨.
Tait, A. (2015, September 16). ¨Is it Safe to turn your children into YouTube Stars?”