Un niño soldado es todo ser humano menor de 18 años que es reclutado forzosamente para participar en conflictos armados. Estos niños se ven implicados en guerras de forma inesperada e injusta, lo que a menudo se debe a diversos factores, tales como la pobreza, la violencia o la falta de educación. Los niños soldado, que son víctimas de esta grave violación, no solo afrontan los mismos traumas que afectan a los soldados adultos, sino que además sufren la pérdida de su niñez; es por eso que viven una desconexión de la sociedad que se vuelve, en muchas ocasiones, irreversible.
La problemática de los niños soldado
La coerción o coacción constituye uno de los procedimientos más frecuentes de reclutamiento de soldados menores de edad. Por medio de amenazas, manipulación psicológica e intimidación, se fuerza a los niños a ingresar en el servicio militar. Según las Naciones Unidas, aproximadamente un 40% de los niños soldado fueron obligados a unirse a grupos armados a través del miedo, la intimidación o amenazas contra su persona o sus familias (United Nations, n.d.).
Algunos niños son asimismo secuestrados de sus hogares, escuelas o comunidades, son apartados de sus familias por la fuerza, y arrojados a los horrores de los conflictos armados. El miedo y el trauma que experimentan durante los secuestros deja una huella imperecedera en los niños. Por desgracia, conforme a la Corte Penal Internacional (United Nations, n.d.), algunos informes indican que hasta el 20% de ellos son secuestrados en contra de su voluntad.
El reclutamiento de niños soldado se da en comunidades empobrecidas, más propensas a la explotación debido al desaliento generalizado y la falta de oportunidades. Las familias pobres que luchan a diario por sobrevivir son más vulnerables a las promesas de apoyo económico y de escape a su realidad. La vulnerabilidad de estas comunidades contribuye de manera significativa al reclutamiento de militantes menores de edad.
Resulta inquietante comprobar lo que algunos estudios revelan: los niños que proceden de los hogares más pobres tienen el doble de posibilidades de ser reclutados en comparación con sus homólogos en mejor situación económica, según UNICEF (United Nations, n.d.).
Consecuencias y desafíos que enfrentan los soldados menores de edad
En 2020, las Naciones Unidas informaron de que “8521 niños, algunos de ellos de tan solo seis años de edad, fueron reclutados como niños soldado el año anterior” (World Vision, 2021). Fueron expuestos a atrocidades inimaginables y forzados a presenciar y participar en actos violentos, vivir explotación sexual, y sufrir abuso físico y psicológico. Las cicatrices que estas vivencias dejan en sus vidas son profundas y duraderas, y les afectan tanto física como psicológicamente.
Las consecuencias de su participación en conflictos armados abarcan mucho más que los peligros inmediatos a los que se ven confrontados. A estos niños se les niega su derecho a la educación, no tienen acceso al espacio seguro que garantiza un entorno escolar sano. La falta de educación no solo les priva de conocimientos y habilidades, sino que además malogra sus sueños de un futuro mejor. Algunos informes han demostrado que los niños y las niñas experimentan un sentimiento de desesperanza al ver cómo las oportunidades laborales y un mañana mejor se desvanecen (World Vision, 2021).
Asimismo, su identidad social y personal se ve enormemente dañada. Los niños son arrancados de su hogar, e incluso de su país; de esta manera, dejan atrás lazos familiares y conexiones que influyeron antes en su desarrollo. El aislamiento resultante agrava aún más su difícil situación, ya que se esfuerzan por encontrar su lugar en un mundo asolado por el conflicto. Sumado a esta situación ya compleja, los niños pueden verse presionados por sus mayores, líderes, familias o padres a unirse a grupos armados, a menudo como respuesta a una búsqueda desesperada de protección o al apoyo a una causa que se basa en información errónea (World Vision, 2021).
Los militantes menores de edad afrontan circunstancias profundamente desafiantes que pueden desencadenar ciertos problemas de salud mental, tales como TEPT, depresión, ansiedad o disociación. El TEPT, o trastorno de estrés postraumático, aparece cuando un individuo vive un suceso inesperado angustiante y tiene dificultades para gestionar los recuerdos vinculados al mismo. Se puede manifestar en forma de ira, miedo intenso y confusión mental, lo que acaba limitando su capacidad para participar en actividades de la vida diaria.
Dichos efectos psicológicos pueden prolongarse hasta la edad adulta e influir significativamente sobre su trayectoria vital. La reintegración en la sociedad también puede acarrear otra serie de dificultades adicionales, pues lidian con sentimientos de culpa y vergüenza, además de una pérdida de identidad. El estigma y el rechazo por parte de sus comunidades agrava aún más sus cargas emocionales (D’Alessandra F, n.d.).
Esfuerzos por combatir el uso de niños soldado
Se elaboran tratados y convenciones con el fin de proteger a los niños durante los conflictos armados por medio de la prohibición de su reclutamiento o participación en las hostilidades. Por ejemplo, la Convención sobre los Derechos del Niño (1989) establece que las partes involucradas en un conflicto deben desarrollar acciones concretas para evitar que los niños menores de 15 años participen directamente en la guerra, así como no deben reclutarlos en las fuerzas armadas.
La Convención define “niño” como cualquier persona que tiene menos de 18 años, a menos que la ley nacional disponga lo contrario. Asimismo, la Corte Penal Internacional (1998) califica el ingreso de menores en las fuerzas armadas como un crimen de guerra (ICRC, n.d.).
Muchos países, incluidos Costa de Marfil, Nigeria, Camerún, Somalia y Chad, han promulgado leyes de guerra nacionales (conocidas formalmente como Derecho Internacional Humanitario) que prohíben reclutar niños menores de 18 años (ICRC, n.d.). Ahora bien, pese a las disposiciones legales existentes, la realidad es bien distinta. Las zonas occidental y central de África presentan las cifras más altas de menores soldado a nivel mundial: más de 21 000 niños fueron reclutados por las fuerzas del Gobierno y los grupos armados en los últimos cinco años, según UNICEF.
Asimismo, se confirmó que más de 2200 niños fueron víctimas de violencia sexual, y alrededor de 3500 fueron secuestrados, lo que la convierte en la segunda región con más secuestros del mundo (Al Jazeera, 2021).
Raíz del problema y su prevención
La prevención del fenómeno de los niños soldado requiere de un enfoque global. En primer lugar, es esencial cumplir la ley. Los países deben aprobar y cumplir de manera rigurosa las leyes que prohíben expresamente el reclutamiento. La detención de los autores del crimen es igualmente importante. Aquellos que reclutan o usan a los niños en el conflicto armado deben asumir las consecuencias legales derivadas de sus acciones. Abordar la raíz del problema es también vital. Algunos factores como la pobreza, la falta de educación y la exclusión social hacen vulnerables a los niños.
Por eso, afrontar las problemáticas por medio de la reducción de la pobreza, las iniciativas educativas y los programas de inclusión social puede ayudar a reducir la probabilidad de que los niños sean obligados a integrar grupos armados (United Nations, 2017).
La educación juega un papel clave en las zonas de conflicto, ya que es más que un medio de transmisión de conocimientos. Se convierte en una poderosa herramienta para romper el ciclo de violencia a través de la promoción de la reconciliación y de la comprensión entre las partes en conflicto. Ahora bien, para que tenga una repercusión significativa, es crucial implementar programas de educación inclusivos y equitativos que satisfagan las necesidades específicas de los niños afectados por el conflicto, en especial las de las niñas y los grupos marginados (Macfarlane K, 2018).
El proceso de sanación de los menores soldado implica un viaje largo y complejo. Con independencia de la manera en la que fueron reclutados o de su papel en los conflictos, estos niños afrontan profundas consecuencias físicas y psicológicas.
Muchos de ellos son testigo de muertes, asesinatos y violencia sexual, mientras que otros son forzados a cometer actos violentos, lo que resulta en un daño psicológico grave a largo plazo. La reintegración de los niños soldado en la sociedad es un paso duro, pero decisivo para la recuperación y reconstrucción de sus vidas (United Nations, n.d.).
Por último, es fundamental recopilar datos y documentación sobre casos de reclutamiento de menores. Se han de crear sistemas fiables que permitan compilar información veraz a fin de concientizar y desarrollar políticas basadas en evidencia. La práctica de niños soldado se puede trasladar a una escala global de diferentes formas: promocionando la cooperación entre los gobiernos e instituciones internacionales, compartiendo buenas prácticas y coordinando esfuerzos.
Es importante invertir en estos planes y sistemas para ayudar a las comunidades a reedificarse tras el conflicto, y así brindar a los niños una oportunidad para reintegrarse en las mismas (United Nations, 2017).
Escrito por Lidija Misic
Corrección interna realizada por Aditi Partha
Traducido por Patricia Curto Gutiérrez
Revisado por Gisela E. Valdés
Última actualización el 5 de agosto de 2023
Bibliografía:
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