Descubriendo los Derechos del Niño en Nigeria
Nigeria es el país más poblado de África, con más de la mitad de la población menor de dieciocho años. Sin embargo, las situaciones extraordinariamente complejas que se dan simultáneamente en Nigeria, unidas a un sistema jurídico único, impiden la plena realización de los derechos de los niños.
Índice de los Derechos del Niño: 4,89/10
Nivel negro: Situación muy grave
Población: 210 millones
Pob. de 0 à 14 años: 43,87%
Esperanza de vida: 61 años
Mortalidad en menores de 5 años: 120‰
Nigeria de un vistazo
La República Federal de Nigeria (Nigeria), también conocida como el «Gigante de África», es un país de África Occidental que limita con Níger, Chad, Camerún y Benín. Goza de acceso directo al Océano Atlántico en su frontera sur. Su apodo se debe al hecho de que Nigeria es el país más poblado de África y el séptimo del mundo, con más de 210 millones de habitantes. También tiene la tercera población juvenil más grande del mundo, con casi la mitad de los habitantes menores de dieciocho años, lo que hace que la realización de los derechos de los niños sea un punto crucial.
Además, Nigeria tiene la mayor economía de África y se encuentra en el primer cuarto de las economías más potentes del mundo. La singularidad de Nigeria se debe a que en su territorio viven más de 250 grupos étnicos que hablan 500 lenguas distintas en total. El legado británico y las consideraciones prácticas han establecido el inglés como lengua oficial.
Nigeria se independizó del imperio británico en 1960. Sin embargo, sufrió tres años de guerra civil y varias dictaduras militares antes de convertirse en una democracia estable en 1999. Nigeria es una república federal que funciona de forma similar a Estados Unidos. El Presidente ejerce los poderes ejecutivos y es a la vez el jefe del Estado y del gobierno federal.
Desde el punto de vista jurídico, Nigeria no se centra en una sola cultura jurídica, sino que abarca múltiples culturas jurídicas, que dependen principalmente de los estados locales. De hecho, aunque el derecho común (common law) está muy presente en Nigeria, también lo están el derecho cívico, el derecho consuetudinario y la Sharia. Esto puede dar lugar a fluctuaciones, y a veces a conflictos, en la aplicación de ciertos derechos.
En la actualidad, Nigeria participa en dos conflictos armados no internacionales paralelos contra los grupos armados no estatales Boko Haram y el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP) (RULAC- Nigeria, 2021). Desde enero de 2015, la Fuerza Multinacional Conjunta (MNTJF), compuesta por unidades de Nigeria, Níger, Chad, Camerún y Benín, apoya al Gobierno nigeriano en la lucha contra Boko Haram.
Situación de los derechos del niño[1]
A nivel internacional, Nigeria ha ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN). Además, Nigeria ratificó el Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía en 2010, y el Protocolo Facultativo sobre la participación de niños en los conflictos armados en 2012.
A nivel regional, Nigeria ha ratificado la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño (ACRWC). La ACRWC es el único instrumento regional que se centra específicamente en los niños y reconoce la situación particular de la mayoría de los niños africanos y los diversos factores que limitan el pleno disfrute de sus derechos (Preámbulo). Su objetivo era complementar la CDN abordando cuestiones específicas de África y que no estaban incluidas en la CDN (Organización Mundial de la Salud, Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño, N/A).
Promulgada en 2003, la Ley de Derechos del Niño (CRA, por sus siglas en inglés) es el acto jurídico por el que Nigeria pretende incorporar la CDN y la Carta Africana de Derechos y Bienestar del Niño a nivel nacional. La Comisión Nacional de Derechos Humanos define la CRA como la «ley que garantiza los derechos de todos los niños en Nigeria», siendo los niños cualquier persona menor de 18 años.
Consciente de los retos a los que se enfrentan los niños en todo el país, la Comisión Nacional de Derechos Humanos se encarga, a nivel federal, de la aplicación de la ley y lleva a cabo «varios procedimientos de promoción de los derechos de los niños, porque son vulnerables» (Comisión, s.d.). Curiosamente, la Comisión considera que la vida de un niño comienza en la etapa fetal, lo que sigue siendo un tema de debate internacional (Comisión, s.d.). Esto puede tener un impacto significativo en la normativa sobre el aborto y, por lo tanto, debe tenerse en cuenta.
Si bien la CRA da vida a los compromisos internacionales relativos a los derechos del niño, su aplicación nacional resulta problemática. Organizada como un sistema federal, las leyes no son inmediatamente aplicables en los 36 estados que forman Nigeria. Centrándose en los niños, la Constitución nigeriana establece que las cuestiones relacionadas con la infancia son competencia de cada estado constituyente. Hasta la fecha, solo 24 estados han adoptado, transcrito localmente y aplicado la CRA. Esto significa que en los doce estados restantes, situados principalmente en el norte del país, la CRA no ha sido incorporada y, por tanto, no es aplicable.
Abordar las necesidades de los niños
Derecho a la identidad
El derecho a la identidad es la base de los derechos de cualquier persona, y repercute en el crecimiento y desarrollo de los seres humanos. En su ausencia, un niño se convierte en una persona no legal a nivel nacional, y en un apátrida a nivel internacional. Para evitar estas dramáticas situaciones, el artículo 7(1) de la CDN garantiza el derecho a un nombre, una nacionalidad y, cuando sea posible, un linaje familiar. En otras palabras, el artículo 7(1) garantiza el derecho a la identidad. En el ámbito nacional, la CRA no consagra explícitamente el derecho a la nacionalidad.
Sin embargo, la Sección 5 establece el derecho de los niños a un nombre, así como la obligación de registrar cada nacimiento. Esto último se hace por referencia a la Ley de Registro Obligatorio (1992), que establece la obligatoriedad del registro (Ley de Registro Obligatorio n°69/1992, 1992). Teniendo en cuenta las características únicas del sistema jurídico nigeriano, esta doble garantía de registro puede dar una mejor protección a los niños, que en un país de una sola cultura jurídica podría considerarse superflua.
De hecho, aunque 11 estados aún no han ratificado la CRA, algunos podrían haber interiorizado la Ley de Registro, estando así obligados a aplicar el derecho de registro. Por otra parte, en Nigeria, la ciudadanía no se otorga por nacimiento. La Sección 25(1) de la Constitución condiciona la ciudadanía por nacimiento a la nacionalidad nigeriana de los padres o abuelos del niño. Por lo tanto, aunque existe cierta protección y obligaciones legales, aproximadamente 5 millones de nacimientos al año no se registran (RC Changani, 2001). La falta de registro se observa sobre todo en las zonas rurales, a veces por falta de instalaciones y medios.
Derecho a la educación
En primer lugar, la Constitución nigeriana reconoce explícitamente el derecho a la educación (sección 18, Capítulo II). Sin embargo, el estatus de este derecho queda inmediatamente limitado por la Sección 6(6)(c), que hace que el Capítulo II no sea justiciable. Todos los derechos consagrados en el Capítulo II han sido calificados por un tribunal superior nigeriano como discrecionales, lo que ha llevado a los críticos a argumentar que dicha discrecionalidad conduce a la irresponsabilidad y la corrupción (Okeke, 2017).
Sin embargo, a nivel federal, la CRA establece que «todos los niños tienen derecho a una educación básica gratuita, obligatoria y universal», que es obligación del gobierno proporcionar (CRA, Sección 15). Para apoyar aún más este derecho, la CRA también garantiza el derecho de las niñas embarazadas a retomar su educación después del parto y penaliza a los padres/tutores por no garantizar que sus hijos completen la educación secundaria básica (CRA, Sección 15(5)-(6)).
La Ley de Educación Básica Universal Obligatoria y Gratuita de 2004 garantiza además el derecho a la educación de todos los niños de Nigeria. Aun así, no hay que olvidar que estas leyes sólo son aplicables en la medida en que cada estado federal haya ratificado un decreto de aplicación de esta ley, lo que no ocurre en todo el país.
Derecho a la salud
El derecho a la salud en Nigeria se menciona en la Constitución y en la sección 13 de la CRA. Sin embargo, a nivel constitucional, este «derecho» no es justiciable, sino que representa simplemente un principio rector. Partiendo de una protección jurídica tan débil, algunos autores han llegado a la conclusión de que el acceso a la medicina y a la atención sanitaria es «ilusorio» (Oamen, 2020).
Durante la época colonial, los servicios médicos eran accesibles en las zonas urbanas, mientras que se ignoraban por completo las zonas rurales. Hoy en día, décadas después de la independencia, esta estricta demarcación entre zonas urbanas y rurales sigue vigente (Prof. GED. Omuta, 2018). Las zonas rurales de todo el país carecen de un acceso crucial a las instalaciones y servicios sanitarios. Aunque la situación general del país es más que preocupante, sería erróneo considerar que en Nigeria existe una situación homogénea. Algunos estados lideran proyectos y programas para mejorar la situación sanitaria de sus habitantes.
Por ejemplo, el estado de Delta, situado en el sur del país, ha demostrado esfuerzos por mejorar la situación sanitaria, sobre todo con el objetivo de salvar la distancia entre las zonas rurales y las urbanas. Teniendo en cuenta este objetivo, el gobierno de Delta ha creado numerosas instalaciones sanitarias en las zonas rurales. Sin embargo, la financiación sigue siendo el principal límite para disponer de instalaciones sanitarias adecuadas, ya que algunos centros siguen sin poder examinar adecuadamente a las mujeres embarazadas.
Debido a esta financiación inadecuada, algunos centros rurales siguen careciendo de acceso constante a agua potable y energía eléctrica (Prof. GED. Omuta, 2018). A pesar de las limitaciones, se están realizando esfuerzos para mejorar, incluidos algunos programas específicos para jóvenes que se están desarrollando (Nigeria Tribune, 2020).
La atención sanitaria en Nigeria es alarmante. Es el segundo país del mundo con mayor número de muertes de niños menores de cinco años, con unas 2.700 muertes diarias. UNICEF recuerda además que sólo uno de cada tres bebés nace en un centro sanitario. La vacunación también es un problema, ya que sólo el 25% de los niños están totalmente vacunados, cifra que disminuye a sólo el 16% en las zonas rurales. Además, algunas enfermedades infecciosas han regresado en los últimos años: aunque Nigeria había sido declarada libre de polio en 2015, en 2016 han reaparecido nuevos casos, quizá debido a la inseguridad y los disturbios públicos en los estados del norte (UNICEF, 2017).
Otras enfermedades, para las que existen vacunas, siguen siendo un importante problema de salud pública en Nigeria. Por ejemplo, Nigeria ocupa el quinto lugar entre los 22 países más afectados por la tuberculosis. Por último, la OMS considera que la malaria es el problema sanitario más importante del país, y una de las causas del deficiente desarrollo infantil (Organización Mundial de la Salud, NIGERIA, 2020).
Nigeria registra 190.950 infecciones de VIH/SIDA al año, teniendo así la segunda tasa más alta del mundo (UNICEF, 2017). UNICEF calcula que tres millones de personas viven con el VIH en Nigeria. Muchos niños también se ven afectados por la enfermedad, ya que alrededor de 260.000 de los menores de 14 años eran seropositivos en 2015. Sin embargo, los niños tienen un acceso extremadamente escaso al tratamiento (Organización Mundial de la Salud, NIGERIA, 2020), ya que solo el 17% de los niños seropositivos tienen acceso al tratamiento (terapia antirretroviral).
Factores de riesgo → Desafíos específicos del país
Tráfico de niños
El Gobierno nigeriano, aunque ha demostrado su voluntad de acabar con el tráfico de niños, todavía no ha cumplido las normas mínimas internacionales para la eliminación del tráfico (Gobierno de Estados Unidos, 2020). Por ello, ha sido calificado por Estados Unidos como un país de nivel 2 en la lista de vigilancia . Aunque han aprobado varias leyes que tipifican como delito diversas formas de trata y han creado un grupo de trabajo específico (el Grupo de Trabajo del Estado de Edo contra la Trata de Personas), no ha habido una condena adecuada. (Gobierno de Estados Unidos, 2020). En 2018, Nigeria ocupó el puesto 32 de 167 de los países con mayor número de esclavos (PathFinders Justice Initiative, 2020).
La trata de niños tiene lugar principalmente a nivel interno en Nigeria y adopta diversas formas. Las víctimas suelen ser reclutadas en zonas rurales y luego son explotadas para el comercio sexual y el trabajo forzado, por ejemplo para el trabajo doméstico en ciudades urbanas como Lagos, Ibadan, Kaduna y Calabar (Gobierno de EE.UU., 2020). También se somete a las jóvenes a la trata sexual y se las envía a países extranjeros, como Francia, Italia, España y Rusia.
Una forma especialmente espantosa y alarmante de tráfico de niños consiste en engañar a las jóvenes que suelen estar en los campos de desplazados del norte, para que viajen a través del país, con la promesa de un trabajo. A su llegada, estas jóvenes son retenidas y violadas repetidamente, hasta que se quedan embarazadas y dan a luz. Cuando tienen suerte, después de dar a luz, las niñas son expulsadas de estas «fábricas de bebés» y enviadas de vuelta a su ubicación inicial (Gobierno de Estados Unidos, 2020; Obaji, 2020).
A continuación, los bebés se venden ilegalmente a familias adoptivas, se les obliga a realizar trabajos infantiles, se trafica con ellos para la prostitución y, en ocasiones, se les asesina ritualmente (Obaji, 2020). Aunque el gobierno intenta combatirlo, el secretismo, la falta de datos y la situación de las víctimas (niñas pequeñas, a menudo huérfanas, en campos de desplazados y zonas rurales) dificultan la tarea.
Los niños en la guerra
El conflicto armado en Nigeria afectan de manera diferente a los niños y a las niñas. A nivel internacional, Nigeria es conocida por los numerosos secuestros de niñas (cristianas) por parte de Boko Haram y otros grupos armados. Un suceso trágico fue el secuestro en 2014 de 276 colegialas, que dio inicio a la campaña online #BringBackOurGirls. Las niñas fueron secuestradas mientras realizaban un examen escolar, lo que provocó el cierre de varias escuelas en el norte del país, objetivo de Boko Haram en una campaña de oposición a la educación occidental (BBC, 2017).
Más de un centenar de estas niñas fueron liberadas en 2016 y 2017, gracias a las negociaciones del CICR, probablemente a cambio de militantes de Boko Haram. En este caso concreto de secuestro, al menos 113 niñaspermanecen en paradero desconocido. Desgraciadamente, no se trata de un hecho aislado y se han producido numerosos y recurrentes casos de secuestros de este tipo que siguen produciéndose en la actualidad (Jones, 2021).
Afortunadamente, ya sea por complicaciones o por negociaciones internacionales, algunas de las jóvenes víctimas son liberadas en ocasiones. Sin embargo, sus daños psicológicos son irreversibles. Las niñas en los grupos armados tienen papeles muy limitados y son consideradas en su mayoría como objetos: se las obliga a casarse, se las utiliza para la prostitución o se las utiliza como esclavas en los campamentos.
Según UNICEF, más de 3500 chicos, en su mayoría de entre 13 y 17 años, han sido utilizados en el actual conflicto armado del noreste de Nigeria (Ajakaye, 3500 niños soldados reclutados en Nigeria: UNICEF, 2019). En un informe de las Naciones Unidas de 2020, se confirmó que 596 niños habían sufrido graves violaciones (Secretario General de la ONU, 2020). Los niños reclutados por las fuerzas armadas suelen ser asesinados, mutilados o capturados por las fuerzas del Estado. En este último caso, el Estado ha liberado a varios niños de su custodia, sin embargo, faltan datos que muestren cuántos permanecen aún en la prisión estatal.
En el mismo informe de la ONU, el Secretario General expresó su preocupación y pidió al Gobierno nigeriano que garantizara el respeto de los derechos de los niños detenidos por el Estado (Secretario General de la ONU, 2020). Por último, hay que señalar que, aunque parece que el Estado dejó (oficialmente) de utilizar niños soldados en sus fuerzas armadas, ningún miembro de las fuerzas armadas o funcionario del gobierno ha sido responsabilizado penalmente por su reclutamiento y utilización de niños soldados (Gobierno de EE.UU., 2020). Aunque puede que ya no sea sistemático, sigue habiendo informes sobre el reclutamiento de niños menores de 15 años en las fuerzas armadas (Gobierno de EE.UU., 2020).
Matrimonio infantil
En Nigeria viven 4,1 millones de niñas casadas, el mayor número de África (Adebowale, 2019). Esta cifra supone el 40% de todas las niñas casadas en la región de África Occidental y Central (UNICEF, Child Marriage in West and Central Africa, 2018). Esto equivale a que casi el 50% de las niñas nigerianas se casan antes de cumplir los 18 años, y el 16% se casa antes de los 15 años (Girls Not Bride, 2020). La pobreza y la división urbana/rural también tienen un impacto en las prácticas de matrimonio infantil.
Según UNICEF, el 80% de las jóvenes del quintil más pobre se casaron siendo niñas, en comparación con el 10% del quintil más rico (UNICEF, Child Marriage in West and Central Africa, 2018). También hay que tener en cuenta que el matrimonio infantil a veces involucra a hombres jóvenes menores de 18 años, Sin embargo, este porcentaje es bajo, el 3%, por lo que el resto de esta sección se centrará en las novias infantiles. (República Federal de Nigeria, 2019).
El matrimonio infantil está impulsado por la desigualdad de género y la creencia en la inferioridad de las mujeres (frente a los hombres). Cinco factores principales explican por qué el recurso a las novias infantiles en Nigeria sigue estando muy extendido. En primer lugar, la pobreza sigue siendo un fuerte incentivo, ya que las familias pobres casan a sus hijas pequeñas para disminuir su carga económica. En segundo lugar, existe una correlación entre el matrimonio infantil y los niveles de educación, ya que sólo el 9% de las niñas que han completado estudios superiores se casan antes de la mayoría de edad, frente al 73% de las mujeres sin educación formal (Girls Not Bride, 2020).
El matrimonio infantil también puede estar motivado por los vínculos políticos y el afán de crear alianzas políticas o sociales con o entre familias ricas. No se puede dejar de observar que, en tales circunstancias, las niñas son meros medios de negocio y comercio. Las prácticas culturales nocivas y la religión siguen siendo causas del matrimonio infantil. La idea que subyace tras casar a las niñas a una edad notablemente temprana es asegurar que se casen vírgenes, para salvar el honor de la familia.
Aunque la religión no sea una causa del matrimonio infantil en sí misma, se considera un marco de apoyo para estas tradiciones culturales persistentes. Especialmente en el norte de Nigeria, de mayoría musulmana, se mantiene la idea de que la «madurez» de una niña se define por su aspecto físico y su menstruación, y ambas cosas suelen ocurrir mucho antes de los 18 años (Girls Not Bride, 2020).
Por último, los conflictos armados son el último factor que contribuye al creciente número de niñas casadas. Grupos como Boko Haram han utilizado repetidamente a las niñas como armas de guerra. Las niñas secuestradas tienen un doble propósito para los grupos armados: por un lado, debilitan a las comunidades afligidas y, por otro, constituyen un incentivo para los futuros reclutas masculinos, a quienes se les promete «premiar» con esposas jóvenes y vírgenes si se unen a las filas. El uso de las niñas como armas de guerra también tiene el efecto contrario de que las familias casen a sus hijas a una edad temprana en un intento de protegerlas (Girls Not Bride, 2020).
Aunque se han hecho algunos esfuerzos para poner fin a esta práctica, hay una falta de coherencia en todo el país. Los defensores de los derechos humanos han afirmado, con pesimismo, que para acabar con el matrimonio infantil en Nigeria «habría que acabar con el problema de raíz» (Itumoh, 2020). Sin embargo, Nigeria se comprometió a erradicar el matrimonio infantil para 2030 como parte de su Objetivo de Desarrollo Sostenible. Teniendo en cuenta el complejo sistema legal de Nigeria, la situación parece estar en una encrucijada, en la que sólo la decisión del gobierno de erradicar adecuadamente esta práctica de facto tendría oportunidad de resultar exitosa.
Discriminación infantil
Lamentablemente, existe una brecha entre el derecho a la educación garantizado por la legislación nacional, y la realidad. Nigeria es el país con el mayor número de niños sin escolarizar del mundo (GPE Media, 2018). Aunque se supone que la educación pública es gratuita, a menudo se pide a los alumnos que aporten los materiales necesarios para el funcionamiento de la escuela (por ejemplo, papel higiénico, escobas, productos sanitarios) (Okeke, 2017). También se imponen tasas a los niños de forma indirecta, a través de las tasas de inscripción, exámenes y mantenimiento de las infraestructuras. También existe un grave problema en algunos estados en los que la escuela solo es gratuita para los niños que residen en el estado (considerados como indígenas).
Además, a los niños de ciertas etnias se les hace pagar tasas exorbitantes de forma discriminatoria, determinadas por el gobernador (Okeke, 2017). Estas prácticas dan lugar a que muchos padres no puedan pagar las tasas y solo puedan enviar a algunos de sus hijos a la escuela, si es que lo hacen. En estas circunstancias, las jóvenes suelen ser discriminadas. El acceso de las jóvenes a la educación se ve aún más limitado por las prácticas religiosas o culturales, lo que lleva a muchas de ellas a casarse antes de la mayoría de edad. La falta de saneamiento es otro problema que a veces impide a las niñas asistir a la escuela, por ejemplo durante su menstruación.
En las zonas rurales, las escuelas, además de carecer de agua y electricidad adecuadas, suelen estar situadas lejos de los hogares, lo que obliga a los niños a recorrer largas distancias para ir a la escuela. Esto crea un riesgo de seguridad para ellos, especialmente en lo que respecta a los secuestros. UNICEF ha llegado a la conclusión de que el norte del país se ve especialmente afectado, ya que más de la mitad de las niñas no van a la escuela (UNICEF, Nigeria- Education, 2017). El conflicto armado también tiene un grave impacto en la educación, ya que más de 800 escuelas han cerrado en los estados norteños de Borno, Yobe y Adamawa, y esto sin contar todas las instalaciones que han sido destruidas (UNICEF, Nigeria- Educación, 2017).
Niños con discapacidades
Los niños con discapacidades son ignorados y en la práctica no disfrutan de su derecho a la educación. Por lo general, en los países de ingresos medios y bajos, 3 de cada 10 niños con discapacidad no han sido nunca escolarizados. Es probable que esta cifra sea aún mayor en Nigeria debido al elevado número de niños no escolarizados. Sin embargo, no existen datos oficiales, por lo que no se puede cuantificar esta violación del derecho de los niños discapacitados a acceder a la educación (Dark, 2018). Aunque ha habido algún intento de abordar esta cuestión a nivel federal a través de la Educación Básica Universal de 2004 y la Política Nacional de Educación de 2008, los informes coinciden en que se ha conseguido realmente muy poco (EDOREN, 2018).
Niños de la calle y niños mendigos
El fenómeno de la mendicidad infantil se ha convertido en una característica clave de todas las grandes ciudades nigerianas (Aderinto, 2018). Miles de niños viven en las calles, pidiendo dinero y comida (Ajakaye, 2019). Aunque esto suele verse más en las zonas del norte del país, ya que han sufrido años de conflicto armado y violencia prolongada, también puede verse en otras partes del país. La ciudad de Kano (norte de Nigeria) cuenta con 2 millones de niños de la calle en sus calles (Channels Television, 2018).
Hay que destacar que esta estadística es una aproximación, ya que esta situación se suele pasar por alto. Un claro ejemplo de la falta de interés de algunos gobiernos regionales es la reciente ley aprobada por el gobierno de Kano, que prohíbe la mendicidad en la calle, sin ninguna otra consideración ni solución para los niños a los que va dirigida (Channels Television, Update: Kano Government Bans Almajiri Children from Street begging, 2020).
Las razones por las que los niños terminan en la calle son variadas, aunque suelen estar relacionadas con situaciones dramáticas (por ejemplo, pobreza, desastres naturales, conflictos armados). Además, aunque no todos los niños de la calle son indigentes, todos sufren por estar en la calle. La precariedad de su situación les hace correr el riesgo de ser víctimas de la trata de niños y de ser reclutados por grupos armados o criminales (Dixon, 2014), al tiempo que obstaculiza sus derechos a la seguridad, la salud y la educación (Jamaluddin, 2017).
Otra causa de la mendicidad infantil en las zonas del norte de Nigeria está relacionada con el sistema escolar islámico y los niños Almijarai (niños confiados al cuidado de profesores islámicos de educación islámica) (Anti-Slavery International, 2020). De los 13 a 15 millones de niños nigerianos que no participan en la educación formal, se cree que 10 millones son Almijarai (inscritos en el sistema de educación islámica) y se encuentran principalmente en el norte (Anti-Slavery International, 2020). Estas escuelas se centran en la educación islámica y están compuestas por profesores especializados en el Corán y otras formas de conocimiento islámico.
Consideradas a veces como la mejor alternativa al sistema educativo clásico (a menudo demasiado caro para las familias), las escuelas religiosas también se han enfrentado a graves dificultades económicas, lo que ha llevado a veces a los instructores a recurrir a la mendicidad infantil como principal fuente de financiación (Anti-Slavery International, 2020). Hay que recordar que, durante siglos, la educación religiosa islámica fue muy respetada.
La situación actual se debe al creciente número de jóvenes que buscan apoyo y de interesados que prefieren «explotar el sistema en su propio beneficio» (Anti-Slavery International, 2020). También se ha informado de este tipo de prácticas en el norte del país, que es una zona de conflicto armado desde hace más de una década. Sin embargo, más allá de las zonas afectadas por el conflicto, en los últimos años se ha producido un aumento de los niños de la calle en todo el país (Ajakaye, 2019). Estos niños dependen de la mendicidad para obtener alimentos y refugio, lo que dificulta drásticamente su derecho a la alimentación y la seguridad. Esta situación crea condiciones peligrosas para los niños, que luego son más vulnerables a la trata de niños y al reclutamiento por parte de las fuerzas armadas.
Mutilación genital femenina
La mutilación genital femenina (MGF) se refiere a «todos los procedimientos que implican la extirpación parcial o total de los genitales externos femeninos u otras lesiones de los órganos genitales femeninos por razones no médicas» (UNICEF, Statistical Profile on Female Genital Mutilation- Nigeria, 2019). Las prácticas de MGF violan los derechos humanos de las niñas y las mujeres y han sido condenadas por muchos instrumentos internacionales.
La MGF tiene un doble impacto en las niñas y las mujeres: a corto plazo, puede provocar dolor intenso, hemorragias, enfermedades inflamatorias y un mayor riesgo de contraer el VIH, todo lo cual también podría causar la muerte si no se trata; a largo plazo, la MGF puede provocar la pérdida de las funciones sexuales normales, dolor sistemático, infertilidad, trastornos mentales y psicosomáticos y mayores riesgos durante el parto (Organización Mundial de la Salud, 2007). Por lo tanto, la MGF constituye una violación de los derechos de las niñas a la salud, la seguridad, la integridad física, la ausencia de tratos crueles y degradantes, y la vida.
La MGF sigue muy arraigada en la sociedad nigeriana. La frecuencia de las prácticas de MGF varía significativamente según el Estado, y se centran principalmente en el suroeste del país (los Estados de Kwara, Oyo, Osun y Ekiti) por razones étnicas. Sorprendentemente, UNICEF descubrió que muchas mujeres cuyas hijas habían sido sometidas a la MGF opinan que dichas prácticas deben continuar. Se aducen numerosas razones para justificar la MGF: costumbres, purificación, estética y protección de la virginidad. Algunas también la justifican para conseguir «un mayor placer sexual de los maridos» (Organización Mundial de la Salud, 2007).
En la gran mayoría de los casos, las niñas son mutiladas antes de los cinco años. Se ha producido una transición de la MGF realizada por curanderos tradicionales a la realizada por personal con mayor formación médica. La OMS ha expresado su preocupación por ello y ha afirmado que en ningún caso debe medicalizarse esta práctica (TC Okeke, 2012). Por otro lado, el informe de UNICEF muestra una tendencia constante y lenta de la disminución de la MGF (UNICEF, Statistical Profile on Female Genital Mutilation- Nigeria, 2019).
Escrito por Léa Allix
Traducido por Alba Montes Reguero
Revisado por Esperanza Escalona
Última actualización el 7 de abril de 2021
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[1] Este artículo de ninguna manera pretende dar una descripción completa o representativa de los derechos del niño en Nigeria. De hecho, uno de los muchos desafíos es la escasa información actualizada, mucha de la cual no es confiable, no es representativa, está desactualizada o simplemente inexistente.