Niños de Israel
Descubriendo los derechos infantiles en Israel
La situación de los derechos infantiles en Israel sigue siendo complicada a día de hoy. A pesar de que se han observado avances en este campo desde la creación del Estado de Israel en 1948, el Comité de los Derechos del Niño considera que “aún queda mucho por hacer” especialmente con respecto a los niños emigrantes y a aquellos que pertenecen a las minorías de la sociedad israelí.
El conflicto persistente entre Israel y Palestina tiene consecuencias innegables para los derechos del niño en Israel (el derecho a la vida y a la seguridad, entre otros), pero también en Palestina, donde el régimen de ocupación israelí debido a la violación diaria de los derechos de los niños, especialmente por parte, de las fuerzas armadas israelíes y de los colonos (véase también: Niños de Palestina).
El Estado de Israel ha de velar por la correcta aplicación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (CIDN) en el país y en el territorio palestino ocupado por el mismo desde 1967 (territorio Palestino ocupado, TPO). De hecho, según el Tribunal Internacional de Justicia, el Estado de Israel, como potencia ocupante, es el responsable de la situación de los derechos humanos en Palestina. No obstante, el Estado de Israel se niega a reconocer esta obligación.
Índice de Cumplimiento de los Derechos del Niño : 8,32 /10 Población: 7,7 millones Esperanza de vida: 81,1 años |
Principales problemas que afectan a los niños en Israel
Pobreza
En Israel se estima que en torno a una cuarta parte de la población se encuentra en situación de pobreza. Uno de cada tres niños viven en condiciones precarias y sufren de desnutrición, y estas cifras van en aumento. Los más afectados son los niños pertenecientes a minorías étnicas, como los beduinos.
Derecho a la salud
En general, el derecho a la sanidad está garantizado para los niños israelíes. Asimismo, el sistema sanitario es de buena calidad. Sin embargo, el acceso a estos servicios no es el mismo para los niños de grupos minoritarios o vulnerables. En concreto, cabe lamentar una elevada tasa de mortalidad entre los niños beduinos de los pueblos “no reconocidos” por Israel. Del mismo modo, en Néguev, numerosos niños no tienen acceso a suficiente agua potable.
Además, los hospitales tienen una alarmante carencia de personal especializado áraboparlante, lo que dificulta la prestación de los servicios sanitarios y supone una discriminación hacia la población árabe-israelí, la cual, conforme estipula la ley, disfruta de los mismos derechos que los judíos israelíes.
Derecho a la educación
En Israel, la educación es obligatoria hasta los 11 años y gratuita para todos los niños de entre 5 y 16 años.
En Israel hay dos idiomas oficiales: el hebreo y el árabe. Sin embargo, los niños árabes y los niños judíos estudian en el marco de dos sistemas educativos diferentes.
Además, el Estado invierte más dinero en el sistema educativo judío que en el de los niños árabes, quienes reciben una educación mediocre y cuya tasa de abandono escolar es elevada.
La “elevada militarización del sistema educativo”, señalada por el Comité de los Derechos del Niño, en perjuicio de una educación basada en la paz, da lugar a un sistema que refuerza en los jóvenes israelíes, sobre todo en los judíos, el sentimiento de indiferencia, e incluso de odio, hacia los niños palestinos y árabes.
Niños víctimas del conflicto
En el marco del conflicto palestino-israelí cabe lamentar la muerte de numerosos niños israelíes, víctimas inocentes asesinadas por error o que se vieron involucradas en los enfrentamientos.
Algunos informes aseguran, entre otras cosas, que algunos autobuses escolares israelíes han sido abatidos a tiros y que grupos armados palestinos han lanzado desde la Franja de Gaza cohetes dirigidos, en ocasiones, hacia objetivos civiles en Israel. Estos actos suponen una violación de las leyes bélicas y ponen en peligro la vida de los niños.
Maltrato
A pesar de los esfuerzos del gobierno y de la promulgación de leyes de protección, numerosos niños son víctimas de violencia o maltrato en el seno familiar, en el colegio y a nivel institucional. En general, se considera que la disciplina sigue estando asociada a menudo con la violencia.
Asimismo, los medios de comunicación informan de abusos sexuales en niños en prisión o perpetrados por militares.
Maltratos y casos de tortura en niños palestinos
El comportamiento de las fuerzas militares y policiales israelíes hacia los niños palestinos sigue siendo motivo de preocupación para el Comité de los Derechos del Niño. Estas fuerzas del orden están acusadas de utilizar a los niños palestinos a modo de escudo humano en manifestaciones o como informadores, así como de torturar y de ejecutar extrajudicialmente a estos niños.
Por ejemplo, en cierta ocasión, unos soldados apuntaron con sus fusiles a un niño de 9 años para obligarle a registrar unos sacos sospechosos de contener explosivos.
Según UNICEF, el maltrato físico y psicológico hacia los jóvenes palestinos privados de libertad se ha «extendido, sistematizado e institucionalizado» en el sistema de custodia militar israelí.
Agresiones físicas y verbales, humillaciones, amenazas de muerte o de agresiones sexuales, privación de sueño, encadenamiento de manos y pies, vestimentas de prisionero, acceso limitado a agua, a comida y a las instalaciones sanitarias… son muchos los actos crueles, inhumanos y degradantes que las fuerzas israelíes practican a los jóvenes palestinos desde su detención hasta la celebración del juicio.
Justicia de los menores
En lo que supone una violación de los principios de igualdad y de no discriminación, Israel aplica un sistema jurídico diferente a los niños israelíes y a los palestinos: los niños israelíes, se someten a un juzgado civil, mientras que los niños palestinos son juzgados por tribunales militares.
De este modo, en virtud de la Orden Militar israelí 1651, se considera que los palestinos a partir de 12 años son responsables de sus actos y que pueden ser condenados con penas de hasta 6 meses y que, a partir de los 16 años, serán juzgados como adultos. Esta ley ha sido modificada recientemente, elevando la mayoría de edad de los 16 a los 18 años. No obstante, esta modificación no se aplica por completo en la práctica, tal y como señala el Comité de los Derechos del Niño en su evaluación del 2013.
En la mayor parte de los casos, los niños palestinos son acusados de lanzar piedras, lo que puede llegar a castigarse con 20 años de prisión.
Según la UNICEF, las fuerzas del orden palestinas arrestan, interrogan y detienen cada año a alrededor de 700 jóvenes palestinos de entre 12 y 17 años.
Sin embargo, según la CIDN, “el arresto, la detención o el encarcelamiento de un niño debe efectuarse de acuerdo con lo estipulado por la ley y debe aplicarse en última instancia”.
Los niños palestinos pueden ser detenidos de forma arbitraria durante cuatro días antes de la celebración del juicio.
Por lo tanto, se produce una clara violación de su derecho a un proceso justo dado que es poco frecuente que se les informe de sus derechos y son objeto de actos intimidatorios y de agresiones para obligarles a firmar “confesiones” en hebreo, idioma que la mayoría de los niños palestinos desconocen.
Según un informe del Consejo de los Derechos del Hombre, alrededor del 90% de los niños se declaran culpables para que cesen las agresiones.
Derecho a la no discriminación
En su último informe sobre Israel, el Comité de los Derechos del Niño manifestó su inquietud por los frecuentes actos discriminatorios registrados contra los niños palestinos, árabe-israelíes, beduinos, etíopes o hijos de trabajadores emigrantes o de solicitantes de asilo.
Derecho a una identidad
Para los niños cuyos padres son extranjeros es muy complicado que les reconozcan una “existencia oficial” en Israel ya que se imponen numerosos obstáculos administrativos al registrar estos nacimientos especialmente debido a que el Estado de Israel no reconoce la doble nacionalidad.
De este modo, las familias de emigrantes se ven obligadas a firmar una declaración de retorno voluntario a cambio de una partida de nacimiento para sus hijos.
En el caso de los niños en el que uno de los progenitores es israelí y otro vive en el territorio palestino ocupado, no pueden obtener la nacionalidad israelí, lo cual supone un importante obstáculo para la reunificación familiar.
Según el Estado de Israel, los niños de origen palestino que residen en Jerusalén son de nacionalidad jordana, a pesar de que en la mayoría de los casos no es así. Por ello, numerosos niños son apátridas, lo que supone una violación del derecho a la identidad garantizado por la CIDN.
Derecho del niño refugiado
Desde enero de 2012, Israel aplica la ley “sobre la prevención de la infiltración” por la cual se permite la detención prolongada de niños que hayan entrado de manera ilegal en territorio israelí para posteriormente repatriarlos o remitirlos a otro país, aunque exista riesgo de que estos niños puedan ser objeto de tortura o maltrato.
Con la aplicación de esa ley, se infringe lo pactado en la Convención relativa a los refugiados de la cual Israel es signatario.
Medio ambiente y perspectivas de futuro
Con una emisión de CO2 anual de 10,3 toneladas por habitante, Israel se encuentra entre los países más contaminantes, lo que afecta a los niños y a sus perspectivas de futuro. Israel debe emprender medidas para reducir su impacto ambiental.