Niños de Letonia
Descubriendo los Derechos del Niño en Letonia
La situación de los niños letones no es la más envidiable, a pesar de que su calificación sea de 8,55 sobre 10. Los problemas que enfrentan son importantes, sobre todo en relación con la violencia, la explotación sexual y la discriminación de los niños de las minorías. Para mejorar la situación de los niños, Letonia debería aumentar sus esfuerzos.
Población : 2,2 millones Esperanza de vida: 72,2 años |
Principales problemas que afectan a los niños en Letonia:
A pesar de la adopción de medidas para facilitar el acceso a los servicios de salud básicos, éste continúa siendo difícil para algunos niños letones por razones financieras o geográficas.
Además, algunas enfermedades como la tuberculosis o la hepatitis están en aumento mientras que la anemia y la malnutrición persisten. Debido a esto, además de la violencia, a los accidentes de tránsito, etc., la tasa de mortalidad infantil es alta (8‰).
Con respecto a las adolescentes, existe un gran número de embarazos en mujeres de entre 15 y 17 años. Además, es frecuente que recurran al aborto por no haber utilizado ningún método anticonceptivo.
Por otro lado, los jóvenes con enfermedades mentales con frecuencia son enviados a instituciones especiales debido a que sus familias no tienen la capacidad económica suficiente para ocuparse de ellos. Desgraciadamente, son privados de gran parte de su libertad.
El derecho a la educación
En Letonia, la educación primaria y secundaria es gratuita y obligatoria. Existen, además de las escuelas tradicionales, escuelas reservadas para las minorías étnicas donde no se enseña en letón. Sin embargo, todo alumno que recibe educación en un idioma diferente debe aprender letón y aprobar exámenes en la lengua oficial del país.
El Comité de los Derechos del Niño destacó la alta tasa de ausentismo escolar en el país. Ésta se debe, en gran medida, a la pobreza, a la deficiencia en el funcionamiento de los medios de transporte, a la clausura de escuelas en las regiones menos pobladas, a la falta de interés por parte de los padres con respecto a la educación de sus hijos y al maltrato en las escuelas.
Los niños de las minorías
En Letonia, el principio de no-discriminación no se aplica en su totalidad. En efecto, los niños que pertenecen a minorías como los romaníes, los rusohablantes, los niños minusválidos o incluso aquellos que viven en áreas rurales, no tienen acceso a los servicios de salud y educación.
Los rusohablantes
Letonia es fuertemente criticada por la discriminación hacia los rusohablantes, quienes representan un tercio de la población del país. Por ejemplo, para obtener la ciudadanía letona los rusohablantes deben haber residido en Letonia por un período mínimo de 16 años y aprobar un examen de letón.
La Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia ha aconsejado a las autoridades letonas adoptar medidas para mejorar el sistema educativo en el país para los niños de las minorías étnicas con el fin de asegurar un acceso igualitario a la educación superior y a puestos de trabajo. La comisión recomienda también la creación de espacios curriculares para la enseñanza de las lenguas y de las culturas minoritarias.
Los romaníes
Junto con los rusohablantes, los romaníes constituyen uno de los grupos más discriminados en Letonia. No se ha tomado ninguna medida que simplifique el proceso de naturalización de los niños nacidos en Letonia de padres extranjeros que llegaron al país después de 1991.
Se han creado clases especiales para los niños romaníes, lo que refuerza la estigmatización de este grupo minoritario. La Comisión antirracismo del Consejo de Europa quiere clausurar estas clases y que los niños romaníes se integren en las clases regulares.
La violencia
El castigo corporal está oficialmente prohibido por la ley letona. A pesar de ello, la violencia hacia los niños está generalizada en todo el país. El castigo corporal se sigue utilizando en las escuelas y no se imponen sanciones adecuadas. Es difícil poner fin a esta práctica humillante, , que se agrava debido a la amplia creencia de que los actos de violencia que ocurren en el seno de la familia son considerados asuntos privados.
La violencia sexual
Muchos niños letones sufren violencia sexual, como violaciones y abusos. El 10% de los niños ha sido víctima de un abuso sexual a los 15 años de edad. Debido a la falta de personal dentro de los hogares para menores e internados, los niños por lo general viven en ambientes aislados sin ninguna supervisión y corren el riesgo de ser explotados sexualmente por sus compañeros. Es común que los niños que han sido víctimas de algún abuso sexual les hagan lo mismo a otros niños; y, por esta misma razón, algunos padres abusan de sus hijos.
Según el centro Dardedze (una ONG letona que lucha contra la violencia hacia los niños), en los últimos años ha aumentado el número de denuncias por maltrato y violencia sexual. Sin embargo, esto puede deberse a una toma de conciencia por parte de la población respecto a este problema, lo que hace que se denuncien cada vez más casos.
La violencia racista
Las víctimas principales de este tipo de violencia son los romaníes, incluyendo los niños. Las víctimas romaníes tienden a no denunciar las agresiones sufridas por temor a la policía.
La Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia quiere que las autoridades letonas aumenten sus esfuerzos para hacer frente a este fenómeno. Los “cabezas rapadas” y otros grupos de derecha han sido, en repetidas ocasiones, los autores de violencia racista contra los romaníes. Por lo tanto, la comisión recomienda a Letonia supervisar sus actividades y establecer iniciativas en las escuelas para concientizar a los niños.
La explotación sexual
En Letonia, la explotación sexual de los niños es un problema difícil de erradicar. Con frecuencia es pasado por alto o negado, pero también otros factores contribuyen a su desarrollo.
Por un lado, la mayoría de los niños en situación de calle aceptan prostituirse con el fin de cubrir sus necesidades económicas. Además, es común que los niños que viven en orfelinatos sean vendidos, sin escrúpulos, para su explotación sexual.
Por otro lado, los niños de familias pobres, que no cuentan con los medios suficientes para cubrir sus necesidades y que no tienen tiempo para dedicarles, tienden a ser presa fácil para los traficantes, quienes los utilizan para la explotación sexual.
El tráfico de niños
Oficialmente, el tráfico de niños ha sido erradicado en el país. Sin embargo, Letonia todavía figura entre los países de origen del tráfico de niños. Los niños en situación de calle son las víctimas más fáciles del tráfico debido a su vulnerabilidad.
Existe poca información y datos estadísticos, oficiales o no, sobre el tráfico de niños. De acuerdo a un estudio realizado en el año 2009 por la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, se estima que en el curso de los últimos 4 años el número más alto de niños vendidos por mes ronda los 100. Sin embargo, es difícil saber si este número refleja la realidad.
Según lo establece la ley, Los menores inmigrantes que llegan a Letonia y que son menores de 14 años no pueden ser detenidos. Sin embargo, un informe del gobierno de los Estados Unidos del año 2010 denuncia las condiciones en que se encuentran los jóvenes varones detenidos, quienes son forzados a convivir con prisioneros adultos, a menudo, durante períodos largos.
Además, las condiciones de detención son inadecuadas y no satisfacen los criterios fijados por las leyes internacionales. Los niños detenidos no tienen prácticamente comunicación con el mundo exterior; no tienen suficiente espacio, agua caliente, calefacción y medios sanitarios adecuados. Están aislados, sin recibir asistencia médica o educación y, con frecuencia, son deportados sin haber recibido asesoramiento legal. Los niños nacidos en detención no reciben partidas de nacimiento y, en consecuencia, no son reconocidos.
Por último, la ley no favorece la reunificación familiar; lo cual constituye una desgracia, tanto para los niños que están solos como para aquellos que han sido separados de sus familias, ya que esto se opone a su desarrollo y les impide el derecho a la vida en familia.
