Beirut: Los derechos del niño amenazados por un desastre medioambiental

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El 4 de agosto de 2020 Beirut fue el escenario de una catástrofe. La explosión afectó a la sociedad del Líbano en general: muchas personas han perdido la vida, muchas han perdido su hogar, pero todas han perdido su derecho básico a vivir en un entorno limpio, seguro y saludable. Los niños, que son los más vulnerables, todavía sufren las consecuencias de la explosión y viven en condiciones dramáticamente críticas.

Beirut – Antes y después de la catástrofe

Beirut es una de las ciudades más antiguas del mundo, la llamada «capital de la fiesta del mundo árabe». Beirut es la ciudad de las contradicciones cuyo carácter mezcla lo sofisticado y cosmopolita con lo provinciano y parroquial. Beirut siempre ha sido un punto estratégico en la costa mediterránea por su puerto regional, principal centro de comercio e importación, vital para la infraestructura del país. Hoy en día, Beirut es una ciudad víctima de una catástrofe, que tiene el peso de años de mala administración sobre sus hombros.

El 4 de agosto de 2020 es la fecha en la que años de irresponsabilidad de la clase política han llevado a una catástrofe nacional. Alrededor de las 15:08 UT, se produjo una explosión en el puerto de Beirut en una instalación que almacenaba aproximadamente 2750 toneladas de nitrato de amonio químico. Unos segundos después, las ondas sísmicas se extendieron por toda la ciudad y las áreas vecinas. Las explosiones arrasaron hospitales, centros sanitarios, escuelas y otros edificios públicos vitales.

La historia oficial de las autoridades libanesas es que un incendio en un almacén prendió un cargamento incautado de nitrato de amonio, que había sido incautado de un barco en el puerto en 2013 y aparentemente abandonado allí desde entonces (Foreign Policy, 2020). El 10 de agosto, poco después de rechazar una investigación internacional sobre la causa de la explosión, el gobierno dimitió, abriendo una nueva incertidumbre política mientras el país lucha con una crisis económica y social paralizante y una emergencia sanitaria alarmante. El único sistema político que el país ha conocido se ha desmoronado y la ciudad de Beirut y sus niños se enfrentan al más peligroso de sus desafíos.

Incluso antes de la explosión, el Líbano ya estaba en un punto crítico. De hecho, antes de la explosión, más de medio millón de niños en Beirut luchaban por sobrevivir o incluso pasaban hambre, y sus familias no podían pagar los alimentos básicos, la electricidad, el combustible para cocinar, la higiene y el agua necesarios para sobrevivir (Save the Children. 2020). Se ha informado que el 75% de la población libanesa necesitaba ayuda: el 33% había perdido su empleo y 1 millón de personas vivían por debajo del umbral de pobreza (The Lancet, 2020). Desde la guerra en Siria, el Líbano ha estado viviendo una crisis de refugiados y todavía está luchando por satisfacer las necesidades de ayuda del 30 por ciento de su población que ha sido desplazada desde entonces (SyriaDirect, 2020).

Durante este período de miseria económica sin precedentes, la pandemia ya había puesto de rodillas a los hospitales libaneses y, tras la explosión, la Organización Mundial de la Salud declaró que tres hospitales no seguían en funcionamiento y otros dos sufrieron daños importantes. Además, en el puerto se destruyeron 17 contenedores con suministros médicos esenciales y un envío de equipos de protección personal para hacer frente a la COVID-19. Más allá de la dramática crisis política, social, económica y sanitaria, el Líbano está amenazado por una emergencia medioambiental que está minando la salud pública y el medioambiente en general (The Phoenix Daily, 2020).

La explosión en detalle

La explosión que tuvo lugar en Beirut es la última de una serie de explosiones graves que involucran nitrato de amonio que se remontan a principios del siglo XX (Greenpeace, 2020). Las características comunes de estos accidentes fueron un almacenamiento negligente del nitrato de amonio y el consecuente daño medioambiental dramático, visible solo en el humo espeso que cubre tanto la ciudad como las regiones cercanas, pero con un impacto negativo significativo en la salud pública y el medioambiente. De hecho, el nitrato de amonio (NH₄NO₃), cuando se calienta, se derrite y puede causar descomposición y liberación de gases tóxicos que contienen óxidos de nitrógeno (NxOy) y gas amoniaco (NH3).

No hay información actualizada sobre el nivel de contaminación del aire en este momento porque Beirut cerró su sistema de monitoreo para reducir costos en 2019 (EcoWatch, 2020). Lo que sí es seguro es que los gases liberados por la explosión (NxOy y NH3), son dañinos tanto para el sistema respiratorio humano como para el medioambiente. Además, reaccionan con otras sustancias químicas: los óxidos de nitrógeno, por ejemplo, cuando se combinan con otros contaminantes y la luz solar forman “ozono malo”, es decir, ozono a nivel del suelo (PubChem, 2020). Otros materiales involucrados en el incendio y la explosión generarán productos de combustión como los HAP (Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos) y partículas de hollín, que son cancerígenas.

Además, estos gases también se mezclarían con los ya peligrosos niveles de contaminación del aire de Beirut, que se estimaron al menos un 150% por encima de los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS) antes del desastre (OMS, 2019). Además, cada vez que se vaporicen grandes cantidades de cualquier tipo de construcción o infraestructura, el aire se llenará de niveles desconocidos de lo que se utilizó en su construcción, como metales pesados y, por supuesto, polvo, que tendrá un alto porcentaje de sílice (IndustriALL Global Union, 2020).

Aunque estos riesgos se evaluarán de una manera más precisa a largo plazo, y las consecuencias de esta negligencia las pagarán las futuras generaciones, ya es posible evaluar los primeros resultados. En este punto, los más afectados por esta situación son los niños y las personas mayores; se ha informado que ha habido un aumento de las dificultades respiratorias, irritación de ojos y piel y también un aumento significativo de alergias (Greenpeace, 2020).

Lo más preocupante es que el Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés) declaró que el número de infecciones por COVID-19 ha aumentado en un 220% en la capital (New Europe, 2020). Los niños son ahora aún más vulnerables a la COVID-19 y los casos en el Líbano en el grupo de edad de 0 a 14 años han estado alcanzando nuevos máximos (World Vision Lebanon, 2020). El sistema de salud en Beirut se está colapsando y la mayoría de la gente no puede mantener el distanciamiento social permaneciendo en casa porque la catástrofe ha dejado a miles de familias y niños en la calle o ha destruido sus hogares. Aparte de esto, la Alianza Europea de Salud Pública ha declarado que la contaminación atmosférica aumenta el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, asma y cáncer de pulmón que dejan a los niños más vulnerables a la COVID-19.

Otro problema preocupante es que, debido a la explosión, las tuberías en algunos edificios han explotado y las aguas residuales podrían estar infiltrándose en las principales líneas de agua potable. Es por eso que se llevarán a cabo una serie de pruebas en el suministro de agua. Es un hecho bien conocido, de hecho, que el agua ayuda a proteger la salud de los niños y garantizar su desarrollo y debe ser una prioridad para todos en el Líbano para asegurar este derecho.

Desafíos medioambientales de Beirut

Se trata de informar que Beirut se enfrenta a un problema de contaminación tras otro. Para empezar, Beirut carece de áreas verdes con solo dos jardines públicos principales (Sanayeh y Horch Beirut) lo que significa una menor calidad de aire en la ciudad y, en consecuencia, un menor nivel de calidad de vida para sus niños.

Además, Beirut ha estado lidiando con una crisis de la basura masiva, siendo la peor fase de julio de 2015 a marzo de 2016. El problema comenzó cuando las autoridades cerraron el vertedero principal utilizado originalmente para la basura de Beirut al sureste de la ciudad y no proporcionaron ninguna solución alternativa durante meses. Esta fue y es una verdadera crisis de saneamiento que todavía causa montañas de basura podrida que contaminan el aire (EcoWatch, 2020).

Los niños se ven particularmente afectados por esta crisis. El Líbano nunca debería haber iniciado la quema al aire libre de residuos y debería haber llevado a cabo una estrategia nacional sostenible de gestión de residuos que cumpla con las prácticas medioambientales y de salud pública positivas y el derecho internacional.

Los derechos del niño después de la explosión

La protección de los niños debe ser una de las principales prioridades para la comunidad internacional, ya que este choque puede tener un impacto permanente en el bienestar social, psicológico y físico de los niños en los próximos años. Hay miles de niños heridos, desplazados y traumatizados que se enfrentan actualmente a las consecuencias de la explosión del puerto de Beirut.

UNICEF ha declarado que había tres niños entre los muertos y al menos 31 han resultado lo suficientemente gravemente heridos como para necesitar tratamiento hospitalario. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia ha informado que alrededor de 100.000 niños se han quedado sin hogar por la explosión, lo que requiere apoyo internacional para reconstruir sus destrozadas vidas.

La situación actual es que más de 560.000 niños luchan por sobrevivir; una de cada cinco familias libanesas debe saltarse comidas o pasar un día entero sin comer y el 40% de los niños (mayores de 15 años) ha dicho que el cierre de escuelas debido a la COVID-19 está afectando su salud mental (Save the Children, 2020). De hecho, los informes iniciales de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) indican que las necesidades en salud mental y apoyo psicosocial (MHPSS, por sus siglas en inglés) son graves entre los grupos vulnerables afectados por la explosión.

Esto se debe a que el  desplazamiento, la pérdida de miembros de la familia y los altos niveles de estrés en el hogar pueden tener consecuencias importantes para ellos. En los próximos meses, cientos de niños pueden verse involucrados en arriesgados trabajos infantiles, incluida la limpieza de escombros.

La explosión también ha puesto en peligro el derecho a la educación de los niños de Beirut: 183 instalaciones educativas han sido dañadas o destruidas por las explosiones, afectando a más de 77.000 niños y jóvenes (Unicef, 2020). Una de las prioridades de la comunidad internacional es encontrar soluciones para que los niños permanezcan en la escuela porque la educación no solo brinda a los niños oportunidades para el futuro, sino también un sentido de normalidad, les devuelve un sentimiento de esperanza para el futuro y les brinda un espacio seguro para los que están sufriendo traumas. La pandemia de Covid-19 y la crisis financiera y social que vive Beirut hacen que este desafío sea muy difícil.

Además, la explosión amenazó gravemente el derecho a la salud de cada niño. El hospital intanfil de Karantina, ubicado en la zona portuaria de Beirut, ha sufrido graves daños y hospital St. George ha sido destruido, dejando a docenas de los pacientes con cáncer más jóvenes del Líbano sin ningún lugar adonde acudir para recibir cuidados sanitarios. Además, los derechos medioambientales de los niños se han visto dramáticamente socavados. De hecho, los niños son particularmente vulnerables a ciertos riesgos medioambientales, incluida la contaminación del aire, agua, saneamiento e higiene inadecuados, productos químicos peligrosos y desechos (Organización Mundial de la Salud, 2020).

Greenpeace ha emitido una fuerte advertencia contra los peligros tóxicos de las explosiones. En particular, para tratar de proteger la salud pública, recomienda que los niños y los ancianos, así como el resto de personas más vulnerables, permanezcan en un ambiente interior limpio cuando sea posible. Cuando el daño lo impida, debido a que muchas casas han sido destrozadas, las personas vulnerables deben ser enviadas a un lugar más seguro lejos de las áreas inmediatamente afectadas, donde puedan estar protegidas y en seguridad.

Además, nunca se debe olvidar que el medioambiente determina el futuro de un niño, y es por eso que existe una gran preocupación por los riesgos a largo plazo que enfrentan los niños en Beirut, quienes están constantemente amenazados por los agentes tóxicos que vuelan en el aire después de la explosión.

Cómo ayudar a los niños en el Líbano

Los niños del Líbano necesitan tu ayuda. Es posible ayudarlos y hacer una diferencia real en sus vidas apoyándolos para enfrentar esta emergencia y construir un futuro mejor.

Humanium está trabajando duro para que los derechos medioambientales de los niños sean reconocidos a nivel internacional. De hecho, Humanium firmó un llamado conjunto a la acción para la reunión anual de un día completo del Consejo de Derechos Humanos sobre los derechos del niño en junio de 2020 y también ha contribuido a redactar y firmar un llamado al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para que reconozca el derecho universal a un ambiente sano.

La prioridad de Humanium es garantizar que todos los niños tengan la oportunidad de empoderar su propia vida de manera libre y positiva al tener todos sus derechos reconocidos, protegidos y respetados.

Escrito por Federica Versea

Traducido por Cristina Morillo Berral

Bibliografía:

BBC. (2020). Beirut explosion: Where else is ammonium nitrate being stored? Retrieved from BBC News.

BioMedCentral. (2003). Air pollution and case fatality of SARS in the People’s Republic of China: an ecologic study. Received from Environmental Health.

DW. (2020). Toxic gas released after Beirut explosion. Received from DW – Made for minds.

(2020). Beirut’s Deadly Explosion Created Massive Pollution – How Bad Is It? Received from EcoWatch – Environmental News for a Healthier planet and Life.

Foreign Policy. (2020). The Beirut Blast Is Lebanon’s Chernobyl. Received from Foreign Policy.

Greenpeace. (2020). Guidelines from Greenpeace MENA in relation to the emissions/ smoke and dust created from the Explosion at Beirut Port. Received from Greenpeace.

Industrial Global Union. (2020). What is ammonium nitrate, and why is it so dangerous? Received from Industrial Global Union.

New Europe. (2020). Beirut records 220% increase in COVID-19 cases after explosion. Received from New Europe.

The Lancet. (2020). Lebanon faces humanitarian emergency after blast. Received from da The Lancet.