¿Dónde se sitúan los derechos de los niños en el mundo empresarial?

Los niños son actores en el mundo de los negocios, pero sobre todo víctimas en múltiples aspectos de este entorno. Nuestras sociedades, mayoritariamente capitalistas, hacen que las empresas sean omnipresentes en la vida de los niños. Entre la explotación de los niños, poniendo en peligro su desarrollo y alteración o incluso la destrucción de su entorno, las empresas deben convertirse en pilares de la promoción del respeto de los derechos del niño.

La estrecha relación entre los derechos de los niños y las empresas

El trabajo infantil y diversas formas de trata son causas bien conocidas de violaciones. Sin embargo, este reciente artículo de Jean Zermatten nos permite tener una visión holística de las relaciones entre los niños y el mundo empresarial. Los niños, en tanto que son miembros de pleno derecho de las comunidades, se ven afectados por las artimañas de las empresas. Ellos son consumidores de bienes y servicios, al igual que los adultos. También están preocupados por las estratagemas de las empresas en su entorno: el comportamiento de las empresas frente al calentamiento global, la descarga de residuos tóxicos en la naturaleza …

Estas acciones tienen un impacto negativo en el medio ambiente de los niños, poniendo no solo ponen en peligro su salud y su buen desarrollo sino también su futuro. La adquisición progresiva de tierras por parte de las empresas también puede obligar a las familias a irse, más allá del exilio forzado debido al cambio climático (Zermatten, 2020). Las empresas son una causa importante del calentamiento global y la aceleración del cambio climático, que ya está causando refugiados climáticos (Parker, s.d.).

Más allá de eso, muchos niños son actores ilegales e invisibles en la producción y operación de las empresas, siendo objetivados, comercializados en diferentes tipos de tráfico ilegal: trabajo forzado, explotación sexual…

El tráfico de niños y el rol de las empresas

La trata de personas se halla definida en el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones contra la Delincuencia Organizada Transnacional como « la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. » La explotación concierne en particular la prostitución, el trabajo forzado, la esclavitud…

Los niños de todo el mundo no se quedan atrás ante estas violaciones de derechos humanos, y las empresas pueden beneficiarse de estas situaciones. Dada la naturaleza informal de la trata de niños y la multiplicidad de violaciones, es difícil proporcionar cifras fiables. Sin embargo, los testimonios muestran la atrocidad de tales violaciones, como en Gabón, donde muchos niños son comprados o incluso secuestrados, privados de su libertad para realizar tareas domésticas (AFP, 2018).

La trata de niños constituye una de las peores formas de trabajo infantil. De acuerdo con la OIT, en 2005, entre 980 000 y 1 225 000 niños fueron víctimas de trabajo forzoso como resultado de la trata de niños (OIT, s.d.). En su informe de 2005, esta organización estimó que la trta concernía mayoritariamente a Asia, luego a los llamados países del norte, América Latina y el Caribe. Viniendo luego Medio Oriente, África del Norte, los llamados países en transición y África subsahariana (OIT, 2011).

Más allá de las familias que esclavizan a los niños para las tareas domésticas como el ejemplo mencionado en Gabón, los niños también son explotados por empresas, particularmente en los sectores primario y secundario. Las niñas se ven particularmente afectadas por la trata con fines de explotación sexual comercial, prostitución o trabajo doméstico. Los niños, por otro lado, son víctimas de la trata mayoritariamente en la agricultura, la minería y los conflictos armados (OIT, 2011).

Enfoque: La situación del trabajo infantil en seno de las empresas del sector secundario o sus proveedores en el sector primario

Como son mano de obra barata o incluso gratuita, los niños son explotados como mendigos, trabajadores domésticos, reclutados por grupos armados (UNICEF, 2006) o para trabajar en minas. El trabajo infantil es invisible para muchos, especialmente en países considerados industrializados.

Por ejemplo, los smartphones usan componentes como el cobalto. Este componente se extrae de las minas donde muchos niños son explotados, especialmente en la República del Congo (Faber, Krause, & Sánchez De La Sierra, 2017). El trabajo infantil forzado en las cadenas de suministro mundiales es muy importante (OIT, OCDE, OIM, UNICEF, 2019). Este trabajo es peligroso y dañino para su buen desarrollo. Por lo tanto, las empresas tienen un papel que desempeñar, por ejemplo, eligiendo mejor a sus proveedores.

Los niños han sido considerados durante mucho tiempo como ayudas esenciales para el buen funcionamiento de la actividad económica familiar, especialmente ayudando en los campos. Incluso considerándolo como una parte integral de su educación (Caron, 2006). Sin embargo, si bien el derecho a la educación ha progresado, al igual que la prohibición del trabajo infantil, muchos jóvenes todavía se ven afectados por estas violaciones. En 2016, la Organización Internacional del Trabajo estimó que había 152 millones de niños trabajando, incluidos 73 millones que realizaban trabajos que eran peligrosos para su salud (OIT, 2017). Puede considerarse que este número está subestimado, dada la falta de datos fiables y actividades informales (UNICEF, 2006).

No obstante, estas violaciones deben entenderse en contextos más amplios. Además de los casos de sustracción de menores (Jaffer & Ataullahjan, 2015), que afectan en gran medida a los niños pobres y vulnerables, si los niños trabajan, se debe a la cuestión de supervivencia de sus familias (Caron, 2006). El trabajo infantil puede constituir, en algunas familias, el 25% del ingreso total. Todo trabajo peligroso está prohibido y toda su práctica debe ser detenida. Sin embargo, no debemos rechazar todas las formas no peligrosas de trabajo infantil, a riesgo de acentuar la marginación de las familias ya excluidas (Dayez, 2010).

El trabajo infantil no es un problema aislado. Es necesario tener en cuenta el contexto en el que evolucionan las familias. Para resolver el problema del trabajo infantil, es necesario mejorar la situación socioeconómica de sus allegados.

La protección necesaria de los niños frente a las empresas, actores clave en las sociedades

Entonces, es primordial regular aún más el trabajo infantil y luchar contra todas sus formas peligrosas, así como contra la trata de niños. La comunidad internacional ya cuenta con convenios, como el Convenio 182 sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación.

También existen programas dentro de organizaciones y asociaciones para combatir las peores formas de trabajo infantil (OIT, 2017). Más allá del trabajo de las diversas fuerzas policiales para desmantelar las redes de tráfico de niños, es necesario que las empresas también participen en esta lucha. Sin este apoyo, la explotación de niños para trabajos peligrosos continuará siendo una norma aceptable, al igual que la trata de personas (Esposito & Tse, 2015). Pagar a los empleados de manera justa sería, por ejemplo, una forma de combatir el trabajo infantil peligroso (o no), sin tener que llenar un vacío financiero para asegurar su supervivencia y la de sus familias.

El trabajo infantil ha sido una parte importante de este artículo. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, las empresas también tienen un impacto en los niños y su entorno. Muy a menudo, las empresas suspenden su responsabilidad hacia los niños solamente por el tema del trabajo infantil (UNICEF, 2014). No obstante, como consumidores, los niños deben ser protegidos. En 2007, la empresa americana Mattel tuvo que retirar del mercado 21 millones de juguetes en solamente cinco semanas (Perron, 2007). Por lo tanto, es necesario reforzar la protección de los derechos de los consumidores de menos de 18 años.

Las empresas tienen también un impacto sobre el medioambiente, por sus actividades, y ello concierne a todos los sectores (L’entreprise en tant qu’acteur écologique, s.d.). El medio ambiente, el calentamiento global y los derechos del niño están intrínsecamente vinculados (UNICEF Canada, s.d.), es por tanto primordial que las empresas tomen posición para no tener más impactos nefastos, debido a sus actividades y sus residuos, en el medio ambiente (L’entreprise en tant qu’acteur écologique, s.d.).

Tales efectos negativos ponen en tela de juicio la protección de los derechos del niño, como el derecho al agua, el derecho a la alimentación o el derecho a la salud. Para ayudarlos, las empresas pueden utilizar los Derechos del Niño y Principios Empresariales, que son pautas establecidas por las Naciones Unidas para que las empresas respeten los derechos del niño (UNICEF, 2014). Las guías del GRI permiten a las empresas integrar estas líneas directrices y, sobre todo, evaluar y comprender sus responsabilidades hacia los derechos del niño (UNICEF, 2014).

Diariamente, Humanium se compromete a promover y garantizar el respeto de los derechos del niño. A través de todos nuestros proyectos, trabajamos en numerosos problemas persistentes, como el trabajo infantil en países como India, ayudando a fortalecer los derechos de los niños en todo el mundo. Esto es posible gracias a vuestras donaciones reinvertidas al 100% en los proyectos. No dude en actuar para hacer realidad el respeto de los derechos del niño, especialmente a través de sus valuosas donaciones.

Escrito por Juliette Bail

Traducido por Susana Ibarz De La Torre