A partir de 2019, más de 50 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso (UNICEF, 2019). Este número continúa aumentando en países de ingresos altos y bajos, mientras el impacto económico de la obesidad global excede los $2 billones de dólares – aproximadamente 2.8% del Producto Interno Bruto mundial (PIB) (UNICEF, 2019). Aunque existen numerosos impulsores y facilitadores de obesidad infantil global, el incremento mundial del «tiempo en pantalla» de los niños ha ido acompañado de una mayor exposición al marketing manipulador de alimentos y bebidas basado en emociones.
Investigaciones recientes han indicado que existe un vínculo claro entre los anuncios de comida y bebida a los que los niños están expuestos y sus elecciones de alimentos, antojos y patrones de alimentación (Obesity Health Alliance, 2017). Los incrementos en la obesidad infantil son, por tanto, una respuesta natural a las técnicas persuasivas y sofisticadas que utilizan las empresas en múltiples plataformas; como la televisión (TV), teléfonos móviles y tabletas (Smith, 2019).
Las campañas modernas de marketing de alimentos y bebidas se han filtrado en espacios tradicionalmente seguros, como escuelas, tiendas minoristas y los propios hogares (UNICEF, 2019). En respuesta, corporaciones en países como Estados Unidos de América (USA por sus siglas en inglés) se han comprometido a autorregular su mercadotecnia para niños, pero esto parece justificar una mayor atención (American Psychological Association, 2010). En USA, cerca del 75% de los alimentos anunciados a los niños se clasifican como insalubres, mientras que el 50% del tiempo asignado a los programas de televisión para niños está ocupado por anuncios de comida, ninguno de los cuales anuncia frutas o verduras (American Psychological Association, 2010). Un enfoque basado en los Derechos del Niño debe ser adoptado para salvaguardar el derecho de los niños a alimento saludable y nutrición adecuada (UNICEF, 2019).
¿Qué es la obesidad infantil?
La obesidad infantil es oficialmente diagnosticada una vez que un niño rebasa el peso «normal» científicamente determinado para un niño de su edad y constitución (Center for Disease Control and Prevention, 2021). Impulsado por factores genéticos o externos, la obesidad puede causar una gran cantidad de complicaciones de salud, como presión arterial alta, colesterol alto, diabetes, dificultades respiratorias, problemas musculoesqueléticos y enfermedades hepáticas, entre otras (Center for Disease Control and Prevention, 2021).
La Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés) ha calificado la obesidad infantil como “uno de los desafíos de salud pública más graves del siglo XXI”, ya que la crisis continúa expandiéndose a muchos países de ingresos bajos y medianos, especialmente a sus entornos urbanos (WHO, 2020). Tendencias mundiales hacia un comportamiento más sedentario en los niños, combinadas con una mayor accesibilidad a alimentos insalubres asequibles, están empujando a muchos niños hacia estilos de vida poco saludables a una edad peligrosamente joven (WHO, 2020).
¿Qué es la publicidad de alimentos?
La publicidad o mercadotecnia de alimentos implica el ´uso de técnicas y estrategias persuasivas para moldear e influir en la actitud, la preferencia y el consumo de alimentos de los niños’ (Smith, 2019). Como se ilustra, los niños están comúnmente expuestos a campañas publicitarias de alimentos a través de dispositivos y medios tecnológicos, a menudo de una manera que es en gran parte inevitable. Para combatir esto, las naciones de todo el mundo están comenzando a teorizar nuevas políticas para proteger mejor a los niños.
En Reino Unido (UK por sus siglas en inglés), por ejemplo, el secretario de salud Matt Hancock reveló recientemente planes para prohibir la publicidad de comida chatarra en línea en un intento de «ayudar a los padres, niños y familias en UK a que tomen decisiones más saludables sobre lo que comen” (Sweeney, 2020). Prohibiciones como ésta, dice el Departamento de Salud y Atención Social, ayudarán a evitar que las preferencias alimenticias a largo plazo y los hábitos alimenticios de los niños sean corrompidos por campañas de mercadotecnia manipuladoras (Department of Health and Social Care, 2020).
La publicidad de alimentos tiene como objetivo dar forma y definir los entornos alimentarios de los niños. Los entornos alimentarios son áreas y sectores en los que los niños y sus familias se involucran con los alimentos (UNICEF, 2019). Grandes y drásticos cambios en estos entornos, como la mayor prevalencia de alimentos poco saludables, impulsa el crecimiento global de los niveles de obesidad. (UNICEF, 2019). En estos entornos, los niños son especialmente vulnerables debido a su exposición constante a estrategias de mercadotecnia discretas diseñadas para persuadirlos (UNICEF, 2019). Los niños a menudo no pueden ver a través de estos esquemas manipuladores, lo que los convierte en los principales objetivos de la explotación a manos de empresas comerciales que utilizan asociaciones de marcas emocionales para alentar a los niños a desear alimentos poco saludables (UNICEF, 2019).
Estas empresas aprovechan el «poder de molestia» de los niños, en referencia a la cantidad de presión que los niños pueden ejercer sobre sus padres para que impulsen la compra de alimentos poco saludables (UNICEF, 2019). Además de los desafíos existentes a los que se enfrentan todos los niños, las empresas de publicidad de alimentos también se han orientado a dirigirse de manera desproporcionada a los niños desfavorecidos de determinados grupos étnicos, raciales y socioeconómicos, lo que aumenta las desigualdades en materia de salud e infringe el derecho a la no discriminación (UNICEF, 2019).
El impacto de la publicidad de alimentos en el desarrollo infantil
Los niños en las primeras etapas de su desarrollo se encuentran en la fase de «precognición» de su defensa cognitiva, lo que significa que es poco probable que cuestionen la integridad y la intención de las campañas publicitarias (Smith, 2019). Este hecho también apunta a uno de los impactos perjudiciales de la comercialización de alimentos en los niños, que es la infracción de su derecho a la información adecuada en virtud del Artículo 17 de la Convención Sobre los Derechos del Niño (CRC por sus siglas en inglés) (Smith, 2019). Esto puede obstaculizar gravemente el desarrollo mental de los niños y dar forma a sus preferencias hasta la edad adulta, especialmente porque los niños pueden reconocer y desear las marcas con tan solo 18 meses de edad (Obesity Health Alliance, 2017).
Además de los impactos en la salud mental de la publicidad de alimentos, la práctica también aumenta el riesgo de que los niños desarrollen obesidad. Más allá de los riesgos directos para la salud física que esto conlleva, los niños con sobrepeso también tienen más probabilidades de sufrir dificultades emocionales y de comportamiento, como baja autoestima, depresión y escasas habilidades sociales. (UNICEF, 2019). La industria alimentaria suele culpar a los padres por su irresponsabilidad al no controlar y regular la dieta de sus hijos y la exposición a la publicidad (Harris, 2009).
Aunque los padres llevan culpa por los hábitos de sus hijos, particularmente en la configuración de su estilo de vida y el acceso a alimentos saludables, el auge de los medios y tecnologías digitales dificulta que incluso los padres más diligentes protejan a sus hijos de la exposición a la publicidad de alimentos dañina. Dado que las empresas de marketing etiquetan repetidamente los alimentos poco saludables como «divertidos», «geniales» y «de buen sabor», los padres se enfrentan a una ardua batalla para convencer a sus hijos de lo contrario (Harris, 2009).
Enfoques globales para restringir la publicidad de alimentos
A medida que los países de todo el mundo buscan nuevas metodologías para combatir la publicidad de alimentos, las investigaciones de Europa sugieren que los países se beneficiarían de la adopción de regulaciones publicitarias más estrictas. España -un país en el que “el 81% de los niños beben bebidas azucaradas y refrescos semanalmente”- se ha establecido un marco regulador de la publicidad para controlar la publicidad de comida chatarra para niños menores de 12 años (Southey, 2020).
Los legisladores en UK, Irlanda and Suecia han promulgado legislaciones similares para restringir la promoción de productos con alto contenido de grasa, azúcar o sal (HFSS por sus siglas en inglés) (Southey, 2020). En UK, el HFFS no se puede publicitar en canales de medios con una audiencia de más del 25% menor de 16 años, mientras que Irlanda adopta una disposición similar para los canales donde más de la mitad de la audiencia es menor de 18 años (Southey, 2020). Suecia ha adoptado una postura más dura en conjunto, que prohíbe por completo las promociones de HFFS durante los programas dirigidos a niños menores de 12 años, un enfoque que también fue adoptado por la legislación eslovena en 2017 (Southey, 2020).
Un enfoque basado en derechos para mejorar el entorno alimentario de los niños
Más allá de Europa, en 2020 la Comisión OMS-UNICEF-Lancet abogó por la redacción y aplicación de un protocolo facultativo vinculante a nivel mundial con la CRC, para combatir las «prácticas comerciales depredadoras» impidiendo que las marcas comercialicen comidas rápidas y bebidas no saludables para los niños (Southey, 2020). El protocolo regularía simultáneamente métodos de comercialización específicos y trataría de prevenir la explotación de datos de niños por parte de entidades comerciales (Southey, 2020).
Una política de este tipo ayudaría a armonizar las discrepancias en los enfoques internacionales sobre los derechos del niño a información apropiada y una nutrición adecuada. Este marco también apoyaría Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (MDG por sus siglas en inglés) que trabaja para promover la salud, entre otros factores, así como para combatir la comercialización más amplia para los niños que están cada vez más expuestos a prácticas nocivas (Southey, 2020).Un enfoque basado en derechos de la publicidad de alimentos reconocería los matices de la práctica -dirigida a poblaciones vulnerables- y abordaría una de las causas raíces de la obesidad infantil que se pasan por alto (UNICEF, 2019).
“Aplicar un enfoque basado en los derechos humanos al derecho del niño a la alimentación y nutrición de manera integral requiere una buena gobernanza y voluntad política a nivel nacional e internacional. Una vez que se obtiene esta voluntad política, mejorar la participación, la rendición de cuentas, el monitoreo y la transparencia son los primeros pasos para implementar los principios de derechos humanos de manera efectiva.”
Hilal Elver, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación
Recomendaciones de política
Los niños no solo tienen necesidades de salud, sino también derechos (UNICEF, 2019). La publicidad de alimentos debe conceptualizarse como una cuestión de derechos humanos y no simplemente como una preocupación de salud pública. (Professor Garde, 2020). Un enfoque de este tipo desplaza el enfoque de las prácticas no éticas hacia las experiencias del niño (Professor Garde, 2020). La CRC provee una lista de acciones recomendadas para apoyar el desarrollo saludable de los niños utilizando un enfoque basado en derechos de los niños (UNICEF, 2019).
La OMS también ha desarrollado una lista de 12 recomendaciones para ayudar a los países en el diseño de políticas e iniciativas para proteger a los niños contra la publicidad de alimentos explotadora (WHO, 2010). Por debajo de las políticas a nivel nacional, las comunidades también pueden trabajar para aumentar la conciencia pública sobre el tema de la publicidad de alimentos, mejorar la comunicación entre padres e hijos sobre los efectos nocivos de la publicidad y reducir la exposición de los niños a esquemas mercadológicos peligrosos (Harris, 2009). Desde enfoques de arriba hacia abajo dirigidos por los gobiernos hasta enfoques de abajo hacia arriba dirigidos por los padres, existe una necesidad urgente de abordar el problema de la publicidad de alimentos en el mundo, para la protección de los derechos del niño.
Humanium apoya proyectos para niños a escala global. Nuestros proyectos tienen como objetivo poner fin a las violaciones de los derechos del niño. Están diseñados e implementados en cooperación con socios locales. Los proyectos de Humanium en Ruanda e India, entre otros países, han puesto el derecho a la alimentación, la alimentación sana y el agua potable en primer plano mediante la realización de varios talleres con socios locales para apoyar a los niños.
En Humanium buscamos crear conciencia sobre la importancia de los derechos del niño a la alimentación, educación y protección. Únase a nosotros para hacer realidad los derechos de los niños a un medio ambiente seguro y educación accesible al apadrinar un niño, hacer una donación o ¡convirtiéndose en voluntario!
Written by Vanessa Cezarita Cordeiro
Traducido por Gabriela Pacheco
Para más información:
London’s Child Obesity Taskforce.
Referencias:
American Psychological Association. (2010). The impact of food advertising on childhood obesity.
Harris, J.L. Bargh, J.A. (2009, October). “The relationship between television viewing and unhealthy eating: implications for children and media interventions.” Health Communication. 24(7), 660-673.
Howard, J. (2016, November 22). “The ‘surprising way food ads sway preschoolers’ snacking habits.”
Osei-Assibey, G. Dick, S. Macdiarmid, J. Semple, S. Reilly, J. Ellaway, A. Cowie, H. McNeill, G. (2012, November 12). ‘The influence of the food environment on overweight and obesity in young children: a systematic review.” British Medical Journal. 2(6).
Professor Garde, A. (2020, February 14). “Protecting children from harmful food marketing.”
Smith, R. Kelly, B. Yeatman, H. Boyland, E. (2019, April 18). “Food marketing influences children’s attitudes, preferences and consumptions: a systematic critical review.” Nutrients. 11(4), 875.
Sweney, M. (2020, November 10). “UK to ban all online junk food advertising to tackle obesity.”
UNICEF. (2019). “Protecting Children’s Right to a Healthy Food Environment.”