El sistema educativo búlgaro no ofrece las mismas oportunidades a todos los niños. Muchos abandonan la escuela antes de terminar sus estudios y algunos ni siquiera llegan a matricularse. La pobreza, el acceso limitado a la educación preescolar y las barreras lingüísticas afectan de forma desproporcionada a los niños romaníes y a quienes crecen en hogares de habla turca. Una vez en la escuela, la escolarización separada del alumnado búlgaro y las diferencias en las condiciones de aprendizaje amplían aún más las desigualdades educativas.
Cómo funciona el sistema escolar en Bulgaria
Bulgaria cuenta con un sistema educativo centralizado, lo que quiere decir que casi todas las decisiones, desde el currículo nacional y la aprobación de los libros de texto hasta el nombramiento de los directores regionales, dependen del Ministerio de Educación y Ciencia. Cada una de las 28 regiones del país tiene una oficina educativa responsable de supervisar las escuelas, y cada municipio tiene un departamento que ayuda a administrar sus jardines de infancia (Mavrodieva, 2023).
La escolarización es obligatoria de los 7 a los 16 años, aunque los niños pueden empezar a los 6 si cumplen los requisitos de preparación escolar. La educación se organiza en diferentes etapas: la educación infantil abarca de los 3 a los 6 años, y el preescolar obligatorio comienza a partir de los 5 (European Commission, s.f.).
La primaria va de primero a cuarto grado, seguida por el primer ciclo de la educación secundaria. Tras finalizar el duodécimo grado (equivalente al último año de secundaria en la mayoría de los sistemas escolares europeos) y aprobar los exámenes nacionales, los estudiantes pueden acceder a la universidad, donde los programas de licenciatura suelen durar cuatro años.
El país sigue un currículo nacional común, de modo que todos los alumnos estudian las mismas materias y se rigen por los mismos estándares de aprendizaje. Al finalizar el cuarto, séptimo y duodécimo grado se realizan evaluaciones nacionales que miden los conocimientos del cuerpo estudiantil, y que determinan el acceso a escuelas secundarias especializadas y universidades (Mavrodieva, 2023).
Aunque el sistema educativo está bien estructurado, no todos los niños se benefician por igual. Debido a que suelen crecer en condiciones particulares, los niños romaníes, muchos niños de habla turca y aquellos que crecen en hogares búlgaros con pocos recursos afrontan condiciones que dificultan su plena participación en la educación.
Las causas del abandono escolar en Bulgaria
La pobreza es una de las principales razones del abandono escolar temprano. Bulgaria tiene la tasa de pobreza infantil más alta de toda la Unión Europea: un 35,1% de los niños está en riesgo de pobreza o exclusión social (Eurostat, 2025). En muchas ocasiones, esto reduce su acceso a la educación temprana, provoca interrupciones durante la escolaridad y deriva en peores resultados académicos para quienes crecen en hogares con bajos ingresos, lo que a su vez aumenta la probabilidad de dejar la escuela antes de tiempo.
Las barreras lingüísticas también influyen. En septiembre de 2025, el ministro de Educación destacó que el dominio insuficiente del búlgaro es una de las principales causas del bajo rendimiento y del abandono escolar. Muchos niños romaníes y de familias de habla turca inician el primer grado sin conocer bien la lengua (Pavlov, 2025).
El hecho de que muchos de estos niños comiencen la escuela sin suficiente dominio del búlgaro supone una desventaja temprana que ralentiza su progreso desde los primeros años. Si a ello se suman la matriculación tardía o la asistencia irregular, algunos alumnos no adquieren las habilidades básicas de lectura y escritura. Según la OCDE, el 12% de la población romaní y el 3% de la población turca mayor de ocho años no sabe leer ni escribir, frente al 0,5% de la población búlgara étnica (OECD, 2025).
Estas dificultades con la lengua comienzan mucho antes del primer grado. Muchos niños romaníes nunca logran acceder a la educación preescolar, y esa ausencia de uno o dos años repercute posteriormente. En 2021, solo el 58% de los niños romaníes estaba escolarizado en preescolar, frente a más del 80% en la población general.
La brecha entre estos grupos aumenta a medida que los niños avanzan por el sistema educativo: muchos estudiantes romaníes y de habla turca abandonan la escuela antes del bachillerato y solo una minoría continúa. De hecho, apenas un 16% de los estudiantes romaníes finaliza la secundaria superior; entre los turcos, la cifra asciende al 43%; entre los estudiantes búlgaros étnicos, al 53%. Las desigualdades se amplían aún más en la enseñanza superior: solo el 1% de los jóvenes romaníes y el 11% de los jóvenes turcos obtiene un título universitario, frente al 34% de los búlgaros étnicos.
La segregación escolar: un obstáculo para los niños romaníes
Solo el 64% de los niños romaníes ha asistido al preescolar, frente al 94% de los niños búlgaros. En muchos barrios, no hay suficientes plazas en los jardines de infancia, por lo que incluso las familias que desean escolarizar a sus hijos no pueden hacerlo. Como consecuencia, muchos niños romaníes empiezan la escuela sin conocimientos de búlgaro y con retrasos en el desarrollo vinculados a la ausencia de educación temprana (Dzhambazova, s.f.).
La pobreza agrava esta situación. Las familias romaníes se encuentran entre las más pobres de Europa: el 86% está en riesgo de pobreza, frente al 22% de la población general en Bulgaria. Para muchos hogares, cubrir gastos básicos como ropa, comida o transporte es un desafío en sí mismo, lo que significa que, incluso habiendo plazas disponibles en preescolar, no siempre pueden matricular a sus hijos (Dzhambazova, s.f.).
Una vez dentro del sistema escolar, estos retos continúan: más del 60% de los niños romaníes asiste a escuelas segregadas, es decir, centros donde la mayoría del alumnado es romaní. La proporción de niños romaníes en escuelas mixtas prácticamente se ha reducido a la mitad en los últimos años, y cerca de la mitad estudia ahora en centros donde los alumnos romaníes son mayoría (Atanasova, s.f.).
La composición del alumnado influye directamente en el aprendizaje. En clases inclusivas, los estudiantes se benefician de un entorno en que interaccionan con compañeros que obtienen mejores resultados, con , niveles de motivación más altos y con medidas educativas con más apoyo.. Los estudios muestran que los alumnos desfavorecidos y de minorías logran avances académicos mucho mayores en estos entornos.
Por el contrario, las escuelas segregadas suelen ofrecer menos oportunidades. Cuando la mayoría de los estudiantes comparten dificultades similares, los efectos positivos entre pares son menores, las expectativas suelen ser más bajas, y, con frecuencia, el acceso a una enseñanza de calidad es limitado. Esto contribuye a un rendimiento escolar más bajo y a mayores tasas de abandono entre los estudiantes romaníes (Farkas et al., s.f.).
Lo que nos dice el informe PISA sobre la educación en Bulgaria
Los resultados educativos del país han disminuido de manera constante en la última década. En el informe PISA 2022 (el Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes, un estudio comparativo global coordinado por la OCDE), los estudiantes búlgaros obtuvieron algunos de sus resultados más bajos desde 2006. Más de la mitad de los adolescentes de 15 años no alcanzó el nivel básico de competencia en matemáticas, lectura o ciencias (Avvisati & Ilizaliturri, 2023).
El origen familiar continúa influyendo profundamente la trayectoria escolar. La diferencia entre los estudiantes más favorecidos socioeconómicamente y los más desfavorecidos fue de 108 puntos en matemáticas, muy por encima del promedio de la OCDE (Avvisati & Ilizaliturri, 2023). El nivel socioeconómico explica el 17% de la variación del rendimiento en matemáticas, lo que subraya la fuerte influencia de la pobreza en el aprendizaje. Solo el 7% de los estudiantes desfavorecidos logró situarse entre los de mayor rendimiento del país (Avvisati & Ilizaliturri, 2023).
A esto se suman las condiciones en muchas escuelas, que también dificultan el aprendizaje. Los estudiantes de escuelas con altos índices de pobreza mencionan interrupciones frecuentes durante las clases: el 41% señala no poder trabajar bien en la mayoría de las materias, y casi la mitad una fuerte distracción causada por dispositivos digitales. Las tasas de problemas de disciplina superan de manera sistemática el promedio de la OCDE, lo que dificulta la concentración y el progreso académico de los niños (Avvisati & Ilizaliturri, 2023).
Qué puede hacer Bulgaria para garantizar la igualdad educativa
En los últimos años, Bulgaria ha tomado medidas contra la segregación y a favor de la inclusión. Un estudio del Consejo de Europa de 2022 indica que el cierre de antiguas escuelas segregadas y la integración de estudiantes romaníes en centros generales han reducido el número de instituciones completamente segregadas. El reconocimiento temprano por parte del gobierno de la segregación como un problema nacional permitió impulsar políticas orientadas a mejorar el acceso a una educación de calidad (Farkas et al., s.f.).
Dentro de la Estrategia Nacional para la Igualdad, la Inclusión y la Participación del Pueblo Gitano (2021–2030), el gobierno búlgaro establece medidas concretas para garantizar la igualdad educativa: ampliar el acceso a la educación infantil y preescolar, reforzar el sistema nacional para localizar y reincorporar a los niños que han abandonado la escuela y ofrecer apoyo específico en lengua búlgara a quienes no la dominan (Bulgarian Government, 2021).
Aun así, en 2025, la evidencia muestra que estas medidas no son suficientes. La segregación sigue siendo frecuente, la pobreza limita el acceso a oportunidades, y las barreras lingüísticas frenan la adquisición de habilidades básicas de muchos niños romaníes y de habla turca. Los datos de 2023–2025 confirman que los alumnos desfavorecidos y de minorías mantienen algunos de los resultados educativos más bajos de la Unión Europea.
Para no dejar de progresar, Bulgaria necesita ampliar la oferta de educación infantil, especialmente en zonas donde los servicios son insuficientes o están saturados, y seguir invirtiendo en nuevos centros y mejores instalaciones. También es fundamental ofrecer apoyo lingüístico y educativo constante a los niños de diferentes orígenes, incluidos los que crecen en hogares donde se habla un idioma diferente al búlgaro (OECD, 2025).
Mejorar la calidad de la educación infantil es otra prioridad que requiere, además, más formación para el personal educativo, mentorías, y un acompañamiento efectivo para guarderías y jardines de infancia que trabajan con niños vulnerables. Además de esto, el país necesita fortalecer la colaboración entre las familias y el personal educativo, mejorando la comunicación y fomentando la confianza, especialmente en comunidades que históricamente se han sentido excluidas.
Por último, una cooperación más estrecha entre los sistemas de salud, educación y servicios sociales, junto con una financiación más eficiente y una coordinación nacional más sólida, puede garantizar que todos los niños accedan a una educación infantil de calidad (OCDE, 2025).
Humanium acompaña a los niños y niñas de Bulgaria cuyos derechos educativos siguen amenazados por la pobreza, la segregación y múltiples barreras estructurales. Al apoyarnos, contribuyes a fortalecer nuestra misión de defender los derechos de la infancia y promover una educación equitativa para todos. Tú también puedes sumarte a esta causa: hazte voluntario, apadrina un niño, o haz una donación.
Escrito por Lidija Misic
Traducido por Rocío Piña
Revisado por Esperanza Escalona
Referencias:
Atanasova M. (n.d.), The case of Roma women in Bulgaria. Retrieved from GFOD at https://globalforumcdwd.org/wp-content/uploads/2025/06/Bulgaria-GFoD-report-CDWD-Roma-2025.pdf, accessed on November 15, 2025.
Avvisati F. & Ilizaliturri R. (2023), The PISA 2022 Bulgaria Factsheet. Retrieved from OECD at https://www.oecd.org/content/dam/oecd/en/publications/reports/2023/11/pisa-2022-results-volume-i-and-ii-country-notes_2fca04b9/bulgaria_2070d435/29d65f4b-en.pdf, accessed on November 15, 2025.
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