Uno de los aspectos que la pandemia de COVID-19 ha mostrado al mundo es la necesidad de tener acceso a una plataforma digital para mantenerse en contacto con la vida que se llevaba antes de la pandemia. Ya sea para trabajar desde casa o simplemente para estar en contacto con la gente, el acceso a Internet es esencial para mantenerse conectado.
No poder tener clases presenciales ha significado que las escuelas de todo el mundo se han trasladado a un espacio educativo en línea donde los niños han asistido a las clases desde su hogar, conectándose a un portal en línea. Si bien esto puede parecer un paso obvio, la realidad del asunto es que para al menos un tercio de los niños escolarizados en el mundo (463 millones), el aprendizaje en remoto es una ruta inaccesible para la educación (UNICEF, 2020).
Una brecha digital entre los niños
El poder de la tecnología es realmente palpable cuando el acceso a herramientas digitales se convierte en una necesidad para que el día a día funcione. La eficiencia que aportan las aplicaciones, los sitios web y los dispositivos se infiltra en nuestras rutinas y es casi inimaginable pensar en un estilo de vida sin la ayuda de estas herramientas. Sin embargo, en tiempos como estos, es importante abordar la brecha digital prevaleciente que cierra las puertas de acceso y oportunidades a millones de niños en todo el mundo.
En el debate temático de alto nivel de la Asamblea General sobre cooperación digital y conectividad, la Vicesecretaria General de la ONU, Amina Mohammed, arrojó luz sobre una realidad global al decir que casi la mitad de la población mundial (3.700 millones de personas), la mayoría de los cuales son de países en desarrollo, estaba todavía desconectada (Secretary-General, 2021).
Comprender la importancia de una infraestructura digital sólida es fundamental. En estudios recientes, se ha demostrado que una sólida infraestructura de conectividad puede aliviar hasta la mitad de los impactos económicos negativos de las pandemias (Banco Mundial, 2020). Además, los países que más sufrieron por la pandemia de COVID-19, fueron los países con una infraestructura digital deficiente, que para el 2020 aún no podían ofrecer servicios públicos digitales e introducir la tecnología digital dentro de la economía (Banco Mundial, 2020).
Una mirada más cercana al problema por el mundo
Con países de todo el mundo administrando confinamientos, la pandemia de COVID-19 ha sido la causa de una de las mayores interrupciones masivas de educación en la historia y para abril de 2020, más de 190 países habían cerrado escuelas en todo el país (UNICEF, 2020). Si bien la disparidad y la falta de acceso es una realidad conocida, se magnificó durante la pandemia. Entre los niños y jóvenes adultos de 25 años o menos, solo el 6% en los países de ingresos bajos tiene acceso a Internet en sus hogares, en comparación con el 87% en los países de ingresos altos (UNICEF, 2020).
En África occidental y central, el acceso a Internet para las poblaciones más pobres es prácticamente inexistente, mientras que en África oriental y meridional, solo el 3% de los niños y jóvenes adultos de 25 años o menos de las familias más pobres tienen acceso a Internet en casa (UNICEF, 2020). La falta de acceso en el África subsahariana culmina en que el 90% de los estudiantes no tienen ordenadores en sus hogares y el 82% de los que tienen no pueden conectarse a Internet (UN, 2020).
En la India, el acceso a la educación en línea no es una realidad factible para millones de niños, con estadísticas que muestran que solo 1 de cada 4 niños tiene acceso a dispositivos digitales y conexión a Internet (UNICEF, 2021). Además, hay que tener en cuenta la enorme brecha entre las zonas rurales y urbanas que prevalece en la India desde hace décadas. Antes de la pandemia, solo una cuarta parte de los hogares (24%) en la India tenía acceso a Internet (UNICEF, 2021).
En Asia oriental y el Pacífico, el cierre de escuelas ha afectado a más de 325 millones de niños y el aprendizaje en línea no es una solución a largo plazo para millones de niños desfavorecidos (Karin Hulshof y H.E Pirkka Tapiola, n.d.). Mientras que 80 millones de niños no tienen los medios para acceder al aprendizaje digital en sus hogares, se estima que al menos 2,7 millones de niños en toda la región no regresarán a la escuela (Karin Hulshof y H.E Pirkka Tapiola, n.d.). Esto viene con unos antecedentes desalentadores de la realidad académica de la región. Antes del COVID-19, dos tercios de los niños de quinto grado eran incapaces de leer o comprender las matemáticas en el nivel mínimo de aprendizaje (Karin Hulshof y H.E Pirkka Tapiola, n.d.).
El acceso a una educación adecuada es clave para mejorar la vida. Si bien el mundo académico ha cambiado significativamente su estructura para adaptarse a la pandemia, está claro que esta falta de conexión es una barrera que impedirá que millones de niños avancen en la vida (UNICEF, 2020). Además, incluso con suficiente conexión a Internet en casa, es posible que los niños no puedan acceder a ella debido a la creciente presión para hacer las tareas domésticas o al trabajo, la falta de dispositivos para compartir entre la familia y la falta de conocimiento sobre el acceso a oportunidades en línea (UNICEF, 2020).
¿Cuáles son las repercusiones?
En las crisis globales, como la pandemia de COVID-19, los escolares de países de ingresos bajos y medio-bajos tienen menos probabilidades de que se documenten sus pérdidas en aprendizaje, menos probabilidades de tener acceso al aprendizaje en línea y más probabilidades de sufrir retrasos en la reapertura de sus escuelas, además de unos recursos inadecuados para garantizar las medidas de seguridad (UNICEF, 2020).
En un informe que documentó los resultados de encuestas sobre respuestas de la educación nacional al COVID-19 realizadas en 150 países, se encontró que aunque más de dos tercios de los países han reabierto total o parcialmente las instituciones educativas, 1 de cada 4 no se abrió o aún no se fijó una fecha de apertura, la mayoría de los cuales son países de ingresos más bajos (UNICEF, 2020). Además, solo 1 de cada 5 países de ingresos bajos afirmó que el aprendizaje a distancia tiene el mismo valor que los días escolares oficiales, lo que a su vez arroja luz sobre el bajo impacto y la inviabilidad de las medidas de aprendizaje a distancia (UNICEF, 2020).
Si bien puede ser una realidad obvia para una transición de la escuela al aprendizaje en línea desde casa, los cierres escolares tienen consecuencias en gran medida adversas para los niños de países de ingresos más bajos. Cuando las escuelas se cierran, aumenta el número de matrimonios precoces y aumenta la explotación sexual de niñas y mujeres jóvenes, así como los embarazos de adolescentes (UNESCO, n.d.). El trabajo infantil es otra triste realidad que los niños enfrentan con cierres de escuelas junto con la mala nutrición, ya que muchos niños dependen de las comidas gratuitas o con descuento que la escuela proporciona para su nutrición y salud (UNESCO, n.d.).
Reducir la brecha digital entre los niños
Si bien existe un flujo constante de estadísticas que documentan una variedad de realidades globales, las que atienden a la educación y arrojan luz sobre el hecho de que sigue siendo un obstáculo masivo para millones de niños, no deben ni pueden pasar desapercibidas. Esta pandemia ha restablecido el hecho de que el acceso a dispositivos digitales y plataformas en línea es clave para la educación que a su vez abre la puerta a un futuro más brillante, seguro y mejor para los niños de nuestro mundo.
En Humanium, estamos comprometidos a crear conciencia y salvaguardar los derechos de los niños en todo el mundo, ya sea su derecho a la alimentación, a la educación, a la protección, a la salud o a la libertad. Si deseas apoyar a Humanium en su trabajo para ayudar a los niños a combatir los efectos de esta pandemia mundial, considera apadrinar a un niño, hacer una donación o convertirte en voluntario.
Escrito por Aditi Partha
Traducido por Cristina Morillo Berral
Bibliografía:
Karin Hulshof and H.E Pirkka Tapiola. (n.d.). It is time to reopen Southeast Asia’s schools. Retrieved from Unicef.
Secretary-General, U. D. (2021, April 27). With Almost Half of World’s Population Still Offline, Digital Divide Risks Becoming ‘New Face of Inequality’, Deputy Secretary-General Warns General Assembly. Retrieved from UN.
UNESCO. (n.d.). Adverse consequences of school closures. Retrieved from Unesco.
UNICEF. (2020, August 27). COVID-19: At least a third of the world’s schoolchildren unable to access remote learning during school closures, new report says. Retrieved from UNICEF.
World Bank. (2020, December 2). COVID-19 Prompts Urgency of Bridging Digital Divide in Central Asia. Retrieved from World Bank.