La separación de los niños migrantes de sus familias en la frontera entre México y EE. UU.

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Todos los niños tienen derecho a la seguridad y a la protección, independientemente del lugar del que procedan o al que vayan. Sin embargo, ese derecho no siempre se respeta y eso es algo que queda especialmente patente en la actual crisis migratoria en la frontera entre Estados Unidos y México. Los menores migrantes no acompañados son separados de sus familias, algo que tiene consecuencias físicas y mentales demoledoras para ellos.

¿Por qué emigran los niños y sus familias a Estados Unidos?

La detención de migrantes en la frontera sur de EE. UU. no es nada nuevo. Hubo un aumento en la llegada de menores migrantes no acompañados en 2014, durante la presidencia de Barack Obama, pero fue bajo el mandato de Donald Trump cuando se registró un incremento especialmente llamativo (BBC News, 2021; Kassie, 2019). Los niños migrantes y sus familias que intentan cruzar la frontera buscan seguridad por diversas razones, como huir de la violencia de las bandas criminales, de los efectos de la crisis climática y de la pobreza extrema (Cheatham, 2021).

Dos tercios de esos migrantes son de Guatemala, Honduras y El Salvador y la mayor parte del resto proceden de México, donde la gente se enfrenta a unos altos índices de homicidios y a la larga lucha contra los cárteles de la droga (Cheatham, 2021). Además, las pérdidas de puestos de trabajo derivadas de la pandemia son un factor significativo que impulsa aún más la migración a Estados Unidos. A esto se suma el hecho de que muchos huyen de Honduras debido a los recientes huracanes (BBC News, 2021). Desde la elección presidencial de Joe Biden en 2020, la percepción general es que los migrantes podrían ser más bienvenidos que durante la presidencia de Trump, lo que podría ser otra razón del incremento (Cheatham, 2021).

La situación en la frontera

A principios de mayo de 2021, más de 22 500 menores no acompañados que acababan de cruzar la frontera sur fueron detenidos, lo que supone un considerable aumento con respecto al año anterior (Kassie, 2019; BBC News, 2021). El número de niños migrantes no acompañados prácticamente se triplicó en marzo en comparación con el mes anterior, mientras la administración Biden anunciaba que los agentes fronterizos de la frontera sur estadounidense estaban viendo llegar probablemente el mayor número de migrantes de las dos últimas décadas (Cheatham, 2021).

La mayoría de los migrantes son chicos adolescentes y en torno al 77 % de los menores no acompañados de los centros de detención de inmigrantes tienen 15 años o más, aunque las autoridades también retienen a niños pequeños y bebés (Cheatham, 2021). Aunque los cruces de la frontera descendieron inicialmente a principios de 2020 debido a la pandemia de COVID-19, desde entonces no han dejado de aumentar (Cheatham, 2021). También es importante señalar que los cierres totales de la frontera en respuesta a la pandemia agravaron la situación, ya que las familias y los niños son devueltos sin opción de presentar una solicitud de asilo (Save the Children, s. f.).

Después de cruzar la frontera, los niños no acompañados pasan a estar bajo custodia de las autoridades fronterizas y suelen encontrarse en condiciones insalubres y peligrosas, como verse obligados a dormir en el suelo o carecer de higiene y servicios básicos (Save the Children, s. f.). Debido al creciente número de menores migrantes no acompañados recibidos por los funcionarios estadounidenses, el sistema está cada vez más sobrepasado y superpoblado, lo que empeora las condiciones.

Se trata de una clara vulneración de la ley, que estipula que todas las instalaciones que acojan a niños no acompañados deberán reunir unas mínimas condiciones de atención, así como brindarles asistencia legal y social y otros servicios de atención básicos, poniendo a los niños a cargo de Salud y Servicios Sociales en el plazo de 72 horas desde que crucen la frontera (Save the Children, s. f.).

Leyes estadounidenses aplicables a los niños migrantes no acompañados

En Estados Unidos, el Departamento de Seguridad Nacional (Department of Homeland Security, DHS) y el de Salud y Servicios Sociales (Health and Human Services, HHS) comparten la responsabilidad de los niños extranjeros no acompañados (UAC por sus siglas en inglés) menores de 18 años, en virtud de la Ley de Seguridad Nacional de 2002 (Cheatham, 2021). La ley estadounidense establece que los UAC son migrantes que «carecen de estatus legal en Estados Unidos» y no tienen un progenitor o tutor legal que cuide de ellos (Cheatham, 2021). Sin embargo, los UAC no entran necesariamente solos en Estados Unidos, ya que muchos son separados de sus familias en la frontera.

Las Naciones Unidas aseguran que los niños solicitantes de asilo «no deberían ser detenidos prácticamente nunca», pero, a pesar de ello, antes de la pandemia cada año se detenía a unos 330 000 niños de al menos 77 países (Cheatham, 2021). El acuerdo más destacado de la ONU que establece el marco legal de las obligaciones de los países con respecto a los menores migrantes es la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, que sostiene que los niños no deben ser separados de sus familias ni detenidos si no es como último recurso (Cheatham, 2021). No obstante, Estados Unidos es el único país del mundo que ha firmado la Convención, pero no la ha ratificado, lo que significa que no es legalmente vinculante para ese país.

La abrumadora utilización de la detención de inmigrantes por parte de Estados Unidos ha generado una «industria multimillonaria en torno al encarcelamiento de inmigrantes» (Kassie, 2019). Trump influyó enormemente en esto con las perniciosas leyes que aprobó para disuadir de cruzar la frontera a los inmigrantes y solicitantes de asilo (Save the Children, s. f.). Esas duras medidas incluían ampliar la detención de los inmigrantes y aumentar las separaciones de familias, poniendo en peligro a los menores no acompañados.

En particular, el Departamento de Justicia estadounidense anunció en abril de 2018, bajo la presidencia de Trump, su «política de tolerancia cero» que permitía a las autoridades detener y enjuiciar penalmente a todos los adultos que intentaran entrar en Estados Unidos sin autorización, en lugar de liberarlos en espera de la fecha de su comparecencia ante el tribunal de inmigración (Cheatham, 2021).

Una práctica injusta aplicada durante años

Es importante destacar que, después de algunas averiguaciones, se demostró que esta política de separación de los niños estaba vigente en realidad extraoficialmente desde 2017 (Pearle, 2019). Puesto que no se permite a los menores permanecer con sus progenitores o tutores legales en espera de juicio, más de 4300 niños fueron separados de sus familias entre julio de 2017 y junio de 2018, convirtiéndose en menores no acompañados (Cheatham, 2021).

La severidad e intransigencia de la política de tolerancia cero provocó un gran revuelo, obligando a Trump a emitir una orden presidencial para poner fin a las separaciones familiares en junio de 2018, y un juez federal ordenó que se reagrupara a las familias afectadas (BBC News, 2021). Por desgracia, esto no puso fin a las separaciones extraoficiales que habían sucedido antes de que se aprobara la política de tolerancia cero.

Durante la pandemia, mientras Trump seguía en el cargo, se aprobó una orden sanitaria conocida como el Título 42, en virtud de la cual cualquier persona sorprendida cruzando ilegalmente la frontera era deportada automáticamente (BBC News, 2021). Esto es especialmente duro teniendo en cuenta las terribles consecuencias que ha tenido la pandemia, especialmente para los migrantes procedentes de países de ingresos medios y bajos.

Sin embargo, la nueva administración Biden ha adoptado algunas medidas para combatir el problema de la separación de niños de sus familias. En febrero de 2021, Biden firmó una serie de órdenes presidenciales para poner fin a esas duras políticas que ponían en peligro a los niños migrantes que cruzaban la frontera sur y también creó un grupo de trabajo para reunir a los niños separados de sus familias (Save the Children, s. f.).

Consecuencias perjudiciales para los niños

Las condiciones durante su detención tienen efectos perjudiciales para el estado físico y mental de los niños, no solo por la falta de atención y acceso a servicios básicos, sino también debido a la violencia y la explotación endémicas, muy frecuentes en localidades fronterizas como Ciudad Juárez, Nogales o Matamoros (Save the Children, s. f.). Separar a los niños de sus familias es cruel y tiene consecuencias emocionales y sociales graves y duraderas para ellos.

Así lo han confirmado otras organizaciones defensoras de los derechos del niño que encontraron pruebas de que los niños que viven en instituciones alejados de sus familias corren un alto riesgo de sufrir abusos emocionales, físicos y psicológicos que, a su vez, pueden provocarles problemas de desarrollo, lesiones y traumas a largo plazo.

El hacinamiento en los centros de detención de inmigrantes también es un grave problema, así como el hecho de que los niños pasen semanas detenidos, algo que quedó patente en especial cuando Trump estaba en el poder. De hecho, seis niños murieron estando bajo custodia de las autoridades de inmigración durante su presidencia, tras una década sin ningún fallecimiento de este tipo (Cheatham, 2021). Aunque la pandemia ha reducido drásticamente los desplazamientos en todo el mundo, también ha agudizado la vulnerabilidad de los migrantes, especialmente de los menores.

Las condiciones de vida en los centros de detención de inmigrantes se asemejan a las de una cárcel; la diferencia está en que los detenidos no cumplen condena por un delito, lo que hace que el sistema sea aún más inmoral. En esos centros, los migrantes esperan para saber si podrán quedarse en Estados Unidos de forma legal y por eso permanecen detenidos para garantizar que acudan a sus audiencias (Kassie, 2019).

De media, los inmigrantes legales y solicitantes de asilo detenidos esperan durante unas cuatro semanas antes de ser liberados, aunque algunos han pasado años o incluso décadas internados. Además, miles de detenidos han denunciado abusos físicos y sexuales (Kassie, 2019). Por tanto, la detención, que antes se reservaba para quienes suponían una amenaza para el resto de la sociedad, ahora se podría decir que está «generalizada» (Kassie, 2019).

¿Ha habido alguna mejora en 2021?

Ha habido algunas mejoras desde que Biden ocupó la presidencia a principios de año. En primer lugar, su administración anunció que empezaría a reunir a las familias separadas durante el mandato de Trump. Además, Biden prometió revisar totalmente la política migratoria de Trump, que consideraba a los solicitantes de asilo como una amenaza para la seguridad nacional. De hecho, Trump fue criticado por exacerbar la crisis humanitaria de América Central, infringir la ley estadounidense y vulnerar las normas internacionales de derechos humanos (Cheatham, 2021).

Para revisar todo esto, Biden está trabajando para aumentar la capacidad para alojar a los menores no acompañados, así como para acelerar su liberación de los servicios federales (Cheatham, 2021). Los funcionarios han empezado a restablecer el programa de menores centroamericanos (CAM por sus siglas en inglés), que Trump interrumpió en 2017, para que algunos niños de Honduras, Guatemala y El Salvador consigan el estatus de refugiados o la residencia legal temporal antes de hacer el peligroso viaje hasta la frontera entre Estados Unidos y México (Cheatham, 2021). 

Según BBC News (2021), con la administración Biden, el número de menores migrantes no acompañados detenidos en condiciones lamentables en la frontera disminuyó un 88 % entre finales de marzo y finales de abril de este año. Pero tan solo siete niños se reunieron con sus familias durante lo que va de presidencia de Biden y 2127 niños siguen esperando sus reunificaciones familiares (Soboroff, 2021). Por lo tanto, aunque ha hecho grandes promesas, todavía tiene que demostrar que de verdad está a la altura.

En Humanium, nuestro objetivo es concienciar sobre estas cuestiones que ponen en peligro los derechos de los niños en todo el mundo. Nuestro trabajo es posible gracias a su apoyo y se lo agradeceríamos enormemente si pudiera hacer una donación para ayudarnos a trabajar para prevenir los abusos de los derechos de los niños en todo el mundo.

Escrito por Margot Thompson-Wells

Traducido por Eva Milla

Bibliografía:

BBC News. (2021, May 5). Child migrants: Massive drop in children held by border officials.

Cheatham, A. (2021, May 4). U.S. Detention of Child Migrants.

Kassie, E. (2019, September 24). Detained: how the US built the world’s largest immigrant detention system.

Pearle, L. (2019, February 4). Trump administration admits thousands more migrant families may have been separated than estimated. ABC News.

Save the Children (n.d.). U.S. Border Crisis.

Soboroff, J. (2021, June 8). More than 2,100 children separated at border ‘have not yet been reunified,’ Biden task force says. NBC News.