Crímenes de honor: ¿Hay un final a la vista?

Posted on Posted in Derechos del Niño, Derechos Humanos, Paz, violencia

Este artículo es una continuación del titulado “El feminicidio desde una perspectiva global” y analiza con más profundidad una de las violaciones más graves de los derechos humanos cometidos contra niñas y mujeres en la actualidad: los crímenes de honor. Este término, lleno de carga semántica, implica que hay una excusa o explicación para un acto de violencia — y es ahí donde radican los desafíos a la hora de definir los crímenes de honor.

El honor se entiende como un “código de conducta no escrito” (Blum, Braiden & Heinonen, 2016, p. 130). La definición no es fácil porque su significado varía de manera significativa de una región a otra, pero se entiende y asocia, de manera general, con la reputación social de una familia dentro de una comunidad (Corbin, 2014).

En concreto, ciertos comportamientos sociales y sexuales se etiquetan como inmorales e impropios, y se entiende que conllevan deshonor, humillación social, bochorno o vergüenza a la familia o a la comunidad, o a ambas. En estos contextos, las mujeres y niñas son típicamente vistas como representantes de la pureza de la familia, y los comportamientos sociales y sexuales se mantienen para defender la pureza. Entre estos comportamientos se encuentran evitar interactuar con hombres, mantener la virginidad hasta el matrimonio, no separarse o divorciarse o no comprometerse con el activismo político. 

Cuando se cree que las mujeres han desobedecido i/o desafiado las normas, son asesinadas por miembros de su propia familia, que justifican estos actos tan violentos y severos alegando que así restauran, protegen o defiende el “honor” de la familia (Sanberg & Janssen, 2018). Debido a la amplia naturaleza de la violencia ejercida contra las mujeres y niñas en nombre del “honor”, en este artículo se utilizará el término de “crímenes de honor”.

A problema global

Los crímenes de honor son ampliamente considerados violaciones habituales de los derechos humanos en regiones como el sur de Asia, Latinoamérica y Oriente Medio, pero cómo se lleva a cabo la violencia en sí misma difiere en gran medida (Korteweg, 2012). Estos crímenes se han convertido en una preocupación a nivel internacional, a medida que los índices de violencia contra las mujeres han aumentado hasta alcanzar niveles alarmantes, sobre todo en países como Pakistán, India, Palestina, Turquía y Siria (Al Ashqar, 2014).

Defensores de los derechos humanos han estimado que en Pakistán mueren aproximadamente 1.000 mujeres cada año a manos de miembros de su familia basándose en cuestiones “de honor” (Amnesty, 2016). En Turquía, las estadísticas han documentado que, entre 2009 y 2011, se denunciaron más de 200 crímenes de honor, aunque se desconocen las cifras exactas y se cree que son mucho mayores (Corbin, 2014).  Los índices de homicidios son similares en Siria, con 200 crímenes de honor llevados a cabo anualmente, lo que supondría una media de 16 mujeres sirias asesinadas por un pariente cada mes  (Human Rights Watch, 2009). 

A un nivel más amplio, los crímenes de honor representan un grave problema de derechos humanos en la región del Norte de África y Oriente Medio (“MENA”), y en partes del Sur de Asia (Kulczycki & Windle, 2011). Muchos de los países de la región MENA comparten lenguas, prácticas culturales y religiones similares, y también estrictas creencias socio-culturales sobre los roles de género en las que las estructuras de poder desiguales, las actitudes patriarcales y las creencias socio-culturales fomentan la violencia basada en el honor (Guruge, Roche & Catallo, 2012; Kulczycki & Windle, 2011).

La propia violencia está incrustada en normas estrictas y basadas en el género, donde las leyes, las creencias religiosas y las costumbres culturales son utilizadas para reforzar y justificar actitudes y opiniones nocivas hacia las féminas, que tienen como una subordinación generalizada de las mujeres (Kulczycki & Windle, 2011). Como resultado, en muchas sociedades la violencia tiene sus raíces en sistemas patriarcales, dominados por hombres, que establecen reglas estrictas impuestas a las mujeres sobre comportamientos sexuales y sociales, impuestas para defender la reputación de la familia en la comunidad  (Aujla & Gill, 2014).

El camino hacia adelante para las niñas y mujeres

Aunque hay diversos planes de acción propuestos para eliminar la violencia cometida contra las mujeres en nombre del “honor”, un aspecto queda claro: es necesario un discurso a la comunidad sobre el problema para que las actitudes sociales evolucionen en favor de las mujeres.

También se aboga activamente por cambios en los aspectos legales, con Human Rights Watch (2016) haciendo un llamamiento a los gobiernos de Pakistán, India y Jordania para que investiguen y persigan a los responsables de los crímenes de honor y para que implementen una política de “tolerancia cero” hacia la violencia. Pero los cambios legislativos son solo parte de la solución para acabar con la violencia, y donde hay corrupción en el sistema judicial, las fuerzas policiales deben resistir las presiones políticas, religiosas o del poder local para que abandonen las investigaciones de estos asesinatos (Human Rights Watch, 2016).

En el contexto específico de Jordania, Human Rights Watch (2009) cuestionó la decisión del gobierno de establecer tribunales en 2009 y alegó que estas medidas no eran adecuadas debido a los códigos penales del Estado, que imponen penas menores en casos de crímenes de honor. Según las leyes jordanas, los códigos penales contemplaban sentencias reducidas para los agresores que mataban a un pariente que hubiera tenido una relación extramatrimonial, y las penas se reducían aún más si se consideraba que el agresor había llevado a cabo el asesinato en un estado de ira extrema (Human Rights Watch, 2009).

La situación de los derechos humanos es similar en India, donde las leyes que protegen a niñas y mujeres de la violencia de género son muy laxas. (Human Rights Watch, 2010). Pero, en 2018, el Tribunal Supremo de India dictó sentencia en el caso de Shakti Vahini contra Union of India, que se considera un logro histórico (Comisión Nacional para los Derechos Humanos, India, 2018).

La sentencia es importante porque el más alto tribunal del país dictaminó que la violencia por honor es un acto delictivo y una violación de los derechos constitucionales de las personas, es decir, el derecho a una vida digna y a la libertad de expresión. El más alto tribunal concluyó que los gobiernos deben adoptar medidas preventivas y disciplinarias para proteger los derechos humanos. Algunas de estas medidas son emplear más policías en los distritos donde se llevan a cabo con más frecuencia, así como facilitar viviendas seguras para parejas casadas que han huido de sus comunidades para escapar de los crímenes de honor (Comisión Nacional para los Derechos Humanos, India, 2018).

Pero los cambios legislativos puede que aun no tengan suficiente impacto para que veamos el fin de los crímenes de honor debido a las actitudes patriarcales profundamente enraizadas, a un orden centrado en los hombres y a normas socio-culturales (Kulczycki & Windle, 2011). No obstante, es importante subrayar la importancia de los avances en materia legislativa que crean conciencia social y cambian las actitudes que consideraban aceptables los crímenes de honor. Mediante la reforma de las leyes y la introducción de sanciones punitivas por crímenes de honor, la protección de los derechos humanos se expresa claramente, y se denuncia la violencia.   (Al Ashqar, 2014).

Escrito por Jennifer Prashad

Traducido por Esperanza Escalona

Referencias:

Judge Ahmad Al Ashqar. United Nations Human Rights Office of the High Commissioner, Women’s Human Rights and Justice. (2014). Murder of Women in Palestine Under the Pretext of Honour: Legislation and Jurisprudence Analytical Study.

Amnesty International. (2016, July 19). Pakistan: End impunity for so-called ‘honour’ crimes.

Aujla, W. & Gill, A. K. (2014). “Conceptualizing ‘Honour’ Killings in Canada: An Extreme Form of Domestic Violence?” International Journal of Criminal Justice Sciences, 9(1), 153-166.

Blum, E., Braiden, R. & Heinonen T. (2016). “Service Delivery Considerations in Dealing with Honour-based Violence.” Canadian Ethnic Studies, 48(3), 129-148.

Corbin, B. (2014). “Between Saviors and Savages: The Effect of Turkey’s Revised Penal Code on the Transformation of Honor Killings into Honor Suicides and Why Community Discourse is Necessary for Honor Crime Reduction.” Emory International Review, 29, 277-325.

Guruge, S., Roche, B., & Catallo, C. (2012). “Violence against Women: An Exploration of the Physical and Mental Health Trends among Immigrant and Refugee Women in Canada.” Nursing Research and Practice, 1-14.

Korteweg, A. (2012). Understanding Honour Killing And Honour-Related Violence in the Immigration Context: Implications for the Legal Profession And Beyond. Canadian Criminal Law Review, 16(2), 135-60.

Kulczycki. A. & Windle, S. (2012). “Honor Killings in the Middle East and North Africa: A Systematic Review of the Literature.” Violence Against Women, 17(11), 1442-1464.

Human Rights Watch (2009, July 28). Syria: No Exceptions for ‘Honor Killings’: Penal Code Change Positive, but it Still Eases Punishment for Some Who Murder Women.

Human Rights Watch. (2016, June 14). Pakistan: Prosecute Rampant ‘Honor Killings.’

Human Rights Watch (2010, July 18). India: Prosecute Rampant ‘Honor Killings.

National Human Rights Commission, India. (2018). Important Judgment of the Supreme Court of India.

Sanberg, R. & Janssen, J. (2018). “The spectacle of the feminine Other: Reading migrant women’s autobiographies about honour-based violence” Women’s Studies International Forum, 68, 55-64.