Es imposible ignorar la realidad de que el coronavirus, que hasta hace poco parecía invencible, ha causado cambios sin precedentes en nuestra vida diaria a escala global. De la noche a la mañana, los países se han enfrentado a una rápida escalada de la propagación del virus, introduciendo cierres que han durado semanas en algunos países y meses en otros, lo que ha provocado que millones de personas se enfrenten a una vida de aislamiento.
A esto se sumó un aumento constante de las incertidumbres laborales y los despidos, junto con el creciente miedo y angustia con respecto al virus. Esta horrible realidad ha propiciado las conversaciones en torno a la preocupación por nuestra salud mental. Cuando los mecanismos de afrontamiento de los adultos están salpicados con los sentimientos de desesperanza y preocupación, debemos preguntarnos: ¿qué sucede con los niños del mundo y cómo ha afectado la pandemia a su salud mental?
Covid-19 y su impacto directo en la salud mental
Los problemas de salud mental han sido una consecuencia preocupante e inevitable de la pandemia. Desde el impacto psicológico del confinamiento hasta los efectos de las preocupaciones financieras, el desempleo y la exclusión social, el efecto de la pandemia en la salud mental tendrá carácter trascendental y duradero. (Kluge, 2020)
En un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo sobre el covid-19 y los jóvenes en Europa, se ha descubierto que uno de cada dos jóvenes (de 18 a 29 años) sufre depresión y ansiedad (Kluge, 2020) causadas por la pandemia. Solo en los Estados Unidos, los casos de ansiedad (trastorno depresivo) se han cuadruplicado comparado con los niveles prepandémicos, lo cual significa que aproximadamente cuatro de cada diez adultos reportan los síntomas correspondientes (KFF, 2021). Del mismo modo, en abril de 2020, un estudio realizado en Etiopía observó un aumento del triple de los síntomas depresivos en comparación con las estimaciones anteriores a la pandemia (OMS, 2020).
En una encuesta de la Sociedad de Psiquiatría de la India (IPS, por sus siglas en inglés), se ha encontrado un aumento del 20% de los casos de salud mental desde el confinamiento, además del hecho de que al menos uno de cada cinco indios se ha visto afectado (DW, 2020). En China, en el pico del brote, más de un tercio de la población experimentó síntomas de depresión, insomnio o ansiedad (Hernández, 2020). A pesar de un aumento de la preocupación por la salud mental a nivel global, la realidad es testimonio de los efectos devastadores del virus: la pandemia ha perturbado o frenado los servicios de salud mental en el 93% de los países a nivel mundial (OMS, 2020).
¿Qué ha significado la pandemia para la salud mental de los niños?
Una parada en la educación
La educación, uno de los escalones más importantes en la vida de un niño, se ha visto significativamente afectada por los estrictos protocolos que se están implementando para contener la propagación del virus. Un año después de que el covid-19 golpeara al mundo, más de 800 millones de estudiantes (más de la mitad de la población estudiantil del mundo) siguen enfrentándose a problemas sustanciales con respecto a su educación (UNESCO, 2021). Esto se debe al cierre completo de las escuelas en 31 países y a los horarios académicos reducidos en otros 48 países (UNESCO, 2021).
Por los cierres de escuelas como una consecuencia de la pandemia, otros 72 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria corren el peligro de sufrir la pobreza de aprendizajes, lo que significa que serán incapaces de leer y comprender un texto simple a la edad de diez años (Banco Mundial, 2020) . Por consiguiente, existe un riesgo elevado para las mujeres y las niñas, puesto que los cierres de colegios les han puesto en una posición más vulnerable a numerosos tipos de abuso, desde transacción sexual hasta matrimonios forzados (Naciones Unidas, 2020). La falta de acceso al apoyo tecnológico necesario para el aprendizaje a distancia ha dado lugar a que 463 millones de niños no puedan utilizar las políticas educativas basadas en radio e Internet y beneficiarse de ellas (UNICEF, 2020).
Clases en línea
Como señaló acertadamente la Directora Ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, «bajo la sombra del covid-19, las vidas de millones de niños se han reducido temporalmente a sus hogares y a sus pantallas» (UNICEF, 2020). Según psicólogos infantiles entrevistados en diez países diferentes, los niños se sienten desmotivados y solos y están mostrando síntomas de hiperactividad y problemas sensoriales como resultado directo de sus clases en línea (Bhatt, 2020). En los casos en los que los niños ya están lidiando con la ansiedad social, tener el foco en ellos durante una clase en línea solo los hace más conscientes de sí mismos (Bhatt, 2020). Según su opinión, las clases en línea son un factor importante que contribuye a ambos problemas: el aumento en los casos de ansiedad y depresión entre los adolescentes, así como la hiperactividad y los problemas sensoriales en al menos dos de cada cinco niños (Bhatt, 2020).
La situación ha empeorado en países como Indonesia donde, según la psicóloga clínica especializada en el desarrollo de niños y adolescentes, Grace E Sameve, «no hay cultura de que los niños hablen de sus sentimientos con sus padres» (Bhatt, 2020). La disparidad socioeconómica también puede ser un factor que contribuye a la incomodidad de un niño, como se ve en la India, donde la psicóloga infantil Joy Santhosh ha descubierto que los niños a menudo se sienten incómodos mostrando sus hogares durante las videollamadas, debido al temor de ser juzgados por sus compañeros de familias en mejor posición económica (Bhatt, 2020). Un hecho típico en estos hogares son los cortes de energía, que a su vez automáticamente desconectan a los niños de su clase y hacen que se sientan fuera de sincronía con el resto. En cuanto pueden volver a iniciar la sesión, se sienten preocupados por tener que responder a preguntas sobre algo que han perdido involuntariamente (Bhatt, 2020).
La educación en línea ha sometido a los estudiantes a una realidad inevitable: un aumento sin precedentes del tiempo frente a la pantalla, dada la necesidad de que los niños puedan aprender y mantenerse conectados con el mundo exterior (UNICEF, 2020). Esta triste realidad radica en el hecho de que, para los niños, el exceso de tiempo frente a la pantalla a menudo puede conllevar ansiedad, soledad y depresión y comúnmente está conectado con un bienestar psicológico cada vez menor (The Center for Treatment of Anxiety and Mood Disorders).
El confinamiento
Estar al aire libre, una parte esencial de la infancia, es algo que se ha eliminado de las vidas de los niños de nuestro mundo debido al estricto protocolo de confinamiento. Además de ser una actividad que los niños generalmente anhelan, jugar al aire libre tiene numerosos beneficios que afectan significativamente al desarrollo de un niño, que van desde la mejora de las habilidades sensoriales y de comportamiento hasta un aumento en la capacidad de atención (Danae Lund PhD, 2018). Además, pasar tiempo en la luz natural estimula la glándula pineal, que es responsable de fortalecer el sistema inmunológico, así como de hacernos sentir más felices (Danae Lund PhD, 2018).
En una encuesta a 1.143 padres de niños de entre tres y dieciocho años de Italia y España, donde se describe el impacto emocional de la cuarentena, el 87% de los padres han comunicado cambios emocionales y conductuales en sus hijos durante el confinamiento. Los cambios observados con mayor frecuencia han sido dificultad para concentrarse (76,6%), aburrimiento (52%), irritabilidad (39%), inquietud (38,8%), nerviosismo (38%), soledad (31,3%), desasosiego (30,4%) y preocupación (30,1%) (Karen Dineen Wagner, 2020).
¿De qué manera puedes contribuir significativamente?
La salud mental juega un papel muy importante en el establecimiento de un enfoque de la vida. La pandemia ha causado las perdurables olas de miedo, pérdida y sufrimiento en el mundo. Aunque la infancia trae relativamente menos preocupaciones y problemas en comparación con la edad adulta, esta vez los niños han sido despojados de una vida a la que estaban acostumbrados y se ven obligados a lidiar con la pandemia, las numerosas reglas que siguen dando forma a su vida diaria, así como con los problemas que todo esto trae a su salud mental.
Como organización, Humanium está profundamente comprometida con la protección, la capacitación y la sensibilización de los derechos infantiles y ha trabajado ampliamente en ello desde el brote del covid-19 a través de diferentes proyectos, teniendo en cuenta la importancia crucial de la salud mental de los niños. Tan pronto como la pandemia comenzó a repercutir en la vida de los niños en todo el mundo, Humanium, en cooperación con su asociado Hand In Hand India, facilitó la entrega de 500.000 desinfectantes para manos a muchas familias pobres de la India.
Cuando el covid-19 creó una situación de emergencia especial para los niños en Ruanda, Humanium implementó un proyecto de ayuda urgente para apoyar a familias en cinco regiones y ayudar a miles de niños y madres solteras. Además, cuando el Centro Residencial de Capacitación Especial en Madhya Pradesh, India, que alojaba a 55 niñas previamente expuestas al trabajo infantil se cerró debido a la pandemia, Humanium apoyó a su socio local en el establecimiento de centros especiales donde los maestros visitaban regularmente a los niños y los ayudaban a continuar su educación. Si deseas apoyar a Humanium en su labor de ayudar a los niños a luchar contra los efectos de esta pandemia mundial, por favor, considera apadrinar a un niño, hacer una donación o hacerte voluntario.
Escrito por Aditi Partha
Traducido por Anna Simakova
Revisado por Inés Mª Campillo Pazos
Referencias:
Bhatt, S. (2020, December 22). Tech . Retrieved from Economic Times.
Danae Lund PhD, L. (2018, June 26). CHILDREN’S. Retrieved from sanfordhealth.
DW. (2020). en/coronavirus-triggers-mental-health-crisis-in-india. Retrieved from DW.
Hernández, V. W. (2020, December 21). world/asia. Retrieved from nytimes.
KFF. (2021, February 10). Newsroom/coronavirus-Covid-19/press-release. Retrieved from KFF.
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