Los recientes descubrimientos de tumbas anónimas de niños aborígenes han puesto Canadá patas arriba en los últimos meses, destacando la invisibilización de las atrocidades del pasado y de la precaria situación actual, derivada del contexto colonial, de los adultos y de los niños aborígenes.
Descubrimientos en los terrenos de antiguos internados canadienses
En mayo de 2021, el descubrimiento de los restos de 215 niños aborígenes enterrados en la parcela de un antiguo internado aborigen en Kamloops, Columbia Británica, no lejos de Vancouver, conmocionó a Canadá (Matte-Bergeron & Bois, 2021). Se colocaron 215 pares de zapatos infantiles en las escalinatas del Parlamento de Canadá, en Ottawa y frente a una iglesia, en memoria de las jóvenes víctimas.
Durante 215 horas, las banderas ondearon a media asta sobre los edificios federales y provinciales (Cabot, 2021). Unas semanas más tarde, se encontraron 751 tumbas anónimas en Saskatchewan, la gran mayoría de niños (Austen & Bilefsky, 2021). Ello ha permitido devolver la situación desigual y discriminatoria de los pueblos aborígenes al primer plano político.
Para comprender la importancia de los hallazgos de los restos de niños aborígenes en los internados, se necesita una rápida puesta en contexto. El primer paso oficial para imponer la visión colonial pasa por la instauración en 1876 de la Ley sobre los Indios. Esta concretiza el sistema colonial al organizar de manera más concreta la asimilación de los aborígenes y al establecer legalmente los pasos iniciados en el pasado por los colonos. Era una ley orientada a una política de asimilación, con el objetivo de civilizar a las comunidades aborígenes (Parrott, 2006).
Los cambios culturales, incluyendo la educación de los jóvenes (Milloy, 1999) y los internados aborígenes, fueron así una de las piedras angulares de la asimilación de los aborígenes y una consecuencia directa de la implementación de la Ley sobre los Indios. De este modo, niños de entre 6 y 15 años fueron separados de sus familias y reubicados en internados lejos de sus reservas, donde aprendieron la cultura europea de los blancos, incluidos la visión de la sociedad occidental, los estándares sociales y la lengua. Durante la década de 1930, el número de internados canadienses se estimó en 80.
Han estado abiertos durante más de 160 años y 150.000 niños han asistido a ellos (La historia de los internados indios de Canadá, s. f.). En su apogeo en la década de 1930, se determinó que aproximadamente el 75% de los niños de las Primeras Naciones asistían a estos internados. La mayoría de ellos también fueron víctimas de negligencia y abuso generalizado (Consejo de educación de las Primeras Naciones, 2011).
Durante la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, los sobrevivientes testificaron sobre lo sucedido en los internados. Sus testimonios están disponibles en el sitio web de la Comisión (Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá, 2015). Los hallazgos solo confirman los comentarios hechos durante este evento.
«Muchos estudiantes que asistieron al internado nunca regresaron. Para sus familias, se han perdido para siempre. Sus tasas de mortalidad eran mucho más altas que las de los niños en edad escolar de la población general. A menudo, sus padres desconocían que estaban enfermos o muertos. Fueron enterrados lejos de sus familias en tumbas abandonadas durante mucho tiempo. Nadie se molestó en contar el número de muertos o registrar sus lugares de sepultura.»
– Comisión de la Verdad y la Reconciliación
Every Child Matters y el Día de la Reconciliación
Los descubrimientos de los restos de niños en los distintos internados parecen haber despertado a la opinión pública canadiense y a la clase política.
«No lo vamos a ocultar. Tenemos que reconocer la verdad. Los internados indígenas fueron una realidad, una tragedia que existió aquí en nuestro país, y tenemos que admitirlo. […] Sé que los últimos días han supuesto un despertar para muchos canadienses no aborígenes que sí, sabían que había internados, pero no entendían que esta realidad que vivían los niños aborígenes, sus familias y sus comunidades era horrible.»
– El primer ministro, Justin Trudeau (Pirro, 2021)
En respuesta a esta noticia, el gobierno federal ha establecido un nuevo día festivo para el 30 de septiembre: el Día Nacional de la Verdad y la Reconciliación. Su propósito es «reconocer y conmemorar las secuelas de los internados», según el sitio del gobierno canadiense (Día festivo federal: Día Nacional de la Verdad y la Reconciliación, 2021). La instauración de este día festivo da vida a la llamada a la acción número 80 de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá (Blake, Cassels & Graydon S.E.N.C.R.L./s.r.l., 2021).
Antes de que este día se convirtiera en festivo, representaba el Día de la Camisa Naranja: Cada niño importa (Orange Shirt: Every Child Matters). Este símbolo de la camisa naranja proviene de la historia de Phyllis, que sobrevivió a su experiencia en el internado. A la edad de 6 años, llevaron a Phyllis al internado de la Mission Saint-Joseph en Williams Lake, Columbia Británica. Tan pronto como llegó, le quitaron su camisa naranja, que acababa de comprarle su abuela, sin que nunca se la devolvieran.
«Vivía con mi abuela en la reserva de Dog Creek. Nunca tuvimos mucho dinero y no había ayudas sociales, pero mi abuela logró comprarme un traje nuevo para ir a la escuela de Mission. Recuerdo que fui a la tienda Robinson y elegí una camisa naranja brillante. Tenía un lazo en la parte delantera con una bonita cuerda y era tan brillante y emocionante, ¡tal y como me sentía por ir a la escuela! Cuando llegué a Mission, me desnudaron y me quitaron la ropa, ¡incluida la camisa naranja! Nunca la volví a ver. No entiendo por qué no me la dieron; ¡era mía! El color naranja siempre me ha recordado que mis sentimientos no importan, que nadie se preocupa por mí y que no valgo nada. Todos los niños pequeños llorábamos y a nadie le importaba.»
– The Orange Shirt Society
Desde 2013 y la primera celebración de este evento, cada 30 de septiembre ha sido una oportunidad para conmemorar las atrocidades del pasado, pero también para cuestionar las relaciones de dominación que la sociedad canadiense mantiene sobre los aborígenes y los efectos nefastos que esto tiene sobre los niños aborígenes.
Pistas de mejora
El establecimiento de esta festividad para conmemorar a los niños fallecidos y honrar a los sobrevivientes de los internados ha permitido, al menos durante este año, crear conciencia y educar a la población canadiense sobre lo que vivieron los niños aborígenes y lo que viven hoy en día, en particular la fuerte discriminación (Mourgere, 2016).
Para el exsenador y expresidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá, Murray Sinclair, este tipo de iniciativas es fundamental para permitir que las personas tengan acceso a la información y se eduquen sobre este tema (Día 30 de septiembre: un primer paso hacia la reconciliación; ha declarado Murray Sinclair, 2021).
«No se trata solo de desfilar, vestirse y ausentarse de la escuela o del trabajo. Si comprendes completamente lo que es esta ceremonia, no podrás evitar llorar.»
– Murray Sinclair
Sin embargo, se deben destinar recursos cada año para que este día sea realmente respetado y permita que la clase política y los ciudadanos canadienses se cuestionen sobre las repercusiones de los internados, pero también sobre las situaciones precarias de los niños aborígenes actualmente en Canadá (Josselin, 2021). También sería muy interesante que los niños de Canadá participaran activamente en la organización de este día, para que esta parte de la historia canadiense no se olvide.
La situación desigual de estos niños en Canadá resuena en otras comunidades aborígenes en todo el mundo. A través de su discurso, Humanium promueve la protección de los derechos de los niños, especialmente los de los niños aborígenes, así como su participación activa en la defensa de sus derechos y de su cultura. Únete a la comunidad mundial de Humanium y conviértete en actor en la lucha por el respeto de los derechos del niño.
Escrito por Juliette Bail
Traducido por Cristina Morillo Berral
Revisado por Inés Mª Campillo Pazos
Bibliografía:
Milloy, J. (1999). A National Crime: The Canadian Government and The Residential School System – 1879 to 1986». University of Manitoba Press.
Mourgere, I. (2016, janvier 27). Enfants autochtones, les oubliés du Canada. Récupéré sur TV5 Monde
Parrott, Z. (2006, février 7). Loi sur les Indiens. Récupéré sur L’Encyclopédie canadienne
Shaheen-Hussain, S. (2021). Plus aucun enfant autochtone arraché : Pour en finir avec le colonialisme médical canadien. Montréal: Lux Éditeur.