Y se esfuma: el futuro de los adolescentes se ve amenazado a causa de la epidemia de vapeo en los Estados Unidos.

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Tras un rápido crecimiento, los cigarrillos electrónicos se han convertido en el derivado del tabaco más consumido entre la población juvenil en los Estados Unidos (EE.UU.) (Cullen, 2019). Su empaquetado moderno, a menudo con apariencia de memoria USB, así como la variedad de sabores artificiales resultan llamativos para los jóvenes (Cullen, 2019). Más allá de la ostentación y el glamour, los cigarrillos electrónicos ocupan el centro de los debates médicos, dada la creencia arraigada de que son menos perjudiciales que otras maneras de fumar. Hasta que se encuentre una solución definitiva, o a menos que se aplique una normativa exhaustiva, los cigarrillos electrónicos seguirán comercializándose en un mercado dirigido a los adolescentes y que aprovecha la demanda del sector.

¿Qué son los cigarrillos electrónicos?

El consumo de tabaco con fines recreativos ha mostrado una enorme resistencia a la regulación y la evolución de la sociedad. Esta práctica, cuyo consumo en forma de hojas de tabaco enrolladas puede datarse hacia 5000 a.C., se ha convertido en costumbre en muchas sociedades y comunidades, sin importar posición social u origen cultural. El desarrollo más innovador en este ámbito ha sido el lanzamiento del cigarrillo electrónico, también conocido como «vaporizador».

Los cigarrillos electrónicos, es decir, los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN), son dispositivos que funcionan con baterías. Están diseñados para vaporizar soluciones líquidas que incluyen azúcar, aromatizantes y, generalmente, nicotina y crean un aerosol de vapor que inhala el consumidor (Kong, 2017). Los dispositivos, que a menudo incluyen cartuchos de recambio, se lanzaron al mercado estadounidense en 2007 (Kong, 2017).

En ese momento, los cigarrillos electrónicos se promocionaron como una ayuda a los fumadores para dejar el hábito, a pesar de que no había pruebas para justificar esa afirmación (Jones, 2020). La incorporación al mercado de este popular dispositivo portátil para fumar hizo que la industria creciera en casi mil millones de dólares en 2014, lo que demuestra un aumento en el índice de popularidad, así como la ausencia de cualquier tipo de regulación por parte de las autoridades (Kong, 2017).

Dentro de la amplia oferta de cigarrillos electrónicos, existen numerosas variantes de un mismo producto. El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA por sus siglas en inglés) y el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades identifican diversos derivados bajo la definición de cigarrillo electrónico (Kurti, 2019). Aunque factores accesorios como el tamaño, el peso y la capacidad del cigarrillo pueden variar, la diferencia más significativa es la presencia de nicotina o THC, la sustancia psicoactiva de la marihuana.

Una epidemia de vapeo entre los adolescentes

Estados Unidos ha experimentado un drástico aumento en el consumo de cigarrillos electrónicos entre la población juvenil desde 2010. Entre 2011 y 2015, el uso de cigarrillos electrónicos entre los estudiantes de secundaria aumentó de un 1,5 % a un 16 % (Cullen, 2019). Asimismo, entre 2017 y 2018, el consumo por parte de los adolescentes aumentó en un desconcertante 10 %, lo que se traduce aproximadamente en 1,3 millones de nuevos vapers (Jones, 2020).

El director general de salud de Estados Unidos y el comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) tacharon de epidemia el consumo de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes en 2018 y aseguraron que su aumento se había producido «a un ritmo de proporciones epidémicas» (Patel, 2019). Desde 2018 y hasta la actualidad, más de cinco millones de adolescentes americanos consumen cigarrillos electrónicos (Patel, 2019).

El ascenso meteórico del vapeo ha hecho que el consumo de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes supere al de los cigarros convencionales (Kong, 2017). La cuestión de si esta práctica es más «saludable» que otras maneras de fumar sigue siendo controvertida. Sin embargo, su prevalencia y la presencia de nicotina en la mayoría de cigarrillos electrónicos ha hecho saltar las alarmas en todo el país. Las medidas que tanto el gobierno como los organismos reguladores locales han comenzado a adoptar para hacer frente a implacables estrategias de marketing que se benefician de la creencia de que los cigarrillos electrónicos son menos dañinos se hacen notar (Kong, 2017).

En el ámbito escolar y en las instituciones educativas, el vapeo está causando una alteración de las funciones normales del aula, un hábito que los profesores describen como «una segunda naturaleza» en los estudiantes de secundaria de todo el país (Truth Initiative, 2020). Esta alteración ha influido en la capacidad de concentración y ha obligado a los profesores a adoptar una actitud casi policial en los centros escolares, donde más de una cuarta parte de los adolescentes afirma haber fumado al menos una vez (Truth Initiative, 2020).

La marca más popular de cigarrillos electrónicos en los centros educativos de todo el país es la conocida como JUUL, tanto, como para que el término JUULing haya pasado a la jerga adolescente (Jones, 2020). Esta compañía controla el 75 % del mercado y ha obtenido cerca de 4000 millones de dólares de ingresos netos.

«En los últimos años, se ha descontrolado. Mientras que antes solo se veían pequeños grupos de adolescentes vapeando, ahora se ha vuelto tan popular y accesible que es tan común como sostener una taza de café. Esta práctica se está extendiendo cada vez más» (Truth Initiative, 2020). 

La enorme presencia de cigarrillos electrónicos determinó que el ex presidente Donald Trump decidiera imponer prohibiciones en 2019. Entre ellas, prohibir los cigarrillos electrónicos de sabores, así como extender la edad mínima para comprarlos de los 18 a los 21 años (Patel, 2019). Sin embargo, estos esfuerzos se vieron socavados por la agitación tanto de políticos como de ciudadanos, lo que obligó al ex presidente a ceder y conformarse con la Ley de Prevención de la Intoxicación Infantil por Nicotina, normativa de la FDA para la regulación de los cigarrillos electrónicos (Jones, 2020).

Dicho organismo no ha implementado ninguna prohibición o reglamento de carácter general, por lo que el país sigue dividido. Así pues, cada Estado establece sus propios criterios para regular esta tendencia (Patel, 2019).

La publicidad y el mundo empresarial

El mundo empresarial es el responsable del aumento del consumo de cigarrillos electrónicos. Tanto los anuncios de televisión, los anuncios en la web como los impresos están plagados de promociones de cigarrillos electrónicos que a menudo se publicitan como una práctica más sana,  barata y limpia que otras alternativas para fumar (Kong, 2017). En los últimos años, los profesionales del marketing han desechado las campañas publicitarias basadas en la salud para centrarse en características más atractivas, como sabores exóticos y temas de cultura popular sobre identidad y estilo de vida (Kong, 2017).

Es posible que este cambio se haya producido tras la investigación que puso en marcha la FDA contra JUUL por publicidad ilegal, lo que conllevó a que la empresa tuviera que sustituir a su director general y detener todas las campañas publicitarias (Patel, 2019). Los sabores de los cigarrillos electrónicos son el principal atractivo de este producto, por lo que JUUL y otras marcas importantes continúan presionando para detener los esfuerzos que se llevan a cabo para restringir ciertos sabores. Estas compañías han amenazado con el surgimiento de un mercado negro de cigarrillos electrónicos si las regulaciones no se aplican correctamente (Patel, 2019).

El marketing de los cigarrillos electrónicos se centra casi exclusivamente en los adolescentes. Para ello, usan las redes sociales como principal medio de difusión de la información. Con la finalidad de atraer a consumidores jóvenes, las empresas de cigarrillos electrónicos crean productos cada vez más personalizables, con modificaciones de forma y apariencia, así como de los mecanismos de los vaporizadores (Jones, 2020).

Los peligros de los cigarrillos electrónicos

Los riesgos derivados del consumo de cigarrillos electrónicos en adolescentes se pueden dividir en dos categorías: salud y estilo de vida. Respecto a esta última, las alteraciones en el ámbito escolar se traducen en la pérdida de la capacidad de concentración de los alumnos o en el continuado absentismo en las aulas (TruthInitiative, 2020). Los profesores han informado que, tras el uso de cigarrillos electrónicos, los alumnos presentan síntomas como ojos vidriosos y pérdida del autocontrol. La omnipresencia de los cigarrillos electrónicos conlleva a que los adolescentes estén permanentemente en contacto con ellos, al contrario de los cigarrillos tradicionales, los cuales se han prohibido en numerosas regiones y entornos (Truth Initiative, 2020).

En relación con los riesgos para la salud, los cigarrillos electrónicos se asocian a graves enfermedades pulmonares y cardíacas, especialmente aquéllos con altas concentraciones de nicotina (Patel, 2019). Por otro lado, los cigarrillos electrónicos exponen a los adolescentes a altos niveles de nicotina y metales pesados, lo que hace de ellos un peligro en sí mismos y una puerta de entrada a otras maneras de fumar (Patel, 2019). Aunque aún no se ha reconocido abiertamente, algunos cigarrillos electrónicos contienen concentraciones de nicotina más altas que los cigarrillos convencionales (Jones, 2020). La adicción a la nicotina es una enfermedad pediátrica en sí misma y puede dificultar el desarrollo cerebral (Kong, 2017).

¿Cuál es el siguiente paso?

La falta de regulación y el fácil acceso a los cigarrillos electrónicos han contribuido a la situación epidémica actual. Para evitar que una generación entera se haga dependiente, diferentes colectivos de los Estados Unidos deben trabajar conjuntamente para implementar cambios basados en la evidencia en el status quo. La comunidad científica debe continuar recabando datos sobre los daños de los cigarrillos electrónicos. Sin esta información, una generación de adolescentes está en riesgo de padecer enfermedades graves, debido a la falta de información precisa.

Dentro del marco legal y político , tanto a nivel local como regional, el uso de cigarrillos electrónicos debe prohibirse en las instalaciones escolares, así como ser objeto de mayor restricción con respecto a la edad de consumo hasta que haya suficientes datos que indiquen lo contrario. Como complemento a las estrictas prohibiciones de uso, las escuelas pueden brindar apoyo a los niños para que desarrollen su capacidad de independencia y evitar que sean víctimas de la presión de grupo y del agotamiento mental que sufren actualmente (Patel, 2019).

Aunque los datos actuales no muestran una relación entre las prohibiciones estatales en el uso de los cigarrillos electrónicos y un descenso del vapeo, es probable que esto se deba a que la tendencia esté aún en ascenso, hasta que se estabilice y deje de ser novedad.

También es necesaria una labor de apoyo activo por parte de los expertos sanitarios y gubernamentales para catalogar los cigarrillos electrónicos de forma inequívoca como productos de tabaco nocivos (Jones, 2020). A pesar de que las agencias de marketing se han beneficiado de la falta de información para publicitarlos como menos dañinos, no significa que los cigarrillos electrónicos sean inofensivos.

Las empresas de cigarrillos electrónicos aún no han recibido las instrucciones obligatorias de empaquetado para asegurar que los consumidores sepan con claridad lo que están comprando. Sus campañas de marketing, por otra parte, tampoco se examinan tan detenidamente como las de las compañías de tabaco convencionales (Jones, 2020).

Si los adolescentes quieren participar de forma voluntaria en una práctica nociva, al menos deben entender a lo que se arriesgan. Los precedentes históricos indican que los vaporizadores han llegado para quedarse. Sin embargo, la cuestión es cuánto tiempo debe pasar para que seamos conscientes de su gravedad y de los costes de una regulación deficiente.

En Humanium, nos preocupa profundamente el derecho a la salud pública y el derecho a la protección de los niños. Dado que los niños son especialmente vulnerables y corren más riesgos de sufrir enfermedades y complicaciones de salud debido a su edad, merecen vivir en una sociedad libre de marketing engañoso y manipulaciones a través de Internet que los lleve a caer en hábitos peligrosos.

Es una obligación moral para una sociedad responsable poder asegurar que los niños crezcan como adultos sanos, así como fomentar una continua educación sobre la salud pública infantil. Si deseas contribuir a nuestra causa para generar conciencia sobre los derechos de los niños en temas de salud, protección y educación, considera apadrinar a un niño, donar, o hacerte voluntario de nuestra organización. ¡Actúa ya para proteger la salud de los más jóvenes!

Escrito por Vanessa Cezarita Cordeiro

Traducido por Alba María Ramírez Bascón

Revisado por Gisela E. Valdés

Para más información:

Truth Initiative

Surgeon General’s Advisory on E-cigarettes Use Among Youth – Center for Disease Control and Prevention

Quick Facts on the Risks of E-cigarettes for Kids, Teens and Young Adults – Center for Disease Control and Prevention

Referencias:

Cullen, K, PhD., Gentzke, A, PhD., Sawdey, M, PhD. (2019, November 5). “E-cigarette use among youth in the United States.” Retrieved from Jama Network, accessed on 21 July 2022.

Jones, K., Salzman, G. (2020). “The vaping epidemic in adolescents.” Retrieved from The Journal of the Missouri State Medical Association, accessed on 19 July 2022.

Kong, G., Krishnan-Sarin, S. (2017, March 11). “A call to end the epidemic of adolescents e-cigarette use.”Retrieved from National Library of Medicine, accessedon 18 July 2022.

Kurti, A. (2019, November 27). “Are ‘vaping’ and ‘e-cigarettes’ the same, and should all these products be avoided?. Retrieved from The Conversation, accessed on 18 July 2022.

Patel, N., Quintero, D. (2019, November 22). “The youth vaping epidemic: addressing the rise of e-cigarettes in schools.” Retrieved from Brown Center Chalkboard, accessed on 19 July 2022.

Truth Initiative. (2020, April 27). “A classroom crisis: How the youth vaping epidemic is impacting teachers.” Retrieved from Truth Initiative Inspiring Tobacco-Free Lives, accessed on 18 July 2022.