Niños de Madagascar

Descubriendo los Derechos del Niño en Madagascar

La situación de los niños en Madagascar ha empeorado desde 2012. La inestabilidad política del país ha obstaculizado la aplicación y el desarrollo de las políticas y la legislación pertinentes para promover los derechos de los niños. Los niños corren el riesgo de sufrir matrimonio infantil precoz, trabajo infantil, turismo sexual y violencia de género, cambio climático, y discriminación y violencia, todo los cuales ponen en peligro a los niños del país.

Índice de los Derechos del Niño: 5,63 / 10
Nivel negro: Situación muy grave

Población : 28,4 millones
Pob. de 0 à 14 años : 40.36%

Esperanza de vida: 66.68 años
Mortalidad en menores de 5 años: 50.6

Madagascar de un vistazo

Madagascar es una isla situada en el océano índico, frente la costa sureste del continente africano. La isla es famosa por su flora y su fauna únicas, su biodiversidad, su riqueza en recursos naturales y su medio ambiente natural (BBC Monitoring, 2019). La economía malgache se ha desarrollado sobre los cultivos como el café, la vainilla, el clavo y el arroz paddy (o arroz con cáscara). A pesar de la abundancia de recursos naturales y de una exitosa industria turística, como país, Madagascar sigue siendo uno de los más pobres del mundo, muy dependiente de la ayuda exterior (BBC Monitoring, 2019), con el 75% de la población viviendo con menos de 1,90 dólares al día (UN News, 2020).

Madagascar se independizó de Francia en 1960 y desde entonces ha vivido años turbulentos, golpes de Estado, inestabilidad política, disturbios violentos y elecciones disputadas. El golpe más reciente, en 2009, dio lugar a cinco años de estancamiento político y sanciones económicas (BBC Monitoring, 2019). El índice de capital humano de Madagascar se encuentra entre los más bajos del mundo. El país ocupa el cuarto lugar en cuanto a desnutrición crónica, ya que uno de cada dos niños menores de cinco años sufre de retraso en el crecimiento (The World Bank, 2020).

El entorno natural de Madagascar es vulnerable a las catástrofes naturales y al cambio climático. Esto ha afectado gravemente al país, que sufre hasta tres ciclones al año (The World Bank, 2020).  En 2020, la situación socioeconómica de Madagascar empeoró debido a varias catástrofes naturales como la sequía en el sur y las inundaciones en el norte, los brotes de enfermedades como el COVID-19, el dengue, el sarampión y la malaria se extendieron por la isla rápidamente. 

Situación de los derechos del niño [1]

Los efectos persistentes de los disturbios políticos y el cambio climático en Madagascar han dejado los derechos del niño en una situación muy precaria. Debido a diversos problemas a largo plazo, como el matrimonio infantil, la pobreza, el acceso a la educación, la explotación sexual de los niños malgaches, la violencia contra los niños y la discriminación, Madagascar ha tratado de aplicar numerosas políticas nacionales en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Madagascar ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) en 1990 y forma parte de su legislación nacional tras su entrada en vigor en 1991 (Child Rights International Network, 2012). Aunque la CDN es directamente vinculante desde el punto de vista judicial y administrativo, se sabe poco sobre cómo se aplica en la práctica. En el 2000, Madagascar firmó el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de niños en los conflictos armados y el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía, y ambos fueron ratificados en 2004 (Forowicz, 2003).

Madagascar es parte de otros instrumentos internacionales de derechos humanos. En 1971 ratificó el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en 2001 firmó, pero no ratificó, la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles e Inhumanos o Degradantes (Forowicz, 2003). A nivel regional, Madagascar es parte de la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño, firmada y ratificada en 2005, y de la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, de 1992 (Forowicz, 2003).  

A pesar de estos compromisos positivos, expertos de los organismos internacionales, como el Comité de los Derechos del Niño, han reconocido que la agitación política ha tenido un efecto negativo en la aplicación y el desarrollo de la legislación y las políticas para promover los derechos del niño en Madagascar (Committee on the Rights of the Child, 2012). En las Observaciones Finales del Comité sobre Madagascar en 2012, reconocieron la reforma legislativa del Código Penal en relación con la lucha contra el turismo sexual y la trata de niños (Child Rights International Network, 2012).

Sin embargo, existe una brecha entre la legislación y la práctica y el Comité observó que la aplicación de las leyes relativas a la discriminación de gemelos, niñas, niños con discapacidad, niños que viven con el VIH/SIDA, la violencia contra los niños y la explotación sexual ha sido inadecuada (Child Rights International Network, 2012).

Atender las necesidades de los niños

El derecho a la educación

Según la Constitución malgache, todos los niños tienen el derecho a una educación primaria gratuita, lo que se refleja en los compromisos del gobierno para alcanzar el objetivo internacional de Educación para Todos (EPT). Las iniciativas de la EPT han financiado la contratación de nuevo personal académico, la construcción de escuelas, el aumento del material académico y los comedores escolares. A través de esta iniciativa, el número de maestros de escuela aumentó drásticamente de 8.300 maestros en 2003 a 60.000 maestros en 2011 (Education Development Trust. Government of Madagascar. UNICEF, 2016). 

Sin embargo, la agitación política de 2009 tuvo un efecto drástico en la educación. Las bajas tasas de escolarización son un resultado directo de la pobreza, la falta de profesores formados o de instalaciones. El aumento de la pobreza y la pérdida de puestos de trabajo empujaron a los niños a diferentes formas de trabajo infantil, ya que los padres no podían mantener económicamente a sus hijos (ECPAT Netherlands, 2014). Como parte de los proyectos financiados por el Banco Mundial en 2020, se han construido 266 aulas a través del Proyecto de Apoyo de Emergencia a la Educación para Todos de Madagascar (PAUET, por sus siglas en francés). Gracias a las transferencias mensuales de dinero, más de 98.000 niños pueden ahora acceder a la educación  (The World Bank, 2020). 

El Comité de los Derechos del Niño expresó su preocupación por la discriminación de los niños con discapacidades y recomendó al gobierno que reforzara y pusiera en marcha programas para abordar las desigualdades en el acceso a la educación. En el nivel primario, los niños con discapacidad tienen más apoyo. En el nivel secundario hay menos facilidades para apoyar a los niños.  Históricamente, las instalaciones educativas para niños con discapacidades han sido financiadas predominantemente por las iglesias (Education Development Trust. Government of Madagascar. UNICEF, 2016).

La identificación de las discapacidades se basaba en las deficiencias físicas y los padres suelen ser reacios a informar a la escuela sobre la discapacidad de su hijo por miedo al rechazo, ya que culturalmente una discapacidad se considera resultado de la brujería (Education Development Trust. Government of Madagascar. UNICEF, 2016). El acceso físico a las escuelas, la falta de transporte o la falta de recursos económicos para desplazarse a ellas dificulta el acceso a la educación de los niños con discapacidades

El cierre de escuelas por la COVID-19 entre abril y agosto de 2020, expuso aún más a los niños a vulnerabilidades como la explotación, el matrimonio infantil precoz, la violencia y el trabajo infantil. Además de sus devastadores efectos sobre la salud -exacerbados por los bajos niveles de salud pública y saneamiento-, la pandemia ha puesto de manifiesto las flagrantes vulnerabilidades de los sistemas del país para combatir la violencia de género y la explotación sexual (UNICEF, 2020).

El derecho a la salud

Tanto las emergencias sanitarias como las climáticas suponen riesgos perjudiciales para los niños más vulnerables de Madagascar. Las distintas emergencias sanitarias que afectan a los niños malgaches son el brote de sarampión y el de peste neumónica estacional. En 2018, se registraron 15.000 casos de sarampión y, de ellos, el 74% eran niños de entre 1 y 14 años (UNICEF, 2019).

Aproximadamente la mitad de los niños de Madagascar están desnutridos, lo que provoca retraso en el crecimiento, una grave emaciación muscular, ya que los niños no reciben los nutrientes necesarios para crecer (UNICEF, 2019). El Programa Mundial de Alimentos (PMA) planteó que debido al empeoramiento de la actual inseguridad estacional (también conocida como la temporada de escasez de alimentos) en Madagascar, más de 700.000 personas se han quedado sin alimentos. A pesar de los esfuerzos del PMA, que ha ayudado a alimentar a 230.000 personas, el país sigue teniendo 11,4 millones de personas desnutridas (UN News, 2020). Madagascar tiene la quinta tasa de desnutrición crónica más alta del mundo (UNICEF Madagascar, 2018).

En Madagascar, se calcula que una de cada cinco muertes infantiles está directamente relacionada con la exposición a la contaminación. Los niños se ven afectados por la contaminación a través de los coches, la contaminación interior con el uso de estufas de carbón y la contaminación bacteriana del agua que se produce por la defecación al aire libre. La defecación al aire libre afecta al 86% de los hogares de Madagascar (UNICEF, 2019). Menos de uno de cada tres niños ha recibido la vacuna contra la polio, lo que provoca una pandemia anual de esta enfermedad. El brote de sarampión en 2020 mató a más de 1.200 niños (UN News, 2020).

En los últimos 15 años, Madagascar ha avanzado en la reducción de la tasa de mortalidad infantil de menores de cinco años, del 8,8% en 2004 al 5,06% en 2019 (Banco Mundial, 2021). Más del 20% de la mortalidad de menores de cinco años en Madagascar está relacionada con la neumonía, que es la principal causa de muerte, seguida de la malaria, los factores relacionados con la nutrición y la diarrea.

El derecho al agua potable y al saneamiento

Madagascar ocupa el tercer puesto mundial en el uso de fuentes no mejoradas de agua y saneamiento básico. De la población rural, sólo el 36% tiene acceso a fuentes mejoradas de agua potable, lo que sitúa a Madagascar como el octavo país con menos acceso del mundo. Los niños tienen un acceso limitado al agua potable y tienen malas prácticas de higiene y saneamiento, esto es una grave preocupación ya que está directamente relacionado con la diarrea y la desnutrición crónica que afecta a los niños menores de cinco años (UNICEF Madagascar, 2018).   

Debido a las malas condiciones de saneamiento, el 40% de los niños todavía practican la defecación al aire libre y el 93% del agua potable en las zonas rurales está contaminada por E. coli (UN News, 2020). Como resultado de esto y de una dieta deficiente, el 42% de los niños sufren desnutrición crónica. La contaminación bacteriana del agua es un problema que afecta a la mayoría de los niños de Madagascar, y el agua contaminada contribuye a la aparición de parásitos y diarrea en los niños malgaches (UNICEF, 2019).

El derecho a una identidad

El Comité de los Derechos del Niño, en sus Observaciones Finales sobre Madagascar en 2012, citó el registro de nacimientos como un reto importante y expresó su preocupación por los bajos niveles de registro de nacimientos. Sin embargo, el Comité reconoció que se habían hecho progresos a través del Programa Nacional de Rehabilitación del Registro de Nacimientos (EKA) (Committee on the Rights of the Child, 2012).

Factores de riesgo -> Retos específicos de cada país

Explotación infantil

Desde 2011, se ha producido un aumento del turismo sexual infantil. Esto también ha provocado un aumento de la prostitución infantil y de la explotación infantil. Los principales factores de empuje son la pobreza, la falta de acceso a los servicios sociales, la falta de oportunidades económicas y el aumento de las tasas de abandono escolar, mientras que los factores de atracción son el aumento de la demanda de servicios sexuales y el incremento de las redes delictivas.

En las ciudades costeras, la vazaha, o las relaciones sexuales con un extranjero, es un símbolo social de éxito y prestigio para las niñas y constituye una forma predominante de explotación sexual en el país (United Nations General Assembly, 2013). Los niños, en su mayoría niñas, se dedican al trabajo sexual para mantener a sus familias o pagar su educación. El turismo sexual es frecuente en ciudades costeras como Nosy Be, Tamatave, Diego Suárez y Antananarivo (ECPAT Netherlands, 2014).

La explotación infantil es un tema muy preocupante en Madagascar, ya que el número de niños explotados va en aumento; sin embargo, muy pocos malgaches se preocupan. La explotación sexual afecta a las niñas de entre 12 y 17 años, y aunque es un fenómeno que afecta a los niños, hay una menor demanda. Existen 450 redes de protección de la infancia en todo el país, pero no siempre funcionan, carecen de recursos o la recogida de datos no está informatizada y los índices de persecución siguen siendo bajos (ECPAT Netherlands, 2014).

Más allá de los efectos adversos causados por la explotación sexual en sí misma, Madagascar se enfrenta a algunos problemas de procedimiento que impiden la aplicación satisfactoria de las políticas. En cuanto a las denuncias, existe una discrepancia alarmante entre el número de casos observados, denunciados y procesados, con un fuerte sesgo hacia los casos que implican a turistas extranjeros (ECPAT Netherlands, 2014). Del mismo modo, el marco legislativo suele ser víctima de la corrupción y de la mala aplicación de la ley, así como de la falta de conocimientos sobre cómo aplicar las leyes de protección de la infancia (ECPAT Netherlands, 2014).

La trata interna de personas lo llevan a cabo las redes criminales, que trasladan a las jóvenes de las zonas rurales a las más urbanas para el trabajo sexual. A menudo, estas niñas son atraídas de forma fraudulenta con la promesa de un mejor empleo. La mayor parte de la explotación infantil se produce a través de la participación de la familia, los hoteles o los operadores turísticos que facilitan la explotación de los niños (ECPAT Netherlands, 2014).

Abuso infantil

El problema de la violencia en el hogar, su extensión y gravedad dentro de las comunidades malgaches es ampliamente reconocido por el gobierno (Forowicz, 2003). Madagascar tiene una sociedad patriarcal predominantemente tradicional en la que las mujeres y las niñas son más propensas a las violaciones de los derechos humanos, 1/3 de las mujeres malgaches han sufrido alguna forma de violencia. El 15% de las niñas de entre 10 y 14 años son víctimas de violencia física (UNICEF Madagascar, 2018). Las tasas de denuncia y enjuiciamiento siguen siendo bajas en el caso de la violencia contra los niños y estos niños tienen muy poco o ningún apoyo psicológico (UNICEF Madagascar, 2018).

Desde que estalló la pandemia, la imposibilidad de acceder a los servicios sociales ha afectado gravemente a los niños y familias vulnerables. En el primer trimestre de 2020, el país experimentó un descenso del 50% en el número de niños remitidos a los servicios de protección, lo que demuestra la urgente necesidad de establecer planes de protección infantil más receptivos (UNICEF, 2020).

Trabajo infantil

Madagascar es el tercer exportador mundial de mica, cuya extracción se realiza principalmente en el sur. La mica, un mineral utilizado en cosmética, electrónica y automoción, se extrae por 0,04 euros el kilo y se exporta a China (Terre des Hommes, 2020). A través de una investigación llevada a cabo por Terre des Hommes, se descubrió que hay aproximadamente 22.000 personas trabajando en la industria minera de la mica, de las cuales los niños de entre 5 y 17 años constituyen la mitad de los trabajadores de las minas de mica.

Las condiciones de trabajo en las minas son duras y los niños están expuestos a materiales perjudiciales para su salud (Terre des Hommes, 2020). La extracción de mica en Madagascar se ha multiplicado por 30 desde 2008, sin embargo, el precio por kilo se ha reducido, lo que pone de manifiesto la grave explotación de la industria minera. Se ha comprobado que la mayoría de las explotaciones mineras de mica no tienen licencia (Terre des Hommes, 2020).

Discriminación

Doble discriminación

Entre los Antambahoaka de Madagascar, que viven en el pueblo de Mananjary, los gemelos se consideran una maldición y se cree que los gemelos causan la desgracia o la muerte de la familia. A las mujeres que dan a luz gemelos se les suele animar a que abandonen a uno o a los dos gemelos o se enfrentan al ostracismo de su comunidad. Los gemelos suelen ser llevados a lugares remotos y desolados de la isla, abandonados y dejados solos para que mueran. Más recientemente, tras la creación de orfanatos por parte de los misioneros cristianos, cada vez más mujeres abandonan allí a sus gemelos (Taylor, 2020).

El tabú contra los gemelos es un tema delicado por sus vínculos ancestrales. Aunque hay leyes que protegen a los gemelos, las leyes culturales prevalecen sobre las legales. El gobierno respeta las creencias culturales, lo que da lugar a muy pocas medidas para abordar el tema (Chaudhuri, 2019). La razón histórica por la que se discrimina a los gemelos proviene de una revuelta francesa de 1947 en la que una reina malgache olvidó a uno de sus gemelos mientras huía para ponerse a salvo. Posteriormente envió a sus soldados a buscar al otro gemelo, pero todos fueron asesinados. Debido a esta antigua historia, los Antamahoaka creen que los gemelos dan mala suerte (Taylor, 2020).

Discriminación por nacionalidad

Madagascar tiene leyes de nacionalidad explícitamente discriminatorias, producto de su historia colonial con Francia. Las leyes de nacionalidad discriminatorias se establecieron según criterios étnicos y de género (d’Orsi, 2017). En 1966, Madagascar denunció la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas de 1954 y no ha ratificado la Convención para Reducir los Casos de Apatridia de 1961. Los derechos de nacionalidad son desiguales y discriminatorios para hombres y mujeres y para los niños nacidos fuera del matrimonio.

Los niños pueden adquirir la nacionalidad malgache a través de su padre, sin embargo, es mucho más limitado adquirir la nacionalidad a través de sus madres (Equal Rights Trust, 2015). Los niños nacidos de madre malgache y padre extranjero pueden solicitar la adquisición de la nacionalidad malgache antes de los 21 años. Los niños nacidos de un padre malgache fuera del matrimonio también pueden solicitar la nacionalidad, sin embargo, son vulnerables a la decisión del gobierno en cuanto a si son dignos de la ciudadanía o a ser discriminados directamente por motivos de discapacidad (Equal Rights Trust, 2015).

Matrimonio infantil

Madagascar tiene una de las tasas más altas del mundo de matrimonio infantil. A menudo, para las familias afectadas por la pobreza, el matrimonio infantil precoz se considera un medio de supervivencia (ECPAT Netherlands, 2014). Hay variaciones regionales en las tasas de matrimonio infantil en Madagascar. Las niñas que provienen de las regiones más pobres, predominantemente en el sur como Toliara, muestran las tasas más altas de matrimonio infantil, con un 69% de las niñas casadas antes de los 18 años; en la región noroeste de Mahajanga el 59%; en la región norte de Antsiranana el 58% y en la región este de Fianaranstsoa el 41% (UNFPA, 2017).

Dado que aproximadamente el 91% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza en Madagascar, el matrimonio infantil, la pobreza y la educación están interconectados. Las niñas que se casan a una edad temprana suelen proceder de familias vulnerables, pobres y sin educación de las zonas rurales de Madagascar. Alrededor del 60% de las jóvenes casadas, embarazadas o que han dado a luz están en desventaja para acceder a la educación, en comparación con el 31% de las niñas que no están en esa situación particular (UNICEF Madagascar, 2018).

Las prácticas tradicionales en Madagascar varían según las distintas regiones y comunidades étnicas. Una importante condición previa al matrimonio es que las niñas demuestren que son fértiles. Para que las niñas lo comprueben, algunas comunidades permiten que las niñas de tan solo doce años se sometan a los actos de iniciación sexual, en los que se pasarán la noche con un niño/hombre. En 2007, el gobierno modificó la Ley Matrimonial, cambiando la edad mínima para contraer matrimonio a los 18 años, tanto para los niños como para las niñas. Los matrimonios consuetudinarios no entran en el ámbito de esta ley y no están sujetos a ninguna limitación de edad (UNFPA, 2017).

Cambio climático

Madagascar es un país africano profundamente afectado por el cambio climático. Al ser una isla en el océano Índico, es vulnerable al impacto de los desastres naturales y del cambio climático (UNICEF, 2019). La contaminación del aire, la degradación de las costas, la erosión del suelo, la contaminación del agua, la deforestación, la minería y la pérdida de biodiversidad son problemas medioambientales a los que se enfrenta Madagascar (UNICEF, 2019).

Según el Portal de conocimientos sobre cambio climático del Banco Mundial, en 2013 la contaminación del aire contribuyó a 18.000 muertes prematuras en Madagascar. El 40% de los niños malgaches sufren infecciones respiratorias crónicas. La contaminación del aire en interiores afecta al desarrollo del cerebro de los niños y los hace más susceptibles de padecer neumonía y enfermedades pulmonares crónicas, entre otras enfermedades potencialmente mortales (UNICEF, 2019). El uso de combustible sólido para cocinar constituye la contaminación del aire interior y el 95% de la población utiliza combustible sólido para cocinar.

Además de las malas condiciones sanitarias y la desnutrición, aproximadamente 5 millones de personas viven en zonas propensas a los desastres naturales (UN News, 2020). Las «condiciones similares a la hambruna», especialmente en el sur de Madagascar, han aumentado desde 2020, dejando a 1,3 millones de malgaches con necesidad de ayuda humanitaria. Entre julio de 2020 y noviembre de 2020, la inseguridad alimentaria en el país aumentó de 700.000 personas a 1,3 millones (UN News, 2021). 

La crisis alimentaria ha afectado profundamente a los niños malgaches que viven en las regiones de Androy, Anôsy y Atsimo Andrefana, con una gran mayoría de niños menores de cinco años afectados por la desnutrición aguda global (UN News, 2021). Para resaltar la emergencia climática actual, el 75% de los niños que viven en las regiones de Androy, Anôsy y Atsimo Andrefana se han quedado buscando comida (buscando fuentes de alimentos silvestres) (UN News, 2021).

Sólo el 15% de la población tiene acceso a la electricidad. El insuficiente suministro de electricidad ha sido un problema que ha repercutido en el sector de la salud pública, así como en el medio ambiente. La falta de electricidad ha llevado a las familias a utilizar leña o lámparas de petróleo (UNICEF, 2019).

La fisiología en desarrollo de los niños hace que sean más vulnerables al cambio climático. En Madagascar, el 35% de las muertes de niños menores de cinco años se deben a infecciones respiratorias agudas, malaria y diarrea. Los peligros físicos a los que se enfrentan los niños debido al cambio climático incluyen el derrumbe de casas, hospitales o edificios escolares debido a inundaciones o ciclones. El impacto del cambio climático en el sistema alimentario, debido a un régimen de lluvias irregular, reduce los rendimientos agrarios y a su vez provoca inseguridad alimentaria y niños desnutridos (UNICEF, 2019).

Las inundaciones y las lluvias torrenciales a principios de 2020, destruyeron ciento setenta y cuatro escuelas y dieciséis mil personas fueron desplazadas por la fuerza (UN News, 2020). El representante adjunto de UNICEF afirmó que las inundaciones son sólo uno de los muchos retos a los que se enfrentan los niños malgaches a lo largo del año. Otros desafíos como consecuencia del cambio climático son los desastres naturales y la sequía (UN News, 2020).  

Escrito por Vanessa Cezarita Cordeiro 

Traducido por Lorraine Valarino

Última actualización el 26 de marzo de 2021

Bibliografía:

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[1] Este artículo no pretende en absoluto ofrecer una relación completa o representativa de los derechos del niño en Madagascar; de hecho, uno de los muchos problemas es la escasa información actualizada sobre los niños malgaches, que en parte no es fiable, no es representativa, está anticuada o simplemente no existe.