A pesar de vivir en un mundo caracterizado por el deseo constante de identificar y comprender todo, algo tan básico e inherente como la menstruación sigue siendo un tema envuelto en tabúes, desinformación y vergüenza. Si bien la menstruación es una realidad para millones de niñas y mujeres de todo el mundo, todavía hay un número alarmante de ellas que, incluso hasta el día de hoy no tienen acceso a productos básicos de higiene menstrual, lo que a su vez afecta directamente en su salud física, y más específicamente, en la salud mental y reproductiva.
¿Qué es la pobreza menstrual?
La pobreza menstrual tiene que ver con la falta de acceso a productos de higiene menstrual higiene, educación, instalaciones higiénicas, gestión de residuos o una combinación de estos, y afecta a un número estimado de 500 millones de personas en todo el mundo (Geng, 2021). La menstruación es un componente clave en la vida de las mujeres, por tanto, una realidad insoslayable. En promedio, una mujer menstruará durante unos siete años a lo largo de su vida(UNICEF, 2018).
El tema de la menstruación y su repercusión social puede analizarse desde múltiples perspectivas y enfoques; su análisis puede abarcar desde de lo estrictamente biológico hasta lo político.Si bien cada uno tiene valor e importancia, hay una cosa que cada niña y mujer necesita, y es el acceso a un entorno limpio que no comprometa su salud debido a las barreras que interfieren entre este y los procesos naturales de su cuerpo.
Y aunque esto parezca una premisa sencilla y asequible para todas, la realidades alarmantemente contrastante. A nivel mundial, 2300 millones de personascarecen aúnde servicios sanitarios básicos yen los países menos desarrollados sólo el 27% de la población dispone en casa de una instalación para lavarse las manos con agua y jabón, lo que entraña extraordinarios inconvenientes y dificultades para mujeres y adolescentes cuando se trata de gestionarsu menstruación (UNICEF, 2018).
¿Cuáles sonalgunas de las consecuencias de la pobreza menstrual?
Mantiene un ciclo constante de estigmatización social
A pesar de ser un proceso biológico natural sin propiedades peligrosas, la historia muestra un largo patrón de comunidades quehan albergadola creencia de que la presencia de mujeres menstruantes representa una amenaza para el ganado, las plantas y los alimentos. Los científicos occidentales de la década de 1930 llegaron a plantear la hipótesis de que durante la menstruación el cuerpo de las mujeres liberaba una especie de veneno (UNFPA, 2021).
El estigma que asocia la menstruación a lo sucio y repulsivo contribuye en gran medida a que esta crisis en la salud pública no haya recibido aún la merecida atención. La vergüenza asociada a la menstruación impide hablar del tema abiertamente, lo que en consecuencia entorpece el diálogo sobre productos menstruales (Ashley Rapp, 2020).
Un estudio de la Coalición Internacional por la Salud de la Mujer encontró que en el argot de diez lenguas diferentes existen aproximadamente cinco mil palabras que hacen referencia a la menstruación (Litman, 2018). El hecho de que se prefieranformas alternativas para nombrar la menstruación pone en clara evidencia su estigmatización.
Resultado de los tabúes asociados a la regla es la carencia significativa de recursos disponibles de educación para la salud, y esa su vez la falta de conocimiento sobre el ciclo menstrual lo que refuerza los mitos y condena a mujeres y niñas a padecer ostracismo y humillación (Litman, 2018). En las zonas rurales de Ghana, se les prohíbe cocinar alimentoso entrar a las casas con un hombre (Litman, 2018).
El Centro de Asesoramiento Psicológico para Mujeres “Maple”, en Pekín, ha publicado un estudio que afirma que casi el 70% de sus encuestadas admitió que en ocasiones había intentado ocultar las toallas sanitarias que llevaba consigo, mientras que más del 61% declaró que ha utilizado eufemismos para referirse a su periodo (Tiffany May, 2020). Los habitantes de la región de Benishangul-Gumuz, en Etiopía tienen la creencia de que la sangre de unamenstruante está maldita y quela mujerdebería abandonar el hogar durante su ciclo. Asimismo, le suelen entregar los alimentos con una vara de madera con tal de tocarla (Negash, 2017).
En India, la menstruación es objeto de discriminación y a menudo es el motivo que se esgrime para mantener a las niñas y mujeres alejadas de la cocina, así como excluirlas de actividades sociales y religiosas(BBC, 2020). Según un estudio, el 71% de las adolescentes en India ignora que existe la menstruación hasta que tiene su primera regla (BBC, 2020). El conocimiento sienta las bases del empoderamiento; el desconocimiento de algo tan fundamental como la menstruación da fe de la inmensidad de la problemática de los estigmas sociales.
Incluso en aquellos países donde el tema de la menstruación es objeto de un diálogo más abierto, los anuncios publicitarios en los medios de comunicación nunca muestran una representación exacta de la menstruación ni de cómo se experimenta, y la mayoría de las vecesse idealizael proceso. En algunos casos muchos de ellos representan con un líquido azul la sangre menstrual, infiérelo cual sugiere un punto de vista que considera repulsivo mostrar sangre menstrual en televisión; a pesar de que la sangre es componente habitual de numerosos dramas médicos y películas de terror (Bell, 2017).
Un discurso en gran parte basado en nociones incorrectas, tabúes y estigmas contribuye además a fomentar embarazos precoces y matrimonios infantiles, ya que las niñas y las mujeres no están cabalmente informadas sobre su salud sexual y reproductiva. Como consecuencia, tampoco se sienten suficientemente capaces de tomar decisiones conscientes sobre su propio cuerpo. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, hay aproximadamente 7,3 millones de niñas menores de 18 años que dan a luz cada año y, según datos de UNICEF, en 2020 el 21% de las mujeres jóvenes se casaron antes de cumplir los 18 años (OMS, 2020).
Impide la educación
En un mundoaún opera ampliamente desde un punto de vista patriarcal, la educación crea los cimientos para que las niñas alcancen la independencia, el empoderamiento y la concienciación; es el pilar desde el que se erigensus sueños y, por tanto, motivo de trabajo permanente. Cualquier situación que interrumpa o detenga la educación de una niña repercute negativamente en su vida. La triste realidad es que la pobreza menstrual constituye una amenaza significativa en el camino hacia un futuro prometedor para ellas.
La imposibilidad de acceder a productos de higiene menstrual es una de las razones principales por la que innumerables niñas dejan de asistir a la escuela. En Bangladesh, más de un tercio de las niñas encuestadas ha afirmado que los problemas relacionados con la menstruación afectan negativamente su rendimiento escolar (Banco Mundial, 2018).
Un estudio reciente arrojó, que en la República de Macedonia del Norte el 90% de las estudiantes de las áreas rurales no asiste a la escuela mientras dura su periodo, que suele extenderse hasta cinco días. Esta situación parte decondiciones inadecuadas para gestionar la higiene menstrual en las escuelas, así como delelevado coste de los productos de higiene asociados (OMS, 2018).
En Sudáfrica, hasta siete millones de niñas no tienen acceso a productos sanitarios o no pueden permitírselos. A menudo se presentan situaciones indeseables para cualquier ser humano como es la demoledora necesidad de tener que elegir -comprar comida o comprar productos sanitarios. En muchos casos se elige lo primero por considerarse un asunto de máxima prioridad, por lo que muchas niñas se quedan en casa durante el periodo. Se estima, por ejemplo, que el 30% de las niñas sudafricanas no va a la escuela mientras están menstruando simplemente porque no tienen los productos sanitarios necesarios (Mamtaney, 2021).
De entre mil adolescentes encuestadas en Reino Unido, casi la mitad declaró que la pobreza menstrualafectaba su rendimiento escolar. Del 52% que dijo que faltaba a la escuela a causa del periodo, casi una de cada diezreconoció que lo hacía por no poder acceder a productos sanitarios (Oppenheim, 2019).
En India, cerca de 23 millones de niñas abandonan la escuela anualmente después de empezar a menstruar. Los principales motivos son la falta de sanitarios limpios en las escuelas, así como la falta de productos sanitarios asequibles. A lo largo y ancho del país millones de familias carecen de recursos para comprar productos de higiene menstrual para sus mujeres y niñas (BBC, 2020).
Genera implicaciones a la salud
A menudo, a buena parte de las adolescentes de los países menos desarrollados no se las instruye en relación con la menstruación antes de experimentarla ellas mismas, a lo que se suma que los productos sanitarios suelen ser inasequibles. En consecuencia, las chicas sustituyen los productos para la menstruación por materiales poco higiénicos,como trapos, lo que aumenta el riesgo de contraer infecciones del aparato reproductor y del tracto urinario (OMS, 2020). Estas carencias tienen además uncoste emocional, lo que puede conducir a un deterioro de la salud mental que evolucione hacia depresión y elevada ansiedad (Ashley Rapp, 2020).
Avanzando hacia un futuro más saludable para todas las niñas y mujeres
El acceso a instalaciones sanitarias apropiadas y a un entorno saludable es derecho esencial de todo ser humano; para las mujeres y las niñas el tema de la higiene es crucial durante sus periodos. El informe del Programa de Monitoreo Conjunto “Progreso en materia de agua potable, saneamiento e higiene en los hogares 2000 – 2020”, deja claroque, si las tendencias actuales persisten, en 2030 sólo el 67% de la población mundial dispondrá de servicios sanitarios seguros, lo que dejará fuera a 2800 millones de personas.
Además, sólo el 78% tendrá acceso a instalaciones básicas para lavarse las manos, lo que dejará a otros 1900 millones sin ese derecho. Es triste y alarmante saber que en 2020 casi la mitad de la población mundial no tuvo acceso a instalaciones sanitarias seguras (UNICEF, 2021).
Aunque varias organizaciones y movimientos intentan hacer frente a la pobreza menstrual, es un hecho queel tema exige ser tratado aún. Pese a los grandes avances en todos los sectores de la sociedad moderna, ya sea en el comercio, la tecnología o incluso la alimentación, algo tan básico como la menstruación sigue siendo en nuestros días un obstáculo infranqueable en la vida deincontablesniñas y mujeres. Hay que seguir trabajando, promoviendoel diálogo abierto sobre el tema y rompiendoun sinnúmero debarreras para hacer de la menstruaciónuna parte más de la vida y no su ruina.
En Humanium trabajamos denodadamente para concienciar sobre la importancia de la salud física y mental de mujeres y niñas. Recientemente, en un esfuerzo por garantizar un futuro en que el acceso a instalaciones higiénicas y a un entornosaludable sea una realidad para la niñez, y especialmente, una realidad para todas las niñas del mundo, Humanium firmó la Declaración Conjunta para la 46ª sesión de la Comisión de Derechos Humanos sobre el reconocimiento del derecho de los niños y niñas a un entorno saludable. Si quieres apoyar a Humanium en su labor por salvaguardar los derechos de la niñez a la alimentación, la educación, la protección, la salud y la libertad, considera la posibilidad de apadrinar a un niño o una niña, donar o hacerte voluntario.
Escrito por Aditi Partha
Traducido por Gisela E. Valdés
Revisado por Gabriela Pacheco