Los retos sexuales peligrosos, como la práctica conocida como «El muelle» o «La ruleta sexual», así como el aumento de las relaciones sexuales sin protección, representan un grave peligro para la salud y el bienestar de los adolescentes. No obstante, los jóvenes sí quieren recibir educación sexual y, cuando no encuentran lo que buscan en la escuela o en el entorno familiar, dirigen su atención a las redes sociales para dar con las respuestas a sus preguntas. En este contexto, es fundamental proporcionar información sobre salud sexual y reproductiva (SSR) que les sea útil y que, además, se adapte a sus propias necesidades e intereses y les impulse a participar en la elaboración de programas de educación sexual.
«El muelle» o «La ruleta sexual»: un nuevo desafío entre los jóvenes
En Italia ha surgido una nueva y peligrosa tendencia que se está extendiendo entre los adolescentes; en ella, los jóvenes mantienen relaciones sexuales con desconocidos en orgías. Se denomina «El muelle» o «La ruleta sexual» y es el último y peligroso reto en el que se ven involucrados, el cual tiene origen en las redes sociales.
En esta nueva tendencia, los jóvenes mantienen relaciones sexuales consentidas y sin protección en encuentros clandestinos. La primera en quedarse embarazada pierde el juego (Road to green 2020, 2024). El último caso se produjo en Roma, en septiembre de 2024, cuando una niña de 14 años se quedó embarazada después de haber participado en un encuentro de este tipo (Giuffrida, 2024).
«El muelle» o «La ruleta sexual» no es una práctica nueva ni se limita únicamente a Italia. Nació entre los multimillonarios de Belgrado y se ha extendido con rapidez a España, el Reino Unido y, recientemente, a Italia (Road to green 2020, 2024). Ya en el año 2014, los periódicos españoles manifestaron su preocupación por el número de adolescentes heterosexuales que participaban en este tipo de orgías de «alto riesgo» (Dazed, 2016). En aquella época, el aumento de casos en España se vinculó a la práctica de «El muelle», nombre con el que se la designa en Colombia (Montón, 2014).
Este llamado «juego» se ha extendido hasta tal punto que han surgido variantes, a cada cual más chocante. Para aumentar el peligro, en algunas versiones, al menos uno de los participantes tiene VIH/SIDA (Dazed, 2016). Durante el encuentro sexual, se desconoce quién es esa persona. En otras fiestas, algunos participantes son portadores del virus y, en ellas, se limitan a ofrecer pastillas azules sin receta que, supuestamente, protegen contra el contagio (Rae, 2016).
La creciente amenaza de las ETS y el VIH en la salud sexual de los adolescentes
El incremento de estas prácticas sexuales representa una amenaza para los jóvenes, en especial para ellas, que no solo están expuestas al VIH, sino también a otras enfermedades de transmisión sexual (ETS), como la sífilis, el herpes, la clamidia, la gonorrea o la vaginosis bacteriana (OMS, VIH y SIDA, 2024). El uso correcto de los preservativos es un método efectivo para protegerse contra las ETS y el VIH (OMS, Infecciones de transmisión sexual [ITS], s.f.).
No obstante, según un reciente informe de la OMS, desde el año 2014, el uso de preservativo entre los adolescentes activos sexualmente ha descendido significativamente. El porcentaje de adolescentes activos sexualmente que usaron preservativo la última vez que mantuvieron relaciones ha caído entre un 63 % y un 57 % en ellas y entre un 70 % y un 61 % en ellos en el período comprendido entre 2014 y 2022.
Asimismo, las cifras de jóvenes que mantuvieron relaciones sexuales sin protección siguen siendo elevadas y preocupantes. Casi una tercera parte de los adolescentes (30 %) manifestó que, en su última relación sexual, no utilizó ni preservativo ni píldora anticonceptiva, cifra que ha permanecido prácticamente inalterada desde 2018.
Por último, las diferencias socioeconómicas también repercuten en el ámbito sexual de los adolescentes. Según un informe, es más probable que aquellos que pertenezcan a familias con pocos recursos manifiesten no haber utilizado el preservativo o no haber tomado la píldora anticonceptiva en su última relación sexual, a diferencia de sus homólogos de familias con más recursos (un 33 % frente a un 25 %) (OMS, 2024).
El informe hace hincapié en la necesidad de realizar intervenciones específicas para abordar estas tendencias preocupantes y fomentar prácticas sexuales más seguras entre los jóvenes, dentro del contexto más amplio de un programa que los dote de las bases necesarias para disfrutar de una salud y un bienestar óptimos (OMS, 2024).
Limitación del acceso de los jóvenes a la pornografía
Las tendencias alarmantes que demuestran la falta de conocimientos de numerosos jóvenes en materia de salud sexual o reproductiva (SRH) también se ven confirmadas por otros datos relevantes: el acceso de los adolescentes a la pornografía.
Dicho acceso se ha ido incrementando con el tiempo, al igual que ha ido descendiendo la edad en la que se accede por primera vez a material con contenido sexual explícito (Jhe, G. B., et al., 2023). Según un informe reciente, el 73 % de los 1358 adolescentes encuestados, de edades comprendidas entre los 13 y los 17 años, han visto pornografía en línea, y más de la mitad (54 %) manifestó haber visto material pornográfico por primera vez a los 13 años (Common Sense Media, 2023).
A fin de impedir que los niños tengan acceso a pornografía en línea, hace ya tiempo que los grupos que abogan a favor de protegerlos piden que se compruebe la edad en los sitios pornográficos (McCallum, 2022). Entre los métodos propuestos se incluye el uso, por parte de adultos, de tecnología de comprobación segura de la edad para demostrar que quien desea entrar posee una tarjeta de crédito y tiene más de 18 años, o bien que un servicio externo confirme la edad de quien quiera entrar cotejando sus datos con los datos oficiales del gobierno (McCallum, 2022).
«Para poder comprar material pornográfico, alcohol, tabaco o ver una película para mayores de 18 años, es preciso presentar un documento de identidad. Queremos aplicar estas mismas medidas de protección al entorno en línea.»
– McCallum, 2022
Implantación de sistemas de verificación de edad para la protección en línea de los menores
Respecto a esta solución, recientemente Italia y España han propuesto la adopción de métodos de comprobación de edad para reducir el consumo de pornografía entre los menores. En España, este mecanismo de comprobación de edad forma parte de un plan general, el cual el gobierno del país quiere convertir en una ley más amplia que englobe la protección de los menores en internet y que aborde diversos ámbitos, no solo el consumo de pornografía a partir de una edad temprana (Euronews, 2024).
En línea con esta propuesta, la Autoridad para la Garantía en las Comunicaciones de Italia (Por sus siglas en inglés: AGCOM) ha adoptado recientemente el borrador de un nuevo reglamento que establece las modalidades técnicas de comprobación de la edad de los usuarios de la web.
El texto no solo establece la obligación de comprobar que se sea mayor de edad (18 años) para acceder a las plataformas con contenido pornográfico, sino también que se apliquen las mismas restricciones para tener acceso a los sitios web de juego y apuestas. Para tener acceso a plataformas de pornografía, será necesario iniciar sesión a través del Sistema de identidad digital público (Por sus siglas en inglés: SPID) o utilizar una tarjeta de identidad electrónica (Garau, 2024).
Si el entorno educativo no responde, TikTok sí lo hará
Los adolescentes desean recibir educación sexual y, si no la reciben en la escuela o en el entorno familiar, acuden a las redes sociales, donde buscan respuestas a las preguntas que se plantean sobre el tema. TikTok es la principal plataforma de información sobre educación sexual desde diferentes puntos de vista (Giancipoli, 2024).
Médicos obstétricos, ginecólogos y otros profesionales de la salud participan activamente en esta plataforma como creadores de contenido populares y proporcionan contenido con respaldo científico, contestan las preguntas formuladas por otros usuarios y dan respuesta a vídeos virales que dan información errónea (Fowler et als, 2021).
En cuanto a los temas que suscitan más interés en la plataforma, un reciente informe reveló que la anatomía femenina es el tema más buscado, seguido del placer sexual, cuestión en la que el orgasmo femenino y la excitación sexual constituyen los subtemas más frecuentes. También es habitual tratar otros temas como la contracepción y la salud sexual.
Es habitual que los temas que interesan a los adolescentes no coincidan con los que se incluyen en la educación sexual que normalmente se imparte en el instituto, en el hogar o durante las interacciones con los profesionales de la salud. Esta desconexión abre un abanico de oportunidades a los educadores y los profesionales de la salud, quienes entablan conversaciones y ofrecen recursos sobre estos temas en sus interacciones cotidianas (Fowler et al, 2021).
Por consiguiente, TikTok brinda la oportunidad de colmar las lagunas de la educación sexual y transmitir información sobre la salud sexual a los adolescentes. No obstante, si tenemos en cuenta la creciente cantidad de contenido disponible en TikTok, resulta poco práctico responder a toda la información errónea, además de que no está garantizado que los usuarios puedan encontrar los vídeos que corrigen dicha información (Fowler et al, 2021).
Cómo los adultos pueden apoyar el desarrollo de los jóvenes
Las iniciativas de tipo jurídico o tecnológico son fundamentales, aunque por sí mismas no son suficientes. Es preciso educar y empoderar a los niños, proporcionándoles capacidades de razonamiento crítico, conocimientos de las redes e información sobre relaciones sanas a fin de prepararlos para cuando naveguen en el entorno digital. Los padres, los profesionales de la salud, los profesores, las comunidades y otras partes interesadas que trabajan con niños deben recibir formación y apoyo para que puedan ayudarlos en esta tarea (UNICEF, s.f.).
Los adultos no deben avergonzarse de hablar de sexo o de relaciones, indiferentemente de la edad del niño. Desde que este es muy pequeño, siempre existe una forma adecuada de hablar de estos temas acorde a su edad, necesidades o nivel de madurez.
Los padres y las personas que trabajan con niños pueden recurrir a herramientas y material educativo que hayan sido probados previamente, los cuales les serán útiles para desarrollar las competencias adecuadas para tratar y discutir estos temas. En las directrices globales de la ONU se indica que la educación integral en sexualidad (EIS) debe iniciarse a los cinco años, cuando suele empezar la educación formal. Por último, la EIS tiene varias facetas que deben explorarse, como las relaciones, la relación entre valores, cultura, derechos y sexualidad, género, violencia, el cuerpo humano, la sexualidad y los comportamientos sexuales (UNWOMEN, 2018).
Respuesta a las necesidades de los jóvenes
En el diseño de programas o cursos de educación sexual, además de incluir las normas nacionales e internacionales, es muy importante tener en cuenta un elemento de importancia fundamental: las necesidades que los jóvenes manifiestan y los temas de los que quieren que se les hable. Las prioridades de los adultos que elaboran programas de educación sexual y de los jóvenes, a quienes se enseña el contenido de dichos programas, son diferentes.
Los adultos quieren proteger a los jóvenes contra las ETS, la violencia, el ciberacoso, las agresiones sexuales, entre otros. Los jóvenes (a quienes no se les suele consultar en la elaboración de estos programas) quieren saber cómo son el sexo y las relaciones. Quieren adquirir conocimientos técnicos explícitos sobre las prácticas sexuales, hablar sobre las relaciones, saber cómo romper con otra persona, decirle a alguien que les gusta o darle placer a su pareja (Action Canada, s.f.).
Si bien es importante transmitir la idea de que hay que prevenir las ETS, si no damos respuesta a las preguntas de los jóvenes, o, si no intentamos vincular ambos conceptos, es posible que la información no consiga sus objetivos. A esto se le añade que la mayor parte de la educación sexual que se imparte a los jóvenes está destinada a prevenir resultados negativos. Muy pocos profesores hacen hincapié en que la sexualidad puede ser positiva, alegre, placentera y empoderadora (Action Canada, s.f.).
Sin un equilibrio entre beneficios y riesgos, perdemos la oportunidad de ayudar a crear una cultura del consentimiento y de hacer llegar a los jóvenes, quienes están deseosos y ansiosos de obtener información, cuestiones de importancia vital para disfrutar de una vida saludable (Action Canada, s.f.).
Un nuevo enfoque de la educación sexual
El fenómeno de los retos sexuales que se ha extendido a varios países suscita preocupación respecto a los conocimientos sexuales de los jóvenes, en especial en lo que se refiere a las ETS. Por otra parte, los jóvenes quieren que se les dé más información sobre cuestiones relacionadas con el sexo y buscan respuestas empleando las herramientas que tienen a su disposición.
En este contexto, es fundamental que se les proporcione información que dé respuesta a sus necesidades. Los responsables políticos, los educadores y los profesionales de la salud deben dar prioridad a la salud sexual de los adolescentes en función de los criterios siguientes:
- Inversión en una educación sexual integral: implantación en las escuelas de programas de educación sexual basados en datos que cubran una amplia gama de temas, como cuestiones sobre la contracepción, las ETS, el consentimiento, las relaciones saludables, la igualdad entre géneros o LGBTQIA+ (personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero, queer, en proceso de cuestionamiento, intersexuales, asexuales y otras) y financiación de dichos programas.
- Mejora del acceso a los servicios de salud sexual pensados para los jóvenes: garantía de que todos los adolescentes tengan acceso a servicios de salud sexual confidenciales y asequibles, donde no se les juzgue y que, además, den respuesta a sus necesidades y preferencias específicas.
- Fomento de un diálogo abierto: fomento de las conversaciones abiertas y claras sobre la salud sexual en las familias, escuelas y comunidades para reducir estigmas y aumentar los conocimientos.
- Formación de educadores: los profesores y los profesionales de la salud deben recibir una formación especializada para que ellos, a su vez, puedan impartir una educación sexual efectiva e inclusiva. Los recursos deben ponerse a disposición de los interesados, tanto en el entorno de las escuelas como fuera.
- Profundización de las investigaciones: investigación de los motivos subyacentes al declive del uso del preservativo y de las variaciones en los comportamientos en el ámbito de la salud sexual en distintas poblaciones, a fin de proporcionar información que permita realizar intervenciones específicas. A este efecto, deberían analizarse los mensajes y los diversos contenidos a los que están expuestos los adolescentes en las redes sociales y las plataformas en línea, dado su alcance y repercusiones (OMS, 2024).
Todos jugamos un papel importante en el fomento del diálogo sobre el sexo, cuyo contenido esté basado en la ciencia y que impulse a los jóvenes a implicarse. En este sentido, Humanium está a la vanguardia de este objetivo común y, gracias a su trabajo, se ha incrementado el conocimiento relativo a estas cuestiones y se han fomentado las herramientas y prácticas recomendadas. Si desea contribuir a nuestra causa, puede realizar una donación, hacer tareas de voluntariado o convertirse en socio.
Escrito por Arianna Braga
Traducido por Carolina de la Cruz Montserrat
Corregido por Desirée Riñé Prados
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