Una pandemia por encima de una pandemia: la creciente crisis de salud mental entre los adolescentes de Estados Unidos

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Los Estados Unidos de América (EE. UU.) han visto un aumento dramático en los casos registrados de ansiedad y depresión entre su población juvenil (Horowitz, 2019). Estos problemas de salud mental afectan a los jóvenes, y en particular a los adolescentes, en todo el país con proporciones aproximadamente iguales a pesar de la raza, el origen económico o el género del joven en cuestión (Horowitz, 2019). A pesar de la gravedad de la crisis de salud mental, su naturaleza invisible hace que rara vez se le preste tanta atención como a otras crisis nacionales y mundiales que compiten con ella, como la pandemia del COVID-19.

Las causas y los impulsores de la crisis de salud mental

Los desafíos de salud mental son una consecuencia de una serie de factores. A nivel biológico, la composición genética y la química del cerebro pueden predisponer a determinados adolescentes a sufrir problemas de salud mental (U.S. Surgeon General Advisory, 2021). Sin embargo, la influencia de estos factores innatos se ve eclipsada por el papel de las relaciones, la educación y las condiciones sociales que dan forma a las experiencias vitales de los niños y a su autopercepción, creando angustia. 

Estos factores comunitarios pueden desglosarse en algunos grupos principales, como una mayor concienciación en torno a la salud mental, el uso de los medios digitales y sociales, el acceso limitado al apoyo en materia de salud mental, etc. Desgraciadamente, la ausencia de medidas preventivas y de tratamientos adecuados está impidiendo que los adolescentes accedan al apoyo que necesitan para navegar por la imprevisibilidad de la vida. Esto está obstaculizando la capacidad de los adolescentes para desarrollarse de manera plena y saludable (U.S. Surgeon General Advisory, 2021).

Una mirada más atenta al estado actual

En los últimos 15 años, las estadísticas sobre la salud mental de los adolescentes en los Estados Unidos han mostrado un fuerte aumento de los diagnósticos de trastornos mentales. Un estudio prepandémico del U.S. Surgeon General Advisory afirmaba que el 20% de los niños de 3 a 17 años tenían un trastorno mental declarado (U.S. Surgeon General Advisory, 2021). Sin embargo, dentro de esta estadística, e incluyendo la amplia gama de trastornos de salud mental, los principales problemas del país pueden desglosarse en una serie de tendencias específicas.

Al frente de estas tendencias se encuentra el aumento de la depresión entre los adolescentes y los niños. Entre 2009 y 2019, un 40% más de estudiantes de secundaria informaron de sentimientos persistentes de tristeza (U.S. Surgeon General Advisory, 2021). Según un estudio de 2021 del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), esta cifra ha aumentado al 44% (Thompson, 2022). Estos retos pueden desglosarse en numerosos aspectos de la vida de los adolescentes. 

Ya en 2016, la Encuesta Nacional de Salud Infantil mostró que el 20% de los niños (de 6 a 17 años) había tenido problemas para hacer amigos, mientras que más del 30% había sufrido acoso escolar (Annie Casey Foundation, 2022). Otros estudios del Centro de Investigación Pew mostraron que el 61% de los adolescentes se sienten presionados para obtener altas calificaciones en la escuela y aproximadamente el 30% se sienten presionados para verse bien y encajar socialmente (Horowitz, 2019). De forma acumulativa, los adolescentes modernos se enfrentan a mayores presiones sociales en la educación permanente y fuera de ella, lo que conduce a una miríada de desafíos basados en la depresión. 

La tendencia anterior suele estar relacionada con la creciente accesibilidad de los medios sociales y de otro tipo. Los adolescentes pasan una media de más de cinco horas al día en los medios sociales, lo que ha provocado una disminución del 30% del sueño entre 2007 y 2019 (Thompson, 2022). La escasa regulación de las plataformas de los medios sociales ha permitido además a las grandes empresas recopilar todos los datos posibles sobre los jóvenes para informar sobre los contenidos y «mantenerlos pinchado» (The White House, 2022).

Debido al rápido ritmo de desarrollo de la tecnología, los reguladores no han podido seguir el ritmo y han dejado a una generación de niños expuestos a los daños de la gran cantidad de medios de comunicación que tienen a su alcance. Estos medios afectan a su autopercepción, alimentan mayores temores sobre cuestiones sociales más amplias y les alejan de los buenos hábitos. 

Una tercera tendencia identificada es la creciente desigualdad en las categorías de adolescentes afectados por trastornos mentales específicos. Los problemas de salud mental individuales, aunque son universalmente perjudiciales para todos los niños de EE. UU., afectan desproporcionadamente a ciertos subgrupos.

El suicidio y el trastorno por déficit de atención, por ejemplo, son más frecuentes entre los adolescentes varones, mientras que la ansiedad, la depresión y los trastornos alimentarios afectan predominantemente a las chicas (U.S Surgeon General Advisory, 2021). Las chicas también son más propensas a sentirse presionadas para tener un buen aspecto y a sentir ansiedad y nerviosismo general por su día (Horowitz, 2019).

Un mayor riesgo de problemas de salud mental entre las minorías raciales, étnicas y de género

Dejando a un lado el género, los niños afroamericanos tienen casi el doble de probabilidades de morir por suicidio que sus equivalentes blancos, mientras que los que viven en comunidades empobrecidas tienen casi el triple de probabilidades de desarrollar problemas generales de salud mental (U.S. Surgeon General Advisory, 2021). Tras la pandemia del COVID-19, se demostró que los Indígenas Americanos o Indígenas de Alaska experimentaban ansiedad en niveles más altos que otras razas y etnias (The White House, 2022).

Un estudio de 2022 sobre adolescentes LGBTQ también demostró que es menos probable que busquen apoyo de salud mental por razones que incluyen: preocupación por ser juzgados, miedo a la discusión y a ser malinterpretados, y desafíos logísticos (costo, acceso y transporte) (The White House, 2022). 

El suicidio ha surgido como una amenaza particular para la vida de los adolescentes en los EE. UU. y ahora es la segunda causa principal de muerte entre las personas de 10 a 34 años (Stone, Jones & Mack, 2021). Entre 1999 y 2019, alrededor de 800.000 muertes en Estados Unidos fueron catalogadas como suicidios (Stone, Jones & Mack, 2021).

Solo en 2016, más de 2500 niños de 10 a 19 años murieron por suicidio (Annie Casey Foundation, 2022). Estados Unidos tiene la tasa de suicidio más alta entre las naciones ricas del mundo y más del 20% de las mujeres jóvenes y el 10% de los hombres jóvenes experimentan una depresión clínica mayor antes de cumplir los 25 años (Prinstein, 2022). 

Los intentos de suicidio también son preocupantes, y las visitas a los servicios de urgencias aumentan en un 51% entre las adolescentes (The White House, 2022). Las estimaciones económicas del coste «laboral» del suicidio se sitúan en más de 70.000 millones de dólares, a pesar de que las investigaciones evidencian que el suicidio es prevenible y requiere una respuesta multidimensional que abarque tanto los factores comunitarios como la educación personal (Stone, 2021).

Actuar para combatir la actual crisis de salud mental

Resulta alarmante que, a pesar de los graves aumentos en el volumen de niños que experimentan problemas de salud mental, haya pocos indicios de tratamiento adecuado o acción preventiva. Un estudio de 2016 mostró que casi 8 millones de niños con trastornos de salud mental tratables no habían recibido el apoyo necesario (U.S. Surgeon General Advisory, 2021). 

En el Estado de la Unión de 2022, el presidente Biden hizo un llamamiento al Congreso para que ponga en marcha una nueva estrategia nacional de salud mental que proporcione un apoyo más holístico a los adolescentes y niños que lo necesiten. En general, este plan pretende alcanzar una serie de objetivos multisectoriales (The White House, 2022).

En primer lugar, el plan pretende presionar a las empresas privadas para que protejan la privacidad de los adolescentes, prohíban la publicidad infantil y eliminen la recopilación intrusiva de datos. Esto incluye trabajar con los proveedores de tecnología para acabar con los algoritmos discriminatorios, como los motores de búsqueda que producen resultados negativos cuando se introducen ciertos subgrupos. 

El plan promete además una inversión de 700 millones de dólares en programas de salud conductual y clínicos de salud mental, y una mayor financiación para programas de salud mental infantil y de la primera infancia. En cuanto a la respuesta de emergencia, se ha creado una línea telefónica de crisis «988» para ofrecer un apoyo fiable y móvil a nivel comunitario.

También se institucionalizará el apoyo a la salud mental en los centros de atención primaria para aumentar su accesibilidad. Por último, el plan promete invertir en la investigación de los daños de los medios de comunicación social que conectan las causas con los resultados específicos de la salud mental. 

Los gobernadores de 33 estados del país han citado los problemas de salud mental como una de sus principales preocupaciones (Annie Casey Foundation, 2022). Con la financiación prometida y el apoyo recibido a nivel estatal, ha llegado el momento de que Estados Unidos revise su marco de protección para el apoyo específico a la salud mental de adolescentes y niños. 

Humanium entiende que los retos de salud mental están afectando a los jóvenes y adolescentes de todo el mundo y está implementando activamente acciones para combatir la actual crisis de salud mental. Mediante la realización de diferentes proyectos y talleres y la puesta en práctica de nuestra metodología, Humanium está apoyando continuamente a los niños que han pasado por abusos, traumas, trabajo infantil, pobreza o falta de acceso a la educación para que consigan un futuro mejor. Ayúdanos a conseguir ese objetivo apadrinando a un niño, haciendo una donación o haciéndote socio.

Escrito por Vanessa Cezarita Cordeiro

Traducido por Kyle Estment

Revisado por Lorraine Valarino

Para más información: 

American Academy of Pediatrics: Healthychildren.org 

Centers for Disease Control and Prevention: COVID-19 Parental Resources Kit – Childhood Social, Emotional, and Mental Well-being of Children during COVID-19

Child Mind Institute: Family Resource Center

UNICEF: What’s on your mind? Mental health and well-being 

Fuentes:

Annie Casey Foundation. (2022). “2022 kids count data book: State trends in child well-being.” Retrieved from The Annie E. Casey Foundation, accessed on 17 October 2022. 

Horowitz Menasce, J., and Graf, N. (2019, February 20). “Most U.S teens see anxiety and depression as a major problem among their peers.” Retrieved from Pew Research Center, accessed on 17 October 2022. 

Prinstein, M.J. PhD. (2022, February 7). “US youth are in a mental health crisis – we must invest in their care.” Retrieved from American Psychological Association, accessed on 19 October 2022. 

Stone, D.M., Jones, C.M., Mack, K.A. (2021, February 26). “Changes in suicide rates – United states, 2018-2019.” Retrieved from Centers for Disease Control and Prevention Morbidity and Mortality Weekly Report, accessed on 19 October 2022. 

The White House. (2022, March 1). “Fact Sheet: President Biden to announce strategy to address our national mental health crisis, as part of unity agenda in his first state of the union.” Retrieved from The White House Briefing Room, accessed on 17 October 2022. 

Thompson, D. (2022, April 11). “Why American teens are so sad.” Retrieved from The Atlantic, accessed on 17 October 2022. 

U.S. Surgeon General Advisory. (2021). “Protecting youth mental health.” Retrieved from The U.S. Surgeon General’s Advisory, accessed on 19 October 2022.