Violencia física y virtual (‘Bullying’) en las escuelas: Un problema mundial que hay que abordar

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El bullying (termino en inglés) o el acoso escolar es un problema duradero y, lamentablemente, muy extendido. Se caracteriza por conductas violentas, tanto físicas como mentales, hacia individuos que resultan ser blancos fáciles. Comúnmente el término «acoso» se utiliza para hablar del fenómeno en el ambiente escolar, cuando la edad media es la adolescencia. Con la aparición de las redes sociales y, más en general, con el aumento de la presencia en Internet de niños y adolescentes, los problemas de comportamiento como el acoso escolar se han trasladado, extendido y adaptado a este nuevo mundo virtual.

Bullying en las escuelas

El bullying en las escuelas es una muy amplia preocupación importante en todo el mundo. En este momento existe la necesidad urgente de aumentar la conciencia mundial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el ODS 4, que tiene por objetivo garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos, y el ODS 16, que tiene por objetivo promover sociedades pacíficas e inclusivas.

El bullying en las escuelas puede adoptar muchas formas, que van desde la violencia física, la violencia sexual a la violencia psicológica, y a menudo resulta en actos de intimidación y represión. (Council of Europe, 2020). Se ha documentado ampliamente que el bullying es una de las formas más generalizadas de violencia escolar, que afecta a 1 de cada 3 jóvenes. Un informe publicado recientemente por la UNESCO revela que más del 30% de los alumnos en el mundo han sido víctimas de acoso. (UNESCO, 2020).

¿Cómo afecta el acoso escolar a los niños?

El acoso escolar priva a los niños y jóvenes de su derecho fundamental a la educación y de su derecho a aprender en un entorno seguro y sin amenaza. De hecho, las escuelas no pueden desempeñar su función de aprendizaje y socialización si los niños no se encuentran en un entorno libre de violencia. Por el contrario, una atmósfera de ansiedad, miedo e inseguridad es incompatible con el aprendizaje y los entornos de aprendizaje no seguros pueden afectar la calidad de la educación de todos los alumnos. (Unicef, 2020).

Es evidente que el acoso escolar tiene varias consecuencias devastadoras para las víctimas. Esto tiene una repercusión negativa en el rendimiento escolar, la deserción escolar, las perspectivas de estudio y empleo en el futuro y la salud física y mental. Un informe reciente de la UNESCO muestra cómo la calidad de vida en general y los comportamientos de riesgo de los niños víctimas de intimidación escolar se ven afectados negativamente (UNESCO, 2020). De hecho, el acoso escolar también se asocia con tasas más altas de tabaquismo, alcohol, consumo de cannabis y experiencias sexuales tempranas.

Los perpetradores del acoso escolar

En su mayor parte perpetrado por compañeros, los estudios revelan que los niños con tendencia al bullying y que corren un mayor riesgo suelen ser percibidos como diferentes por el resto de niños. Los factores clave incluyen la apariencia física, el origen étnico, lingüístico o cultural, el género, incluido el hecho de no ajustarse a las normas y estereotipos de género, la condición social y la discapacidad.

En un estudio reciente titulado “There’s a Global School Sexual Violence Crisis and We Don’t Know Enough About It” se pone de relieve que la violencia sexual en las escuelas no parece ser una prioridad máxima dentro de la arquitectura de ayuda internacional a la educación., a pesar del número cada vez más preocupante de víctimas (Center for Global Development, 2020). Y esto no es sólo un problema en los países en desarrollo.

Humanium, al igual que muchas otras organizaciones humanitarias, considera efectivamente que el acoso y la explotación sexual son una violación de los derechos humanos porque atentan contra la dignidad de quienes la padecen y son contrarias a los principios fundamentales como la inclusión, la participación y la no discriminación. En efecto, el artículo 2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que toda persona tiene derecho a todas las libertades enumeradas en la Declaración «sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.»  La posibilidad de disfrutar plenamente de sus derechos sin discriminación es uno de los principios fundamentales que subyacen al derecho internacional y aparece en casi todos los instrumentos jurídicos más relevantes en materia de derechos humanos (Committee on the Rights of the Child, 2020).

Nueva realidad peligrosa – acoso virtual (ciberacoso)

Los datos de siete países de Europa muestran que la proporción de niños de 11 a 16 años que utilizan Internet y que han experimentado ciberacoso aumentó del 7% en 2010 al 12% en 2014 (Unicef, 2020).

Es más, la organización de las Naciones Unidas atribuye un mayor aumento debido a la pandemia de COVID-19, a medida que se extiende más estudiantes que nunca viven, aprenden y socializan en línea. Este “aumento sin precedentes del tiempo frente a la pantalla y la fusión de los mundos en línea y fuera de línea” ha agudizado su vulnerabilidad al acoso y al ciberacoso (UN News, 2020).

Las formas más comunes de ciberacoso son los insultos ofensivos y la difusión de falsos rumores. El 37% los estudiantes de secundaria informaron haber sido acosados durante su vida (Security.org, 2020). Las organizaciones y campañas contra el acoso tienen como objetivo educar y capacitar a las personas para prevenir y manejar el acoso cibernético, pero el sentimiento general de la juventud de hoy es que las empresas de redes sociales y nuestros funcionarios gubernamentales deberían hacer más (Security.org, 2020).

El Consejo de Europa ha publicado un nuevo manual para los responsables de las políticas sobre los derechos del niño en el entorno digital que prestará apoyo en este ámbito para tratar concretamente con los derechos y la protección de los niños en línea. Dado que uno de cada tres usuarios de Internet en todo el mundo es menor de edad (Council of Europe, 2020), representan un amplio grupo de ciudadanos digitales, que como categoría vulnerable también se enfrentan a muchos riesgos en línea y pueden sufrir violaciones sus derechos humanos.

Es más, las Naciones Unidas han puesto de relieve su profunda preocupación por la situación. De hecho, el Comité de los Derechos del Niño está elaborando actualmente la Observación General sobre los Derechos del Niño en relación con el entorno digital, una herramienta indispensable para la protección de los menores en todo el mundo. El proyecto abarca y revisa todos los elementos básicos de los derechos del niño a través de la lente del entorno digital: desde la protección contra todas las formas de discriminación (art. 2) hasta el interés superior del niño (art. 3), el derecho de acceso a la información de los medios de comunicación (art. 17) y la libertad de expresión (art. 13), así como la protección de los niños contra todas las formas de violencia (art. 19). (Draft UN General Comment, Children’s Rights in Relation to the Digital Environment, 2020).

¿Cómo podemos garantizar la seguridad escolar para los niños?

Dado que los Estados tienen la obligación, consagrada en el derecho internacional, de proteger a los niños de la violencia, los gobiernos deben abordar urgentemente los abusos relacionados con la educación. La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño protege a todos los niños contra toda forma de violencia, incluyendo «perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos u otra explotación, incluido el abuso sexual.” (UNCRC, 1989).

Es más, la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) relativa a la violencia contra los niños establece claramente que los Estados tienen el deber positivo de adoptar medidas eficaces para proteger a los niños de los abusos. Sin embargo, la violencia contra los niños todavía se considera con demasiada frecuencia socialmente aceptable y tolerada en el mundo actual. Por ejemplo, como señaló la UNESCO, si bien comenzando con Polonia en 1783, la mayoría de los países abolieron los castigos corporales para el año 2016, todavía hay 67 países que permiten los castigos corporales en las escuelas, incluidas partes de los Estados Unidos, algunos estados australianos y varios países de África y Asia (Psychol Health Med, 2017).

Según una serie de estudios de caso llevados a cabo en seis países que han logrado reducir la violencia y el acoso escolar –Eswatini, Italia, Jamaica, el Líbano, la República de Corea y el Uruguay– y en dos países que han mantenido niveles bajos a lo largo del tiempo –los Países Bajos y Suecia – hay varios factores que contribuyen a la eficacia de las respuestas nacionales.

Estos factores son:
  1. Liderazgo político y compromiso de alto nivel, junto con un sólido marco jurídico y normativo.
  2. Colaboración y asociación entre el sector educativo y otros ministerios y sectores, las organizaciones de la sociedad civil, las instituciones académicas, las asociaciones profesionales y los medios de comunicación (pero también a nivel escolar, con la participación de todos los interesados de la comunidad escolar y la promoción de la participación significativa de los niños en los esfuerzos por prevenir y responder a la violencia y el acoso escolar)
  3. Enfoques basados en datos empíricos, con datos precisos y exhaustivos y la evaluación sistemática de la eficacia de los programas existentes, estableciendo mecanismos eficaces de presentación de informes, mecanismos de denuncia y asesoramiento y enfoques restaurativos que tengan en cuenta las diferencias entre los sexos y los niños.
  4. Capacitación y apoyo a los profesores y cuidadores para prevenir y responder a la violencia y el acoso escolar, y atención y apoyo a los estudiantes afectados y gestión positiva de la clase, dando prioridad a los niños que son especialmente vulnerables, por razón de su raza, origen étnico, discapacidad, orientación sexual o género.

También hay varios factores que pueden limitar la eficacia y los efectos de las respuestas nacionales; entre ellos cabe mencionar la falta de datos sobre aspectos concretos de la violencia y el acoso en las escuelas, así como sobre las categorías de estudiantes más vulnerables; la escasa cobertura geográfica de las intervenciones, la falta de vigilancia sistemática de la violencia y el acoso en las escuelas y la ausencia de una evaluación rigurosa de los efectos de los programas ejecutados (UNICEF, 2020).

Humanium, como organización, ha contribuido con orgullo a la redacción de la anteriormente mencionada Observación General sobre los Derechos del Niño en relación con el entorno digital, presentando su propia propuesta de Observación General a las Naciones Unidas, en respuesta al llamamiento de las Naciones Unidas para la participación de las ONG. Si apoya nuestras acciones y desea que el derecho internacional de los niños sea considerado a la luz del ámbito digital, suscríbase a nuestro boletín y hágase miembro. Para apoyar el trabajo en curso de Humanium y ayudar a realizar los derechos del niño en todo el mundo, considere hacer una donación, firmar nuestra petición y unirse a nosotros actuando por los derechos del niño.

Escrito por Federica Versea

Traducido por Lorraine Valarino

Bibliografía:

Center for Global Development. (2020). There’s a Global School Sexual Violence Crisis and We Don’t Know Enough About It. Retrieved from Center for Global Development.

Committee on the Rights of the Child. (2020). Convention on the Rights of the Child. Retrieved from OHCHR.

Council of Europe. (2020). Violence in schools. Retrieved from Council of Europe.

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Security.org. (2020). Cyberbullying: Twenty Crucial Statistics for 2020. Retrieved from Security.org.

UNESCO. (2020). What you need to know about school violence and bullying. Retrieved from Unesco.

Unicef. (2020). Behind the numbers: ending school violence and bullying. Retrieved from Unicef.

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UNICEF. (2020). Behind the numbers: Ending school violence and bullying. Retrieved from Unicef.

Psychol Health Med. (2017). School Corporal Punishment in Global Perspective: Prevalence, Outcomes, and Efforts at Intervention. (E. T. Gershoff, A cura di). Retrieved from da Psychol Health Med.