Niños de Haití

Descubriendo los Derechos del Niño en Haití

Con una proporción significativa de la población viviendo en la pobreza, Haití es uno de los países más pobres del mundo. Junto con desafíos ambientales como los terremotos, la pobreza  siguen siendo un factor clave en los retos relacionados con los derechos de los niños al privarlos del acceso a la salud y a las instalaciones sanitarias. En estas condiciones, el riesgo de trata infantil, violencia sexual y de género aumenta y conduce a los niños a formas ilícitas y peligrosas de trabajo infantil. Estos problemas complejos impiden que los niños haitianos disfruten de sus derechos humanos fundamentales. 

Índice de los Derechos del Niño: 7,07/10
Nivel rojo: Situación difícil

Población: 11,4 millones

Población de 0 a 14 años: 32%

Esperanza de vida: 64 años

Tasa de mortalidad de menores de 5 años: 61‰

Haití de un vistazo

La República de Haití (Ayti, Républiqued’Haïti, RepiblikDayti), ocupa el tercio occidental de la Española, segunda isla más grande del mar Caribe. Al este, Haití comparte frontera con la República Dominicana, al sur y al oeste con el Caribe y al norte con el Océano Atlántico. Jamaica está a 120 millas (190 kilómetros) al oeste de la península meridional, Cuba, a 50 millas (80 kilómetros) al oeste de la península septentrional y las Bahamas, a 70 millas (110 kilómetros) al norte (Lawless, s. f.). 

Haití, que en la lengua local taína significa «tierras altas», es un país montañoso con aproximadamente dos tercios de la superficie terrestre a 490 metros de altitud. Las cuatro cadenas montañosas principales de la Española, desde el oeste de Haití hasta el este, son la Cordillera Septentrional, el Macizo del Norte (Massif du Nord), la Cordillera Matheux (Chaîne des Matheux) y la Cordillera Troud’Eau (Chaîne du Trou d’ Eau) (Lawless, s. f.). Haití tiene dos penínsulas diferenciadas, la del norte y la del sur, separadas por el golfo de la Guanaba (Golfe de la Gonâve) (WorldVision, 2010).  

Haití es propenso a los sismos. En enero de 2010, un terremoto catastrófico en la zona Puerto Príncipe (Port-au-Prince) causó graves daños, destruyó viviendas e infraestructuras y causó la muerte de más de 300 000 personas (WorldVision, 2010). Una vez más, en agosto de 2021, un terremoto de magnitud 7,2 golpeó el suroeste de Haití, lo que causó la muerte de más de 2 200 personas e hirió a otras 12 200. Aunque este terremoto no fue tan destructivo como el ocurrido en 2010, fue devastador; afectó a 800 000 personas, de las cuales actualmente 650 000 necesitan asistencia humanitaria (UNFPA, 2021). 

La mayoría de los haitianos son descendientes de africanos occidentales, en su mayoría de habla criolla, una mezcla de francés y lenguas africanas. Antes de la llegada de Cristóbal Colón en 1492, los pueblos taíno y arahuaca vivían en la isla. En la década de 1600, los franceses invadieron la parte occidental de Haití. En 1791, inspirados por la revolución francesa, los haitianos expulsaron a los franceses. En 1804, Haití se convirtió en la primera colonia de esclavos en obtener la independencia (WorldVision, 2010).

A partir de 1957 y durante casi 30 años, Haití vivió bajo la dictadura del gobierno de FrancoisDuvalier. En 1990, el padre Jean-Bertrand Aristide, sacerdote católico romano, se convirtió en el primer presidente elegido democráticamente. Desde su elección, Haití ha sido políticamente inestable, marcado por problemas económicos y de violencia, como consecuencia de los cuales se ha convertido en el país más pobre del hemisferio occidental (WorldVision, 2010). 

Situación de los derechos del niño [1]

Haití se ha comprometido con varios instrumentos internacionales para proteger los derechos del niño. En 1995, el Gobierno ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN). Haití también forma parte de otros instrumentos internacionales de derechos humanos, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ratificado en 1991, y desde1981,  dela Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer. 

Haití no forma parte del Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de niños en los conflictos armados, pero ratificó el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la Venta de niños, la Prostitución Infantil y la Utilización de Niños en la Pornografía en 2014. 

A nivel regional, Haití es miembro de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y está vinculado al Sistema Interamericano de Derechos Humanos. En 1997, Haití ratificó la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (conocida como Convención de Belém do Pará). En 2013, como miembro de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), adoptó el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo. 

Abordando las necesidades de los niños

Derecho a la educación

El artículo 32-1 de la Constitución haitiana hace cumplir el derecho a la educación gratuita y el artículo 32-3 declara que la educación primaria es obligatoria (Solino, 2011). En 2011, el gobierno introdujo un programa de educación universal, gratuita y obligatoria. A través de esto, el principal objetivo del gobierno era asegurar que hubiera un aumento en el número de niños en edad escolar y niños desfavorecidos, particularmente en las zonas rurales, que tuvieran acceso a la educación gratuita en los niveles primario y secundario (CRIN, 2016). 

El Gobierno también estableció el Programa Nacional de Comedores Escolaresque hace posible  que cada niño matriculado a tiempo completo en educación pueda acceder a una comida caliente al día. La motivación subyacente es reducir las tasas de abandono escolar, que junto al sistema de transporte escolar gratuito tiene como objetivo facilitar el acceso de los niños a la educación (CRIN, 2016). 

A pesar de que la educación es gratuita desde 2011, existen otros obstáculos importantes para acceder a ella. Debido a las limitaciones económicas, las escuelas públicas están superpobladas y carecen de las instalaciones educativas esenciales: bibliotecas, servicios de higiene y sanitarios, así como profesores, muchos de los cuales carecen de cualificación docentes oficial y muy pocos disponen de una formación adecuada. Varias escuelas también carecen de instalaciones sanitarias adecuadas, lo que limita aún más la asistencia y el acceso de las niñas a la educación, en particular las que han llegado a la pubertad (Solino, 2011). 

Aproximadamente el 90 % de las escuelas en Haití son escuelas privadas que cobran matrícula, entre otras tasas que la hacen inaccesible para la mayoría de la población. Además, las tasas de registro de nacimientos en Haití siguen siendo bajas, lo que deja a los niños no registrados sin acceso a servicios sociales como la educación (Departamento de Trabajo de EE. UU., 2020).  

Otro obstáculo para acceder a la educación es el idioma. Los niños que viven en comunidades desfavorecidas no pueden asistir a la escuela porque a menudo las clases se imparten en francés y no en criollo haitiano. Aunque el francés y el criollo haitiano son ambos idiomas oficiales, el francés es hablado sólo por el 20-40 % de la población (Solino, 2011).  

Derecho a la salud 

En las últimas décadas, Haití ha sufrido múltiples retrocesos en su desarrollo, lo que ha repercutido en su sistema de atención sanitaria (Dev et al, 2022). Bajo la supervisión del Ministerio de Salud y Población, el Departamento de Salud Familiar, el sistema de atención sanitaria materna y neonatal Haití cuenta con un diseño de tres niveles para mejorar el acceso a la atención primaria a nivel comunitario. 

La atención primaria, primer nivel, se divide en tres niveles: (1) dispensarios que proporcionan medicamentos esenciales, detección de factores de riesgo durante el embarazo y vacunación de los recién nacidos, (2) centros de salud que brindan atención médica básica y primaria, pruebas y tratamiento del VIH, partos vaginales y seguimiento para recién nacidos, (3) hospitales comunitarios de referencia que ofrecen servicios clínicos básicos para pacientes hospitalizados. 

La atención secundaria, segundo nivel, incluye los hospitales departamentales que ofrecen cesáreas y gestionan los casos de remisión de recién nacidos. La atención terciaria, nivel tres, incluye instituciones nacionales especializadas y hospitales académicos que brindan atención materna y neonatal (Dev et al, 2022). 

Las tasas de mortalidad infantil y materna en Haití siguen siendo unas de las más altas de la región de América Latina y el Caribe, y la posibilidad de tener atención materna, neonatal e infantil adecuada sigue siendo escasa (UNICEF, 2020). En 2019, de los 16 427 bebés que murieron antes de su primer cumpleaños, el 60 % murió dentro de sus primeros 28 días de vida.

Estas cifras alarmantes se atribuyen a la falta de atención prenatal adecuada, infecciones no tratadas, altas tasas de eclampsia y atención obstétrica de baja calidad. En las zonas rurales de Haití, los hospitales y las clínicas carecen de la infraestructura, el equipamiento, la capacidad y los suministros para implementar directrices y protocolos actualizados (Dev et al, 2022). 

La cantidad de niños que sufren de desnutrición aguda en Haití va en aumento, con 134 000 niños en 2019 a 167 000 niños en 2020. Uno de cada cuatro niños sufre de desnutrición crónica y dos de cada tres niños sufren de anemia (UNICEF, 2020). UNICEF predijo que, en 2021, más de 86 000 niños haitianos menores de cinco años sufrirían de desnutrición aguda severa, en comparación con 41 000 niños en 2020. Se espera que este número aumente debido a la pandemia de COVID-19, la violencia de bandas, las condiciones climáticas extremas exacerbadas por el cambio climático y la falta de acceso a agua potable, a servicios sanitarios y de nutrición (UNICEF,  2021).   

Derecho al agua potable y a las instalaciones sanitarias 

En Haití, una de cada cuatro personas no tiene acceso a fuentes de agua mejoradas; uno de cada tres hogares tiene acceso a instalaciones adecuadas para lavarse las manos y uno de cada cuatro hogares todavía practica la defecación al aire libre (UNICEF, 2020). Según los datos recopilados en 2019, el 35 % de la población haitiana carecía de acceso a agua potable (Root, 2021). 

Debido a las emergencias relacionadas con el clima, las personas que viven en comunidades vulnerables en Haití son propensas a las enfermedades agudas transmitidas por el agua y a la destrucción y daño del suministro de agua (UNICEF, 2020). Desde el brote de cólera en 2010, han fallecido aproximadamente 9 000 haitianos y 732 000 se han visto afectados por alguna infección (Moloney, 2015). Junto con la defecación al aire libre, los casos de cólera a menudo aumentan durante la temporada de lluvias, de septiembre a noviembre (Moloney, 2015). 

Desde que comenzó de la pandemia de COVID-19, el Banco Mundial ha apoyado a la Dirección Nacional de Abastecimiento de Agua y Saneamiento de Haití (DINEPA, por sus siglas en francés) en la ejecución del proyecto sostenible de agua y saneamiento en zonas rurales y de pequeñas ciudades. Este proyecto tiene como objetivo mejorar las instalaciones para lavarse las manos y promover un buen comportamiento e higiene del lavado de manos (Banco Mundial, 2020). Del mismo modo, en asociación con UNICEF en 2020, el Banco Mundial pudo instalar 390 estaciones de lavado de manos en tres comunidades vulnerables que permitieron a 68 000 personas acceder a instalaciones de saneamiento y 9 250 personas se beneficiaron del agua potable (Banco Mundial, 2020).  

Derecho a la identidad 

En Haití, el certificat de naissance(documento que registra el nacimiento) es emitido por el hospital donde el niño nace, pero no se utiliza como un documento de identificación válido sin la validación del acte de naissance, (certificado de nacimiento) emitido por las bureauxlocauxd’état civil (oficina de registro civil local). Los solicitantes, generalmente la madre o el padre (o ambos) del niño, comparecen ante la oficina de registro civil y proporcionan a la oficina el certificat de naissance, un certificado de matrimonio (si los padres están casados) y una declaración por escrito.

El acte de naissancees entonces registrado por el funcionario del registro por escrito y declara que el niño es legítimo. Si un niño no nace en un hospital, el acte de naissancerequiere dos declaraciones escritas de testigos ante la oficina de registro (Junta de Inmigración y Refugiados de Canadá, 2007). 

En noviembre de 2012, la Oficina Nacional del Registro Civil emprendió el proceso de modernización del sistema de registro civil en Haití, con el objetivo de mejorar el proceso de emisión de documentos nacionales de identidad y garantizar que los ciudadanos se registren al nacer. Además, en colaboración con el Ministerio de Educación Nacional y Formación Profesional y el Ministerio de Asuntos Sociales y Trabajo, velan por que los escolares reciban documentos nacionales de identidad (CRIN, 2016). 

Factores de riesgo → Desafíos específicos de cada país

Trabajo infantil 

Haití ha ratificado todos los convenios internacionales clave relativos al trabajo infantil, como el Convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la edad mínima, 1973 (Nº 138); el Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999 (Nº 182); el CDN de las Naciones Unidas, el Protocolo de Palermo sobre la trata de personas, el Protocolo facultativo del CDN de las Naciones Unidas relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía y el Protocolo facultativo del CDN de las Naciones Unidas sobre los conflictos armados. 

Sin embargo, a pesar de la aprobación de leyes y reglamentos para proteger a los niños del trabajo infantil, siguen existiendo brechas y los niños de Haití están sujetos a las peores formas de trabajo infantil, incluidas la explotación sexual infantil y la trata infantil. Haití es un país de destino para el turismo sexual infantil, predominantemente para turistas procedentes de Canadá y los Estados Unidos (Departamento de Trabajo de EE. UU., 2020).

Haití es un destino conocido por el turismo sexual infantil y a menudo los niños se ven obligados a tener sexo comercial o transaccional para financiar necesidades básicas, como gastos relacionados con la escuela. Estos niños son vulnerables al abuso, a la explotación sexual y a la pornografía a manos de bandas criminales (Departamento de Trabajo de EE. UU., 2021). 

Trata infantil 

La mayoría de los casos de trata infantil en Haití refieren a niños sometidos a trabajo forzadocomo empleados domésticos. Restavékes un término comúnmente utilizado para referirse a los niños que a menudo son maltratados físicamente, explotados sexualmente y no se les compensa por sus servicios. Los traficantes a menudo utilizan redes deportivas, eclesiásticas o familiares para localizar y traficar con niños de familias pobres para llevarlos a familias que requieren sus servicios en forma de servidumbre. 

Debido a los duros tratos y las duras condiciones de vida, estos niños a menudo huyen y terminan viviendo en la calle , lo que los pone en riesgo de ser víctimas de la trata. Los niños haitianos no solo son objeto de trata interna, sino también a lo largo de la frontera haitiana: de la República Dominicana, de los Estados Unidosy de otros países del Caribe (Departamento de Trabajo de EE. UU., 2020). 

Más recientemente, un informe de SavetheChildren expresó su preocupación sobre el hecho de que  los niños que había perdido a sus padres o cuidadores luego del terremoto de agosto de 2021 correrían un mayor riesgo de sufrir la trata infantil y la explotación sexualcomercial. Se estimó que este terremoto dejó 48 hogares infantiles dañados en el sur del país (el 30 %, que alberga a 1 700 niños),un motivo más que empujó a estos niños a vivir en las calles (SavetheChildren, 2021). 

Pobreza

Para las familias que viven en la pobreza, no es raro, especialmente después del terremoto de 2010, que los padres envíen a sus hijos a vivir a centros de atención residencial o con otras familias, de las que se espera que proporcionen alimento, refugio y educación a los niños a cambio de trabajo doméstico (Departamento de Trabajo de EE. UU., 2020). En 2018, el gobierno estimó que había al menos 30 000 niños viviendo en orfanatos en Haití y el 80 % de estos niños tenían al menos un padre vivo (Cohen, 2018). Aunque estos niños reciben educación, refugio y comida, se utiliza como una tapadera para explotar y abusar de los niños vulnerables mientras se le usa como mano de obra barata (Departamento de Trabajo de EE. UU., 2020). 

Haití tiene más de 750 orfanatos que albergan a más de 25 000 niños que son vulnerables a la trata y al trabajo infantil. De los 750 orfanatos del país, solo 105 tienen licencia oficial. Según el Ministerio de Asuntos Sociales y Trabajo, la gran mayoría de los orfanatos de Haití no cumplen con las normas gubernamentales de cuidado infantil, lo que se evidencia en el caso de niños que viven en orfanatos y que se dedican a trabajo domésticos donde se les impide asistir al colegio a tiempo completo (Departamento de Trabajo de EE. UU., 2020).  

Un informe de Lumos de 2017 reveló que los orfanatos en Haití estaban recibiendo una estimación de 100 millones de dólares estadounidenses al año en donaciones de grupos eclesiásticos y organizaciones sin ánimo de lucro, la mayoría de los cuales estaban arraigados en los Estados Unidos. Este informe reveló además que este dinero rara vez llega a los niños vulnerables a los que está destinado. Estos orfanatos se utilizan como una tapadera para que los traficantes lucren con los más vulnerables de sus comunidades (Cohen, 2018). 

Violencia contra los niños 

A pesar de haber ratificado la CDN de las Naciones Unidas en 1994, Haití aún no ha adoptado un código de protección de la infancia. En Haití, el 85 % de los niños están expuestos a discursos violentos, una de cada cuatro niñas y uno de cada cinco niños se ven afectados por la violencia sexual. Los niños son vulnerables a la violencia de bandas, pero también a la perpetración de la violencia y al reclutamiento en bandas. 

Aproximadamente, uno de cada cinco niños no vive con uno de los padres, mientras que 207 000 niños viven en condiciones inaceptables y son vulnerables al trabajo doméstico. Además, se estima que un 10 % se desplaza a través de la frontera entre Haití y la República Dominicana (UNICEF, 2020).  

Antes del terremoto, los índices de violencia contra las niñas eran elevados, pero los devastadores efectos del sismo han puesto al descubierto y agravado aún más la situación de miles de niñas que son vulnerables a vivir en la calle, necesitan agua, alimentos, refugio y servicios sanitarios básicos. Las niñas que viven en las provincias del sur de Haití, particularmente en Les Cayes, son más propensas a la violencia de género y a la explotación sexual (SavetheChildren, 2021).  

Violencia sexual y de género

En Haití, la violencia sexual y de género (VSG) se considera un gran problema de salud pública. Las mujeres y las niñas, especialmente las que viven en Puerto Príncipe, se enfrentan a un índice de VSG alarmantemente elevado. En mayo de 2015, la PranMen’mclinic(«toma mi mano» en criollo), fue establecida por Médicos Sin Fronteras (MSF). Esta clínica brindó atención médica y psicológica especializada a las víctimas de VSG (Médicos sin Fronteras, 2017). 

Un informe de Médicos Sin Fronteras de 2017 arrojó luz sobre la magnitud de la violencia que sufren las mujeres y las niñas en Haití. Este informe reveló que, desde mayo de 2015 hasta marzo de 2017, el 77 % de las víctimas tratadas por MSF eran menores de 25 años, el 53 % de ellas menores de 18 años y el 11 % de las víctimas conocían a sus agresores. En cuanto a los niños menores de 10 años, el 71 % sufrieron abusos en un entorno familiar, como sus hogares o la casa de un amigo o familiar (MSF, 2017). 

Entre mayo de 2015 y marzo de 2017, el 83 % de los pacientes atendidos por MSF eran supervivientes de violaciones. La VSG tiene consecuencias físicas y psicológicas significativas y es una causa deaumento en la transmisión delVIH, entre otras infecciones de transmisión sexual, embarazos de adolescentes no deseados y lesiones físicas como fracturas, apuñalamientos, laceraciones, hemorragias e infecciones (MSF, 2017). 

Violencia de bandas

En Haití, la violencia relacionada con las bandas ha alejado a 500 000 niños de la educación. Desde abril de 2020, en todo Puerto Príncipe, la capital, casi 1 700 escuelas permanecen cerradas o son inaccesibles debido a los enfrentamientos entre bandas rivales. Según el Ministerio de Educación Nacional y Formación Profesional (MENFP), 722 escuelas están cerradas en Croix-des-Bouquets, 200 en Martissant, Fontamara, Bas-Delmas y Centre-Ville, 446 escuelas en Tabarre y 274 escuelas en Cité Soleil (UNICEF, 2022). 

Desde agosto de 2020, la violencia de bandas en Haití ha causado el desplazamiento de 19 000 personas, incluidos 15 000 mujeres y niños. Esto ha obstaculizado el transporte de suministros para quienes se han visto afectados por el terremoto, ya que la actual crisis de bandas afecta las rutas hacia el norte donde las operaciones humanitarias requieren suministros (UNICEF, 2022). 

Desafíos ambientales 

Haití ha sido clasificado como el cuarto país más vulnerable del mundo al cambio climático (UNICEF, 2020). Aproximadamente el 70 % de Haití está cubierto por montañas. Haití tiene un clima tropical con distintas zonas climáticas, lo que hace que el país sea vulnerable a desastres naturales como inundaciones, huracanes, terremotos, sequías, tsunamis, erupciones volcánicas e incendios. En septiembre de 2004, el huracán Jeanne fue uno de los huracanes más mortíferos que ha azotado Haití en décadas. Luego, en 2008, Haití sufrió cuatro huracanes consecutivos (Fondo de Adaptación, 2021).  

Haití también es propenso a periodos intensos de sequía, lo que provoca desnutrición infantil crónica e inseguridad alimentaria. Aproximadamente el 22 % de los niños menores de 5 años se ven afectados por la malnutrición crónica, 3,2 millones de personas se ven afectadas por la inseguridad alimentaria, de las cuales 2,8 millones están moderadamente malnutridas y 4,5 millones están gravemente malnutridas. Durante las fuertes lluvias estacionales, Haití es propenso a grandes inundaciones de casi todos sus treinta ríos (Fondo de Adaptación, 2021). 

Estos desastres naturales tienen graves efectos y consecuencias para los niños. En enero de 2010, tras el terremoto, murieron aproximadamente 1 300 maestros y 38 000 estudiantes, y más de 4000 escuelas quedaron destruidas. Del mismo modo, en 2016, el huracán Matthew afectó a 3 452 escuelas y destruyó 521 escuelas. Los daños causados por Matthew se estiman en 62 millones de dólares estadounidenses (Fondo de Adaptación, 2021). 

Escrito por Vanessa CezaritaCordeiro

Corrección interna por Aditi Partha

Traducido por Cristina Morillo Berral

Revisado por Gisela E. Valdés

Última actualización  el 22 de mayo de 2022 

Referencias:

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Cohen, L. (2018, March 2). “How traffickers exploit children in Haiti’s orphanages.” Retrieved from CNN Health, accessed on 20 May 2022. 

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Dev, A., Casseus, M., Jean Baptiste, W., LeWinter, E., Joseph, P., & Wright, P. (2022, February 7). “Neonatal mortality in a public referral hospital in southern Haiti: a retrospective cohort study.” Retrieved from BMC Paediatrics, accessed on 18 May 2022. 

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[1] Este artículo de ninguna manera pretende dar una descripción completa o representativa de los derechos de los niños en Haití; de hecho, uno de los muchos desafíos es la escasa información actualizada sobre los niños de Haití, gran parte de la cual no es fiable, no es representativa, está desactualizada o simplemente no existe.