Niños de la calle
Niños que viven en la calle
Se estima que en el mundo hay alrededor de 120 millones de niños viviendo en la calle (30 millones en África, 30 millones en Asia y 60 millones en América del Sur). Además, estos niños son a menudo víctimas de todo tipo de abusos.
¿Qué es un niño de la calle?
Son menores que viven (o sobreviven) en las calles. Muchas veces crecen en vertederos públicos, estaciones de tren o bajo los puentes de grandes ciudades. Por los conflictos que tienen con sus familias, estos niños no quieren o no pueden regresar a casa.
¿Por qué un niño vive en la calle?
Hay varias razones por las cuales un niño debe o decide vivir en la calle. La combinación de factores familiares, económicos, sociales y políticos juega un papel importante en su situación y, por lo tanto, es muy difícil señalar de manera determinante una o más causas.
Sin embargo, los niños a quienes se les ha preguntado afirman que la familia, la pobreza, el abuso o la guerra, entre otras, son frecuentemente razones para irse a las calles.
¿Qué problemas encuentran los niños en la calle?
Al crecer en un ambiente considerado generalmente como peligroso, los niños de la calle enfrentan un gran número de problemas.
Como consecuencia, algunos de sus derechos se ven frecuentemente comprometidos:
Los niños de la calle a menudo no tienen acceso a una dieta saludable ni suficiente. Algunas veces, ni siquiera tienen comida, porque al vivir en las calles no tienen cómo producirla, ni tienen dinero para comprarla.
Además, estos niños no tienen los beneficios de una dieta equilibrada: comen lo que encuentran. Algunas veces, cuando tienen la oportunidad de elegir, se inclinan por comidas poco saludables como el helado o los pasteles, de tal manera que corren el riesgo de sufrir malnutrición. Los problemas de crecimiento también son comunes entre estos niños.
La salud de los niños que crecen en las calles está fuertemente comprometida. De hecho, no tienen acceso a instalaciones sanitarias y a menudo están sucios e infestados de piojos.
Estos niños están expuestos a diferentes enfermedades por falta de higiene y, con frecuencia, su salud es preocupante. Sin una familia que se ocupe de ellos, estos menores deben cuidar de sí mismos.
Además, los niños de la calle consumen con frecuencia cannabis y/o alcohol, o inhalan gas natural para escapar de su realidad. Desafortunadamente, estas duras condiciones de vida tienen un impacto negativo, no sólo en su desarrollo físico y psicológico, sino también en su desarrollo cultural y económico.
Los niños de la calle no reciben educación. Por esta razón, no tienen las mismas oportunidades que otros niños. En realidad, por no poder visualizar ningún futuro para ellos mismos y por no poder contar con formación profesional, se encuentran impedidos para encontrar empleo y cambiar su situación.
Derecho a la no discriminación
“La gente habla mal de nosotros,
nos culpan de todo y nos llaman wad-bi o drogue-gnoudba”
Vistos como marginales, los jóvenes de la calle son, con frecuencia, víctimas de discriminación. Generalmente, los adultos tienen prejuicios que los estigmatizan y, en consecuencia, muchas veces se les asocia con los peligros de las calles. A menudo para estos niños es difícil reintegrarse a la sociedad.
¿Qué se puede hacer para ayudar a los niños de la calle?
El problema de los niños de la calle depende de su situación y no de su estatus. De hecho, cada niño tiene una historia personal con la calle que no puede ser generalizada. Por esto, para que el cuidado de los niños de la calle sea eficiente tiene que depender de las diferentes situaciones de las calles; en otras palabras, de los diversos “perfiles de los niños”. Es importante analizar la relación que cada niño tiene con la calle.
Con el objetivo de entender mejor a los niños que viven y crecen en las calles, es esencial tanto hacerlos participar como ponerlos en contacto con instituciones o personas clave, que busquen comprender las causas estructurales de su situación.
Traducido por: María Paba Corregido por: Daniela Araya |