Al comienzo del año académico 2025, 285 millones de niños están en riesgo de no volver a clase, una crisis que se nota especialmente en el continente africano. La mayoría de los gobiernos del continente han fracasado a la hora de cumplir con los objetivos, tanto globales como regionales, de financiación necesarios para garantizar una educación pública de calidad. Sin embargo, hay dos ejemplos prometedores que demuestran que es totalmente posible promover los derechos de los niños a la educación: una iniciativa de tratado mundial coliderada por Sierra Leona y una reforma del plan de estudios nacional en Guinea-Bissau.
La crisis educativa mundial se agrava, con millones de personas sin poder asistir a las aulas en 2025
A medida que las escuelas abren nuevamente sus puertas en 2025, millones de niños corren el riesgo de no volver a las aulas. Debido a la disminución del gasto nacional en educación y a los recortes significativos de los gobiernos donantes en la ayuda internacional a la educación, se estima que 272 millones de niños y jóvenes (139 millones de niños y 133 millones de niñas) no asisten a la escuela primaria y secundaria, y casi 200 millones están excluidos de la educación secundaria en todo el mundo. Esto supone un aumento de aproximadamente 21 millones de niños sin escolarizar desde 2023 (Martínez, 2025).
Esta situación es especialmente grave en regiones afectadas por el conflicto armado, en donde se estima que 13 millones de niños no asisten a clases. Incluyendo aquellos desplazados por conflictos armados, desde Gaza hasta Sudán, el total se acerca a los 285 millones. Sin embargo, estas cifras no reflejan la situación en su totalidad. Las estimaciones mundiales actuales no tienen en cuenta a otros 175 millones de niños en edad preescolar que no están matriculados en la educación infantil y, por lo tanto, se están perdiendo oportunidades fundamentales de aprendizaje temprano (Martínez, 2025).
La falta crónica de financiación agrava muchas de las barreras del sistema y formas de discriminación a las que se enfrentan millones de niños. Sin una inversión suficiente, los gobiernos no pueden proporcionar una educación pública verdaderamente gratuita, construir y mantener escuelas, suministrar materiales didácticos de calidad, contratar y formar a profesores cualificados, ni adaptar los sistemas educativos para responder eficazmente a las crisis y emergencias (Martínez, 2025).
La crisis de educación en África deja 100 millones de niños sin escolarizar
África tiene los índices más altos de niños sin escolarizar del mundo, con más de 100 millones de niños y adolescentes que se estima que no asisten a la escuela en todas las subregiones, excepto en el norte de África. Estos índices han aumentado desde 2015 por razones incluyendo el aumento de la población, brechas de genero persistentes, los efectos acumulativos del cierre de escuelas por la COVID-19, emergencias climáticas, y los conflictos. (HRW, 2025).
Muchos niños también abandonan la escuela debido a la violencia de género relacionada con la escuela, así como a medidas discriminatorias y excluyentes contra las niñas embarazadas y con hijos, los refugiados y los niños con discapacidades, entre otras prácticas negativas (HRW, 2025).
Solo 14 países garantizan el acceso gratuito a la educación, desde al menos un año de educación preescolar hasta la educación secundaria, según los datos disponibles de la UNESCO y las investigaciones de Human Rights Watch. Solo 21 garantizan el acceso gratuito a 12 años de educación primaria y secundaria, mientras que 6 garantizan legalmente el acceso a al menos un año de educación preescolar gratuita (HRW, 2025).
Marruecos (excluyendo el territorio del Sáhara Occidental que ocupa), Namibia y Sierra Leona son los únicos tres países de África que garantizan legalmente el acceso universal y gratuito a la educación primaria y secundaria y al menos un año de educación preescolar gratuita, y que han cumplido ambos parámetros internacionales de financiación de la educación en la última década (HRW, 2025).
La escasa financiación de la educación frena el progreso en África
En 2015, los Estados miembros de la UNESCO, incluidos los 54 países africanos, se comprometieron a aumentar el gasto en educación hasta alcanzar, como mínimo, entre el 4% y el 6% del producto interior bruto (PIB) y/o entre el 15% y el 20% del gasto público total.

Estos parámetros de referencia acordados internacionalmente se han reafirmado en múltiples acuerdos mundiales y regionales, como la Declaración de Incheon de 2015, la Declaración de los jefes de Estado («Kenyatta») sobre la financiación de la educación, la Declaración de París de 2021 y el «Llamamiento mundial para invertir en el futuro de la educación», y la Declaración de Fortaleza de 2024. En 2024, los líderes africanos elevaron aún más el punto de referencia superior del PIB al 7% mediante la Declaración de Nuakchot (HRW, 2025).
Los Estados miembros de la UNESCO también se comprometieron a invertir al menos 10% de su presupuesto de educación en garantizar un año de educación preescolar gratuito para el año 2030, y los países africanos se comprometieron a aumentar la financiación para la educación infantil. (HRW, 2025).
Sin embargo, solo un tercio de los países africanos cumplieron con los parámetros de financiación de la educación aprobados a nivel mundial para el gasto medio anual durante la década de 2013 a 2023. La cifra se redujo a solo una cuarta parte de los países en 2022 y 2023. Catorce países africanos no cumplieron ninguno de los parámetros en ningún año de la última década (HRW, 2025).
En términos concretos, esto significa que los gobiernos no han logrado eliminar el costo de matrícula y otras tasas escolares, especialmente en los niveles preescolar y secundario, lo que ha dado lugar a un acceso desigual, problemas de retención y una mala calidad en las escuelas, con un impacto desproporcionado en los niños de los hogares más pobres. Las familias de toda África siguen soportando una pesada carga en la financiación de la educación, absorbiendo el 27% del gasto total en educación (HRW, 2025).
Dos historias exitosas sobre la expansión del acceso a la educación infantil
Nueva propuesta de tratado de la ONU sobre el derecho de los niños a la educación
Siguiendo un planteamiento descendente, un instrumento que podría mejorar el acceso a la educación infantil es la adopción de un nuevo Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño.
En julio 2024, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas decidió redactar un nuevo Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño, centrado en el derecho a la educación. Este nuevo tratado estaría centrado, sobre todo, en mejorar la legislación internacional en materia de derechos humanos para reconocer que todos los niños tienen derecho a la atención y la educación en la primera infancia, a la educación preescolar pública gratuita (comenzando con al menos un año) y a la educación secundaria pública gratuita (Sheppard, 2024).
La iniciativa ha sido liderada por Luxemburgo, República Dominicana y Sierra Leona, y apoyada por 46 copatrocinadores de todas las regiones del mundo (Sheppard, 2024). En septiembre 2025, un nuevo grupo de trabajo intergubernamental establecido por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas se reunirá para considerar la redacción de un nuevo protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo al derecho a la educación (Todres, 2025).
En concreto, el grupo de trabajo tiene el mandato de estudiar la posibilidad de elaborar y presentar al Consejo de Derechos Humanos el cuarto protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño (ACNUDH, 2024). El resultado podría ser el primer nuevo tratado de las Naciones Unidas sobre los derechos del niño en más de una década (Todres, 2025).
Un nuevo protocolo opcional sobre el derecho a la educación podría reforzar significativamente los compromisos tanto nacionales como internacionales. Esto requeriría que los estados afirmen públicamente su compromiso con el avance del derecho de todos los niños a la educación, garantizando la gratuidad de la educación desde la etapa preescolar hasta la secundaria. Esto obligaría a los estados a reforzar sus esfuerzos para identificar y destinar recursos suficientes para la educación de los niños, no solo para cubrir las tasas escolares, sino también otros costos ocultos, incluyendo libros y otros materiales, uniformes escolares, transporte, comida y mucho más. (Todres, 2025).
El protocolo también podría promover nuevas formas de cooperación internacional para asegurar financiación adecuada, y mejoraría la autoridad del Comité de los Derechos del Niño para involucrar a los Estados en estas cuestiones y presionar para que se produzcan avances. Por último, dado el «efecto multiplicador» de la educación, un nuevo protocolo facultativo podría contribuir a desbloquear beneficios más amplios en materia de derechos humanos y su desarrollo a largo plazo (Todres, 2025).
Sierra Leona ha estado coliderando la iniciativa, y Botsuana, Burundi, Gambia, Ghana, Malaui, Sudáfrica y Sudán del Sur han expresado públicamente su apoyo a este proceso (HRW, 2025).
Guinea-Bissau lanza un nuevo currículo para la educación primaria
Siguiendo un enfoque ascendente, un instrumento que podría mejorar el acceso de los niños a una educación de calidad es la iniciativa liderada por el Gobierno de Guinea-Bissau para diseñar un nuevo plan de estudios de educación primaria.
El Proyecto RECEB (Reforma Curricular de la Educación Básica en Guinea-Bissau) es un programa de reforma educativa que se puso en marcha en 2015 con el objetivo de introducir la primera revisión del plan de estudios del país desde la década de 1980. En 2022, diez escuelas pusieron a prueba las guías para profesores y los libros de texto para alumnos de 1.º a 4.º curso recientemente elaborados. Estos materiales se finalizaron en 2023 y, en 2024, se distribuyeron a 560 escuelas públicas de educación primaria de cinco regiones seleccionadas (GPE, 2025).
«La actualización del plan de estudios nos permite impartir contenidos unificados, y la formación ha permitido a los profesores conocer mejor los contenidos y planificar sus clases. Antes, cada profesor tenía sus propios contenidos y apuntes. Ahora, enseñamos a nivel nacional, y un alumno del sur puede trasladarse al norte y seguir recibiendo las mismas clases.»
– Babucar Sisse, director de la Escola 1.º de Junho (GPE, 2025).
El nuevo plan de estudios de educación primaria adopta un enfoque basado en competencias, que incluye áreas transversales como las habilidades para la vida. Promueve pedagogías más activas y centradas en el niño para mejorar la calidad del aprendizaje (GPE, 2025).
Uno de los objetivos clave del proyecto RECEB es reforzar las competencias matemáticas y lingüísticas. El plan de estudios aborda por primera vez la educación para la ciudadanía, a través de la cual los niños pueden aprender sobre la paz, el respeto a la diversidad y el mosaico étnico de Guinea-Bissau, una base fundamental para reconstruir un país que ha sufrido durante mucho tiempo la guerra civil y las amenazas de golpes de Estado (Soromenho, 2025).
Para asegurar que los docentes estuvieran preparados para implementar el nuevo plan de estudios y utilizar eficazmente los recursos didácticos actualizados, el Ministerio de Educación puso en marcha un programa nacional de formación docente entre 2022 y 2024. Este programa llegó a casi la mitad de los docentes de 1.º a 4.º curso del país, lo que supone un total de 3015 docentes de las 560 escuelas seleccionadas.
Se proporcionó a las escuelas altavoces, baterías externas alimentadas con energía solar y tabletas con una plataforma digital precargada que contenía todos los materiales relacionados con el plan de estudios, incluidas 200 lecciones de audio diseñadas para apoyar la enseñanza del portugués y las matemáticas en los cursos 1.º y 2.º (GPE, 2025).
Los resultados de las evaluaciones previas y posteriores a la formación demostraron que más del 80% de los docentes formados mostraron una mejora significativa en su capacidad para enseñar portugués y matemáticas, lo que supone un gran avance en el desarrollo de la capacidad docente y la mejora de los resultados académicos en todo el país. Basándose en los datos obtenidos en estas escuelas, el Ministerio de Educación está ampliando el nuevo plan de estudios a todas las demás escuelas y regiones (GPE, 2025).
Acción global para financiar y proteger la educación de los niños
Erradicar la crisis de educación requiere los esfuerzos conjuntos de los gobiernos nacionales, países donantes, organismos internacionales, y la sociedad civil, trabajando juntos para garantizar el derecho de todo niño a la educación. Para hacer frente a la crisis educativa mundial, los gobiernos deben proteger con firmeza los presupuestos de educación pública frente a las medidas de austeridad regresivas y los recortes, y asignar recursos acordes con sus obligaciones de garantizar el derecho a la educación.
Todos los gobiernos deben comprometerse a asegurar el acceso a la educación gratuita y de calidad para todos (Martínez, 2025). Los gobiernos deben cumplir con los parámetros de financiación de la educación acordados internacionalmente para aumentar el gasto en educación hasta alcanzar, como mínimo, entre el 4% y el 6% del producto interior bruto (PIB) y/o entre el 15% y el 20% del gasto público total (Martínez, 2025).
Esto es especialmente cierto en el caso de los Estados africanos, que han respaldado varias declaraciones mundiales y regionales, como las Declaraciones de Nuakchot y Fortaleza, en las que se comprometen no solo a aumentar el gasto en educación hasta el 7 % del PIB, sino también a dedicar un mínimo del 10 % de los presupuestos de educación a garantizar un año de educación preescolar gratuita y obligatoria para 2030. Sin embargo, estos ambiciosos objetivos han quedado en gran medida sobre el papel y no se han llevado a la práctica Por lo tanto, es fundamental que los nuevos compromisos de financiación no solo estén claramente definidos, sino que también sean realistas, tengan plazos concretos y se apliquen de manera eficaz.
Los gobiernos donantes deberían renovar su compromiso de financiar la educación en consonancia con los compromisos de ayuda exterior y las obligaciones en materia de derechos humanos de proporcionar asistencia y cooperación internacionales (Martínez, 2025). En este sentido, la propuesta de un nuevo Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo al derecho a la educación daría un impulso al desarrollo de nuevos modelos de cooperación internacional que garanticen los recursos adecuados para asegurar la educación gratuita para todos los niños (Todres, 2025).

En Humanium, creemos firmemente en la importancia de la educación de calidad para todos. En este sentido, compartir las mejores prácticas entre países en el campo del acceso de los niños a una educación de calidad es parte de nuestra misión para instar a los gobiernos a que desempeñen su papel en la adopción de nuevas estrategias que promuevan una mayor inversión en educación, al tiempo que invitamos a la ciudadanía a unirse a nosotros para promover el acceso equitativo a la educación. ¡Únete a Humanium apadrinando a un niño, haciendo una donación, haciéndote socio o voluntario!
Escrito por Arianna Braga
Traducido por Adrian Cuellar Correa
Revisado por Esperanza Escalona
Referencias:
Calouste Gulbenkian Foundation (2025). RECEB – The Reform of Primary Education in Guinea Bissau. Retrieved from Calouste Gulbenkian Foundation at https://gulbenkian.pt/en/read-watch-listen/receb-the-reform-of-primary-education-in-guinea-bissau/, accessed on 5 August 2025.
GPE (2025). Guinea-Bissau: Over 3,000 teachers trained to deliver a modernized curriculum. Retrieved from Global Partnership for Education (GPE) at https://www.globalpartnership.org/blog/guinea-bissau-over-3000-teachers-trained-deliver-modernized-curriculum, accessed on 5 August 2025.
HRW (2025). Africa: Insufficient Domestic Funding Hinders Education Progress. Retrieved from Human Rights Watch at https://www.hrw.org/news/2025/06/16/africa-insufficient-domestic-funding-hinders-education-progress, accessed on 8 August 2025.
Martínez, E. (2025). 272 Million Children out of School a Major Wake Up Call. Retrieved from Human Rights Watch at https://www.hrw.org/news/2025/07/07/272-million-children-out-of-school-a-major-wake-up-call, accessed on 8 August 2025.
OHCHR (2024). Resolution adopted by the Human Rights Council on 10 July 2024 (A/HCR/RES/56/5). Retrieved from OHCRC at https://docs.un.org/A/HRC/RES/56/5, accessed on 6 August 2025.
Sheppard, B. (2024). Organizing for a new treaty on free public education. Retrieved from Education International at https://www.ei-ie.org/en/item/29246:organizing-for-a-new-treaty-on-free-public-education, accessed on 6 August 2025.
Soromenho, A. (2025). La scuola nuova. Retrieved from Internazionale at https://www.internazionale.it/magazine/ana-soromenho/2025/07/03/la-scuola-nuova, accessed on 5 August 2025.
Todres, J. (2025). Considering a New Optional Protocol to the crc on the Right to Education. Retrieved from Brill at https://brill.com/view/journals/chil/33/2/article-p257_001.xml?srsltid=AfmBOoo4C-URxCUKWtd3JCw1XmjhpXZxjiN0BkBHWDPM6DO1gYz2uD3Y, accessed on 6 August 2025.