Niños de Guinea-Bissau

Descubriendo los Derechos del Niño en Guinea-Bissau

Los derechos de los niños en Guinea-Bissau han quedado en una situación precaria y su respeto se ve obstaculizado por los disturbios políticos y militares, así como por la inestabilidad, que ha retrasado aún más la armonización de las leyes nacionales en consonancia con las disposiciones internacionales. Los niños corren el riesgo de ser víctimas de matrimonio infantil, trabajo infantil, tráfico de niños, desigualdad de género, abuso infantil, las consecuencias del cambio climático y la mutilación genital femenina.

Índice de los Derechos del Niño: 4,98 / 10
Nivel negro: Situación muy grave

Población: 1,9 millones

Pob. de 0 a 14 años: 41,9%.

Esperanza de vida: 58 años

Mortalidad en menores de 5 años: 84 ‰

Un vistazo a Guinea-Bissau

Guinea-Bissau, antigua colonia portuguesa, es un país situado en la costa atlántica de África Occidental. Es un archipiélago tropical conocido como las Bijagós, que consta de más de 100 islas, de las cuales más de 20 están habitadas. Limita al norte con Senegal y al sur y al este comparte frontera con Guinea. Es uno de los países más pobres y frágiles del mundo. El Producto Interior Bruto (PIB) de Guinea-Bissau es uno de los más bajos del mundo (Banco Mundial, 2020).

Históricamente, Guinea-Bissau ha estado marcada por los golpes de estado y la inestabilidad institucional que se remonta a su lucha por independizarse del dominio colonial portugués. Durante las primeras décadas del siglo XX, Guinea-Bissau fue víctima de un régimen colonial excepcionalmente represivo y abusivo. El país obtuvo finalmente la independencia y el reconocimiento internacional de su condición de Estado en 1973, tras una larga lucha armada entre un movimiento independentista y las potencias coloniales existentes (UNICEF, 2021).

Desde que consiguió la independencia, se han producido cuatro golpes de Estado y 16 intentos de golpe (Banco Mundial, 2020). En diciembre de 2019, tras las últimas elecciones presidenciales, la inestabilidad política llevó a una decisión del Tribunal Supremo de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y de la Unión Europea por la que se nombró a Umaro Sissoco Embaló como presidente del país (Banco Mundial, 2020).

Desde principios de la década 2000, en el país ha aumentado las actividades de los narcotraficantes y traficantes de personas. En 2006, se necesitó ayuda internacional para detener a los traficantes de personas que operaban en la costa del país. En 2011, la Unión Europea (UE) interrumpió su misión de reforma de las fuerzas de seguridad y su ayuda a Guinea-Bissau, declarando que el país no respetaba la gobernanza ni el Estado de derecho. El litoral y el puerto de Guinea-Bissau siguen siendo utilizados como importante punto de tránsito por los contrabandistas de drogas latinoamericanos (BBC Monitoring, 2020).

Situación de los derechos del niño [1]

Guinea-Bissau se ha comprometido con varias normas internacionales de protección de los derechos del niño. En 1990, el gobierno ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) y la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño. En 2010, Guinea-Bissau ratificó el Protocolo Facultativo relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía, y en 2014 el Protocolo Facultativo relativo a la participación de niños en los conflictos armados. La adopción de la CDN y sus Protocolos Facultativos marcó un punto de inflexión en la toma de conciencia del gobierno sobre la necesidad de contar con un sistema eficaz de protección de la infancia para los niños de Guinea-Bissau (João & Handem, 2011).

Sin embargo, desde la ratificación de la CDN, la armonización de las leyes nacionales en consonancia con la Convención sigue siendo lenta y este retraso se atribuye a la inestabilidad política y militar, a la falta de voluntad política y a la incapacidad política para priorizar y acelerar la armonización de las leyes. Las organizaciones no gubernamentales (ONG) locales e internacionales han pedido que se incluya a los líderes religiosos y a los jefes tradicionales en las primeras fases de estos procesos para garantizar que las normas religiosas y culturales no fomenten prácticas perjudiciales (João & Handem, 2011).

Hacen falta iniciativas inclusivas de los derechos del niño para superar los bajos niveles educativos y el analfabetismo en todo el país. Además, a falta de un sistema judicial eficaz, es urgente adoptar enfoques ascendentes de los derechos del niño (João y Handem, 2011).

La difusión de la CDN en Guinea-Bissau la han llevado a cabo en gran medida varias organizaciones defensoras de los derechos del niño, como el Instituto de la Mujer y el Niño. Esto se ha logrado en parte a través de campañas nacionales de concienciación en las comunidades y escuelas mediante diversos medios, como la radio nacional, folletos, vídeos, obras de teatro y conferencias.

A pesar de estos esfuerzos, las altas tasas de analfabetismo y la suma de motivaciones tradicionales, culturales y religiosas hacen que las recomendaciones de la CDN rara vez se cumplan (João & Handem, 2011). En la práctica, hay otro reto que tiene que ver con el enfoque del gobierno, que difunde la CDN sin la necesaria sensibilización y formación sobre su contenido (João & Handem, 2011).

Guinea-Bissau aún no ha traducido oficialmente la CDN a las lenguas locales más habladas, lo que obliga a las instituciones y organizaciones a hacer traducciones ad hoc e improvisadas según sea necesario y a utilizar la versión traducida de Portugal, cuando resulta útil. Las autoridades nacionales tampoco han armonizado la legislación nacional con la CDN y otros instrumentos internacionales, lo que dificulta la aplicación de las normas internacionales y socava las iniciativas de sensibilización.

Sin un marco adecuado para la garantía legal de los derechos de los niños, el país se ve obligado a recurrir a una legislación colonial arcaica que resta importancia a los menores y a los retos que afrontan. Como consecuencia de estos factores, la población en general no da mucha importancia a las cuestiones relativas a los derechos de los niños, percibiéndolas como algo sin sentido en su vida cotidiana (João & Handem, 2011).

A escala nacional, en 1990, el país creó su primera Comisión Nacional de la Infancia (CNI), tras el Comité Interministerial de Protección de la Infancia (CIPI) de 1987. A través de ella, el país participó en la Cumbre Mundial sobre la Infancia de alto nivel que tuvo lugar en Nueva York. El objetivo de la cumbre era debatir las prioridades y las posibles acciones para mejorar la situación mundial de los derechos del niño para el año 2000.

El primer Plan de Acción Nacional para la Infancia se redactó, adoptó y aplicó en 1992 (João & Handem, 2011). Desde la entrada en vigor del Plan de Acción Nacional, que debía abarcar una década (1992-2002), no se ha diseñado ninguna otra estrategia ni política nacional para la infancia. 

El primer informe estatal inicial del país sobre la aplicación de la CDN debía presentarse en 1997, pero, debido a los conflictos militares y políticos hasta 1999, este proceso se vio interrumpido y posteriormente se presentó ante el Comité de los Derechos del Niño en 2000. Desde principios de la década de 2000, Guinea-Bissau se ha comprometido y ha participado en varias estrategias y acuerdos nacionales, regionales e internacionales para promover los derechos del niño.

Entre ellas se encuentran la Campaña Nacional de Registro de Nacimientos de Niños en colaboración con UNICEF, la adopción de «Un mundo apropiado para los niños», que aborda cuatro prioridades: fomentar una vida saludable, impartir una educación de calidad, proteger a los niños contra el abuso, la explotación y la violencia y, por último, luchar contra el VIH/SIDA (João & Handem, 2011). 

Desde el punto de vista legislativo, existen varias disposiciones que contemplan a los niños. Entre ellas se encuentran la Constitución de la República de Guinea-Bissau, la Ley de Tribunales Sectoriales, el Código Penal y el Estatuto de Asistencia Judicial a Menores. A pesar de la existencia de disposiciones legales, su aplicación sigue siendo escasa y no está en consonancia con las normas internacionales que el país ha firmado y ratificado. El sistema de protección social de los niños sigue siendo inadecuado, más concretamente en lo que respecta al acceso a los sistemas de protección de la infancia, así como a los servicios sociales básicos (João & Handem, 2011).  

En Guinea-Bissau, la justicia juvenil sigue siendo un problema grave. La legislación y la gestión de los casos en el país se aplican de forma deficiente, el sistema de justicia juvenil no es acorde a la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) y otros instrumentos internacionales de derechos humanos, como las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración de la justicia de menores (Reglas de Beijing), las Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia juvenil (Directrices de Riad) y las Reglas de las Naciones Unidas para la protección de los menores privados de libertad (Reglas de La Habana) (UNICEF, 2021).

Atender las necesidades de los niños en Guinea-Bissau

Derecho a la educación

En Guinea-Bissau, la educación reglada está organizada en tres ciclos: el primero o EB1 comprende los grados 1 a 4, el EB2 los grados 5 y 6 y el tercer ciclo, EB3, los grados 7 a 9. Los dos primeros ciclos se consideran las etapas obligatorias de la educación primaria y el tercero se considera la escuela secundaria en la que las familias deben pagar la matrícula (UNICEF, 2021).

Uno de los mayores obstáculos para la asistencia a la escuela de los niños es la accesibilidad física. La media de los desplazamientos mínimos de los niños es de 2,2 kilómetros (km) y esto varía entre las diferentes regiones y llega a una distancia media de 6 km. En Bissau, la capital, los niños caminan hasta 3 km para llegar a la escuela, a menudo teniendo que llevar sus propios taburetes o sillas (UNICEF, 2021). 

Para muchos niños de Guinea-Bissau, el acceso a una educación de calidad sigue siendo un reto; el país tiene la tasa de finalización de la enseñanza primaria más baja de África Occidental. Los principales obstáculos para la educación son: los impedimentos físicos, las bajas tasas de matriculación, la desigualdad de género y la pobreza. Fuera de las zonas urbanas, la falta de accesibilidad a las escuelas, especialmente para los estudiantes de secundaria, contribuye a las bajas tasas de matriculación.

El acceso a la educación de los niños en Guinea-Bissau sigue siendo un reto por razones como las huelgas de profesores, el trabajo infantil, el matrimonio infantil precoz, la insuficiencia de fondos para materiales didácticos y las instalaciones escolares inadecuadas. Entre 2016 y 2017, el 46 % de los días lectivos se perdieron por las huelgas de profesores (Borgen Project, 2021).

En 2019, Guinea-Bissau tenía un índice de finalización de la enseñanza primaria del 27,2 %. Las tasas de abandono temprano o el ingreso tardío a la educación son las principales causas de estas bajas tasas de finalización de la escuela. Un tercio de los niños del país con edades comprendidas entre los 6 y los 11 años se consideran «niños sin escolarizar». Esto significa que nunca han asistido a la escuela o que la han abandonado. Existen grandes desigualdades entre las zonas urbanas y las rurales: de ese 27,2 %, el 10 % son de zonas urbanas y el 36% de zonas rurales (UNICEF, 2021).

Las escuelas de Guinea-Bissau carecen con frecuencia de formación sobre la educación inclusiva y la igualdad de todos los alumnos. Esto se observa en las experiencias de los niños con capacidades diferentes y las niñas. En el caso de los niños con discapacidad, las barreras para la educación inclusiva incluyen la falta de infraestructuras apropiadas y de personal y formación docente adecuados. En el caso de las niñas, las escuelas suelen carecer de instalaciones sanitarias adecuadas, algo que tiene un mayor impacto en las niñas (UNICEF, 2021).

El derecho a la salud

En Guinea-Bissau, el acceso a la atención sanitaria, la alimentación y el agua potable sigue siendo precario. La malaria, la tuberculosis, el cólera, la desnutrición, las enfermedades infecciosas y respiratorias, la diarrea y el VIH/SIDA siguen siendo frecuentes en todo el país, lo que contribuye a la elevada tasa de mortalidad infantil. Los hospitales y centros médicos se encuentran en un estado degradado, la mayoría carecen de equipos adecuados y tienen una calidad deficiente de los servicios relacionados con la salud.

A nivel nacional, los presupuestos del gobierno y la corrupción han repercutido en los salarios, lo que ha creado un entorno de trabajo inadecuado, dejando a médicos, enfermeras y otros profesionales de la medicina sin cobrar (João & Handem, 2011). Por ello, el sector sanitario de Guinea-Bissau depende en gran medida de la ayuda internacional, lo que limita la capacidad de las instalaciones sanitarias y el equipamiento hospitalario (João & Handem, 2011).

La tasa de mortalidad infantil en Guinea-Bissau entre los niños menores de cinco años es de 84 por cada 1000 nacidos vivos. Esta preocupante estadística es representativa tanto de la escasez generalizada de instalaciones hospitalarias y asistenciales adecuadas, como de los niveles persistentemente altos de desnutrición. En Guinea-Bissau, la desnutrición es un problema de salud pública que se atribuye a la inseguridad alimentaria.

En todo el país se han creado 78 centros de rehabilitación nutricional (CRN), pero han tenido muy poco éxito. Los factores limitantes son el agotamiento de las visitas, que repercute negativamente en la voluntad de los padres de llevar a sus hijos a los centros, y el hecho de que los centros pierdan el rastro de los pacientes antes de terminar su tratamiento (UNICEF, 2021).

En cuatro regiones diferentes de Guinea-Bissau, los CNR realizaron pruebas a niños seropositivos y las cifras han aumentado entre 2015 y 2017. Se calcula que aproximadamente el 5,3 % de la población de entre 15 y 49 años vive con el VIH/SIDA, lo que convierte a Guinea-Bissau en el segundo país con mayor índice de África Occidental (UNICEF, 2021).

Además de una financiación inadecuada, el sistema sanitario del país tiene un acceso limitado a los equipos y medicamentos necesarios, lo que supone una carga adicional para su sobrecargado personal. Según una investigación reciente de UNICEF en 2017, solo había 1,7 médicos por cada 10 000 personas en Guinea-Bissau y esa cifra se reduce aún más en el caso de los pediatras: 3 por cada 720 000 niños menores de 15 años (UNICEF, 2021).

El derecho al agua potable y al saneamiento

La disponibilidad de agua limpia, segura y potable y de instalaciones de saneamiento sigue siendo un reto en Guinea-Bissau y existe una enorme discrepancia entre las zonas urbanas y rurales. En un informe de UNICEF de 2014, se descubrió que el 50 % de las bombas manuales instaladas no funcionaban o tenían deficiencias que contribuían a la inseguridad de las fuentes de agua.

Además, el 13 % de la población utilizaba instalaciones de saneamiento mejoradas, el 27 % de la población urbana y el 2 % de la población rural compartían instalaciones de saneamiento, mientras que el 1,7 % de la población urbana y el 30,2 % de la población rural practicaban la defecación al aire libre. Como consecuencia, los niños de Guinea-Bissau sufren epidemias y problemas de salud (UNIOGBIS-HRS/OHCHR, 2017). El acceso a un suministro limpio de agua potable y a un saneamiento mejorado sigue siendo escaso en Guinea-Bissau, donde 6 de cada 10 niños utilizan agua de pozos improvisados y 3 de cada 10 tienen acceso a un saneamiento adecuado (João & Handem, 2011).

El derecho a la identidad

Según el Código Civil de 1967, la inscripción de los nacimientos es un requisito legal. Legalmente, el Código Civil permite registrar los nacimientos hasta 30 días después del nacimiento. En 2011, esta norma se modificó para permitir inscripciones gratuitas hasta los 8 años de edad. Después de los 8 años, hay que pagar una tasa de penalización. Hay varios obstáculos para el registro, como el acceso, la documentación y los costes. El proceso de registro, que exige la identificación de los padres del niño, también plantea dificultades.

En algunos casos, como cuando los niños nacen con anomalías, los padres son reacios a aceptar la responsabilidad y, por lo tanto, optan por no registrar a su hijo. Desde 2019, la tasa de registro de nacimientos de niños menores de 5 años ha aumentado hasta el 46 %. Se trata de un incremento drástico respecto al 24 % de niños registrados entre 2010 y 2014 (UNICEF, 2021). 

Factores de riesgo Retos específicos del país

Tráfico de niños

Guinea-Bissau es un país muy afectado por la trata infantil. La trata se realiza a menudo con niños talibés que son enviados a países vecinos de África Occidental en los que se cree que hay una mejor educación religiosa. Tradicionalmente, las familias y las comunidades creen que enviar a sus hijos a escuelas coránicas es importante. Los talibés, los niños de Guinea-Bissau que asisten a las madrasas (escuelas coránicas), son los más propensos y vulnerables a la trata, el abuso y la explotación (Redazione, 2020).

La mayoría de las escuelas coránicas funcionan como internados y predominan en la región oriental de Guinea-Bissau. Estos niños trabajan y viven en situaciones precarias donde se ven obligados a mendigar o a realizar trabajos agrícolas. Muchos padres optan por enviar a sus hijos a escuelas similares en los países vecinos de Gambia o Senegal.

En 2018, había aproximadamente 120 000 niños talibés viviendo en Senegal. Estos niños son indocumentados y viven sin certificados de nacimiento ni estatus oficial, lo que los hace vulnerables a la explotación, la trata, el abuso y la apatridia (UNICEF, 2021). Este fenómeno y esta práctica son frecuentes en las regiones de Gabu y Bafata y se utilizan como excusa para obligar a los niños a mendigar, a trabajar y a ser explotados sexualmente mientras reciben poca comida, a menudo durmiendo en las calles y vistiendo ropas harapientas (Redazione, 2020). 

Los niños de Guinea-Bissau son frecuentemente objeto de trata para utilizarlos como trabajadores infantiles en los sectores agrícola y minero de Senegal, especialmente en las ciudades del sur de Kolda y Ziguinchor. Estos niños son obligados a colaborar en la recolección de anacardos y en planes de mendicidad, así como en trabajos callejeros habituales, como el lustrado de zapatos.

Por el contrario, los traficantes explotan a las niñas para obligarlas a trabajar como vendedoras ambulantes y en trabajos domésticos. Las niñas son utilizadas en Guinea, Gambia, Senegal e incluso son objeto de trata en España como trabajadoras infantiles.

Más allá del trabajo infantil, las niñas son explotadas por organizaciones de tráfico sexual, siendo obligadas a realizar trabajos de modelaje y prostitución infantil en bares, clubes nocturnos y hoteles dentro y fuera del país. En particular, tanto las niñas como los niños son explotados en el turismo sexual infantil en las Bijagós, un archipiélago situado junto a la costa que carece de una capacidad de aplicación de la ley adecuada (Departamento de Estado de EE.UU., 2021). En respuesta a estos problemas, en febrero de 2019 el gobierno modificó el Código de Protección de la Infancia con la esperanza de armonizarlo con el derecho internacional, pero aún no ha adoptado oficialmente la enmienda (Departamento de Estado de EE.UU., 2021).

El trabajo infantil

El trabajo infantil está muy arraigado en la sociedad de Guinea Bissau, donde los niños deben asumir la responsabilidad de garantizar la seguridad alimentaria de sus familias. A diferentes edades, se espera que los niños asuman ciertas tareas que se consideran culturalmente como educación social. Se cree que, a través de diferentes tareas, los niños aprenden a preservar el medio ambiente, cuidar de su tierra y su ganado y proteger los recursos naturales. De este modo, los niños continúan la profesión de sus predecesores de acuerdo con las normas de la comunidad (João & Handem, 2011).

Según la Ley General del Trabajo, los niños mayores de 14 años pueden realizar trabajos remunerados siempre que no interfieran con sus estudios. En consecuencia, los niños no pueden trabajar de noche. A pesar de estas disposiciones, los niños de todo el país suelen trabajar para ayudar a la economía familiar y aliviar la carga financiera de sus padres.

Las niñas de Felupe, por ejemplo, suelen realizar trabajos domésticos desde una edad temprana. Del mismo modo, los niños de la etnia papel suelen trabajar desde la preadolescencia en telares de Senegal y Gambia. Los miembros de la familia suelen facilitar y fomentar el trabajo infantil, buscando trabajo para sus hijos con el fin de generar mayores ingresos en el hogar (UNICEF, 2021).

En general, existen notables diferencias en las experiencias de las niñas y los niños en el trabajo infantil. Las niñas son más propensas a trabajar más horas y a ayudar en las tareas domésticas. Los niños suelen ser sometidos a trabajos manuales: los niños talibés, en particular, son muy explotados en agricultura, trabajos de reparación, aserraderos y carpinterías.

Maltrato infantil

El uso de la violencia física y los castigos corporales está muy extendido en las escuelas de Guinea-Bissau. El abuso infantil es frecuente contra los niños de la comunidad animista conocidos como niños Irá (Irán). Se cree que estos niños son la reencarnación de los malos espíritus y de la brujería y por ello son condenados al ostracismo y demonizados por la comunidad.

Muchos de ellos son gemelos, niños con discapacidades, que nacen albinos o que tienen problemas psicológicos y son objeto de violencia y, en casos extremos, de infanticidio (UNICEF, 2021). En la actualidad, no existen refugios financiados por el gobierno que ofrezcan apoyo a los niños víctimas de violencia. La asistencia disponible la proporcionan las ONG, los grupos comunitarios y las organizaciones religiosas (UNICEF, 2021).

Desigualdad de género y discriminación

Guinea-Bissau es una sociedad profundamente patriarcal que crea un sesgo de género en el acceso a los recursos. Las mujeres jóvenes y las niñas se ven directamente afectadas por los roles masculinos dominantes dentro de la sociedad, lo que las hace más vulnerables y propensas a la pobreza, el matrimonio infantil, la mutilación genital femenina (MGF) y el abandono escolar temprano (UNICEF, 2021).

Los niños con discapacidad siguen estando entre los más desfavorecidos de Guinea-Bissau. Sus necesidades no se tienen en cuenta en el ámbito familiar, educativo, social y sanitario. Las familias que viven en la pobreza no pueden satisfacer económicamente las necesidades especiales de los niños con discapacidad, lo que agrava aún más sus malas condiciones de salud y de vida.

Debido a la inestabilidad política, muy pocos niños discapacitados se benefician de la asistencia y la protección social. El infanticidio voluntario de niños con discapacidad sigue siendo elevado y la aplicación de la ley sigue siendo débil, lo que perpetúa aún más esta práctica perversa (João & Handem, 2011). 

Matrimonio infantil

El matrimonio infantil está muy extendido en Guinea-Bissau. Existe una gran discrepancia entre las leyes nacionales e internacionales en lo que respecta al matrimonio infantil. Esto se complica aún más por el hecho de que Guinea-Bissau sigue un sistema jurídico mixto que incluye el derecho consuetudinario (UNICEF, 2021).

El Código Civil de 2007 de Guinea-Bissau no permite que los menores de 16 años se casen sin el consentimiento de sus padres. A escala nacional, no existen políticas que prevengan o aborden el matrimonio infantil. Desde 2011, las partes interesadas en la protección de la infancia han intentado aplicar medidas preventivas para abordar el matrimonio infantil y elevar la edad mínima de consentimiento a los 18 años.

Legalmente, con el consentimiento de ambos padres, los jóvenes de 16 y 17 años pueden casarse (UNICEF, 2021). Esta ley contradice el Protocolo de Maputo, que establece la edad mínima para contraer matrimonio en 18 años. A nivel nacional, según la ley de Violencia Doméstica de 2013 se castiga con hasta 4 años que un padre obligue a un menor a casarse.

Mutilación genital femenina 

En las zonas rurales de Guinea-Bissau prevalecen prácticas culturales nocivas que afectan tanto a los niños como a las niñas. En el caso de las niñas, la práctica de la mutilación genital femenina (MGF) es considerada por los líderes tradicionales y religiosos como una práctica normal que preserva y hace a las mujeres honorables para el matrimonio.

Hasta la fecha, más de 400 000 mujeres y niñas han sido sometidas a la MGF. El 52 % de ellas son mujeres y niñas de entre 15 y 49 años, predominantemente de la región de Gabu (donde el 96 % de las mujeres sufren la MGF) y de la región de Biombo (8 %) (UNICEF, 2021). Desde 2011, el establecimiento de la Ley Federal N.º 14/2011 contempla todas las formas de MGF (28 Too Many, 2021).

Desafíos medioambientales

Según un reciente análisis exhaustivo del impacto del cambio climático y los derechos de los niños realizados por UNICEF, dentro del Índice de Riesgo Climático de los Niños (CCRI), Guinea-Bissau se sitúa como el cuarto país africano donde el cambio climático pone más en riesgo a los menores. Guinea-Bissau tiene una clasificación de 6,4 en cuanto a factores climáticos y medioambientales y de 9,5 en cuanto a vulnerabilidad infantil. El CCRI se clasifica según dos pilares: en primer lugar, la exposición de los niños a las causas climáticas y medioambientales y, en segundo lugar, la vulnerabilidad de los niños (UNICEF, 2021).

Debido a su ubicación geográfica junto a la costa, las inundaciones, la sequía y las fuertes lluvias son un peligro recurrente. Durante la época de lluvias, el nivel del mar sube, lo que impacta y afecta al 70 % de las regiones costeras de Guinea-Bissau. Como consecuencia de la sequía, se ha producido un aumento de la meningitis y otras epidemias e infecciones, y las inundaciones aumentan el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua (Banco Mundial, 2021).

Escrito por Vanessa Cezarita Cordeiro

Traducido por Alba Montes Reguero

Revisado por Eva Milla

Última actualización el 9 de septiembre de 2021

Referencias:

28 Too Many. (2021). ¨Guinea-Bissau FGM prevalence.¨

BBC Monitoring. (2020, March 2). “Guinea-Bissau country profile.”

Borgen Project. (2021, January 4). “Challenges in education in Guinea-Bissau.”

Committee on the Rights of the Child. (2013, July 8). “Concluding observations on the combined second to fourth periodic reports of Guinea-Bissau, adopted by the Committee at its sixty-third session.” CRC/C/GNB/CO/2-4.

Human Rights Watch. (2010, July 20). ¨Guinea-Bissau: pass anti-trafficking law.”

IOM. (2018, March). “Guinea-Bissau.”

João, S. Handem, Jr. (2011, January). “Alternative report on the implementation of the United Nations Child Rights Convention in Guinea-Bissau.”

Mendes, L. (2020, August 27). ¨Child marriage kills dreams in Guinea-Bissau.¨

Peyton, N. (2019, March 6). “Tradition or trafficking? Guinea-Bissau children suffer in Senegal’s Islamic schools.”

Rafaeli, T., & Hutchinson, G. (2020, June 8). ¨The secondary impacts of COVID-19 on women and girls in Sub-Saharan Africa.¨

Redazione. (2020, November 9). “The phenomenon of talibé children and the protection of children’s rights in Guinea-Bissau.”

Sankaran, V. (2021, August 20). ¨Nearly half of the world’s children at ´extremely high risk´ of climate change impacts, UNICEF report says.

UNICEF. (2021, August). ¨The climate crisis is a child rights crisis.¨

UNICEF. (2021, March). ¨Female genital-mutilation in Guinea-Bissau.”

UNICEF. (2021, March). “Situation analysis of children’s rights and well-being in Guinea-Bissau 2019.”

UNICEF. (2021). ¨Understanding the relationship between child marriage and female genital mutilation: a statistical overview of their co-occurence and risk factors.¨

UNIOGBIS-HRS-OHCHR. (2017, April). “Report on the Right to Health in Guinea-Bissau.”

US Department of State. (2021). “2021 trafficking in persons report: Guinea-Bissau.” Office to monitor and combat trafficking in persons.

 World Bank. (2020, July 15). “The World Bank in Guinea-Bissau.”

World Bank. (2021). ¨Guinea-Bissau.¨ Climate change knowledge portal.


[1] Este artículo no pretende de ninguna manera dar cuenta de forma completa ni representativa de los derechos de los niños en Guinea-Bissau; de hecho, uno de los muchos desafíos es la escasa información actualizada sobre los niños en Guinea-Bissau, mucha de la cual es poco fiable, no representativa, anticuada o simplemente inexistente.