Niños a la sombra de la Agencia de Migración sueca

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Lo que sigue se basa sobre una experiencia personal durante el trabajo con un grupo de niños refugiados en una escuela primaria del norte de Sueca entre 2016 et 2018. Los eventos descritos aquí no pretenden representar una tendencia nacional en Sueca. Los nombres y nacionalidades de las personas han sido modificados para proteger sus identidades.

Migrationsverket – un trabalenguas de cinco sílabas para recién llegados en Sueca. Se traduce como Agencia de Inmigración, o la Agencia de Inmigración sueca. Los que vienen desde fuera del Espacio Económico Europeo (la Unión Europea más otros países como Suiza, Islandia, y Noruega) necesitan no solo acostumbrarse con los trucos de la pronunciación sueca, pero también no perder de vista el trofeo de las montañas rusas burocráticas que probablemente les esperan en este pais diferente y eficientemente discutible. Desde la aceleración de los flujos migratorios hasta Europa como consecuencia de la Primavera Árabe, cada vez más, la Agencia de Inmigración sueca ha tomado retraso en su proceso de solicitud de visado que se les presentan, pero también los tiempos de procesamiento de solicitud de asilo. 

Según la estimación automatizada que he llevado a cabo, sobre su página web oficial el 14 de enero 2020, el tiempo de procesamiento, para una solicitud de reagrupación familiar para alguien que llega de Iraq, puede estimarse actualmente entre 14 a 21 meses. Los tiempos de procesamiento de solicitud de asilo no eran accesible “desafortunadamente”, según la página web oficial.

Esta historia se centra sobre los niños refugiados que han llegado en Sueca desde países desfavorecidos y muchas veces divididos por una guerra como Afganistán, Eritrea, Guinea, Irak, Nigeria, Somalia y Siria. Muchos de ellos han hecho sus caminos hasta ahí solos, sin sus padres o su familia, mientras unos tenían la suerte de hacer este trayecto con los que quieren. Una cosa que tienen todos en común: todo han deseado el asilo y han sido a merced del engranaje de la burocracia de la Agencia de Inmigración sueca.

Entre 2016 y 2018, trabajaba en una escuela primaria  en el norte de Sueca y tenía como tarea enseñar inglés y convertirme en un mentor para estos niños. Ser su mentor significa guardar un ojo sobre su integración social y académica, dándoles informaciones sobre las oportunidades académicas y profesionales posibles para ellos, manteniendo el contacto con sus familias o tutores, cuidando de su bien estar general y remitiéndoles a otros profesionales como enfermeras o psicólogos de la escuela si fuera necesario. Cada uno de los niños se esfuerzan tener éxito pero muchas veces, sus vidas han sido afectadas por decisiones desconsideradas sobre su destino.

La familia Amundsen ha llegado en Sueca con tres niños, que tienen la edad de estar a la escuela primaria, en septiembre 2016. La Agencia de Inmigración sueca ha encontrado un piso de una habitación para ellos, cerca de sus establecimientos escolares y los niños  han ingresado el sistema escolar sueco. Forman parte de los afortunados porque la familia era intacta y a salvo, mirando hacia una vida mejor en su nuevo país. Mientras su piso era demasiado pequeño para dos adultos y sus tres niños, nunca se han quejado. Al pasar los anos, los niños estudiando bien a la escuela – académicamente hablando y también en cuanto a su integración social – todavía ansiedad era visible y progresiva para cada miembro de la familia. Esperar una respuesta sobre una solicitud de asilo no es algo que alguien trata ligeramente.

En enero del año 2020, la familia Amundsen ha pasado cinco años viviendo con una prestación en un piso pequeño en un pueblo remoto en el norte de Sueca con pocas oportunidades para los padres de trabajar, estudiar o integrar la sociedad sueca. Han vivido en el limbo esperando pacientemente para una decisión sobre su caso que podría hacer fácilmente de este maratón una enorme pérdida de tiempo. Según la página de búsqueda sueca Migrationsinfo, en 2017 y en 2018, la proporción de solicitudes de asilo rechazadas por la Agencia de Inmigración sueca excede los 50% de un margen considerable[1].

El hecho de ser humano nos lleva a no ser apasionado de hacer cosas para nada. Me puedo recordar cuanto enfadado era cuando niño, después haber construido un castillo de arena durante un día de vacaciones en Italia, un niño que no conocía lo ha destruido, antes de haberlo disfrutado. ¡Que educación ventajosa he tenido!

La familia Hopkins está compuesta de cinco niños y dos adultos. Han tenido la suerte de escapar un país devastado por la guerra. Viviendo en un país igualitario como Sueca tiene una influencia notable en la familia: ha empoderado las mujeres de la familia dándolas una voz y una ambición. Una ambición para estudiar, para triunfar y el coraje para soñar.  Era en Mayo 2018, un mes antes que se acabe el año académico, cuando la Agencia de Inmigración sueca ha rechazado sus solicitudes de asilo y le han traslado en el sur del país, con efecto inmediato. Los niños  no podían acabar sus años académicos en sus escuelas y sus destinos eran en el aire. La pregunta si tenían que ser deportados se avecinaba. La desilusión de la niña y de la mujer emancipada debajo la amenaza de la deportación hacia un país donde ha crecido y que ha huido, me dejo congelado. La familia Hopkins ha hecho una apelación contra esta decisión y el calvario sigue.

A 11 años, Dolph ha hecho la mayoría del largo y agobiante camino hacia Sueca a pie. No ha hecho realmente el camino solo, porque ha llegado con un grupo de personas que solicitaron asilo, pero dejo su familia atrás. Entre 11 y 13 años, ha sido relocalizado seis veces. Los servicios sociales tenían que intervenir dos veces para sacar Dolph de casa de acogida por maltrato. Una vez, ha sido abandonado, sin duda, por culpa de un inminente tratamiento dental que llevaría su madre de sustitucion a gastar mucho dinero de su prestación de adopción para su niño de acogido. Finalmente, las autoridades han decidido no intentar de nuevo poner Dolph en otra familia de acogida y en abril de 2018, medio año antes que de que llega a 14 años, le han enviado hasta 18 años a vivir en un “boende”, que se traduce como alojamiento, que parece a un campo de refugiado de gama alta.

Esperar para una decisión sobre tu solicitud de asilo en Sueca no es nada fácil. Durante todo el tiempo que he trabajado con niños  refugiados y sus padres, he sido testigo de una cantidad indescriptible de dolor y ansiedad. Los niños (y adultos) experimentan un sentimiento de incertidumbre, muchas veces exacerbado por la burocracia frecuentemente desmoralizante y los tiempos de espera a que son sometidos  por la Agencia de Inmigración sueca.  Las personas que solicitan asilo sufren mucho de estrés postraumático derivado de una experiencia traumática en sus casas y durante sus caminos hacia Sueca. Según uno de los más famosos institutos suecos de búsqueda, las personas que solicitan asilo tienden diez veces más a suicidarse que otras personas[2].

Nosotros a Humanium, pensamos que la salud mental de los niños esta descuidada, demasiadas veces. Nosotros, como adultos, somos responsables de tomar las buenas decisiones para nuestros niños. Por favor, hay que considerar la salud mental de su familia antes de tomar decisiones que cambian la vida.

Escrito por Matyas Baan

Traducido por Lucie Godart


Referencias

[1] Migrationsinfo (2019).

[2] Psykolog tidningen (2018).