En los conflictos armados, la educación no suele considerarse tan importante como otros derechos y a menudo se pasa por alto. Sin embargo, la educación en estas situaciones es vital para todos los niños, ya que les proporciona mucho más que el derecho a aprender. Es de gran importancia para su bienestar físico y psicológico. Del mismo modo, la educación proporciona protección social a los niños.
Educación en situaciones de emergencia
La educación en situaciones de emergencia es una respuesta esencial para salvar vidas que debe considerarse prioritaria y se utiliza en situaciones de conflictos armados o catástrofes provocadas por peligros naturales o pandemias. Estas situaciones destruyen, en un breve período de tiempo, los centros de cuidado, atención y educación de los niños, con lo que interrumpen, niegan y obstaculizan el cumplimiento del derecho a la educación (British Institute of International and Comparative Law, 2020). Por consiguiente, el objetivo de la educación de emergencia es proteger a los niños y salvaguardar su derecho a la educación.
El elevado número de países afectados por conflictos armados deja a muchos niños fuera de la escuela; en la década de 2008, treinta y cinco países sufrieron conflictos, y la duración media de estos conflictos fue de doce años (UNESCO, 2012), por lo que casi 50 millones de niños de primaria y secundaria están fuera de la escuela, de los cuales 28,5 millones están en edad de asistir a la escuela primaria, y las niñas representan la mitad de ellos (SavetheChildren, 2014).
La educación como herramienta para proporcionar protección psicológica
Los conflictos armados tienen un grave impacto psicológico en los niños por múltiples razones, como el estrés durante la guerra, la muerte de sus padres o parientes cercanos, o la separación a largo plazo de sus familias. Del mismo modo, muchos niños están muy expuestos a los combates oparticipan activamente en los conflictos. Sufren violencia constante, ya sea como víctimas o como testigos.
Además, muchos de ellos son secuestrados, torturados o detenidos. En los países afectados por conflictos armados, una cuarta parte de los niños han informado de que han sido sometidos a tortura, más de la mitad de ellos declararon haber sido amenazados por las fuerzas armadas, y el 16 % de los niños han sido encarcelados en zonas de conflicto (Macksoud, 2000).
Todas estas situaciones hacen que los niños sean extremadamente inseguros y vulnerables, lo que provoca el desarrollo de ciertas fobias, así como reacciones de miedo y ansiedad. La educación puede reducir considerablemente el impacto psicosocial de los traumas y los desplazamientos. Los niños se encuentran en el centro de su proceso de desarrollo; así pues, sus personalidades se están formando y sus competencias mejoran mediante el aprendizaje. Dado que este desarrollo no puede llevarse a cabo de forma aislada, los niños necesitan a sus familias y escuelas para ayudarles durante su proceso de desarrollo (ACNUR, 1988).
La educación promueve el bienestar psicológico de los niños al satisfacer dos objetivos principales. En primer lugar, su objetivo es actuar como medida preventiva de apoyo a los niños, de modo que no desarrollen traumas ni ningún otro problema psicológico causado por las malas experiencias que han sufrido. En segundo lugar, la educación proporciona asistencia especial para garantizar la total curación y recuperación de los niños heridos o que requieren una atención especial (ACNUR, 1988).
«Los programas educativos tendrán por objeto apoyar los procesos de curación y establecer un sentimiento de normalidad. Esto debería incluir el establecimiento de rutinas diarias de la vida familiar y comunitaria, oportunidades de expresión y actividades estructuradas como la escuela, el juego y el deporte.»
– AGNU, 1996
Además, el bienestar emocional de los niños se ve muy afectado por la protección y los cuidados que prestan sus familias; en algunas situaciones, la familia del menor puede verse aún más afectada psicológicamente que sus hijos. Así pues, es posible que no puedan ayudar a sus hijos a hacer frente psicológicamente a la situación que atraviesan. Por otra parte, muchos niños no tienen parientes cercanos para apoyarlos. Por consiguiente, los niños necesitan profesores formados y especializados para apoyarlos periódicamente durante estos períodos.
La educación como herramienta para proporcionar protección social y física
La educación también es esencial para ofrecer protección física y social a los niños. Cuando los conflictos armados golpean a los países, dejan en la pobreza absoluta y la devastación a la mayoría de su población. Por consiguiente, es probable que los niños sufran desnutrición y enfermedades, ya que las familias a menudo carecen de los recursos necesarios para cubrir las necesidades esenciales de sus hijos.
Además, las familias pueden descuidar a los niños, ya que muchos de sus miembros pueden verse afectados física o psicológicamente por conflictos y es posible que no puedan ocuparse adecuadamente de sus hijos. Por lo tanto, los niños necesitan las escuelas para ofrecerles todo lo que sus familias no pueden darles. Las escuelas también suelen proporcionar a los niños alimentos, agua e instalaciones de saneamiento para satisfacer sus necesidades.
Asimismo, los niños que han estado expuestos directamente a conflictos pueden haber sufrido violencia física y necesitar mucha más atención y cuidados. Podrían necesitar cuidados como prótesis, fisioterapia y rehabilitación. Además, se les debería ofrecer más apoyo psicológico para ayudarles a aceptar y hacer frente a su estado (Macksoud, 2000). Las escuelas suelen proporcionar a estos niños las ayudas especiales que necesitan y prestarles atención y cuidados especiales.
Igualmente, las actividades educativas y recreativas desempeñan un papel de protección para los niños y adolescentes. Apoyan a los niños con problemas de salud física o mental, pueden revelar cuáles de los alumnos que asisten a las escuelas están sujetos a abusos o explotación fuera de las escuelas, y les ayudan a escapar de los mismos.
Además, la educación tiene el poder de salvar vidas y evitar lesiones a los niños al ofrecer una alternativa a los niños que, de otro modo, podrían ser reclutados en conflictos armados por las milicias. Del mismo modo, la educación reduce considerablemente las posibilidades de prostitución y embarazos precoces, así como de alcoholismo y drogadicción (Margaret, 2001).
La educación puede ayudar a antiguos niños soldados y a grupos vulnerables
Los niños reclutados en conflictos armados han sido sometidos a intensos programas de adoctrinamiento que valoran la violencia; en consecuencia, los niños empiezan a tener sentimientos de venganza y agresión (Macksoud, 2000). Por lo tanto, la educación puede ayudar a los antiguos niños soldados a normalizar la vida y a reintegrarse en la sociedad; las actividades recreativas y culturales mejoran su autoestima y les ayudan a desarrollar una identidad diferente de la del soldado (AGNU, 1996).
Además, la educación también puede ayudar a otros grupos vulnerables a integrarse en la sociedad, como los refugiados o los desplazados internos, enseñándoles la nueva cultura y la lengua (a veces a través de programas especiales) y ofreciendo entornos seguros en los que puedan sentirse integrados y crear amistades en la nueva comunidad en la que viven.
La importancia de la educación para la paz en el futuro
Es de suma importancia garantizar que el contenido educativo durante los conflictos armados no sea discriminatorio, incluya estereotipos o utilice imágenes humillantes de determinados grupos de la sociedad. Es esencial educar a los estudiantes en los valores de paz, ciudadanía responsable, igualdad y tolerancia en cualquier circunstancia.
Sin embargo, en situaciones de conflicto esto es aún más importante, porque promueve el respeto a los demás, así como la consolidación de la paz y la resolución de conflictos, e impide que surjan otros conflictos. No obstante, es incuestionable que cuando las escuelas se utilizan como herramientas para el adoctrinamiento de los niños y como incitación al odio, es probable que surjan conflictos.
La educación es el principal motor de conformación de las mentes de los niños; enseñar a los estudiantes la cultura de la paz no supone solo la ausencia de guerra, sino que les enseña cómo coexistir con personas que tienen distinto sexo, raza, lengua, religión o cultura que ellos, haciendo hincapié en las ideas de que todos somos iguales y que debemos respetarnos los unos a los otros.
Las guerras se han desarrollado primero en la mente de los hombres. Por lo tanto, «es en la mente de los hombres donde deben construirse las defensas de la paz». (Constitución de la UNESCO, 1945).
«La amplia difusión de la cultura y la educación de la humanidad para la justicia, la libertad y la paz son indispensables para la dignidad del hombre y constituyen un deber sagrado que todas las naciones deben cumplir en un espíritu de asistencia y preocupación mutuas.»
– Constitución de la UNESCO, 1945
En Humanium, apoyamos el derecho de los niños a la educación, especialmente de aquellos que sufren conflictos. Humanium está trabajando actualmente en la creación de un mundo en el que todos los niños puedan disfrutar de su derecho a la educación, independientemente de la situación que estén atravesando. Por lo tanto, estamos firmemente comprometidos a sensibilizar sobre este derecho para que pueda respetarse.
Además, nos esforzamos por aumentar la resiliencia en la mente y el cuerpo para evitar traumas tras los conflictos armados. Si quieres apoyarnos en la aplicación de los derechos del niño en todo el mundo, puedes suscribirte a nuestro boletín informativo o convertirte en miembro o voluntario. También puedes considerar la posibilidad de apadrinar a un niño o hacer una donación. ¡Únete a nosotros para actuar a favor de los derechos del niño en todo el mundo!
Escrito por Marina Pérez Ortega
Traducido por Alba Montes
Revisado por Laura Ibarrola Izquierdo
Referencias:
British Institute of International and Comparative Law, Protecting Education in Insecurity and Armed Conflict, An International Law Handbook, second edition, retrieved from: https://www.right-to-education.org/sites/right-to-education.org/files/resource-attachments/PEIC_BIICL_international_law_handbook_2020_en.pdf, accessed on 15/04/2022.
MACKSOUD (2000), Helping Children Cope With The Stresses Of War- A Manual For Parents And Children. New York, UNICEF, retrieved from: https://factsforlife.org/pdf/Helping_Children_Cope_with_the_Stresses_of_War.pdf, accessed on 12/04/2022.
MARGARET (2001),Chapter 1 “Education in Emergencies”. In: Learning for a future: refugee education in developing countries. UNHCR, retrieved from: https://www.unhcr.org/4a1d5ba36.pdf, accessed on 12/04/2022.
SAVE THE CHILDREN (2013), Attacks On education the impact of conflict and grave violations on children’s futures, London, 2013, retrieved from: https://resourcecentre.savethechildren.net/pdf/attacks_on_education_final_1.pdf/, accessed on 13/04/2022.
UNESCO (2012), EFA Global Monitoring Report: The hidden crisis: Armed conflict and education: France, 2012, retrieved from: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000190743, accessed on 11/04/2022
UNESCO (1945), Constitution of the United Nations Educational, Scientific & Cultural Organization,
retrieved from: http://www.un-documents.net/unesco-c.htm, accessed on 15/04/2022.
UNGA (1996), Doc. A/51/306, Impact of armed conflict on children, Report of the expert of the Secretary-General, Ms. Graça Machel (Resolution 48/157), retrieved from: https://digitallibrary.un.org/record/223213#record-files-collapse-header, accessed on 11/04/2022.
UNHCR (1988), Refugee Children: Guidelines on Protection and Care, retrieved from: https://www.unhcr.org/protection/children/3b84c6c67/refugee-children-guidelines-protection-care.html,p.13, accessed on 15/04/2022.